La “religión” que aniquila/
Juan Pablo Proal Mantilla, reportero
Revista Proceso # 1846, 18 de marzo de 2012
Se llama Organización del Mar y algunas de
sus víctimas la acusan de tráfico de personas, abusos psicológicos, estafa y
explotación. Esta agrupación, con sede en la Ciudad de México, es la encargada
de controlar en toda América Latina las actividades de la cienciología o
dianética, la religión fundada en 1952 por el escritor Ronald Hubbard y que se ha extendido a muchos países, donde ha sido
investigada, sancionada y hasta prohibida… Con todo, en México se halla en vías
de obtener su registro oficial como entidad religiosa.
Los habitantes de la casa marcada con el número
29 de la calle Río Rhin, en la colonia Cuauhtémoc del Distrito Federal,
trabajan generalmente un promedio de 12 horas diarias de lunes a domingo a
cambio de unos 150 pesos semanales. Algunos días incluso dejan de dormir con
tal de cumplir cabalmente su misión: “clarificar al mundo”.
En ese inmueble viven extranjeros que están en
el país con visas de turista y también mexicanos sin contrato ni prestaciones.
Ven a sus familias un día cada dos o tres meses. Las mujeres tienen prohibido
embarazarse; si lo hacen, las presionan para abortar. Si alguien se enferma, lo
abandonan o lo echan.
Las reglas internas son rígidas y están hechas
para que nadie piense siquiera en la posibilidad de huir. Muy pocos cruzan la
puerta de salida. El grupo castiga muy severamente la disidencia.
Se trata de la Organización del Mar, grupo semisecreto (muy pocos conocen sus
reglas o saben quiénes la dirigen o cuántos miembros tiene) que controla desde
aquí y para toda Latinoamérica las actividades de la Iglesia de la Cienciología
(nombre extraoficial que se dan ellos mismos) o Dianética.
Lo anterior se desprende de conversaciones con
Rafael Gómez y Víctor Gutiérrez, quienes sí lograron escapar de la secta. No
son los únicos que lo han logrado, pero sí los primeros en atreverse a
denunciar los horrores que se viven en ella: trata de personas, abusos
psicológicos y jornadas laborales infrahumanas.
“Cada uno de los que trabajan donan toda su
vida. Hablamos de una organización que se especializa en tener cautiva a la
gente emocional, espiritual y hasta físicamente; se vive bajo un régimen
semimilitar. Ni siquiera tienen seguro médico, rezan para no enfermarse; no les
dan ni el salario mínimo y sin embargo trabajan a veces día y noche”, revela
Rafael Gómez, quien huyó hace cinco años.
Antes de entrar en la Organización del Mar los
empleados firman un contrato por un billón de años, pues este grupo propone la
tesis de que sus afiliados reencarnan. En el sitio de internet
www.scientology-lies.com (la cienciología miente) hay copias de estos convenios
casi eternos, como el consignado en la ficha ESO 00985 firmado por Lisa
Skonetski.
Las raciones de comida que les dan son
paupérrimas y el menú es casi invariable: Avena en el desayuno, pasta en la
comida y pequeñas porciones de pollo en la cena. Rafael estima que unas 90
personas trabajan para la Organización del Mar y la tercera parte son
extranjeros que burlan la ley con visas de turista: antes de que su permiso
caduque, los mandan a Guatemala y de regreso para que quede constancia de que
siguen viajando.
Así le ocurrió a Andrea Benítez, una argentina
que llegó sin permisos y que cuando intentó volver a su país se encontró con
que los miembros de la secta le habían retenido el pasaporte para evitar su
salida de México.
Es por eso que Alex Spatz, un miembro de la
Organización del Mar fue acusado de trata de personas por una colombiana y
condenado a seis años de prisión, según informó la Procuraduría General de la
República en el boletín 1772, del 25 de agosto de 2011.
Una investigación de la Fiscalía Especializada
para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas demostró
que Spatz “perteneció a una persona moral que contactó a una mujer colombiana
en la ciudad de Bogotá y mediante el engaño fue trasladada a México, donde
finalmente fue sometida a trabajos forzados”, refiere el comunicado.
De acuerdo con Rafael Gómez, Spatz sólo seguía
las órdenes de sus superiores. En la Organización del Mar es común que se
recluten extranjeros con engaños para traerlos a México, desde donde la
cienciología controla a sus filiales en el resto de Latinoamérica.
Para comprender qué es la Organización del Mar
hay que explicar los orígenes de la cienciología o dianética, secta fundada en
1952 por el escritor de ciencia ficción L. Ronald Hubbard aparentemente a raíz
de una apuesta según la cual, como narró el científico Carl Sagan en su libro
El cerebro de Broca (1979): “Tenía que inventarse una religión y ganarse la
vida con ella”.
La cienciología se anuncia
como una organización dedicada sólo a dar cursos de superación personal. En sus primeros acercamientos ofrece la
aplicación de pruebas gratuitas de personalidad; en un segundo paso propone a
sus potenciales afiliados cursos ligados a las fallas que encontró en los
primeros tests. Si por ejemplo una persona tiene problemas con los estudios, le
aconsejan cursar el taller “Aprendiendo a aprender”.
En las primeras etapas los cursos son muy
baratos, pero se encarecen conforme el interesado avanza en su proceso. Hay
decenas de cursos, libros y talleres. Quienes asisten a las charlas creen que
su vida comienza a mejorar, así que continúan los cursos con entusiasmo hasta
que son llamados a trabajar como parte del equipo de la cienciología, lo que
implica dar gran parte de su vida a la causa. Los más constantes son convocados
a unirse a la Organización del Mar, el grupo semisecreto que controla la
operación de la secta.
Conforme los interesados se inscriben en más
cursos, son adiestrados en la creencia de la cienciología: la existencia de
extraterrestres perversos que se apoderaron del universo, que “contaminan” a
los humanos y les impiden ser perfectos. La misión de un cienciólogo es
“clarificar” el mundo: “limpiar” a la humanidad de esa influencia
extraterrestre y conducirla a la perfección y la inmortalidad. Si un familiar o
un amigo de algunos de los cienciólogos cuestiona sus creencias, la
organización presiona al individuo para que corte todo contacto con aquéllos.
Eufemísticamente lo llaman “desconexión”.
Mala fama mundial
En octubre de 2009 la dianética fue multada en
Francia con 600 mil euros por el delito de estafa. En Rusia, el Consejo
Religioso del Distrito Autónomo de Janti-Mansi prohibió los materiales de Ron
Hubbard por considerarlos extremistas. En 1996 el gobierno alemán calificó a
esta secta de “muy peligrosa y con tendencia autoritaria”. También ha tenido
problemas legales en Grecia e Inglaterra.
La revista Time, la BBC, The New Yorker y
decenas de medios han publicado reportajes y documentales sobre los fraudes,
trabajos forzados, esclavitud y abusos que comete la secta. Sin embargo sus
adeptos pocas veces se enteran porque son amenazados con ser excomulgados (los
llaman “supresivos”) y perder la salvación eterna en caso de leer material
contrario al credo dianético.
Aunque en los países con mayor poder adquisitivo
y regulación en materia religiosa han perdido adeptos, en las naciones
subdesarrolladas la cienciología expande sus redes con rapidez. En el caso de
México, en diciembre pasado solicitaron por segunda ocasión ser reconocidos
como una religión.
Medio siglo en México
La dianética llegó a México en los sesenta. Luis
González, director de Apoyo de Programas Comunitarios de la secta, informó que tiene 5 mil 300 seguidores,
según publicó el periódico Reforma el pasado 27 de febrero, a raíz de la segunda solicitud dianética a
la Secretaría de Gobernación.
Para hacerse de más adeptos la dianética se vale
de muchas fachadas. Por medio de organizaciones supuestamente civiles pega
carteles, crea páginas en internet y manda correos masivos en los que ofrece
resolver todo tipo de problemas, desde empresariales hasta de adicciones.
Sus principales fachadas: Entiende Más Logra
Más, WISE, Narconon, Fundación Latinoamericana El Camino a la Felicidad y
Soluciones Efectivas Empresariales.
Gracias a esa estrategia han logrado impartir
cursos en la Lotería Nacional, la Administración Federal de Servicios
Educativos del Distrito Federal e incluso en escuelas de 15 ciudades de la
República, incluidas primarias públicas (Proceso 1822). También lograron que TV
Azteca incluyera el video El camino a la felicidad en su programación
(autorización emitida por la Secretaría de Gobernación S-08-00137).
Son insaciables a la hora de exigir donativos.
Víctor Gutiérrez fue obligado a salirse de la Organización del Mar por
embarazar a su esposa. Antes le sugirieron abandonarla y seguir dando toda su
vida a la asociación. Después fue “público” (el equivalente a un laico en la
Iglesia católica) pero se salió en 2009 debido a que le telefoneaban
insistentemente en las madrugadas para exigirle que cumpliera con el pago de
sus donativos.
Tuvo que endeudarse con dos tarjetas de crédito
por aproximadamente 20 mil pesos cada una con tal de satisfacer las exigencias
de la cienciología, relató a Proceso en una entrevista. Harto de sentirse
estafado comenzó a buscar información en internet sobre el culto, hasta que se
convenció del peligro que representaba.
Gracias a esta estrategia de presión para
obtener donativos, la cienciología construyó su monumental e imponente nuevo
templo en la calle de Balderas, en la Ciudad de México. Abarca casi una calle
entera. Además la organización adquirió un terreno en Interlomas, donde erige
su más ambicioso proyecto: la sede de la Organización Avanzada de México, otra
de sus fachadas.
Además existen otras cuatro asociaciones en el
Distrito Federal: el Instituto Tecnológico de Dianética, la Organización
Desarrollo de Dianética, Centro Cultural Latinoamericano y el Centro Cultural
de Dianética.
También hay representaciones y grupos en León,
Monterrey, Guadalajara y Puebla.
A escala mundial la cienciología suma a sus
filas a estrellas del espectáculo para promoverse. Pertenecen a la secta Tom Cruise, John Travolta, Katie Holmes y
Anne Archer. En México el actor Juan Ferrara cumple esa función.
Una de las estrategias de esta secta es también
estrechar lazos con funcionarios públicos. A la inauguración de su edificio en
Balderas acudió el exsecretario de Turismo del DF, Alejandro Rojas, quien
públicamente elogió a la organización. En Puebla, el secretario de Educación,
Luis Maldonado, autorizó la difusión en las escuelas públicas de folletos de
Ron Hubbard distribuidos bajo el membrete de la asociación Entiende Más Logra
Más.
Cuando se le cuestionó,
Maldonado argumentó que Marinela Servitje, hija del dueño de Bimbo, había
promovido el material. Servitje se deslindó de la organización.
Proceso llamó a la Iglesia de la Cienciología
para pedir su versión respecto de los abusos de los que se le acusa. Jonathan
Rico, vocero de la cienciología para Latinoamérica, envió un correo a este
reportero con copia a un despacho de abogados. En el mensaje exigió obtener una
copia del reportaje antes de su publicación y acusó a este semanario de difamar
a la Iglesia de la Cienciología, no sin sugerir una amenaza:
“Le deseo hacer saber también que mientras que
estoy en la mejor disposición de mantener una relación institucional cordial
con usted y con la revista Proceso, también
estamos dispuestos a defender y proteger a nuestra Iglesia, a nuestra religión,
así como la dignidad de nuestra feligresía en contra de falsedades,
discriminación, odio religioso y calumnias.”
Rico pidió como condición para dar una entrevista
que se le entregara un cuestionario previo. Las preguntas le fueron enviadas
por correo electrónico y además se le pidió que permitiera a este semanario
recorrer las instalaciones de la Organización
del Mar, ver las visas de trabajo de sus empleados extranjeros así como
documentos en los que conste cuánto se les paga. El primer encuentro pactado
entre este reportero y Rico no se pudo llevar a cabo por problemas de agenda de
ambos. El portavoz de la organización prometió comunicarse después para concertar
otra cita. No lo hizo.
En cambio durante las entrevistas que el
reportero tuvo con los exmiembros de la secta, hubo personas que tomaban
fotografías y rápidamente escapaban del lugar donde se celebraban las
conversaciones. Al concluir una charla en el café Sanborns del centro de
Coyoacán, uno de los entrevistados se percató de que un hombre nos había
fotografiado e inmediatamente huyó.
Además una persona que inicialmente accedió a
dar su testimonio, posteriormente se retractó porque la cienciología lo amenazó
con difundir aspectos de su vida privada entre sus familiares. Su versión era
relevante, pues documentaba un caso de extorsión millonaria para ayudar a la
construcción de uno de los edificios.
La BBC publicó un reportaje de cómo la cienciología
contrata investigadores privados para sacar a la luz aspectos de la vida íntima
de los periodistas que se atreven a revelar los abusos que cometen. Una fuente
de dicha organización confió que habían hecho lo mismo con este reportero en su
afán de desacreditar el contenido de este reportaje.
Estas tácticas son las que hacen que los
exmiembros de la organización rara vez se atrevan a denunciar los abusos que
sufrieron.
Poder económico
Desde Barcelona, el terapeuta Miguel Perlado,
miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña y especialista en casos
de personas afectadas por los abusos de las sectas, explica las estrategias de
presión de la cienciología:
“Cuando las personas salen de cienciología se
sienten muy disgustadas, tienen miedo de hablar, les dicen adentro que los
psiquiatras y los psicólogos les harán daño. Sufren depresión y ansiedad muy
alterada, pesadillas, desarrollan cuadros fóbicos importantes. Padecen una
sensación de desconexión del mundo, miedo a vincularse a nuevas relaciones. Hay
una ruptura con relaciones previas.
“Tienen bufetes de abogados muy poderosos y
estrategias más o menos abiertas de intimidación. Amenazan con difundir
información confidencial que dio la persona en supuestas sesiones de terapia.”
Mediante estas técnicas se comprende por qué se
desconocen los abusos de la cienciología en México, explica Perlado. La secta
opera de tal forma, señala el especialista, que le hacen creer a sus miembros
que el mundo entero es su enemigo, además de que logran desequilibrar la
personalidad de sus afiliados.
–¿Qué ganan con eso?
–Sale ganando la cúpula, que está en Estados
Unidos. Todo es un embudo que va a parar allá. Ellos buscan que todo el mundo
sea cienciólogo y alimentarse de más y más personas. Mientras más adeptos, más
dinero.
Víctor Gutiérrez manejó las finanzas de la
cienciología en los noventa. En esa época recababa de los feligreses unos 150
mil pesos semanales. Casi todo el dinero era enviado a Estados Unidos y las
organizaciones locales trabajaban en números rojos. Los mandos más altos de
México generalmente viven al día, convencidos de su proyecto, confía Rafael
Gómez.
Bernardo Barranco, investigador de El Colegio de México y director
del Centro de Estudios Religiosos de México, advierte a este semanario que no
sólo la cienciología comete este tipo de abusos con sus adeptos. Señala que los
sacristanes y ayudantes de muchos templos católicos generalmente están en
bancarrota y trabajan sin horarios ni prestaciones.
Respecto a la desconexión con el resto del
mundo, recuerda que en el interior de la Iglesia católica la practican los
Legionarios de Cristo con sus candidatos a religiosos.
“Entre más sectaria y pequeña es la secta, más
abusos hay. La cienciología en este sentido no es una excepción, y se inscribe
dentro de una gran tendencia de muchas otras organizaciones religiosas”.
El pasado 12 de diciembre, la
cienciología entregó ocho kilos de documentos a la Secretaría de Gobernación
para obtener su registro. En 1999 les fue negada la solicitud, aparentemente porque no cumplía con
todos los requisitos; sin embargo Barranco cree que esta vez será distinto
porque la organización se esmeró en cumplir todos los requisitos, además de que
hizo labor de cabildeo con el gobierno federal.
–¿México corre peligro? –se le pregunta a
Perlado.
–La cienciología, aunque diga que tiene miles de
seguidores, en realidad no los tiene y está muy desacreditada a escala mundial.
Pero humanamente sí: hay rupturas familiares, distanciamiento con antiguas
religiones, vulnerabilidad psicológica y otros desequilibrios igualmente
importantes
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