Reforma, 23-Ago-201;
Para tratar de entender el escándalo en el que el gobierno se ha metido por su conflicto con MVS, sugiero comenzar con una pregunta:
¿A quién beneficia que un particular que tiene concesionados bienes de la nación pueda utilizarlos para ofrecer a la población los mismos servicios que otros particulares ofrecen, pero a la mitad del precio y al doble de la calidad? La respuesta a esta pregunta es obvia: el beneficio es para la población consumidora o potencial consumidora de esos servicios.
Siguiendo este método socrático, y bajo la premisa de que la población se beneficia con la entrada de nuevos competidores que le ofrezcan mejores servicios a mitad de precio, entonces la pregunta obligada sería: ¿a quién perjudica?
También aquí la respuesta es simple: la entrada de un
nuevo competidor en un mercado sólo perjudica a los otros competidores, que se
verán forzados a ofrecer mejores servicios a menores precios para mantener a su
clientela y no perder ingresos.
Basada en las preguntas y respuestas anteriores, procedo a
contextualizar:
Desde el inicio de este sexenio, MVS solicitó la
aprobación del gobierno para invertir en un proyecto utilizando las frecuencias
que tiene y tenía concesionadas en la banda de 2.5 GHz. Mediante este proyecto,
MVS propuso conformar un consorcio con otros concesionarios de
telecomunicaciones mexicanos y con socios tecnólogos para ofrecer a la
población servicios de "cuádruple play", como televisión, telefonía,
acceso de banda ancha y movilidad (Cablevisión dixit, en escrito exhibido ante
la Comisión Federal de Telecomunicaciones del 10 de julio de 2008).
En contrapartida por la aprobación que implicaba la
prórroga de las concesiones y el cambio de uso de las frecuencias, MVS ofreció
al gobierno: la devolución de una porción de la banda 2.5 GHz concesionada -que
el Estado podría licitar a terceros- y el pago de una contraprestación.
Las
negociaciones iban por buen camino, hasta que el 10 de diciembre de 2008, el
pleno de la Comisión Federal de Telecomunicaciones dio marcha atrás a la
opinión favorable que había emitido para que la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes prorrogara las concesiones de MVS, con
fundamento en los escritos del 10 de julio de 2008 y 22 de agosto del 2008, que
Cablevisión y la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por
Cable le hicieron llegar, en los que manifestaban su inconformidad con la
prórroga de las concesiones de MVS y solicitaban la reasignación de la banda de
frecuencias.
No es casual que Cablevisión y Canitec se opusieran al
proyecto de MVS. Cabe recordar que Cablevisión es propiedad de Televisa, y que
la Canitec representa los intereses de los principales operadores de televisión
por cable, entre los que se encuentran las empresas de Televisa: Cablevisión,
Cablemás y TVI/Cablevisión de Monterrey, además de sus aliadas como Megacable y
otras. Juntos concentran más del 85 por ciento del mercado de televisión por
cable en México y conforman un cartel en el paquete yoo.
Estos concesionarios de televisión por cable, y el
concesionario de televisión satelital Sky, también propiedad de Televisa, son
competidores directos de MVS, que casualmente a fines de 2008 lanzó su servicio
de televisión satelital "Dish México", ofreciendo al mercado un paquete
básico de televisión de paga por apenas 139 pesos al mes, cuando la oferta más
barata de sus competidores: Sky, Cablevisión, Cablemás, TVI/Cablevisión de
Monterrey y las otras, estaba por encima de los 300 pesos mensuales.
El resultado de la agresiva competencia de Dish México no
se hizo esperar, y en menos de dos años
alcanzó más de 2 millones de suscriptores, es decir, aproximadamente el 40 por
ciento del mercado de televisión satelital, en detrimento de Sky y de los
operadores de cable, que se vieron forzados a reducir el precio de sus paquetes
básicos para estar en condiciones de competir con Dish.
Pues bien, y volviendo a las preguntas que pueden ayudar a
entender el entuerto, las propuestas de MVS para recibir aprobación del
gobierno que le permita ofrecer a la población servicios de banda ancha por el
doble de calidad y a la mitad de precio innegablemente benefician a la
población, pero ciertamente perjudican directamente a sus competidores.
Si, como expresó Cablevisión en el escrito citado, la aprobación
del proyecto de MVS le permitiría ofrecer a la población servicios de
"cuádruple play", como televisión, telefonía, acceso de banda ancha y
movilidad; entonces el problema es que, una vez más, una de las subsidiarias de
Televisa -Iusacell- tendría que enfrentar la agresiva competencia de MVS. Es
cierto, eso redundaría en beneficios para la población; pero sería en perjuicio
de Televisa.
El resto, el resto es sólo telenovela.
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