Fue el 117.º Patriarca de Alejandría y el Patriarca de África sobre la Santa Sede apostólica de San Marcos.
Shenouda III (en árabe: البابا شنوده الثالث) — (Asiut, 3 de agosto de 1923- Alejandría, 17 de marzo de 2012). Por razón de su cargo, Shenouda III fue la cabeza del Santo Sínodo del Patriarcado Copto Ortodoxo de Alejandría y de la Iglesia Copta mundial. Ostentaba de manera oficial el título de Su Santidad Papa de Alejandría y de todo Egipto, de Nubia, de Etiopía y de la Pentápolis y Patriarca de todo el país evangelizado por San Marcos.
Fue elegido Papa de Alejandría y Patriarca de la Iglesia Copta Ortodoxa de San Marcos en 1971 bajo la presidencia de Anuar el Sadat, quien le impuso arresto domicilio en 1981 después de que el religioso denunciara el trato discriminatorio del gobierno contra la minoría copta, que representa un 10 por ciento de la población egipcia, y mostrara su rechazo al acuerdo de paz con Israel de 1979.
Shenuda III no recuperó la plena autoridad sobre la
jerarquía eclesiástica hasta 1985, cuando fue restituido por Hosni Mubarak con quien mantuvo una
relación suave hasta su salida del poder el pasado 11 de febrero. El papa,
respetado por cristianos y musulmanes en Egipto, pasó aquellos años despojado
de poder en un monasterio en el desierto.
Durante los últimos años, había luchado contra varias
enfermedades crónicas y dolencias de espalda. Sus viajes a EU para recibir
tratamiento médico se volvieron frecuentes. Sus últimos doce meses de vida
coincidieron con la etapa más difícil de la historia reciente de Egipto: Los
ataques sectarios contra sus fieles aumentaron y el ejército convirtió el
pasado 9 de octubre una marcha pacífica de cristianos en un baño de sangre con
más de una veintena de muertos.Graduado en Historia por la Universidad de El Cairo en 1947, comenzó su vida como monje en 1954 con el nombre de Padre Antonios en el monasterio de El Suryan, en el desierto occidental de Egipto. Entre 1956 y 1962 vivió en una cueva separada del monasterio dedicado a la meditación y la oración. En 1962 adoptó el nombre de Shenuda (el cual era el nombre de un Santo Copto y de dos patriarcas anteriores: Shenouda I (859-880) y Shenouda II (1047-1077)- al asumir como Obispo de Educación Cristiana y Decano de la Universidad Teológica Copta Ortodoxa. Nueve años después, sucedió al Papa Kirilos VI, que había mantenido estrechos lazos con el legendario Gamal Abdel Naser.
A lo largo de su pontificado, Shenuda III nombró a los primeros obispos en EU, Australia y Sudamérica y trabajó en el acercamiento entre las confesiones cristianas.
Los Coptos echarán de menos a su líder máximo.
Una multitud estimada en más de 100.000 personas pasó la noche en las afuera del templo, en el que se celebró un servicio religioso fúnebre este domingo.
Sus restos reposaron en un trono ceremonial ataviados con una vestimenta sacerdotal de oro y rojo, una mitra dorada en su cabeza y un báculo de oro en su mano. El féretro permanecerá expuesto a sus fieles hasta el funeral que tendrá lugar el martes 20 de marzo.
Hasta que se elija al futuro papa copto, el obispo Pacomio, del Delta del Nilo, asumirá las funciones de líder de esa iglesia cristiana. Su sucesor, que tendrá que gestionar el nuevo papel de los cristianos en un nuevo tiempo político, será elegido entre la terna propuesta por el Consejo General de la Congregación.
Varias personas dieron su pésame a la muerte del patriarca, en particular los líderes musulmanes, que apreciaron el carácter conciliador del Papa. Incluso Ahmed el-Tayib, gran imán de Al Ahzar (la autoridad islámica más importante del país) dio sus condolencias.
El presidente de EU, Barack Obama, lo elogió como un defensor de la tolerancia y el diálogo religioso.
Pésame del papa por la muerte del patriarca de Alejandría
Benedicto XVI ha enviado un telegrama de pésame en francés.
En su telegrama, dice:
"Habiendo sabido con tristeza de la partida hacia Dios, nuestro Padre común, de su santidad Shenouda III, patriarca de Alejandría y de la Predicación de San Marcos, expreso a los miembros del Santo Sínodo, a los sacerdotes y a los fieles de todo el Patriarcado mis sentimientos más vivos de compasión fraterna. Recuerdo con gratitud su compromiso por la Unidad de los Cristianos, su visita memorable a mi predecesor el papa Pablo VI, y su firma el 10 de mayo de 1973, en Roma, de la Declaración Común de Fe en la Encarnación del Hijo de Dios, así como su encuentro en El Cairo con el papa Juan Pablo II, en el curso del Gran Jubileo de la Encarnación, el 24 de febrero de 2000. Puedo decir cuánto toda la Iglesia católica comparte la pena que aflige a los coptos ortodoxos, y cuánto se mantienen en oración ferviente pidiendo a Aquél que es la resurrección y la vida que acoja cerca de Él a su servidor fiel. Que el Dios de toda misericordia le reciba en su alegría, su paz y su luz".
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