Masacre en el día del pentecostés
Deja varios muertes, en un principio se habló de 50, pero la cifra se ajustó a 22 personas.
El domingo 5 de junio, al menos 22 personas fallecieron y son varios los heridos, algunos de ellos de gravedad, tras un ataque armado contra feligreses que asistían al servicio religioso en el templo católico San Francisco Javier, en la localidad de Owo, estado de Ondo, al sur del Nigeria.
De acuerdo con testigos, al menos cinco individuos ingresaron al recinto religioso cuando celebraban el día de pentecostés -una fiesta sagrada-, y tomaron por sorpresa a los miembros de la congregación, a quienes dispararon y detonaron explosivos; entre los muertos hay niños y mujeres.
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, calificó el ataque de “atroz”. El gobernador del Estado de Ondo, Arakunrin Oluwarotimi Akeredolu, interrumpió un viaje a la capital, Abuya, y regresó a Ondo tras el ataque. “Destinaremos todos los recursos disponibles para dar caza a estos asaltantes y hacerles pagar”, señaló.
En tanto, la sala de prensa de la Santa Sede informó que el papa Francisco “reza por las víctimas” del ataque, “muchos de ellos niños”, en el día en el que los católicos conmemoran una de sus principales fechas religiosas.
La Diócesis de Ondo pidió a la población mantener la calma: “ningún lugar parece ser de nuevo seguro en nuestro país; ni siquiera el recinto sagrado de una Iglesia” afirmó el presidente de los obispos, monseñor Lucius Ugorji, tras enterarse e la masacre de Owo.
“Condenamos enérgicamente el derramamiento de sangre inocente en la Casa de Dios. Los criminales responsables de un acto tan sacrílego y bárbaro demuestran su falta de sentido de lo sagrado y del temor de Dios”, denuncias la Iglesia.
Los obispos sostienen que los gobernantes deben asumir la responsabilidad principal de garantizar la vida y los bienes de los ciudadanos: “¡El mundo nos está mirando! Y también Dios nos observa”.
Ningún grupo asumió hasta el momento la autoría del atentado, empero, un diputado local, Olayemi Adeyemi, acusó del hecho a pastores de la etnia fulani; declaró a medios que estos lo hicieron en represalia contra las restrictivas políticas ganaderas y de pastoreo establecidas por el gobernador Rotimi Akeredolu.
El sacerdote misionero Giulio Albanese descarta que se trate de una guerra religiosa e identifica a los fulanis como “pastores nómadas que siempre han estado en conflicto por la tierra con la población asentada, buscando constantemente en todo el país un territorio que ocupar”. (Vatican News)
Atacar una iglesia, refiere el sacerdote, es “quizás un mensaje político”. Una venganza por las medidas del gobernador que ha emitido varias “restricciones” contra ellos. ”
Nigeria, el país más poblado de África con 206 millones de habitantes, lleva más de una década luchando contra la insurgencia en el noreste del país a manos de los rebeldes extremistas islámicos de Boko Haram y su rama, la Provincia de África Occidental del Estado Islámico.
Además, el país se enfrenta ahora a crecientes problemas de inseguridad, ya que los separatistas y los piratas se atribuyen los ataques en el sur del país, mientras que los grupos armados lanzan con frecuencia ataques mortales en el noroeste.
Antes del ataque, Ondo había sido considerado uno de los estados más pacíficos de Nigeria. Owo, es una pequeña ciudad de comerciantes y trabajadores del gobierno situada a 50 kilómetros de la capital del estado, Akure.
Hay miedo
Fuente agencias.
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