El investigador acaba de recibir de manos de Calderón el premio nacional de ciencias sociales
Luis Prados México
El País, 17 DIC 2012
A Carlos Marichal, profesor investigador de El Colegio de México, se le puede definir como un historiador trasatlántico. Nacido en Baltimore (EE UU) en 1948, nieto del poeta español Pedro Salinas e hijo del escritor Juan Marichal, naturalizado mexicano, país en el que reside desde 1979, afirma que no puede separar ninguna de esas realidades. Doctor en Historia por Harvard y autor de varios libros como Historia de la deuda externa en América Latina y Las grandes crisis financieras. Una perspectiva global, 1873-2008, acaba de recibir del presidente saliente, Felipe Calderón, el premio nacional en la categoría de ciencias sociales.
Marichal considera que, en su
caso, el galardón reconoce “el trabajo colectivo, de colaboración en red de los
académicos en América Latina”, una de sus obsesiones. “Gracias a Internet, al
menos en ciencias sociales y humanidades, mantenemos un diálogo digital casi
diario con colegas de diferentes países. En esta región existen excelentes
instituciones de alto nivel cuyo trabajo apenas se conoce en España. Por
ejemplo, en el Colegio de México trabajan 180 investigadores y produce unos 80
libros al año sobre un amplio repertorio de temas. España debería impulsar la
difusión de las publicaciones académicas de todo el mundo hispanoparlante para
romper el corsé nacionalista, que aún tiene demasiado peso”.
Opina el historiador que en
las relaciones entre España y América Latina ha habido tradicionalmente más
retórica que práctica. En las cumbres se privilegian las declaraciones políticas
y las inversiones, pero también “se debería profundizar más en la colaboración
académica entre profesionales de ambos lados del Atlántico”. “Antes de la
crisis, España volaba en un jet hacia un proyecto de primer mundo, sin
demasiado interés por América Latina. La cooperación científica no ocupa el
lugar que debiera en la agenda de la acción exterior española”.
Profesionales y empresarios
españoles tienen el camino hecho en este continente gracias al idioma
La crisis está obligando a
miles de jóvenes profesionales españoles a emigrar de nuevo a América.
“Profesionales y empresarios tienen el camino hecho en este continente gracias
al idioma”, dice Marichal. “España produce más profesionales de los que
necesita y puede aportar un gran capital humano: tiene la oferta y América
Latina, la demanda, por el gran bono demográfico de su creciente población
universitaria. Hay que generar conciencia de esa posible aportación española en
este continente”.
Pero México tiene también
bastante que enseñar a los españoles. Desde hace mucho tiempo dispone de un
complejo sistema de instituciones de apoyo a la investigación y a la creación
como el Sistema Nacional de Investigadores (SIN), creado durante la crisis de
los años ochenta para frenar la fuga de científicos e ingenieros, o el Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), cuyos programas de becas completan
los sueldos de los investigadores. “Funcionan bien y se han consolidado en la
educación superior en fuerte contraste con la elemental que es un desastre”, comenta.
“Por eso la reforma educativa es imprescindible”.
América Latina es hoy un
término arraigado que engloba dinámicas políticas, sociales y económicas
completamente distintas desde el río Bravo a Tierra de Fuego. ¿No se abusa un
tanto de él? “Durante los siglos XVI y XVII eran Las Indias. El término América
realmente se difunde en el siglo XVIII, pero el nombre al final se lo adjudica
EE UU”, explica. “El concepto de América Latina lo inventan en París a mediados
del siglo XIX un grupo de diplomáticos e intelectuales suramericanos con la
intención de dotar de una idea propia, no sometida a EE UU, a las naciones que
la integran. Es verdad que son muchos países con perfiles muy diferentes
metidos bajo un solo paraguas, pero el término es útil en tanto que alienta sus
relaciones en un proceso de internacionalización y también lo es para España,
gracias al idioma. Son países que han vivido de espaldas demasiado tiempo, que
tienden a verse a sí mismos en un marco nacional. Su reto es lograr un esquema
de mayor integración”.
El regreso del PRI al poder abre una nueva etapa
en México que, en un mundo cada vez más globalizado, pide un cambio en sus
relaciones internacionales. “México necesita recuperar la proyección que tuvo en América Latina en
los años sesenta y setenta. Debe vincularse a las economías más dinámicas de
Suramérica y forjar una alianza entre iguales, sobre todo con Brasil, limando
las viejas rivalidades nacionales
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