José Paz, un alcalde que no niega su raíz/Por Ismael Bojórquez
Altares y Sótanos
Artículo publicado el 06 de noviembre de 2022 en la edición 1032 del semanario Ríodoce.
No hace mucho tiempo, José Paz López Elenes, ahora alcalde de Badiraguato, solía presumir ante sus amigos una pistola .45 con cachas de oro que le regaló “su tío”, Rafael Caro Quintero. Para él podía ser una cosa natural, porque, dice, no se pueden negar las raíces.
Por esa misma razón propuso construir en Badiraguato un museo del narcotráfico. Nadie lo malinterpretó cuando dijo que exhibiría temáticamente a Joaquín Guzmán, Rafael Caro Quintero e Ismael el Mayo Zambada (aunque este último no nació en Badiraguato, sino en El Álamo, sindicatura de El Salado, Culiacán).
Lo dijo claramente y es una propuesta que raya en la imbecilidad. Hace dos semanas, en Culiacán y Mazatlán, decenas de jóvenes fueron internados en las barandillas policiacas por hacer, durante las fiestas de Halloween, apología de la violencia. No digo que estoy de acuerdo, solo que ocurrió. En el tema de las libertades, los ciudadanos tienen derechos y los gobernantes, obligaciones. No es lo mismo que algo así lo proponga un ciudadano, a que lo haga el que gobierna.
Lo dicho por Paz Elenes le dio la vuelta al mundo en cosa de horas. No me sorprendió que, de un diario francés, hablaran a las oficinas de Ríodoce buscando una opinión sobre el tema. De ese tamaño la estupidez. Pero está en su raíz.
En las elecciones pasadas fue acusado por su contendiente a la presidencia municipal, Guadalupe Iribe, de ser el autor intelectual de la violencia que sufrieron ella y su familia para descarrilar su candidatura. Lo escribimos en aquellos días. “Primero le levantaron a un operador y amenazaron con matarlo y levantar a otros. La madre del Chapo Guzmán, doña Consuelo Loera había pedido a sus nietos que la dejaran trabajar, que ella era una buena persona. Esposa de Mario Valenzuela, quien también había sido alcalde, logró un acuerdo para continuar, soltaron al operador y la candidata se mantuvo en la campaña. Pero el domingo 6 de junio (día de la elección) un comando levantó a uno de sus hermanos y a varios de sus operadores. Igual que en Culiacán, los inmovilizaron y los golpearon. Ese mismo día, en una declaración insólita, la candidata dijo que renunciaba a la candidatura. Y acusó a su contendiente por la coalición Morena-PAS, (José Paz López Elenes) militante de este partido, de todo lo que le estaba ocurriendo a su familia. La noche del sábado previo a la elección levantaron y golpearon a uno de sus cuñados. En la madrugada del domingo, antes del amanecer, hicieron lo mismo con cuatro de sus operadores políticos. Y ya en la mañana, cuando se encontraban ella y su hermano en una palapa, en la cabecera municipal, llegó un grupo armado y se lo llevó. El muchacho fue liberado por la noche, cuando la jornada electoral había terminado. Por supuesto, perdió la elección”. Y José Paz nunca desmintió a Guadalupe Iribe.
Dicho lo del museo, el primero en deslindarse fue el gobernador Rubén Rocha. Y refrendó el valor de la gente de Badiraguato, no por sus “raíces” narcas, sino de trabajo y de honradez. Y tiene razón cuando dice que la nota se aprovecha (seguramente muchos lo hacen) para “fregar al presidente”. Me han preguntado mil veces sobre el significado de que AMLO haya saludado a la mamá del Chapo Guzmán, y mil veces he dicho que significa un gesto de amabilidad que, por ser quien es la señora, tiene el impacto mediático de un misil. Es todo. Si a eso se le suma que el 17 de octubre de 2019 a la cinco de la tarde, el presidente dio la orden para liberar a Ovidio Guzmán, pues tiene, en una lógica de morral, un pacto con los narcos. Si tuviera un pacto con ellos, no sería tan obvio. Puede hacerse de la vista gorda ante el conocimiento de ciertos hechos, pero un pacto explícito, de él con los narcos, tendría que demostrarse. Y hablo del presidente, no de gobernadores ni alcaldes porque, en esos niveles, los caminos son más angostos.
Bola y cadena
EN TODO CASO, AYÚDENLE AL PRESIDENTE. En su visita pasada a Sinaloa, anunció que vendrá en enero a inaugurar la carretera Badiraguato-Parral. ¿Por eso la prisa del alcalde de terminar su museo en diciembre? ¿Pensaba pedirle a AMLO que lo inaugurara? ¿Qué pensaba exhibir en el museo? ¿chalecos antibalas ensangrentados? ¿Mangueras para regar los plantíos de amapola, fusiles Barret, cachuchas 701, la avioneta que usaba el Chapo para volar de Culiacán a La Tuna? ¿La pistola que le regaló su tío Rafael? Y como fondo, en las vitrinas, ¿hubiéramos visto las banderas del PAS y de Morena?
Sentido contrario
LA PROPUESTA QUE MANUEL ESPINO le envió al presidente AMLO, de sentarse a negociar la paz con los narcos, no es descabellada. En primer lugar, tiene base en el fracaso de la guerra contra las drogas que tiene ya medio siglo. Quien no lo quiera ver es porque es un necio. Y, ante ese fracaso, hay que buscar alternativas. Lo está intentando el presidente Gustavo Petro en Colombia y ya se sabrá si tiene éxito o no, pero lo está intentando. La primera respuesta de AMLO fue un no rotundo. Como dice el gobernador Rocha, retomo para el caso: “hay mucha hipocresía”.
Humo negro
PARECE UN CHISTE PERO ES EN SERIO: la Comisión Federal de Electricidad, que dirige el vetusto ex priista robaelecciones, Manuel Bartlett Díaz, está proponiendo a la gente que lave su ropa a mano para ahorrar luz y hacer ejercicio. ¿En lavadero de cemento o de granito? O en palangana, para ahorrar agua también. O nos vamos al río, allá el aire es más puro. Igual, si ya tiramos la mierda de nuestras ciudades, ¿qué más contaminarlo con un poco de jabón?
La aguja y el pajar
NO HABÍAMOS VISTO UN SIGNO de apertura como el que acaba de dar el alcalde de Mazatlán, Edgar González, al recibir y hacer compromisos con los integrantes de Observatorio Ciudadano. Que sea para bien.
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