- 'Adiós, Humberto Benítez Treviño'/Carlos Puig
Milenio, 2013-04-29;
1.
La Procuraduría Federal del Consumidor fundamenta su acción en la confianza del
consumidor. Ese ha sido, desde que fue creada, su problema. Vive de la voluntad
de los ciudadanos de denunciar, pasar algunas horas elaborando el documento
formal, ocupando tiempo para ratificar y después para negociar con el
proveedor. Es decir, vive de la buena fe de los mexicanos.
2.
El actual procurador había presumido, en su poco tiempo en la Profeco, que
estaba depurando la institución. Basta ver sus boletines de prensa y la
cantidad de delegados destituidos por actuaciones irregulares. La Profeco, gracias
a su poder de clausura, es —ha sido— una mina de oro para la corrupción. Actuar
por dinero o por la llamada de un poderoso es, en muchos sentidos, lo mismo.
3.
Uno de los problemas que todos los inversionistas —sobre todos los extranjeros—
mencionan acerca los obstáculos para invertir en México es la falta de
seguridad jurídica. Que un grupo de verificadores corran a cerrar un
establecimiento por el berrinche de una jovencita es parte del asunto. Que
inventen un pretexto para poner sellos se llama corrupción. (Yo sí leí la
NOM-070-SCFI-1994, que se refiere al mezcal).
4.
Hay esta imagen del gobierno de Enrique Peña Nieto que navega entre dos mundos:
el de la modernidad que pregona y que, de alguna manera, acredita con sus
iniciativas y reformas. Un mundo de competitividad, seguridad, leyes. Y otro
mundo de algunos que le acompañan, que son el retrato del México que hace mucho
queremos que desaparezca, ese de la influencia y de la “clase política
inamovible”. Humberto Benítez Treviño, procurador en épocas de Salinas, su
familia llena de notarías, su otra hija también funcionaria pública en el
Estado de México, es un buen ejemplo de todo eso.
5.
La niña berrinchuda y el comensal que llamó a Reforma después del escándalo le
han regalado a Enrique Peña Nieto una oportunidad única. Debería hacer honor a
su reputación de pragmático y reconocerla. No lo hizo Calderón cuando debió
hacerlo con Juan Camilo Mouriño después de los contratos con Pemex, no lo hizo
con Molinar después de la tragedia de la guardería. Peña Nieto y su equipo
reconocen ambos como errores políticos, sería incomprensible, o al menos
incongruente, que marquen a su gobierno por una #Ladyprofeco.
6.
Hay responsabilidades políticas. No solo se debe renunciar por
responsabilidades penales o administrativas. En otras partes del mundo con
verdadera rendición de cuentas, los funcionarios renuncian todo el tiempo por
este tipo de cosas. Los funcionaros públicos no piden disculpas; rinden
cuentas.
7.
La enorme reacción frente a la nota tiene que ver con que en la vida cotidiana
los mexicanos todos sufrimos todos los días los abusos de proveedores de
servicios contra el consumidor. La primera reacción en Twitter ayer tenía que
ver con invitar a la joven Benítez a Telcel, Aeroméxico, la CFE… y decenas de
empresas que por años han maltratado a usuarios sin consecuencia.
8.
El costo para Peña Nieto es mínimo. El beneficio es máximo. Por eso creo que
Benítez Treviño ya está fuera, más allá que lo sepa. Si no, habrá que
preocuparse. M
Twitter:
@puigcarlos
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