El
Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, mons. Gerhard Ludwig
Müller: la “luz verde” llegó cuando Benedicto XVI era el Papa reinante
GIANNI
VALENTE
Para Vatican Insider, 26 de julio de 2013
El
arzobispo Óscar Arnulfo Romero, “fue un gran testimonio de la fe y de la
petición de justicia social”, y las verificaciones para el “nihil obstat”
doctrinal en su proceso de beatificación tuvieron una acelereción “dede
Benedicto XVI”. Lo reveló a Vatican Insider el arzobispo Gerhard Ludwig Müller,
actual Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Mientras Papa
Francisco está viviendo en Brasil el abrazo del catolicismo latinoamericano,
desde Roma el arzobispo-teólogo alemán confirma que ya no hay cuestiones
doctrinales que demoren la beatificación del que tantos fieles llaman “San
Romero de América”. La “luz verde” del ex-Santo Oficio se encendió cuando en el
trono de Pedro todavía estaba Benedicto XVI.
Esta
tarde el Prefecto de la Doctrina de la Fe volará a Río de Janeiro, en donde
participará en la clausura de la JMJ. En los comentarios del arzobispo Müller
sobre las jornadas brasileñas de Francisco surge su cordial sintonía con la
“conversión pastoral” que el Papa argentino no se cansa de sugerir a toda la
Iglesia.
Papa
Francisco está en Brasil, Muchos católicos latinoamericanos conservan la
memoria devota de Óscar Romero. ¿Qué representa para usted la figura del obispo
asesinado sobre el altar?
-Considero
a Óscar Arnulfo Romero un gran testimonio de la fe y de la sed de justicia
social. Su testimonio se expresaba también a través de las homilías en las que
hablaba de la trágica condición que vivía en esos años su pueblo. El orden
social solo se puede fundar en la defensa de la afirmación de la justicia, y no
en la violencia o la ley del más fuerte. Esta es la doctrina de la iglesia.
Incluso la Constitución “Gaudium es Spes”, emanada del Concilio Vaticano II,
había reafirmado que todos los hombres son criaturas de Dios con los mismos
derechos y con las mismas posibilidades para acceder a los bienes de la
naturaleza, a los bienes de la Creación y de la cultura. El obispo Romero, en
cada una de sus intervenciones, repetía solamente esto.
Sin
embargo, su causa de beatificación parece haberse topado con algunos
obstáculos. Para algunos era oportuno tomar un poco de tiempo. Según ellos, la
figura de Romero beatificado podía convertirse en una bandera de la Teología de
la Liberación.
El
proceso relativo al “nihil obstat” doctrinal en la Congregación procedió con
normalidad y ya bajo Benedicto XVI tuvo una aceleración decisiva. No hay que
olvidar que en 2007, en su viaje hacia Brasil, Papa Ratzinger dijo claramente
que él consideraba a Romero digno de ser beatificado. Ahora, con Papa
Francisco, el proceso procede con mayor velocidad en la Congregación para las
Causas de los Santos.
-Usted
conoce muy bien algunas realidades eclesiales de América Latina. ¿Qué es lo que
más le sorprende del viaje de Papa Francisco a Brasil?
-El
viaje del Papa a Brasil es algo muy grande. Papa Francisco sabe acercarse al
corazón de los jóvenes y ellos se sienten comprendidos, aceptados. Reconocen
inmediatamente al buen pastor que ofrece a todos el don del Evangelio, el
misionero que no trata de obtener ventajas para sí mismo, que no pide ni votos
ni dinero. La forma en la que propone la Buena Noticia de Jesús atrae y desarma
no solo a los jóvenes, sino a todos.
-¿Incluso
a los no católicos?
-Todos
ven en él la alegría al anunciar el Evangelio y de ser miembros de una única
familia de Dios en la Iglesia católica. Se descubre que la fe católica es la
fuente más viva que riega la humanidad misma del pueblo brasileño. Creo que
este viaje dará grandes frutos, incluso en relación con el regreso a la plena
comunión con la Iglesia católica de tantos cristianos que siguieron la
propaganda separatista de las sectas más hostiles hacia el catolicismo.
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