- Es Arzobispo pero prefiere que lo llamen el Padre Konrado.
- Es delegado por el papa para conceder la Bendición Apostólica por medio de un diploma en pergamino y la Limosnería Apostólica ejerce la caridad hacia los pobres en nombre del pontífice.
En diálogo con periodistas, el limosnero de la Caridad Papal, Mons. Konrad Krajewski, fue consultado sobre
el deseo del papa Francisco de acompañarlo por las noches para llevar ayuda a
los pobres en Roma, según publicaron el viernes 29 de noviembre algunos medios italianos. "Al
principio, cuando yo solía salir por la noche por Roma, a veces el papa me
preguntaba si podía acompañarme, y no se daba cuenta de los problemas que se
podían crear si se supiera que salía del Vaticano", dijo Mons. Krajewski
en diálogo informal con algunos periodistas en el Vaticano.
Cuando
le preguntaron específicamente si el Pontífice ha salido en alguna ocasión del
Vaticano y lo ha acompañado alguna vez, el Arzobispo polaco contestó con una
sonrisa: "Pasemos a la siguiente pregunta".
Ello generó algunas especulaciones al respecto; como si el mismo Francisco saliera por las noches, lo cual no es cierto; se entiende que el papa sale a través de su limosnero.
El Prelado dijo luego que no quiso responder "para no participar en este juego. Si hubiera respondido que no, no me habrían creído de todos modos. ¿Para qué seguir con este punto? El papa ya hace tanto bien. ‘Sale’ a través de mi, ‘sale’ con sus palabras, ‘sale’ por horas en ocasiones como en las audiencias generales, a abrazar a los enfermos y los sufrientes".
El Prelado dijo luego que no quiso responder "para no participar en este juego. Si hubiera respondido que no, no me habrían creído de todos modos. ¿Para qué seguir con este punto? El papa ya hace tanto bien. ‘Sale’ a través de mi, ‘sale’ con sus palabras, ‘sale’ por horas en ocasiones como en las audiencias generales, a abrazar a los enfermos y los sufrientes".
El arzobispo polaco, de 50 años, recordó lo que Francisco le dijo tras nombrarlo.
"No te sentarás detrás del escritorio. Lo puedes vender. No esperes que la
gente llame a tu puerta, ve a buscarla. Te quiero entre la gente para que
lleves mi caricia a los pobres, a los desheredados, a los últimos", afirmó
el papa.
"Estos
mis brazos, son limitados. Si los podemos alargar con los brazos de Conrado
podemos tocar a los pobres de toda Italia. Yo no puedo salir, él, sin embargo,
es libre", le dijo el Papa según refirió el Limosnero.
Prefiere
que le llamen Don Conrado como suele llamarse en Italia a los sacerdotes, pese
a ser Arzobispo y contó que el papa bromeando también le dijo que "cuando
alguien te llame ‘excelencia’ pídele un importe de cinco euros para los
pobres".
"Cada
vez que me ve el papa, me pregunta si necesito dinero", explicó el
limosnero, que relató que el Pontífice suele decir que "una cuenta
corriente es buena cuando está vacía porque se ha donado a los
necesitados".
El
Prelado polaco, que vive fuera del Vaticano para poder estar más disponible con
la ayuda, contó que el papa le ha pedido que visite los hospicios para llevar
su ayuda a los ancianos, y recuerda que lo envió a la isla italiana de Lampedusa
para hacer donaciones a los inmigrantes supervivientes del naufragio del 3 de
octubre, en el que fallecieron 300 personas.
En
Lampedusa, Mons. Krajewski compró 1 600 tarjetas telefónicas para los
inmigrantes para que pudieran llamar a casa, ya que con el Santo Padre
coincidió que era eso lo que más necesitaban.
Cada
mañana, relató, se levanta a las 4:30 a.m. e inicia su jornada respondiendo a
las cartas de ayuda que llegan al Vaticano y a las que el mismo papa entrega al
limosnero.
Se
encarga de comprobar que las cartas, en las que muchos piden ayuda para pagar
las facturas de la luz o el alquiler, sean verdaderas y a través del párroco de
la zona desde dónde llega la petición se envían las donaciones
También
sale por las noches, acompañado de los guardias suizos que colaboran con él como voluntarios, fuera de su horario- que son muy valiosos pues hablan varios idiomas- y lleva ayuda y comida a los indigentes, ancianos,
hospicios o comedores e, incluso, ha acompañado alguna vez a algún borracho a su casa.
El
año pasado, la Limosnería apostólica distribuyó cerca un millón de euros y
ayudó, además de a Caritas, a 6,500 personas.
Y
aunque la prensa italiana hoy especulaba sobre la posibilidad que el santo
padre haya acompañado alguna noche al limosnero para atender a los pobres de la
calle, la Santa Sede lo ha desmentido. Lo que sí es seguro, es que esta función
desempeñada por don Corrado es importante para Francisco y que cada vez que
éste abraza a un pobre, le lleva de forma simbólica el abrazo del papa.
"Al
inicio será difícil -le dijo el papa al nombrarlo- pero verás que te he
confiado la parte más bella del trabajo pastoral".
El
martes 17 de septiembre por la tarde, en la Basílica vaticana, fue ordenado
Obispo Mons. Konrad Krajewski, limosnero de Su Santidad, quien ha elegido como
lema episcopal “Misericordia”.
Presidió
el rito de ordenación el Cardenal Giuseppe Bertello, Presidente del
“governatorato” del Estado de la Ciudad del Vaticano., Francisco asistió a la
ordenación participando junto a la asamblea.
En
su homilía, el Cardenal Bertello recordó las palabras del mismo Santo Padre
Francisco durante su reciente visita al Centro Astalli de los jesuitas para los
refugiados, destacando que servir significa “inclinarse sobre quien tiene
necesidad y tenderle la mano”, como Jesús, “que se inclinó a lavar los pies de
los Apóstoles”.
El
Purpurado subrayó asimismo que el servicio a los últimos es “vital” para la
Iglesia si se quiere ser fiel al mandado del Señor. Y, por último, recordó al
Beato Juan Pablo II a quien Monseñor Konrad Krajewski “ha estado muy cercano
durante años con un afecto filial” así como la unión entre misión y vida. De
hecho, refiriéndose al Evangelio proclamado, el Cardenal explicó que ilustra
bien el sentido que Mons. Krajewski quiere dar a su ministerio episcopal, es
decir, que al Obispo le compete más servir que dominar, puesto que verdadera
grandeza está, en efecto, en ser pequeños.
“El
Papa me pidió expresamente que no me quede detrás de un escritorio firmando
pergaminos, sino que vaya a encontrar a los pobres, a los necesitados, en el
cuerpo y en el espíritu. El Papa quiere que me encuentre con ellos en sus
realidades existenciales, en los comedores, en las casas de acogida, en las
casas de reposo o en los hospitales”, dice don Konrado.
“Si
alguien pide ayuda porque está solo o abandonado, debo correr a su encuentro y
abrazarlo para hacerle sentir el calor del Papa, por ende de la Iglesia de
Cristo. Quisiera hacerlo personalmente, como hacía en Buenos Aires, pero ya no
puede. Por esto quiere que lo haga yo en su lugar
En
octubre Konrad Krajewski, se fue a la isla de Lampedusa, enviado especialmente
por Francisco para "proporcionar las exigencias más inmediatas" a los
supervivientes del naufragio y que cobnró más de 211 víctimas mortales.
El
testimonio del nuevo limosnero pontificio fue publicado, hace unos días, en una
entrevista con el periodista Mario Ponzi
de “L’Osservatore Romano”. El arzobispo
Konrad Krajewski cuenta lo que le dijo el Papa Francisco, al confiarle el
encargo de limosnero:
“No
serás un obispo de escritorio, ni te quiero ver atrás de mí durante las
celebraciones. Te quiero saber siempre entre la gente. Tendrás que ser la
extensión de mi mano para llevar una caricia a los pobres, a los desheredados,
a los últimos. En Buenos Aires salía a
menudo por la noche para ir a encontrar a mis pobres. Ahora ya no puedo: me es
un poco difícil salir del Vaticano. Entonces tú lo vas a hacer por mí, tú
serás la extensión de mi corazón que los alcanza y les lleva la sonrisa y la
misericordia del Padre celeste”.
Desde
entonces, el padre Konrad Krajewski, que prefiere ser llamado de esta forma a
pesar de ser arzobispo, recorre ciudades y alrededores «para llevar la
solidaridad del obispo de Roma a los suburbios más oscuros y más desesperados»
El
nuevo limosnero, que vive en Roma desde 1998 y fue maestro de ceremonias del
Papa Juan Pablo II, pudo conocer “ese sotobosque que gravita alrededor de los
Sacros Palacios, sobre todo durante la noche. Un sotobosque poblado de gente
desesperada, sin hogar fijo, que a menudo necesita más que comida –Roma en este
sentido es muy generosa– calor humano, alguno dispuesto a escucharla, a hacerle
sentir el calor de un abrazo, de una caricia”.
Así,
con la ayuda de las monjas de la Guardia Suiza, de las del almacén privado y de
un grupo de jóvenes voluntarios de la misma Guardia Suiza, el padre Konrad
organizó una especie de comedor itinerante. “Recogíamos lo que quedaba después
de las comidas y de las cenas de la Guardia. Lo empaquetábamos en muchas
raciones individuales y, después de las 20.30, salíamos del Vaticano para
llevar comida a los pobres que pueblan la noche en la Plaza San Pedro”.
El nuevo Limosnero del Vaticano nació en Lódz (Polonia) el 25 de noviembre de 1963 y entró en el seminario diocesano de la ciudad en 1982.
Licenciado en Teología en la Universidad Católica de Lublino, fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1988.
Es delegado por el papa para conceder la Bendición Apostólica por medio de un diploma en pergamino y la Limosnería Apostólica ejerce la caridad hacia los pobres en nombre del pontífice.
El nuevo Limosnero del Vaticano nació en Lódz (Polonia) el 25 de noviembre de 1963 y entró en el seminario diocesano de la ciudad en 1982.
Licenciado en Teología en la Universidad Católica de Lublino, fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1988.
Es delegado por el papa para conceder la Bendición Apostólica por medio de un diploma en pergamino y la Limosnería Apostólica ejerce la caridad hacia los pobres en nombre del pontífice.
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