Reforma: reportaje:
Exhibe mazahua abuso de jueces/
Nota de Henia Prado
Reforma, 24-Oct-2012
A sus 24 años, Hugo Sánchez Ramírez siente que volvió a nacer.
Tras cinco años de prisión en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, por un delito que no cometió y del que fue exonerado por la Suprema Corte de Justicia, el joven mazahua ya no es el mismo.
No sólo porque perdió 10 kilos y luce taciturno, desencajado, sino porque ahora está convencido de que el sistema de justicia mexicano criminaliza por su apariencia a indígenas, a, pobres y jóvenes.
"Nunca
cometí un delito, me acusaron injustamente, me pasé cinco años y dos meses en
la cárcel por un delito que nunca cometí. Gracias a Dios
ahorita me encuentro con mi familia, con mis padres, pero hay mucha gente como
yo, injustamente en las cárceles, pagando delito que no han cometido. Quisiera
que no fuese yo el único que me apoyaran, sino también a la demás gente, que
también salgan libre, y pues me siento contento, volví a nacer.
"De ese 100 por ciento
de internos, el 70 u 80 por ciento somos inocentes, ¿por qué?, porque somos de
recursos económicos (bajos), los jueces trabajan con dinero, por eso no nos
vamos libres. Los jueces, si les das dinero, te dejan ir, si no les dan dinero,
te echan tantos años como echar confeti", expresa con un nudo en la garganta,
a veces interrumpido por el llanto."Me impresionó muchos jóvenes de 19 o 20 años, de mi edad, involucrados en el mismo delito de secuestro, no es posible que a la gente común la involucren en delitos muy graves", dijo Hugo, ya libre.
Su reproche, aclaró, incluye a jueces, pero también a policías y a ministerios públicos.
En 2007, a pesar de que quienes lo señalaron como su plagiario le habían pedido perdón, incluso llorando, por haberlo acusado injustamente, el joven mazahua fue sentenciado a 37 años de prisión por el delito de secuestro, y a 5 por portación de arma de fuego.
Su caso llegó a la Corte, que el pasado 16 de octubre lo absolvió de la primera acusación y dejó pendiente la votación sobre el segundo ilícito, razón por la cual las autoridades penitenciarias no le otorgaron su libertad inmediatamente.
A las 21:00 horas del lunes pasado, un custodio le avisó que ya podía abandonar el penal, y 90 minutos después abrazó a sus padres y hermanos sin tener de por medio rejas o vigilancia.
Por la madrugada, la familia llegó a las instalaciones del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), en la Colonia San Rafael, donde les brindaron alimentos y hospedaje, eran las 2:00horas, pero sólo durmieron hasta las 5:00.
"Teníamos un deber principal, teníamos que dar gracias a Dios", expresó su madre Rosalía Ramírez.
La mujer y su hijo entraron de rodillas caminando al atrio de la Basílica de Guadalupe como lo habían prometido. El joven llevaba una chamarra de lana con una imagen enorme de San Judas Tadeo en la espalda, pantalón de mezclilla, gorra roja y tenis negros.
Después, aún pálido y sin asimilar todavía tantas emociones, Hugo se presentó a la conferencia de prensa donde de manera clara y ante el micrófono alzó la voz para ser escuchado.
"Pues exijo justicia porque los cinco años que yo pasé en la cárcel, tanto gasto físico de mi familia, como preocupaciones de mi familia, son cinco años que me robaron", y ya no pudo concluir porque las lágrimas le brotaron. Enseguida surgió un aplauso de los asistentes.
"Cinco años de estar preso por una injusticia es muy difícil, estar en la cárcel cinco años por algo que no hemos cometido y que nunca cometimos", continuó.
LOS ABOGADOS DEL CENTRO
Prodh apuestan por la exoneración total del joven, pedirán a las autoridades castigar a los servidores públicos que actuaron ilegalmente y solicitarán una reparación económica.
Mientras que Hugo sólo quiere hallar en esta experiencia un impulso para retomar los proyectos que dejó inconclusos cuando fue detenido en su tierra San José del Rincón, Estado de México.
"Mis propósitos son seguir estudiando, ser alguien más, no porque haiga estado preso mi vida se haya quedado allí, ser alguien, superarme, no ser humillado, no por ser indígena debo ser maltratado, al contrario, debo sentirme orgulloso", dijo.
Por la tarde de ayer, el timbre del Centro Prodh no dejaba de sonar, mujeres con enaguas, trenzas y huaraches, acompañadas por sus hijos y sus esposos, con sombrero y botas, llegaron para festejar a Hugo. El presente de cumpleaños fue una comida, abrazos y unos globos.
El pendiente
La Suprema Corte de Justicia aún tiene pendiente un fallo sobre Hugo Sánchez Ramírez:
PORTACIÓN DE ARMA DE FUEGO
· El ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia presentó un proyecto que no exculpaba al joven.
· El proyecto fue rechazado por sus cuatro colegas ministros.
· El expediente fue returnado a un integrante de la mayoría.
· Deberá presentarse al pleno de la nuevo proyecto en el sentido de amparar al acusado.
SECUESTRO
· El 16 de octubre, por 4 votos contra 1, los ministros eximieron al mazahua de ese delito.
· El máximo tribunal del país concluyó que fueron violados los principiosde debido proceso.
· También los de presunción de inocencia y defensa adecuada.
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'Enfrentan
indígenas desprecio'Por REFORMA / Staff
Reforma 24-Oct-2012
Los indígenas que enfrentan procesos penales, alerta el Conapred, se encuentran en situación de particular vulnerablidad en materia de discriminación.
En general, señala, los procesos se llevan a cabo en un ambiente que es insensible a las necesidades específicas de los grupos vulnerables.
"En el caso de las personas indígenas, el primer obstáculo es la lengua. Después se puede enumerar una cantidad importante de dificultades particulares que se refieren al desconocimiento, por parte de las autoridades, de la justicia indígena, a la distancia física y cultural entre las instituciones convencionales y las comunidades y (a) un marcado desprecio hacia este grupo, fincado en un racismo de honda raíz", apunta en el Reporte sobre la Discriminación en México 2012.
Las mujeres indígenas, advierte, están más expuestas a sufrir violaciones a sus derechos en el proceso penal.
"La triple condición de mujer, indígena y pobre, entreverada con la impunidad, conduce a la culpabilización fácil de las personas más discriminadas. De la misma manera, las mujeres indígenas que son víctimas de delitos sufren de revictimización, ya que la justicia les es sistemáticamente negada", indica.
"En resumen, se observa que la discriminación en razón del origen étnico se da en el sistema penal por la distancia cultural, la barrera del lenguaje y la misoginia fincadas en prejuicios racistas en contra de esta población", agrega.
El Conapred llama a asegurar la suficiencia de traductores en todos los procesos penales que involucren a personas pertenecientes a grupos indígenas y a promover que, en su caso, cumplan sus condenas en los centros de reclusión más próximos a sus comunidades de origen.
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