Testimonios de la ignominia
MARCELA TURATI
Revista Proceso # 1706, a 12 de julio de 2009;
Los testimonios recogidos por Proceso en torno del incendio de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, son elocuentes. Al reconstruir los hechos, esas voces revelan cómo la negligencia de las autoridades y la falta de cuidados de los socios de ese inmueble provocaron una de las peores tragedias de las que se tenga memoria en el país. Son relatos dramáticos, gritos desesperados que no tienen eco, pero también son preguntas sin respuestas ante la infamia.
Escuchamos el grito. ‘¡Saquen a los niños!’… El techo se desprendía en pedazos y caía sobre los menores que dormían sobre colchonetas en el piso… Unos tenían quemaduras en brazos, cabeza, frente; otros se asfixiaban con el humo”. Educadora RC de la guardería ABC.
“Movía sus cuerpos pero batallaba para despertarlos; lo hice varias veces, pero no dio resultado. En cuestión de segundos se llenó la sala de humo negro… me llevé a los niños despiertos hacia el baño, mojé las sábanas y se las puse en su nariz para que no aspiraran el humo. Era imposible sacar a todos porque ya había salido parte del personal y sólo quedábamos unas 27 personas”. AM, educadora.
“Araceli gritó que allá había muchos niños. Cuando llegué a la puerta se me juntaron muchos de ellos que venían saliendo de las áreas de Maternal, de dos a cuatro años, que son los que ya caminan; sentí cuando se me abrazaban de las piernas. No puedo decir cuántos ni quiénes, para ese momento ya estaban cayendo del techo los trozos ardiendo de una lona de colores que estaba colgada sobre el comedor. Como pude me iba quitando a los niños, por eso tengo los brazos quemados”. EC, jefa de pedagogía.
“No podíamos abrir la puerta porque abre para adentro, no para afuera... se batallaba, ya que la jaladora de la chapa se quebró, y en eso andaban que la iban a arreglar pero no lo hicieron”. GT, cocinera de la guardería.
“Miré a siete niños tirados en el pavimento enfrente de la puerta de la guardería… La Cruz Roja no se daba abasto… Procedimos a acordonar el área, ya que empezaron a llegar familiares de los niños que querían ingresar a la guardería. Tuvimos que negarles el paso para no interrumpir las labores de los bomberos”. Reporte policiaco.
“Había mucho humo espeso, empecé a tentar, tenté carnita, la agarré, cuando pude vi que era una niña, estaba toda quemada, no hacía nada; no lloraba, tenía los ojos grises. Nomás se me quedó viendo, nada más abría la boca y la cerraba, como los peces”. Empleado de llantera ubicada en las inmediaciones del edificio siniestrado.
“Hiram se sentía muy mal. Él quería agarrar parejo y llevarse a todos los niños; veía a varios de ellos en el piso, pero tomaba a los que veía llorando y no a los que veía silenciosos. Y estuvo bien porque salvó a los que tenían posibilidad de vivir”. AA, bombero.
“El cuarto niño que saqué me partió el alma: iba todo descarapelado, como cuando a un tomate le quitas el cuerito, en la bata del uniforme se me quedó la carne cocida del niño. Lloraba, respiraba forzado, yo le iba diciendo que aguantara, que ya íbamos a llegar al hospital”. CC, despachador de gasolina.
“Sacamos como a 30, pero no vi uno vivo; todos iban negritos, sus brazos sin fuerza. LL, vecino.
“No estaban muy quemados, sino intoxicados. El humo del poliuretano es muy tóxico, es muy pesado, si acaso te da cinco minutos para seguir respirando”. AA, bombero.
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“Nos llevaron al hospital Cima para identificar a los niños que habían fallecido y a los que se encontraban vivos pero muy quemados; ni los mismos padres podían reconocerlos”. Educadora MF.
“Talla: 90 centímetros. El cadáver presenta quemaduras de primero y segundo grados en 40% de la superficie corporal, predominante en cara, cuello, extremidades, región dorsolumbar derecha. También presenta impregnación de humo y presencia de hollín en la ropa, en superficie corporal expuesta y en orificios naturales, vías aéreas y digestivas superiores, coloración rosa cereza de la piel y la mucosa. Concentración de carboxihemoblobina de 73%”. Reporte forense.
“Mi niño traía contaminados los pulmones, inflamados, negros, tres días estuvo haciendo sangre, tenía dificultad para respirar. Hace unos días le retiraron las nebulizaciones. Ese día, cuando supimos que estaba en el hospital, yo seguí buscando a la niña y vi como a ocho niñas muy malitas, en estado lamentable, pero como mamá quería que todas fueran ella. No había manera de identificarlas, me parecía que alguna tenía el pelo o las orejitas o los dientes como la mía. Era casi imposible reconocerlas, algunas estaban inflamadas. Decía que sí, que todas eran mi hija y todos los papás decían lo mismo. Afortunadamente la mía estaba completa, nada más tenía dos lesiones en el brazo izquierdo, se veía muy oscura su nariz. Su cabello estaba completo, su ropa completa. Qué bueno que fue así porque ella era vanidosa, coqueta, decía que era la más hermosa y me hubiera dolido verla en otra situación. Pero murió hermosa”. Entrevista con Isaura Lozoya, mamá de Dafne Yesenia y Kevin Isaac.
“Kevin llegó consciente, asustado, con los ojitos desorbitados por el susto. Le preguntaron qué quería y dijo, señalando a una enfermera: ‘Que ella me abrace’. A veces comenta las cosas a su modo fantasioso sobre lo que le pasó. Me dice: ‘Mamá, anoche vi una estrella, me subí en ella, volé como Supermán y cuando me caí me hice estos cocos’, y me enseña sus quemadas”. Testimonio de IL, mamá.
“Mi esposo se metió a buscarla. Dice que cuando entró no la reconocía porque había varios tiznados. Él gritaba: ‘Vania, Vania, dónde estás’, obvio que una niña de siete meses no te contestaba, pero sí le extendió los bracitos y él la agarró. Adentro del carro dudé si era ella, hasta que le vi el vestidito. No la reconocía por lo tiznada. Estaba hirviendo, gritando, deshidratada, y hasta que le pusieron suero en el hospital le salieron las lágrimas. Tiene heridas de lo que goteó el techo. En las noches a veces se estremece y empieza a llorar inconsolable”. Carolina Córdova, mamá de Vania Vanesa.
“(La guardería) contaba con todas las medidas de seguridad… Aparte de mi esposa hay dos socios más: Gildardo Urquidez y Marcia Matilde Gómez del Campo, ignoro cuántos fueron los niños o personas que han fallecido; tampoco sé cuantos lesionados hay hasta el momento. Ignoro dónde estén los otros socios”. Alfonso Cristóbal Escalante Hoeffer, esposo de la representante legal de ABC, Sandra Téllez.
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“Muchas cosas no embonan.¿Por qué no detuvieron a los dueños y a los funcionarios de gobierno, por qué les dieron tiempo de huir? ¿Por qué tardaron para dar la lista de las guarderías subrogadas?... Ni la muerte de 48 niños y los 16 hospitalizados los mueve, siguen viendo sus bolsillos”. Abraham Fraijo, papá de Emilia, de tres años, muerta en el incendio.
“Cuando fui por primera vez a la guardería chequé que tuviera salida de emergencia, no sabía que estaba cancelada con candado, y tengo la manía de checar la carga de los extintores. Me dio confianza porque estaba el techo muy alto... Pensé que la guardería era del IMSS, no sabía que era de particulares que se encargaban de pagarles a las muchachas. Me siento defraudado, México es todo una basura, siempre se ve por los intereses de pocos por encima de todos”. Roberto Zavala, papá de Santiago, uno de los menores fallecidos.
“No está y no lo van a encontrar”. Mamá de Marcelo Meouchi, exrepresentante de la guardería.
“(En 2001) Marcelo Meouchi y Antonio Salido me dijeron que necesitaban los servicios de construcción de divisiones internas y acabados en una bodega... era un garrón vacío… hasta hice el comentario a los dueños en relación con la impermeabilización y el estado del techo por humedad… El plano estaba aprobado por el ayuntamiento”. Subcontratista de Muros y Plafones.
“Se lleva a cabo la inspección del sistema de seguridad contra incendios basado en un formato ya establecido el cual sólo llenamos… desconozco a quién le toca checar que la construcción sea adecuada”. FA. Bombero.
“Primero fue mueblería, luego maquila, después guardería”. Vecino.
“(En 2001, los dueños solicitaron al licenciado Ernesto Rivera, entonces delegado del IMSS, permiso para poner la guardería.) Recuerdo que vimos el inmueble y que se observaba en buen estado y que en su entorno no había situaciones peligrosas, como gasolineras, cantinas o vías rápidas… Era una nave industrial, al parecer en buenas condiciones”. Noemí López Sánchez, jefa de inspectoras del IMSS desde 2001.
“De la ultima revisión que tuvimos el 27 de mayo de este año (2009), recuerdo que la supervisora nos extendió una felicitación”. ML, administradora de ABC.
“Nunca se revisan los materiales de construcción, los techos o cualquier cosa relacionada con el inmueble… Me di cuenta de la carpa que está puesta en el área de usos múltiples, que es de plástico o hule y era de colores. La verdad, no advertí que fuera un riesgo para los niños, sólo la tomé como parte de la decoración… El IMSS no me ha dado capacitación sobre incendios, además de que mi formato de revisión no lo contempla”. Delia Botello, coordinadora regional de guarderías.
“Los simulacros nunca se realizaron con los niños comiendo o dormidos, ni por sorpresa”. MF, educadora.
“Al bombero que nos estaba mostrando qué hacer en caso de incendio le preguntamos qué sucedería con las lonas del techo y nos dijo que estábamos trabajando con una bomba de tiempo”. MF, educadora.
“Vecinos del lugar decían que, por el olor, en esa bodega vecina se trabajaba con químicos”. CV, educadora.
“(En la bodega de Hacienda teníamos dos coolers) conectados a un contacto múltiple, de esos que se llaman flautas y que tienen un switch en un extremo… estaba conectado a un alambre rojo que estaba suelto. Antes de irme apagamos los coolers”. IA, empleado de Hacienda.
“Siempre tuvimos problemas con los focos que estaban en esa bodega, siempre se apagaban”. DA, empleado de Hacienda.
“El 5 de junio, a las 17:47 horas se recibió una llamada anónima de amenaza de bomba en las instalaciones de la guardería ABC… En la noche una persona reportó, en otra llamada, que cuando ocurrió la tragedia vio a unos jóvenes salir de las bodegas contiguas a la guardería, los cuales vestían uniformes de una secundaria e iban corriendo de forma sospechosa, como huyendo”. Reporte del sistema de emergencias.
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“El secretario de Turismo y el expresidente municipal (Guatimoc) Iberry intentaron convencerme de que el gobierno estatal no tiene la culpa; me dijeron que Santiago está en el cielo, muy triste, porque estamos enojados; que cualquier cosa que necesitara, cualquier gasto, el gobernador me lo podía dar. Yo les dije que sí necesitaba algo: que metieran en la cárcel a los culpables, los propietarios de la bodega que tenía medidas nulas de seguridad”. Papá de Santiago Zavala, muerto en el siniestro del 5 de junio.
“En los restos de la guardería se encontraron documentos de renuncias voluntarias del personal que había dejado de trabajar, recibos de pagos de seguros Monterrey a nombre de Antonio Salido, pagos oficiales a nombre de Sandra Téllez Nieves y Alfonso Escalante, un CD con la leyenda de propuesta de ampliación, una invitación del presidente de la República, Felipe Calderón…”. Ministerio Público.
“Por decisión de la Asamblea asumí el cargo de presidenta del Consejo, concretándome únicamente a constatar y verificar que se cumpliera con los requisitos señalados por el personal de la Coordinación de Guarderías. (Di) instrucciones de no escatimar esfuerzo alguno ni recursos económicos para proporcionar y brindar un servicio adecuado a los niños”. Sandra Téllez, representante legal de la guardería.
“Ofendido: Sociedad ABC. Solicitamos que esta H. Representación Social se sirva a iniciar una investigación para determinar las causas que originaron el siniestro como las consecuencias que se determinen contra quien o quienes resulten responsables de la comisión de delitos de daño por incendio”. Denuncia interpuesta el 6 de junio por Antonio Salido, representante legal de la Guardería ABC.
“Mi única participación desde que se constituyó legalmente ha sido la de socia capitalista”. Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo, fundadora de la sociedad ABC.
“Sólo me circunscribí a aportar el capital”. Gildardo Urquides, socio de ABC.
“Me compensaría que empezaran a dar las guarderías a quien tiene conciencia de hacerlo, y que se les revise. Tienen que evitar que los niños mueran, para que las mamás que trabajan puedan quedarse tranquilas. Me compensaría el dolor que la muerte de mi bebé sirva para que los niños estén mejor cuidados”. Mamá de Yesenia.
MARCELA TURATI
Revista Proceso # 1706, a 12 de julio de 2009;
Los testimonios recogidos por Proceso en torno del incendio de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, son elocuentes. Al reconstruir los hechos, esas voces revelan cómo la negligencia de las autoridades y la falta de cuidados de los socios de ese inmueble provocaron una de las peores tragedias de las que se tenga memoria en el país. Son relatos dramáticos, gritos desesperados que no tienen eco, pero también son preguntas sin respuestas ante la infamia.
Escuchamos el grito. ‘¡Saquen a los niños!’… El techo se desprendía en pedazos y caía sobre los menores que dormían sobre colchonetas en el piso… Unos tenían quemaduras en brazos, cabeza, frente; otros se asfixiaban con el humo”. Educadora RC de la guardería ABC.
“Movía sus cuerpos pero batallaba para despertarlos; lo hice varias veces, pero no dio resultado. En cuestión de segundos se llenó la sala de humo negro… me llevé a los niños despiertos hacia el baño, mojé las sábanas y se las puse en su nariz para que no aspiraran el humo. Era imposible sacar a todos porque ya había salido parte del personal y sólo quedábamos unas 27 personas”. AM, educadora.
“Araceli gritó que allá había muchos niños. Cuando llegué a la puerta se me juntaron muchos de ellos que venían saliendo de las áreas de Maternal, de dos a cuatro años, que son los que ya caminan; sentí cuando se me abrazaban de las piernas. No puedo decir cuántos ni quiénes, para ese momento ya estaban cayendo del techo los trozos ardiendo de una lona de colores que estaba colgada sobre el comedor. Como pude me iba quitando a los niños, por eso tengo los brazos quemados”. EC, jefa de pedagogía.
“No podíamos abrir la puerta porque abre para adentro, no para afuera... se batallaba, ya que la jaladora de la chapa se quebró, y en eso andaban que la iban a arreglar pero no lo hicieron”. GT, cocinera de la guardería.
“Miré a siete niños tirados en el pavimento enfrente de la puerta de la guardería… La Cruz Roja no se daba abasto… Procedimos a acordonar el área, ya que empezaron a llegar familiares de los niños que querían ingresar a la guardería. Tuvimos que negarles el paso para no interrumpir las labores de los bomberos”. Reporte policiaco.
“Había mucho humo espeso, empecé a tentar, tenté carnita, la agarré, cuando pude vi que era una niña, estaba toda quemada, no hacía nada; no lloraba, tenía los ojos grises. Nomás se me quedó viendo, nada más abría la boca y la cerraba, como los peces”. Empleado de llantera ubicada en las inmediaciones del edificio siniestrado.
“Hiram se sentía muy mal. Él quería agarrar parejo y llevarse a todos los niños; veía a varios de ellos en el piso, pero tomaba a los que veía llorando y no a los que veía silenciosos. Y estuvo bien porque salvó a los que tenían posibilidad de vivir”. AA, bombero.
“El cuarto niño que saqué me partió el alma: iba todo descarapelado, como cuando a un tomate le quitas el cuerito, en la bata del uniforme se me quedó la carne cocida del niño. Lloraba, respiraba forzado, yo le iba diciendo que aguantara, que ya íbamos a llegar al hospital”. CC, despachador de gasolina.
“Sacamos como a 30, pero no vi uno vivo; todos iban negritos, sus brazos sin fuerza. LL, vecino.
“No estaban muy quemados, sino intoxicados. El humo del poliuretano es muy tóxico, es muy pesado, si acaso te da cinco minutos para seguir respirando”. AA, bombero.
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“Nos llevaron al hospital Cima para identificar a los niños que habían fallecido y a los que se encontraban vivos pero muy quemados; ni los mismos padres podían reconocerlos”. Educadora MF.
“Talla: 90 centímetros. El cadáver presenta quemaduras de primero y segundo grados en 40% de la superficie corporal, predominante en cara, cuello, extremidades, región dorsolumbar derecha. También presenta impregnación de humo y presencia de hollín en la ropa, en superficie corporal expuesta y en orificios naturales, vías aéreas y digestivas superiores, coloración rosa cereza de la piel y la mucosa. Concentración de carboxihemoblobina de 73%”. Reporte forense.
“Mi niño traía contaminados los pulmones, inflamados, negros, tres días estuvo haciendo sangre, tenía dificultad para respirar. Hace unos días le retiraron las nebulizaciones. Ese día, cuando supimos que estaba en el hospital, yo seguí buscando a la niña y vi como a ocho niñas muy malitas, en estado lamentable, pero como mamá quería que todas fueran ella. No había manera de identificarlas, me parecía que alguna tenía el pelo o las orejitas o los dientes como la mía. Era casi imposible reconocerlas, algunas estaban inflamadas. Decía que sí, que todas eran mi hija y todos los papás decían lo mismo. Afortunadamente la mía estaba completa, nada más tenía dos lesiones en el brazo izquierdo, se veía muy oscura su nariz. Su cabello estaba completo, su ropa completa. Qué bueno que fue así porque ella era vanidosa, coqueta, decía que era la más hermosa y me hubiera dolido verla en otra situación. Pero murió hermosa”. Entrevista con Isaura Lozoya, mamá de Dafne Yesenia y Kevin Isaac.
“Kevin llegó consciente, asustado, con los ojitos desorbitados por el susto. Le preguntaron qué quería y dijo, señalando a una enfermera: ‘Que ella me abrace’. A veces comenta las cosas a su modo fantasioso sobre lo que le pasó. Me dice: ‘Mamá, anoche vi una estrella, me subí en ella, volé como Supermán y cuando me caí me hice estos cocos’, y me enseña sus quemadas”. Testimonio de IL, mamá.
“Mi esposo se metió a buscarla. Dice que cuando entró no la reconocía porque había varios tiznados. Él gritaba: ‘Vania, Vania, dónde estás’, obvio que una niña de siete meses no te contestaba, pero sí le extendió los bracitos y él la agarró. Adentro del carro dudé si era ella, hasta que le vi el vestidito. No la reconocía por lo tiznada. Estaba hirviendo, gritando, deshidratada, y hasta que le pusieron suero en el hospital le salieron las lágrimas. Tiene heridas de lo que goteó el techo. En las noches a veces se estremece y empieza a llorar inconsolable”. Carolina Córdova, mamá de Vania Vanesa.
“(La guardería) contaba con todas las medidas de seguridad… Aparte de mi esposa hay dos socios más: Gildardo Urquidez y Marcia Matilde Gómez del Campo, ignoro cuántos fueron los niños o personas que han fallecido; tampoco sé cuantos lesionados hay hasta el momento. Ignoro dónde estén los otros socios”. Alfonso Cristóbal Escalante Hoeffer, esposo de la representante legal de ABC, Sandra Téllez.
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“Muchas cosas no embonan.¿Por qué no detuvieron a los dueños y a los funcionarios de gobierno, por qué les dieron tiempo de huir? ¿Por qué tardaron para dar la lista de las guarderías subrogadas?... Ni la muerte de 48 niños y los 16 hospitalizados los mueve, siguen viendo sus bolsillos”. Abraham Fraijo, papá de Emilia, de tres años, muerta en el incendio.
“Cuando fui por primera vez a la guardería chequé que tuviera salida de emergencia, no sabía que estaba cancelada con candado, y tengo la manía de checar la carga de los extintores. Me dio confianza porque estaba el techo muy alto... Pensé que la guardería era del IMSS, no sabía que era de particulares que se encargaban de pagarles a las muchachas. Me siento defraudado, México es todo una basura, siempre se ve por los intereses de pocos por encima de todos”. Roberto Zavala, papá de Santiago, uno de los menores fallecidos.
“No está y no lo van a encontrar”. Mamá de Marcelo Meouchi, exrepresentante de la guardería.
“(En 2001) Marcelo Meouchi y Antonio Salido me dijeron que necesitaban los servicios de construcción de divisiones internas y acabados en una bodega... era un garrón vacío… hasta hice el comentario a los dueños en relación con la impermeabilización y el estado del techo por humedad… El plano estaba aprobado por el ayuntamiento”. Subcontratista de Muros y Plafones.
“Se lleva a cabo la inspección del sistema de seguridad contra incendios basado en un formato ya establecido el cual sólo llenamos… desconozco a quién le toca checar que la construcción sea adecuada”. FA. Bombero.
“Primero fue mueblería, luego maquila, después guardería”. Vecino.
“(En 2001, los dueños solicitaron al licenciado Ernesto Rivera, entonces delegado del IMSS, permiso para poner la guardería.) Recuerdo que vimos el inmueble y que se observaba en buen estado y que en su entorno no había situaciones peligrosas, como gasolineras, cantinas o vías rápidas… Era una nave industrial, al parecer en buenas condiciones”. Noemí López Sánchez, jefa de inspectoras del IMSS desde 2001.
“De la ultima revisión que tuvimos el 27 de mayo de este año (2009), recuerdo que la supervisora nos extendió una felicitación”. ML, administradora de ABC.
“Nunca se revisan los materiales de construcción, los techos o cualquier cosa relacionada con el inmueble… Me di cuenta de la carpa que está puesta en el área de usos múltiples, que es de plástico o hule y era de colores. La verdad, no advertí que fuera un riesgo para los niños, sólo la tomé como parte de la decoración… El IMSS no me ha dado capacitación sobre incendios, además de que mi formato de revisión no lo contempla”. Delia Botello, coordinadora regional de guarderías.
“Los simulacros nunca se realizaron con los niños comiendo o dormidos, ni por sorpresa”. MF, educadora.
“Al bombero que nos estaba mostrando qué hacer en caso de incendio le preguntamos qué sucedería con las lonas del techo y nos dijo que estábamos trabajando con una bomba de tiempo”. MF, educadora.
“Vecinos del lugar decían que, por el olor, en esa bodega vecina se trabajaba con químicos”. CV, educadora.
“(En la bodega de Hacienda teníamos dos coolers) conectados a un contacto múltiple, de esos que se llaman flautas y que tienen un switch en un extremo… estaba conectado a un alambre rojo que estaba suelto. Antes de irme apagamos los coolers”. IA, empleado de Hacienda.
“Siempre tuvimos problemas con los focos que estaban en esa bodega, siempre se apagaban”. DA, empleado de Hacienda.
“El 5 de junio, a las 17:47 horas se recibió una llamada anónima de amenaza de bomba en las instalaciones de la guardería ABC… En la noche una persona reportó, en otra llamada, que cuando ocurrió la tragedia vio a unos jóvenes salir de las bodegas contiguas a la guardería, los cuales vestían uniformes de una secundaria e iban corriendo de forma sospechosa, como huyendo”. Reporte del sistema de emergencias.
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“El secretario de Turismo y el expresidente municipal (Guatimoc) Iberry intentaron convencerme de que el gobierno estatal no tiene la culpa; me dijeron que Santiago está en el cielo, muy triste, porque estamos enojados; que cualquier cosa que necesitara, cualquier gasto, el gobernador me lo podía dar. Yo les dije que sí necesitaba algo: que metieran en la cárcel a los culpables, los propietarios de la bodega que tenía medidas nulas de seguridad”. Papá de Santiago Zavala, muerto en el siniestro del 5 de junio.
“En los restos de la guardería se encontraron documentos de renuncias voluntarias del personal que había dejado de trabajar, recibos de pagos de seguros Monterrey a nombre de Antonio Salido, pagos oficiales a nombre de Sandra Téllez Nieves y Alfonso Escalante, un CD con la leyenda de propuesta de ampliación, una invitación del presidente de la República, Felipe Calderón…”. Ministerio Público.
“Por decisión de la Asamblea asumí el cargo de presidenta del Consejo, concretándome únicamente a constatar y verificar que se cumpliera con los requisitos señalados por el personal de la Coordinación de Guarderías. (Di) instrucciones de no escatimar esfuerzo alguno ni recursos económicos para proporcionar y brindar un servicio adecuado a los niños”. Sandra Téllez, representante legal de la guardería.
“Ofendido: Sociedad ABC. Solicitamos que esta H. Representación Social se sirva a iniciar una investigación para determinar las causas que originaron el siniestro como las consecuencias que se determinen contra quien o quienes resulten responsables de la comisión de delitos de daño por incendio”. Denuncia interpuesta el 6 de junio por Antonio Salido, representante legal de la Guardería ABC.
“Mi única participación desde que se constituyó legalmente ha sido la de socia capitalista”. Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo, fundadora de la sociedad ABC.
“Sólo me circunscribí a aportar el capital”. Gildardo Urquides, socio de ABC.
“Me compensaría que empezaran a dar las guarderías a quien tiene conciencia de hacerlo, y que se les revise. Tienen que evitar que los niños mueran, para que las mamás que trabajan puedan quedarse tranquilas. Me compensaría el dolor que la muerte de mi bebé sirva para que los niños estén mejor cuidados”. Mamá de Yesenia.
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Operación tapadera
DANIEL LIZáRRAGA, reportero.
Revista Proceso # 1706, a 12 de julio de 2009;
La difusión de las listas que contienen nombres y datos de propietarios de las guarderías subrogadas por el Seguro Social puso al descubierto una historia de engaños, contradicciones y ocultamiento de información mediante la cual el director del IMSS, Daniel Karam, deslindó al gabinete presidencial de cualquier responsabilidad sobre la muerte de 48 niños en la estancia infantil ABC, de Hermosillo, Sonora, como lo demuestra una investigación realizada por Proceso.
En esa misma dinámica, el funcionario endosó a la administración de Vicente Fox, al gobierno de Sonora encabezado por Eduardo Bours y a los dos últimos alcaldes de Hermosillo la responsabilidad de explicar cómo y por qué se optó por un sistema de estancias infantiles subrogadas, y por qué no se contó con información oportuna acerca de las condiciones mínimas de seguridad en cada una de ellas.
El exdirector del IMSS y actual titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, es uno de los funcionarios beneficiados con estas maniobras, pues se le ha mantenido al margen de las pesquisas anunciadas por la Procuraduría General de la República, pese a que en 2007 él firmó la mayoría de las renovaciones de contratos con los propietarios de las mil 500 guarderías subrogadas, entre ellas la ABC de Hermosillo.
El miércoles 8, Karam dijo ante el pleno de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión que el retraso de 33 días en hacer públicos los nombres de los dueños de las estancias obedeció al tiempo que demoró la digitalización de 70 mil hojas.
“Ahora se puede saber quiénes son los socios, quiénes son los representantes legales, cuándo empezaron a operar y cuál es el tipo de contratación que tienen”, expuso.
Sin embargo, al IFAI le dieron una explicación diferente. Entrevistada por Proceso un día antes de la comparecencia de Karam, la comisionada María Marván aseguró que el IMSS les notificó que la demora en la entrega de la lista se debió a que no tenía todos los contratos en su poder.
“No había orden. Algunos de estos contratos estaban en las oficinas centrales, pero otros permanecían en las delegaciones y otros más se quedaron en las guarderías”, comentó Marván vía telefónica.
Ante el creciente interés público sobre el funcionamiento de las guarderías, los comisionados del IFAI, encabezados por Jacqueline Peschard, han realizado su propia investigación. Desde el pasado 22 de junio se inició el intercambio de oficios y datos entre ambas instituciones.
De acuerdo con Marván, el IMSS nunca le notificó al IFAI que el retraso para abrir los archivos sobre las guarderías obedeciera a un problema técnico. Por otra parte, desde hace seis años, el Seguro Social –como el resto de las 240 dependencias gubernamentales sujetas a la Ley de Transparencia– debió tener en su portal de internet registros sobre las guarderías.
En el artículo séptimo de esa ley se especifica que los contratos firmados por el gobierno con cualquier particular son públicos por definición. En torno de este punto, la comisionada explicó que los contratos debieron estar registrados, sin excepción.
–¿Qué importancia reviste la transparencia en el manejo de los archivos? –le preguntó el reportero.
–En este caso podemos comprobar que el desorden administrativo lleva a la impunidad. Sin un archivo ordenado sobre quiénes son los dueños y cuándo se hizo la última revisión de Protección Civil, los expedientes sirven para muy poco. La información desordenada en la administración pública no tiene ninguna utilidad.
–¿Se deben fincar responsabilidades por ello?
–No me quiero lavar las manos, pero eso lo debe determinar la Secretaría de la Función Pública. El IFAI le ha exigido al IMSS que tenga los contratos actualizados y los expedientes completos de cada una de las guarderías. Supongo que después de este accidente tan espantoso, uno de los documentos infaltables serán las revisiones de Protección Civil.
Sin embargo, entre los 70 mil archivos puestos a disposición por el IMSS no existe un solo documento que contenga dictámenes en esa materia.
Aunado a lo anterior, en el sistema Infomex –el portal oficial de acceso a la información del Gobierno Federal– este semanario encontró indicios de que desde diciembre de 2008, seis meses antes del accidente, el IMSS contaba con información sistematizada y ordenada acerca de las guarderías.
Prueba de ello es que en esa fecha un ciudadano –del cual se omite su nombre por mandato de ley– pidió al Seguro Social información detallada acerca de las guarderías (solicitud de acceso 0064100316409). El desglose debía incluir ubicación –estado, municipio y colonia–, además de números telefónicos, capacidad instalada, número de niños inscritos y, sobre todo, los nombres de los propietarios. El instituto le entregó una base de datos más o menos completa.
Tras la tragedia del pasado 5 de junio, los medios de comunicación, los padres de los niños fallecidos, así como los legisladores de oposición y las organizaciones civiles, exigieron que se dieran a conocer los nombres de los dueños no sólo de la guardería ABC, sino también de todas las estancias infantiles subrogadas en todo el país.
El IMSS tardó más de un mes en entregar esa información, pues según Karam fue muy laboriosa la digitalización de más de 70 mil documentos. Sin embargo, este argumento no se sostiene ante la evidencia de que desde diciembre de 2008 el instituto contaba con información de las estancias infantiles sistematizada en una base de datos.
Corrupción
En su comparencia ante los legisladores, Karam precisó: “Hoy queda claro que hay cuatro instancias de responsabilidad: la Secretaría de Finanzas del gobierno de Sonora, los dueños y operadores de la guardería subrogada, funcionarios estatales del Seguro Social y las autoridades de Protección Civil de Hermosillo”.
Al responder las preguntas de un diputado, el funcionario refirió que la guardería ABC abrió sus puertas en 2001 con permiso del entonces delegado del IMSS en la entidad. Karam no proporcionó el nombre de ese funcionario, aunque para entonces el director general del instituto era Santiago Levy.
El 29 de marzo de 2006, precisó Karam, el Consejo Técnico del IMSS adoptó el acuerdo 127-2006, mediante el cual se autorizó al director general suscribir contratos multianuales para la prestación de servicios de guardería, cuya vigencia sería hasta por tres años.
Y agregó: “Con base en todo este procedimiento, el 29 de diciembre de 2006 el IMSS celebró con guardería ABC un contrato de prestación del servicio firmado entre otros funcionarios por el entonces director general, con vigencia, insisto, al 31 de diciembre de 2009”.
Karam les dijo a los legisladores que en la parte final de los documentos digitalizados se destacaba que tanto la responsabilidad de la contratación como de la administración del contrato quedarían a cargo de la delegación estatal.
Para el comisionado del IFAI, Juan Pablo Guerrero, este caso ilustra, con todo su dramatismo y crudeza, que el acceso a la información y la transparencia no han bastado para impedir la corrupción y la impunidad prevalecientes en el gobierno.
“Si hay una lección en términos de acceso a la información y transparencia en la tragedia de la guardería ABC de Hermosillo, es que, en contextos político-burocráticos como el mexicano, la transparencia puede hacer muy poco para combatir la impunidad. Cuando ya han muerto 48 niños, la transparencia puede generarle al IMSS alguna presión para que cumpla con las normas mínimas de seguridad.”
DANIEL LIZáRRAGA, reportero.
Revista Proceso # 1706, a 12 de julio de 2009;
La difusión de las listas que contienen nombres y datos de propietarios de las guarderías subrogadas por el Seguro Social puso al descubierto una historia de engaños, contradicciones y ocultamiento de información mediante la cual el director del IMSS, Daniel Karam, deslindó al gabinete presidencial de cualquier responsabilidad sobre la muerte de 48 niños en la estancia infantil ABC, de Hermosillo, Sonora, como lo demuestra una investigación realizada por Proceso.
En esa misma dinámica, el funcionario endosó a la administración de Vicente Fox, al gobierno de Sonora encabezado por Eduardo Bours y a los dos últimos alcaldes de Hermosillo la responsabilidad de explicar cómo y por qué se optó por un sistema de estancias infantiles subrogadas, y por qué no se contó con información oportuna acerca de las condiciones mínimas de seguridad en cada una de ellas.
El exdirector del IMSS y actual titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, es uno de los funcionarios beneficiados con estas maniobras, pues se le ha mantenido al margen de las pesquisas anunciadas por la Procuraduría General de la República, pese a que en 2007 él firmó la mayoría de las renovaciones de contratos con los propietarios de las mil 500 guarderías subrogadas, entre ellas la ABC de Hermosillo.
El miércoles 8, Karam dijo ante el pleno de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión que el retraso de 33 días en hacer públicos los nombres de los dueños de las estancias obedeció al tiempo que demoró la digitalización de 70 mil hojas.
“Ahora se puede saber quiénes son los socios, quiénes son los representantes legales, cuándo empezaron a operar y cuál es el tipo de contratación que tienen”, expuso.
Sin embargo, al IFAI le dieron una explicación diferente. Entrevistada por Proceso un día antes de la comparecencia de Karam, la comisionada María Marván aseguró que el IMSS les notificó que la demora en la entrega de la lista se debió a que no tenía todos los contratos en su poder.
“No había orden. Algunos de estos contratos estaban en las oficinas centrales, pero otros permanecían en las delegaciones y otros más se quedaron en las guarderías”, comentó Marván vía telefónica.
Ante el creciente interés público sobre el funcionamiento de las guarderías, los comisionados del IFAI, encabezados por Jacqueline Peschard, han realizado su propia investigación. Desde el pasado 22 de junio se inició el intercambio de oficios y datos entre ambas instituciones.
De acuerdo con Marván, el IMSS nunca le notificó al IFAI que el retraso para abrir los archivos sobre las guarderías obedeciera a un problema técnico. Por otra parte, desde hace seis años, el Seguro Social –como el resto de las 240 dependencias gubernamentales sujetas a la Ley de Transparencia– debió tener en su portal de internet registros sobre las guarderías.
En el artículo séptimo de esa ley se especifica que los contratos firmados por el gobierno con cualquier particular son públicos por definición. En torno de este punto, la comisionada explicó que los contratos debieron estar registrados, sin excepción.
–¿Qué importancia reviste la transparencia en el manejo de los archivos? –le preguntó el reportero.
–En este caso podemos comprobar que el desorden administrativo lleva a la impunidad. Sin un archivo ordenado sobre quiénes son los dueños y cuándo se hizo la última revisión de Protección Civil, los expedientes sirven para muy poco. La información desordenada en la administración pública no tiene ninguna utilidad.
–¿Se deben fincar responsabilidades por ello?
–No me quiero lavar las manos, pero eso lo debe determinar la Secretaría de la Función Pública. El IFAI le ha exigido al IMSS que tenga los contratos actualizados y los expedientes completos de cada una de las guarderías. Supongo que después de este accidente tan espantoso, uno de los documentos infaltables serán las revisiones de Protección Civil.
Sin embargo, entre los 70 mil archivos puestos a disposición por el IMSS no existe un solo documento que contenga dictámenes en esa materia.
Aunado a lo anterior, en el sistema Infomex –el portal oficial de acceso a la información del Gobierno Federal– este semanario encontró indicios de que desde diciembre de 2008, seis meses antes del accidente, el IMSS contaba con información sistematizada y ordenada acerca de las guarderías.
Prueba de ello es que en esa fecha un ciudadano –del cual se omite su nombre por mandato de ley– pidió al Seguro Social información detallada acerca de las guarderías (solicitud de acceso 0064100316409). El desglose debía incluir ubicación –estado, municipio y colonia–, además de números telefónicos, capacidad instalada, número de niños inscritos y, sobre todo, los nombres de los propietarios. El instituto le entregó una base de datos más o menos completa.
Tras la tragedia del pasado 5 de junio, los medios de comunicación, los padres de los niños fallecidos, así como los legisladores de oposición y las organizaciones civiles, exigieron que se dieran a conocer los nombres de los dueños no sólo de la guardería ABC, sino también de todas las estancias infantiles subrogadas en todo el país.
El IMSS tardó más de un mes en entregar esa información, pues según Karam fue muy laboriosa la digitalización de más de 70 mil documentos. Sin embargo, este argumento no se sostiene ante la evidencia de que desde diciembre de 2008 el instituto contaba con información de las estancias infantiles sistematizada en una base de datos.
Corrupción
En su comparencia ante los legisladores, Karam precisó: “Hoy queda claro que hay cuatro instancias de responsabilidad: la Secretaría de Finanzas del gobierno de Sonora, los dueños y operadores de la guardería subrogada, funcionarios estatales del Seguro Social y las autoridades de Protección Civil de Hermosillo”.
Al responder las preguntas de un diputado, el funcionario refirió que la guardería ABC abrió sus puertas en 2001 con permiso del entonces delegado del IMSS en la entidad. Karam no proporcionó el nombre de ese funcionario, aunque para entonces el director general del instituto era Santiago Levy.
El 29 de marzo de 2006, precisó Karam, el Consejo Técnico del IMSS adoptó el acuerdo 127-2006, mediante el cual se autorizó al director general suscribir contratos multianuales para la prestación de servicios de guardería, cuya vigencia sería hasta por tres años.
Y agregó: “Con base en todo este procedimiento, el 29 de diciembre de 2006 el IMSS celebró con guardería ABC un contrato de prestación del servicio firmado entre otros funcionarios por el entonces director general, con vigencia, insisto, al 31 de diciembre de 2009”.
Karam les dijo a los legisladores que en la parte final de los documentos digitalizados se destacaba que tanto la responsabilidad de la contratación como de la administración del contrato quedarían a cargo de la delegación estatal.
Para el comisionado del IFAI, Juan Pablo Guerrero, este caso ilustra, con todo su dramatismo y crudeza, que el acceso a la información y la transparencia no han bastado para impedir la corrupción y la impunidad prevalecientes en el gobierno.
“Si hay una lección en términos de acceso a la información y transparencia en la tragedia de la guardería ABC de Hermosillo, es que, en contextos político-burocráticos como el mexicano, la transparencia puede hacer muy poco para combatir la impunidad. Cuando ya han muerto 48 niños, la transparencia puede generarle al IMSS alguna presión para que cumpla con las normas mínimas de seguridad.”
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