Miércoles, 28 de Octubre de 2009
Puerto Vallarta, Jalisco
Qué tal, amigas y amigos.
Muy buenas tardes.
Me da muchísimo gusto saludarles y, desde luego, el estar con ustedes en un tema tan importante y tan fascinante, como es la vida a nivel municipal, a nivel local.
Saludo con aprecio al licenciado Emilio González Márquez, Gobernador del Estado de Jalisco.
Al Diputado Ignacio Guzmán García, Representante del Congreso del Estado de Jalisco.
Al Magistrado Celso Rodríguez González, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Al licenciado Francisco Javier Bravo Carbajal, Presidente Municipal de Puerto Vallarta, a quien le agradezco su hospitalidad.
Al licenciado Cuauhtémoc Calderón Galván, Presidente Municipal de Zacatecas y de la Asociación Nacional de Alcaldes.
Al licenciado Juan Sánchez Aldana, Presidente de Zapopan y de la Asociación de Municipios de México.
Al licenciado Jaime Valls Esponda, Presidente Municipal de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y Presidente de la Asociación de Autoridades Locales de México.
Al General Enrique Cánovas Buenrostro, Comandante de esta V Región Militar.
Al Vicealmirante Armando García Rodríguez, Comandante de la VIII Zona Naval.
A todas las Legisladoras y Legisladores Federales; Diputados, Senadores, Diputados Locales, aquí presentes. Los saludo con afecto.
Desde luego, a todos los Presidentes Municipales aquí presentes, en especial a las Presidentas Municipales aquí presentes, que les toca una chamba más difícil, más dura de repente, no sé por qué. Pero la hacen muy bien.
A todos los invitados del ámbito internacional que están aquí presentes.
A los representantes de la Academia, de la sociedad civil, de los medios.
A todos ustedes, amigas y amigos.
Muy buenas tardes.
Asisto, la verdad, con mucho gusto, no sólo interés, a este 6° Foro Internacional de la Agenda Desde lo Local, que es el encuentro municipalista más importante del país.
Un gran mexicano, como fue Manuel Gómez Morin, sostuvo siempre que el municipio es el ámbito por excelencia para la participación política, para el ejercicio del Gobierno responsable y para la solución de los problemas sociales; y otro, además, gran mexicano, gran jalisciense, González Luna, señalaba que, al final de cuentas, el municipio es la extensión misma de la familia.
Y bien lo sabemos, amigas y amigos. El municipio es la instancia más cercana al ciudadano y, por lo mismo, es necesario fortalecerlo para que cumpla sus responsabilidades.
El primer contacto de cada ciudadano con el Estado, con la autoridad de Gobierno, es su autoridad municipal. La experiencia de cada persona con la autoridad es esa, precisamente, la que tiene que ver con su seguridad personal y la de su familia, con los servicios que necesita: de agua, de recolección de basura.
Es la autoridad también, más cercana, en cuanto a sus propias decisiones y a las que le competen. Por eso, pienso, que la Agenda de lo Local, es y debe ser, una Agenda Nacional. Porque mientras más cercanas son las decisiones, y las políticas públicas, puestas en práctica, para servicio del ciudadano, más eficaces serán, precisamente, las acciones en beneficio del ciudadano.
Tengo, además, como orgullo, el haber participado en diversas decisiones, que si bien es cierto, no resuelven cada una de manera aislada la enorme problemática que viven los municipios del país, han contribuido de alguna manera a construir la solución que se necesita a esa problemática, particularmente en el ámbito de las finanzas.
Yo me acuerdo, cuando yo era Presidente de mi partido, y era la primera vez que en México tenía que construirse un acuerdo político para poder sacar adelante un Presupuesto de Egresos, habida cuenta de que por primera vez en México ningún partido tenía mayoría en la Cámara de Diputados. Y siendo además Presidente de un partido de oposición, asumimos la responsabilidad de sacar adelante acuerdos en beneficio del país, como lo es, sin duda alguna, el Paquete Fiscal de un año determinado, con la condición, que entonces plantea mi antecesor el ex Presidente Zedillo, de que hubiera en ese Paquete Presupuestal una mejora sustancial para los municipios de México.
Y así, en una discusión política y en una negociación de cara a la Nación, surgieron partidas presupuestales tan importantes, como el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios, el FORTAMUN, y surgió también el Fondo de Infraestructura Social Municipal; que desde entonces, han podido canalizar recursos de manera muy importante a los municipios de México.
Y pese a la enorme escasez de recursos que, en particular, la actual crisis económica provoca para todas las instancias de Gobierno, en lo que va de esta Administración, por ejemplo, los recursos que se han entregado directamente, que se han hecho llegar a los municipios a través de participaciones y aportaciones, rebasan los 485 mil, son casi 500 mil millones de pesos, que es más del 35 por ciento en términos reales, a los entregados los tres años antes en mi Gobierno.
En este particular rubro, además, a partir del año antepasado, se creó una partida adicional que va específicamente a los municipios para atender una necesidad básica de los alcaldes y de las comunidades en los ayuntamientos, como es la seguridad pública.
Y por eso propusimos al Congreso, y se aprobó, el Subsidio para la Seguridad Pública Municipal, el SUBSEMUN, que fue creado con la finalidad de respaldar a los municipios con mayor problemática demográfica y de seguridad pública, y que sufren el mayor embate de la criminalidad.
Sumados, el SUBSEMUN con el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública, el FASP, este año, tanto a través del SUBSEMUN y el FASP, los gobiernos locales reciben más de 11 mil millones de pesos; es decir, más del doble de lo que les asignaba el Presupuesto en el año 2006.
Lo más relevante es que con el SUBSEMUN, queremos concatenar un fondo que está focalizado al fortalecimiento de los cuerpos policiales.
Qué es lo que queremos, amigas y amigos.
Queremos que el municipio pueda cumplir con su tarea de ser el espacio que garantiza la vida comunitaria y el desarrollo digno de las familias mexicanas.
Yo pienso que es en el ámbito municipal donde, verdaderamente, puede cambiarse en mayor o menor medida la calidad de vida de la gente.
Y pienso que a medida en que tengamos mejores municipios, con mejores alcaldes, con mejores regidores, con mejores servidores públicos, así también podremos ir elevando la calidad de vida de los mexicanos.
Un primer requisito medular para que cambie, verdaderamente, la Administración Pública en el país, tiene que ver en cómo se administran los recursos de la gente.
Y una premisa indispensable, exigible para cualquier autoridad, desde el Presidente de la República, hasta el más modesto de los regidores del más modesto de los ayuntamientos es, precisamente, el conducir la administración de los recursos públicos y la toma de decisiones en la Administración, con transparencia, rendición de cuentas y cabal honestidad en el manejo de los recursos de la gente.
Mientras más recto sea el ejercicio de Gobierno, habrá mejor Gobierno.
Por eso, en la lucha por la transparencia, la rendición de cuentas y la honestidad en el manejo de los recursos públicos, tenemos que estar todos comprometidos y todos unidos, y en ello estará empeñado el Gobierno de la República.
Un segundo elemento clave, particularmente en las circunstancias en las cuales el crimen organizado ahora pretende prácticamente apoderarse de la vida comunitaria, sustituyendo, incluso, a la organización del Estado. Si toca al Ayuntamiento recolectar, por ejemplo, contribuciones como el Predial, el crimen organizado en muchas localidades del país pretende hacer sus propias recolecciones, cobrándoles derecho de piso y extorsionando a los ciudadanos que trabajan ganándose su sustento diario.
Y si la única ley que prevalece es, precisamente, la que emane de Congresos democráticos y legítimos, es el crimen organizado el que ahora pretende imponer su propia ley.
Y si la única fuerza que reconoce el Estado y la Constitución es la fuerza pública emanada de la autoridad, de la potestad de quien gobierna, el crimen organizado pretende imponer hasta en las más modestas y remotas comunidades del país su propia fuerza y su propia ley.
Y ante esta amenaza verdadera a la vida digna de los mexicanos y de las mexicanas, tenemos que erigir un valladar que no sólo restablezca la autoridad del Estado plenamente, allá donde pueda estar vulnerada, sino que haga que la única ley que prevalezca sea la ley de los mexicanos, que la única fuerza que prevalezca sea la fuerza pública de las autoridades electas.
Por esa razón, amigas y amigos, porque queremos que nuestro México, sea un país de leyes; porque queremos que en la ciudad más grande del país hasta el municipio más pequeño, más pobre y más modesto de México, se haga sentir la autoridad del Estado y ninguna otra más que la del Estado. Por esa razón, luchamos y habremos de seguir luchando contra el crimen organizado en cualquiera de sus expresiones colectivas en nuestro México.
Para ello trabajamos en el Gobierno Federal con ahínco, con entusiasmo. Por eso, hemos actuado y seguiremos actuando en respaldo de alcaldes y de gobernadores que verdaderamente asuman de tú a tú el compromiso de poder preservar los derechos de los ciudadanos y la seguridad pública.
Y por esa razón, también considero. Por más que esté presente la fuerza Federal, a través de las Fuerzas Armadas o de la Policía Federal, no avanzaremos verdaderamente en sustancia, o bien, habiendo avanzado como ya lo hemos hecho, no podremos mantener, precisamente, este ritmo creciente de restablecimiento del orden público, si no reconstituimos en su raíz la fuerza pública y la autoridad que el municipio debe de tener.
Porque somos más, millones de mexicanos más, los que queremos vivir en paz y trabajar y progresar en orden, que quienes pretenden alterar la vida de los ciudadanos, exaccionándolos o extorsionándolos.
Y por esa razón, una piedra angular de la reconstrucción institucional que demanda urgentemente nuestro querido México, es la reconstrucción de la autoridad a nivel municipal y, particularmente, de la autoridad policiaca a nivel municipal.
Porque cada comandancia policiaca que se cede a la criminalidad, es sinónimo de claudicación ante los más bastardos intereses de la delincuencia.
Y por esa razón, hemos de empeñarnos a que la policía municipal sea una policía honesta, confiable, bien preparada y bien armada, para servir a los ciudadanos.
Y que en este esquema haya un ejercicio verdaderamente solidario y subsidiario de la autoridad pública.
Que cuando no pueda, por sus propios medios, una autoridad municipal hacer frente a esa delincuencia, haya siempre una fuerza subsidiaria que le respalde en el nivel estatal. Y si ésta no está presente, porque no puede o porque no quiere respaldar la autoridad municipal, haya una fuerza Federal que respalde, y de manera decidida y determinante, a esa autoridad municipal. Y así vamos a reconstruir la vida institucional del país.
Por ello, es tan importante que esta reconstrucción parta desde los cimientos hasta la cúpula; que desde el más modesto ayuntamiento, el comandante de la policía municipal y sus directores operativos, y sus mandos y sus comandantes, puedan ser mexicanas o mexicanos honestos, cabales y confiables.
De ahí la importancia de que se cumplan los compromisos por la seguridad, la justicia y la legalidad, en los que hemos empeñado nuestra palabra alcaldes, gobernadores y Presidente de la República.
Que haya exámenes de control de confianza para los cuerpos policiacos; que haya vigilancia de los ciudadanos sobre el actuar de los gobernantes y de los policías; que haya verdadera rendición de cuentas de los recursos, que cuantiosamente estamos destinando, precisamente, a estos rubros.
Que haya, verdaderamente, compromiso con un México libre y nunca, nunca más asome la posibilidad de un México cautivo y sojuzgado por los intereses de la delincuencia.
Un tercer elemento, amigas y amigos. Tienen que ser los servicios públicos eficientes. En la historia de la humanidad han sido ya cientos, miles de años, en los cuales ha habido alguna autoridad que lleva el agua a su comunidad.
Mucho ha trabajado la civilización humana, precisamente, en ello. De ahí la importancia que cada alcalde y cada servidor público no tenga que tener que inventar o descubrir, a base de errores, lo que la experiencia humana ha decantado una y otra, y otra vez, sobre las autoridades.
Por esa razón, en la provisión de servicios públicos: en el agua potable, en el alumbrado, en los panteones, en los jardines, en la recolección de basura, en la seguridad pública misma, es fundamental que haya una sistematización de los procesos, que la mejor manera de hacer las cosas, la más eficaz y la más barata, esté sustentada en métodos y sistemas que le faciliten la vida al gobernante y le faciliten también la vida al gobernado.
Que gobernar sea, precisamente, un ejercicio de vocación de servicio y no un calvario, como puede llegar a ser para muchos alcaldes y para muchos regidores.
De manera tal que, precisamente, en la Agenda de lo Local esté tan presente la existencia de parámetros y de indicadores que nos permitan avanzar, cada vez más rápidamente y más a fondo, a una verdadera profesionalización y a una sistematización de las prácticas de buen Gobierno en todos los municipios del país.
Un cuarto punto. Tienen que ser las finanzas públicas sanas en los ayuntamientos. Se requiere fortalecer al municipio y, particularmente, por la vía de las finanzas.
Sé, amigas y amigos, lo sé, porque el Gobierno Federal lo está viviendo y padeciendo, que a consecuencia de la crisis económica mundial, que ha reducido los ingresos públicos, y a consecuencia también de algo mucho más grave que es la caída en la producción de petróleo del país, que tan sólo este año nos ha dejado sin 320 mil millones de pesos que sí teníamos el año pasado, eso ha generado una caída drástica, dramática, diría yo, en los ingresos públicos.
Y si eso le pasa al Gobierno Federal, sé que en la misma medida y en la misma proporción le está ocurriendo a los gobiernos estatales en sus participaciones. Y en la misma proporción, pero de manera más dramática, por el peso enorme de las participaciones, le está ocurriendo a todos los ayuntamientos del país.
Por esa razón, amigas y amigos, porque México tiene que reconstruir la fortaleza de sus finanzas públicas.
Porque sé que ustedes lo necesitan, como lo necesita cualquier Gobierno; porque sé que la crisis ha disminuido los ingresos de los mexicanos y, en consecuencia, también los ingresos públicos, es menester, es imprescindible fortalecer las finanzas públicas.
No es tarea grata para ningún gobernante el recolectar impuestos. Pero es imprescindible que los gastos públicos, indispensables para proveerles satisfactores al ciudadano, puedan ser sufragados con contribuciones equitativas, tal y como lo manda la Constitución.
Por qué lo digo, amigas y amigos.
Porque yo sé: más allá de los discursos, hay una enorme necesidad en las tesorerías municipales, en las tesorerías estatales y en la Tesorería de la Federación, de resarcir y poder revitalizar la tarea de Gobierno mediante los ingresos públicos que necesitamos.
Y me refiero a la propuesta fiscal que propusimos a la consideración del Congreso de la Unión, que busca resolver de manera responsable un problema estructural, un problema grave de finanzas públicas, no sólo del Gobierno Federal, también de las entidades federativas y también de los ayuntamientos de México.
Y que, de no tomarse medidas tributarias que puedan restablecer, así sea en parte, la enorme pérdida de ingresos públicos derivada de la crisis internacional y de la caída en la producción de petróleo, esto generaría un derrotero de enorme daño en la calidad de vida de la gente que depende, particularmente a nivel local, de los servicios públicos que se le puedan brindar.
En la Cámara de Diputados, en un ejercicio complejo y difícil, pero valioso, precisamente, por complejo y difícil, de diálogo, de negociación y de acuerdo, se pudo concretar, verdaderamente, una propuesta, que más allá de sus limitaciones o insuficiencias, entendibles y explicables en cualquier materia de este tipo, es una propuesta que permitiría a México el poder seguir avanzando y resolver este grave problema de las finanzas nacionales, estatales y municipales.
Yo por eso hago un respetuoso llamado al Congreso de la Unión, y en este caso a la Cámara revisora, a valorar, precisamente, la delicada situación de las finanzas públicas a cualquier nivel de Gobierno.
Sé que todos tenemos que hacer algo para resolver las finanzas públicas.
Yo puedo asegurarles, amigas y amigos, que el Gobierno Federal está haciendo su parte, que hemos tomado medidas nunca antes tomadas en la Administración Pública nacional para reducir el gasto público.
Que he propuesto, por primera vez, reducir tres Secretarías de Estado; que, por primera vez, hemos tomado acciones difíciles, dolorosas, pero imprescindibles para eliminar gasto público insostenible en empresas financieramente insostenibles, como ocurrió hace un par de semanas en Luz y Fuerza del Centro.
Y estamos trabajando para cumplir nuestro deber de hacer eficiente la Administración Pública, de hacer más con menos. Y así como el Gobierno Federal está haciendo su parte, así como ustedes están haciendo su parte por la tremenda restricción de recursos que hay en las arcas municipales, pienso que todos debemos hacer una parte en esta tarea.
Se le exigió al Gobierno Federal reducir su gasto y reducirlo palpablemente, lo hemos hecho a pesar de la enorme dificultad de las decisiones que teníamos que tomar. Y yo pido ahora a muchos sectores que, precisamente, asuman su responsabilidad en la gravedad de las finanzas públicas y del momento nacional.
Es fundamental que entendamos que todos, todos los mexicanos, salvo los que menos tienen, los que viven en la pobreza extrema, los que no tienen, verdaderamente, ingreso; todos quienes tenemos en mayor o menor medida de hacerlo, podamos aportar al gasto nacional.
Y si esto es obligado para cualquier ciudadano, en términos de la Constitución y en términos de la justicia, lo es más, más obligado para quien más tiene y más ha recibido; para quien más gana, para las empresas que más ganan: Y si esto es obligado para las empresas que más ganan, es más obligado todavía para las empresas que más ganan y que rara, rara vez pagan impuestos en el país.
De lo que se trata es, precisamente, de hacer frente entre todos a un problema nacional. Finanzas públicas sanas a nivel municipal, amigas y amigos, implica no sólo aumentar las participaciones y aportaciones federales hacia los estados y los municipios. Hay que hacerlo, sí, y en esa lucha estamos precisamente en nuestra propuesta en el Congreso de la Unión.
Pero también implica buscar aquellas fuentes de ingreso que pueden y deben provenir también del ámbito Desde lo Local. Es importante, por ejemplo, que en el país emprendamos una transformación a fondo de los recursos que potencialmente pueden recaudarse en los ayuntamientos, para que ustedes puedan mejorar la calidad de vida de la gente.
Por ejemplo. Nuestro país es una de las naciones que menos recauda a nivel de Impuesto Predial, o contribuciones sobre la tierra en todo el mundo, por lo menos en las naciones que tenemos el mismo nivel de desarrollo.
Y una parte de ello deriva, no por la falta de voluntad de la autoridad municipal, sino también por la inexistencia de catastros eficaces, que tengan verdaderamente cuantificada la propiedad o posesión de la tierra, o que tengan sus referencias de catastro actualizadas a valores de la realidad.
Yo por eso propongo a los ayuntamientos que emprendamos un esfuerzo a fondo para poder modernizar los catastros municipales de todo el país, y que eso permita que los ayuntamientos de México tengan el ingreso que necesitan para hacer frente a las necesidades de su población.
En esa modernización de catastros, contarán también con el apoyo del Gobierno Federal.
Un quinto elemento. Tiene que ser la gobernabilidad. La gobernabilidad, precisamente, en las propias administraciones municipales.
Tenemos que encontrar la manera, amigas y amigos, de que el ayuntamiento sea eso, un juntamiento, una unión de esfuerzos de quienes tienen la responsabilidad de encabezar la gestión municipal.
Que el cuerpo colegiado, que es el cabildo, sea un cuerpo colegiado para gobernar eficazmente y no para paralizar la actividad del gobierno municipal.
Que puedan encontrarse los mecanismos institucionales que hagan un incentivo a la colaboración entre quienes asumen responsabilidades en el cabildo, y no a la obstrucción recíproca e inútil, que hace nugatoria la tarea de gobernar en los municipios del país.
Gobernabilidad implica también el encontrar esquemas de certidumbre y de planeación de largo plazo. Sé que éste es un tema delicado, pero estoy convencido de ello plenamente.
Una de las cosas que ha deteriorado la vida institucional y la gobernabilidad de los municipios del país, que ha impedido la planeación de largo plazo, la responsabilidad de largo plazo, que ha impedido que el ciudadano sea el que exija cuentas y mande a su casa al alcalde que no sirve o mantenga en el Palacio Municipal al que sí sirve, es la imposibilidad de que continúe una buena obra de Gobierno después de tres años de ejercicio municipal.
Por eso, considero importante que debe abrirse un debate nacional para revisar a fondo y debatir la posibilidad de elección consecutiva de los alcaldes en nuestro país.
Que sea el ciudadano el que decida. Si hubo un buen alcalde y un buen cabildo que trabajó por la comunidad, que siga, por lo menos, un periodo más. Y si no sirvió o si está robando, o si francamente no es para eso, que se vaya a su casa y que se vaya incluso antes, porque así no puede servir a la vida de la comunidad.
Y, finalmente, coordinación de políticas públicas. Ya hablaba el Gobernador de Jalisco de la necesaria interacción de ayuntamientos conurbados en ciudades y zonas metropolitanas.
Yo pienso, amigas y amigos, que de esta coordinación se requiere, precisamente, una suma de esfuerzos que vaya más allá de lo municipal.
Alguna vez manifesté que la vida de los ciudadanos se desarrolla en un plano intermedio, no sólo en la macroeconomía donde se deciden las finanzas nacionales, y los equilibrios presupuestales o la política monetaria; no sólo en la microeconomía, la que explica el funcionamiento de una tienda de abarrotes o de una tortillería; sino, yo diría, en la mesoeconomía.
En esa zona intermedia entre la actividad particular de una persona o de una empresa y la actividad nacional, a veces inalcanzable o inasible para millones de mexicanos.
Eso en lo regional, es en lo local, es en las distintas regiones del país, en la mesoeconomía, donde se dan las posibilidades de desarrollo o de fracaso en el desarrollo de los pueblos y las naciones.
Es por eso que en esa mesoeconomía, el Gobierno Federal se ha empeñado en impulsar, precisamente, las obras de infraestructura tan largamente pospuestas en la vida de la Nación.
Es por eso que en estos tres años hemos construido o modernizado más carreteras y más caminos rurales que nunca en la historia del país.
Es por esa razón que en estos tres años hemos construido o modernizado más de mil 300 clínicas u hospitales del Sector Salud, más que en cualquier otro momento de la vida de la Nación. Porque sólo la infraestructura que dinamiza las escalas regionales y locales, puede haber, verdaderamente, futuro y desarrollo.
Amigas y amigos.
Alcaldes, Regidores, servidores públicos.
El desarrollo nacional sólo será pleno si parte del desarrollo de los municipios de México. De cara al futuro inmediato, necesitamos un municipalismo que una y fortalezca al país, que impulse el desarrollo regional equilibrado, justo y sustentable; que propicie la rendición de cuentas, no sólo a nivel municipal, sino también a nivel estatal y, desde luego, que lo continúe a nivel Federal.
En esta tarea, la de crear un verdadero municipio libre y fuerte, cuentan ustedes con el apoyo, la determinación del Gobierno de la República. Ahí pondremos todo nuestro empeño para transformar a México, a sabiendas de que la transformación del país pasa, también, por la transformación del municipio mexicano.
Tenemos desafíos comunes, y sépanlo, amigas y amigos, que habremos de enfrentarlos y de superarlos juntos: municipio, estados y Federación.
Y si me permiten, les voy a pedir que me acompañen a hacer la declaratoria formal de inauguración, aunque sé que empezaron el trabajo en la mañana.
Hoy, siendo las 19 horas con 32 minutos del día 28 de octubre de 2009, declaro formalmente inaugurados los trabajos del 6º Foro Internacional Desde lo Local, augurando a todos sus participantes el mayor de los éxitos.
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