El presidente AMLO legitimó la manifestación de 120 mil universitarios/Álvaro Aragón Ayala.
Voces Nacionales © 2023. Álvaro Aragón Ayala
Rubén Rocha “reventó” La Mañanera celebrada en Culiacán y la convirtió en una especie de Tribunal de la Inquisición, en un grotesco espectáculo mediático que insultó la inteligencia del presidente de la República. Ahí, en un intento por engañarlo, por “engancharlo”, el gobernador le habló de la vinculación a proceso de los funcionarios uaseños y de que estaba en marcha una manifestación universitaria, describiendo el escenario ad hoc que ha construido en torno a la UAS, que ha fabricado con el apoyo de “notas”, “investigaciones” y “reportajes” en los que ha invertido más de 550 millones de pesos para hacer aparecer a los funcionarios de la Casa Rosalina como corruptos y al dirigente del PAS como dueño de la Universidad. Pero no logró burlarse de López Obrador. El mandatario estatal quedó en ridículo; solo se puso la soga al cuello, pues, con astucia, López Obrador lo puso en su lugar.
Al abordar las acusaciones vertidas por Rubén Rocha y sus periodistas “sembrados” deliberadamente en La Mañanera- al tocar el tema de la vinculación a proceso de funcionarios de la UAS que por rechazar la Ley de Educación Superior del Estado son perseguidos y se les intenta encarcelar, el Presidente Andrés Manuel López Obrador precisó que “si se van a manifestar quienes están en contra de esta medida, están en su derecho, somos libres, ya tenemos que ir acostumbrándonos que así tiene que ser la vida pública, cada vez más pública y más democrática, no pasa nada; a lo que no hay que recurrir es a la violencia, que todo se exprese o manifieste de manera pacífica, la no violencia, y también que se informe a la gente, que se informe al pueblo”.
“No hay que olvidar” -agregó el presidente de la República- “que nosotros tenemos que mandar obedeciendo al pueblo, y que se tiene que garantizar el derecho a la información al pueblo, antes no se informaba, la gente no sabía, o se manipulaba la información. Hay quienes piensan que es lo mismo de antes, que el pueblo es tonto y se le puede manipular; tonto es el que piensa que el pueblo es tonto. Qué bien que se está llevando a cabo este debate. No hay que alarmarse, lo único es procurar que no se afecte a los estudiantes, que no se deje de dar las clases, que se le pague a los maestros y que las manifestaciones, porque es un derecho, sean pacíficas, sin violencia, y dejarle al pueblo de Sinaloa, que es un pueblo muy informado, muy inteligente, muy avispado; dejarle que opine”.
El presidente López Obrador pidió a Rubén Rocha que espere que las instancias judiciales resuelvan en relación a los juicios fabricados por el propio gobernador y que libran los funcionarios de la UAS. “Ya se está ventilando todo este proceso, esta denuncia, en las instancias judiciales; mi opinión es que espere a que están instancias resuelvan, para eso están los jueces; eso es lo que yo puedo opinar al respeto. Es muy probable que los jueces los tribunales decidan, seguramente, ahí esta este debate, y ellos van a decidir si puede, por ejemplo, la Auditoría Superior de la Federación hacer una revisión si así lo deciden las autoridades judiciales y las Fiscalías, pero hay que esperar a que resuelvan”.
Consideró, además, que es “favorable que al mismo tiempo que se está llevando a cabo esta investigación sigan las actividades en la Universidad, para que no se afecte a estudiantes, que no se afecte la vida universitaria, y que no le falte el presupuesto a los maestros a los docentes, eso es importante, así la autoridad va a resolver. Que no se pierden clases”
Exacto. Rubén Rocha se equivocó con el Presidente. Le tendió una celada para “engancharlo”, para conseguir su aval, su anuencia, para proseguir con la campaña de linchamiento público y criminalización contra funcionarios de la UAS y el dirigente del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, cuyo único pecado es haberlo ayudado a convertirse en candidato de Morena-PAS y luego en gobernador, sí, ese mandatario estatal que retrató a López Obrador en La Mañanera como un inexperto de la cosa pública, como un ignorante que desconoce a fondo, el por qué la Universidad está en medio de la vorágine mediática y judicial. Derrapó, pues, AMLO no es tonto, es el mejor informado del país, razón por la que obviamente consideró la alharaca de Rocha como un insulto a la figura Presidencial.
A su debido tiempo, Mario Delgado, presidente nacional de Morena, los asesores de Palacio Nacional y los agentes del Centro Nacional de Inteligencia le informaron a Andrés Manuel López Obrador que el gobernador había traicionado al dirigente del PAS, Héctor Melesio Cuén, quien fue clave para que lo declararan candidato de Morena y en la victoria electoral de Rocha Moya. Lo pusieron al tanto de que Rocha acuerpado por un grupúsculo de jubilados había elaborado un proyecto para tomar el control de la Universidad. Lo pusieron al tanto, incluso, de la farsa que se creó para argumentar el falso esclarecimiento del asesinato del periodista Luis Enrique Ramírez de El Debate.
El Presidente fue enterado, en tiempo y forma, de que Rubén Rocha construyó una Ley de Educación Superior del Estado que viola la autonomía universitaria, que trastoca la vida institucional de la Casa Rosalina, y de que había comprado a casi todos los medios de comunicación para que lo ayudaran a construir la narrativa de la “lucha contra la corrupción” en contra de la UAS y se le informó que todos los ataques enderezados contra la UAS y Héctor Melesio Cuén Ojeda no tenían sustento: pusieron en manos del Presidente las auditorías practicadas a la Casa Rosalina por la Auditoría Superior de la Federación que no encontraron nada negativo, ningún daño hacendario y patrimonial en la máxima casa de estudios.
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