Discurso del Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, durante la clausura del Sexto Foro Internacional Desde lo Local.
Puerto Vallarta, Jal., a 30 de octubre de 2009
Les ofrezco ahorrarles repetir la mención de todos y cada uno de los distinguidos miembros de esta mesa.
Los doy por presentados y ellos saben, cada uno de ellos, que los saludo con afecto y con respeto.
Y a ustedes también, señoras y señores.
El nombre de este foro no es ni puede ser casual, es el signo de los tiempos en términos de la comunicación y de la consistencia.
A raíz de lo global, a raíz de la posibilidad de comunicar múltiples experiencias cercanas y lejanas, cada uno de nosotros amplía sus opciones y sus alternativas; es capaz de entender y conocer mejor cuáles son los ámbitos, los costos, los riesgos, las oportunidades, los beneficios de las decisiones a tomar.
A partir de la reflexión con muchos, a partir de la conexión con una red del pensamiento, de la reflexión, de la preocupación y de la visión podemos decidir realidades concretas. El signo de la modernidad es actuar localmente y pensar globalmente. Asumir que hay respuestas en todas partes, que la experiencia humana es comunicable y que todo el tiempo podemos aprender a hacer las cosas mejor.
Y uno puede tener la mejor disposición para solucionar los problemas y uno tiene el deber de accionar hacia la solución de los problemas, pero que no está solo ni tiene que estar solo, que es parte de una comunidad cada vez mejor comunicada.
Y así, comunidad y comunicación parten de la misma raíz: Yo con el otro; nosotros.
Es por ello que esta es una ocasión importante para repensar qué podemos hacer cada uno de nosotros en su comunidad y hacerlo beneficiándonos de las experiencias de los demás.
Hoy es cierto -y se ha dicho aquí- el país vive una crisis importante; las expectativas futuras son mejores en términos del crecimiento de la economía.
Pero para mitigar mucho el impacto social de esta crisis mundial los gobiernos han tenido que enviar los recursos y las provisiones que tenían reservadas y han tenido que hacer un esfuerzo considerable, a fin de generar actividad económica, trabajo, que permitiera mitigar la caída de demanda internacional de muchos de nuestros productos.
Muchos conocen que zonas del país que fueron el eje de su fuerza hoy se volvieron vulnerables; que buena parte de la economía que había sido un motor de desarrollo, se encontró postrada ante la falta de demanda.
Pero había otra parte de México que estaba allí para apoyar y existió el fruto del trabajo de muchos años, listo para actuar en un momento oportuno.
Hoy es tiempo de reorganizar la manera en cómo todos nosotros tenemos que administrar la riqueza que se genera, a fin de articular el esfuerzo común.
Es tiempo que desde el espacio concreto que cada uno de nosotros administramos y sobre el que tenemos responsabilidad, articulemos respuestas comunes para hacernos más fuertes. En varios temas esto es esencial.
Aquí el Gobernador del estado nos ha dado ejemplos de comunicación y de comunidad.
Siendo el municipio la primera autoridad y la más próxima a cada uno de los habitantes, no tiene que estar solo, puede trabajar con otros los problemas comunes.
En materia de seguridad pública, por ejemplo, hoy las habilidades y las capacidades del Estado mexicano se ven vulneradas por la dispersión.
La intermunicipalidad o inclusive la estatalidad de los cuerpos de seguridad pública es un ejercicio que nos permite concentrar fuerzas, para resistir a los violentos y a aquéllos que aquejan la paz y la tranquilidad de las personas.
Como es posible, por ejemplo, que tres personas puedan hacer más que 10 personas; si las 10 personas están dispersas, allí van los tres uno por uno, uno por uno y uno por uno.
Pero si se saben articular fuerzas, si se saben comunicar, si el celo territorial puede ser sustituido por la corresponsabilidad, se pueden encontrar mejores soluciones.
No hagamos de la dispersión nuestra debilidad. Desde lo local hagamos esfuerzos solidarios y comunes.
Otro punto que es fundamental es el fortalecimiento de las finanzas municipales. Pero este ya no se puede ni se debe hacer estrictamente sobre la base de pedir más recursos de los centros de distribución de recursos.
Al fin en México buena parte de la recaudación de recursos públicos es federal y desde allí se distribuye. Pero los municipios tienen puentes de ingresos propios, pero los municipios pueden ser motor que detone crecimiento y actividad económica, y desde allí poder aumentar sus ingresos.
Los municipios son y deben ser socios de sus habitantes en el desarrollo y al hacerlo multiplicar sus oportunidades, consolidar las ventajas regionales y pensar en términos comunes.
Al final el ingreso que más importa es el ingreso que le podemos dar a todos y cada uno de los habitantes, mediante el trabajo y mediante la labor productiva, y allí los municipios pueden detonar o contener la actividad económica.
Mucho del crecimiento pasa por la transparencia y la rendición de cuentas.
El buen gobierno es socio de sus habitantes, para generar desarrollo y seguridad. El gobierno opaco se puede volver un obstáculo y un costo al crecimiento y a las oportunidades.
Ningún gobierno puede ser opaco ni debe ser opaco frente sus ciudadanos, pero menos el que le es más cercano.
Y a fin de afianzar esa cercanía hoy tenemos que discutir ya con seriedad el refrendo popular de los presidentes municipales; el alargar sus periodos de gobierno, mediante la reelección.
Esto no es nuevo ni es anuncio que se hace ahora; esta es una discusión que ya se viene dando en los últimos meses, en los espacios constitucionales de la República.
Existen iniciativas al respecto y yo al comparecer ante la Cámara de Diputados dije: México necesita aclarar ya, si en este año de refundación histórica como es el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, podemos dar pasos adelante, a fin de darle mayor fortaleza y estabilidad a las instituciones municipales, así como a las instituciones legislativas.
El municipio está en el centro de la reflexión de lo que es México hoy.
Nuestra capacidad de consolidar y fortalecer a la autoridad para que pueda cumplir con sus funciones, pasa por una lógica democrática, pero también por una lógica económica.
El ejercicio de la libertad responsable está en el centro de las esperanzas de México.
Ya no se puede hablar de derechos en primera persona y de la responsabilidad en tercera persona: A mí denme mis derechos y el que tiene que responder es otro.
Hoy todos construimos la realidad de México y la institución se construye desde la primera autoridad.
Yo los felicito por hacer este ejercicio de comunicación, por no aislarse, por intercambiar sus experiencias, por querer ser mejores para los suyos, por buscar vivir la vida política con honor, con honradez, con sencillez. Yo los felicito por asumir su responsabilidad frente a los demás.
El que aspire a la política pone a la responsabilidad antes que a cualquier derecho.
El que ve a la política como una oportunidad para sí y no como un espacio para los demás, traiciona los fundamentos de la política.
Yo los felicito por reiterar en esta ocasión de servir y ser útiles a los demás y permítanle a ellos ser útiles con los demás.
Que la autoridad no sofoque o no suplante la energía social; que la autoridad sea espacio y plataforma para crecer en libertad; para que los derechos sean de todos y los deberes sean de todos.
Para que México recupere sus fortalezas mucho más rápido la solución tendrá que ser desde lo local.
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