“Hemos
cometido errores... errores grandísimos”/JOSÉ
GIL OLMOS
Uno
de los milicianos con más años de pertenencia al EZLN habla con Proceso acerca
de los logros del grupo rebelde a dos décadas del alzamiento de 1994. Éstos,
dice, son fundamentalmente educativos y de organización social: los Caracoles,
la Escuelita Zapatista, la Marcha del Silencio, La Otra Campaña… Destaca sobre
todas las cosas el legado más sólido de la rebelión: las autonomías. Y advierte
que, aún con los “grandísimos errores” que ha cometido, el zapatismo sigue
vivo, ahora dedicado a propiciar en todas las comunidades la “transformación
del pensamiento”.
SAN
CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIS.- Veinte años después del alzamiento del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), Chiapas parece igual… pero es
distinto: en las últimas dos décadas tuvo seis gobernadores que no sólo han
hecho muy poco para abatir la pobreza, sino que se dedicaron a arrinconar a las
comunidades zapatistas.
Nicolás,
miliciano del EZLN desde sus orígenes, niega cuando se le pregunta si el
zapatismo llegó a su fin: “No sabemos hasta dónde vamos a llegar. Supimos hacer
el comienzo y no sé a dónde va a llegar, pero seguimos caminando”.
A
finales de este 2013, a punto de cumplirse el vigésimo aniversario del
alzamiento armado de los indígenas chiapanecos, el espíritu navideño llega a
San Cristóbal impuesto en forma de una pista de hielo y de un árbol artificial
adornado con propaganda del gobernador Manuel Velasco. Visitan la ciudad miles
de turistas, quienes llegaron para festejar el año nuevo. El ambiente es de
fiesta.
Pero
no son los únicos que quieren celebrar. En las regiones Selva, Norte y Altos,
en los 29 municipios autónomos rebeldes los zapatistas también se preparan para
conmemorar la declaración de guerra de 1994.
A
la fiesta de los 20 años del EZLN la prensa no fue invitada, anunció el
subcomandante Moisés en un comunicado difundido el jueves 19. Analistas del
fenómeno zapatista consideran que esto puede deberse a la posibilidad de que
haya cambios en la dirigencia indígena, donde podrían aparecer figuras nuevas.
“No
entendemos a Peña Nieto”
Nicolás
se formó desde muy joven en las filas de EZLN. Tiene experiencia en la lucha
armada –la cual tuvo que dejar por razones de salud, secuelas de su
participación en los combates de 1994– y ahora se aplica en tareas de
organización con otras agrupaciones sociales.
“El
zapatismo no está debilitado porque es una transformación, y aunque muchos
quieren más balazos eso ya no lo queremos. Por eso nos preparamos para esa
transformación en medio de ese remolino del poder del dinero. No entendemos lo
que está haciendo Peña Nieto y no nos interesa. Nosotros tenemos nuestro
pequeño mundo, nuestra autonomía y vamos a seguir. Para eso es nuestra
escuelita, para entender y enfrentar la realidad, para prepararnos y conseguir
lo que no nos quisieron dar en el cambio. Pero no vamos solos, hay muchos
pensamientos valiosos”, sostiene.
En
estos días de finales de 2013 en los cinco Caracoles –con sus respectivas
Juntas de Buen Gobierno que mandan sobre los 29 municipios autónomos rebeldes
zapatistas– tiene lugar el segundo de tres cursos de la Escuelita Zapatista. En
el primero, en agosto pasado, al cumplirse 10 años de los Caracoles, hubo mil
500 alumnos. Para los dos últimos, cerca de 5 mil.
Con
la Cátedra Tata Juan Chávez Alonso y la Marcha del Silencio de diciembre de
2012 –en la que participaron 40 mil zapatistas–, el EZLN reapareció
públicamente tras una pausa de seis años, cuando Marcos encabezó La Otra
Campaña entre 2005 y 2006.
Para
mucha gente, sobre todo para el gobierno federal, este largo paréntesis fue la
señal del principio del fin del zapatismo.
Nicolás
argumenta: “Políticamente ya no salimos en los medios. Piensan que estamos
acabados. Pero no estamos cruzados de manos. Nos estamos preparando y quizá
vayan a echarnos bombazos… Por eso aún están los paramilitares.
“Estamos
evaluando los errores y también construyendo otra forma de vivir. Hay críticas
de que (el EZLN) ya no representa el mundo indígena campesino como en el 94,
pero no queremos ser vanguardia; nos corresponde cambiar este pensamiento en
otra forma de actuar.”
En
su primera entrevista con un medio, admite que en estos 20 años el EZLN ha
cometido errores, como caer en el autoritarismo y no escuchar a otras
organizaciones y personas que también quieren la transformación del país.
Pero
también habla de los avances: “Claro que hemos cometido errores, errores
grandísimos, pero ya son nuestros propios errores, ya no es el error que viene
de afuera, sino tropiezos porque no sabemos conducir y otras cosas. Pero
estamos practicando con la asesoría de muchas personas”.
–¿Cuáles
son esos errores?
–Los
que siempre se cometen porque somos muy autoritarios. Debemos escuchar la
palabra de otros. Escuchar y sacar conclusiones, decir lo que pensamos y
hacerlo. No hay que imponer muchas cosas porque no debe ser así. Eso pasa, no
crean que porque es una lucha por la autonomía no se cometen errores. Hay
muchas formas de tomar decisiones. Entonces, debemos aprender.”
–¿Cuáles
son los avances en estos 20 años?
–Muchos.
Uno de ellos: mantenerse vivo, porque constantemente están los bombazos de la
propaganda, de los programas sociales, llegan láminas y muchas otras
tentaciones. Pero seguimos vivos, tenemos la autonomía y la base sigue siendo
zapatista.
Nicolás
no duda en señalar que para ellos está claro que el objetivo es fortalecer la
autonomía, porque, como muchas otras organizaciones y grupos sociales, están
excluidos del sistema. “Estamos fuera de todo el juego del sistema. Seas güero,
moreno, indígena, mujer, homosexual, estudiante, no estamos adentro. Por eso
hay que empezar desde donde está nuestro centro. Ya estamos en acción, sin
dinero pero organizándonos. Nos está costando pero ya estamos actuando como
zapatistas”.
Indica
que para los zapatistas está claro que ellos no caben en el proyecto de Enrique
Peña Nieto con las reformas que aprobó recientemente el Congreso de la Unión.
“Quizá
no se haya dicho en un comunicado, pero nosotros tenemos bien identificado que
no tenemos lugar en el sistema. Pero ellos, los que están en el poder, son
actores, son seres humanos. Entonces, ¿por qué nosotros no podemos empezar a
serlo? Si podemos entender, podemos trabajar; si vamos a trabajar, podemos
transformarnos”, puntualiza.
Destaca
que la autonomía es parte de ese largo proceso de aprendizaje en el zapatismo:
“Los municipios autónomos no se hicieron en un año. Fue una preparación de
persona por persona, por familia. Lo grande en esto es que se supo mantener en
secreto. Se necesita hacer esto, vámonos capacitándonos y pensemos en otra
forma, porque no les entendemos lo que están haciendo y vemos que no nos va a
beneficiar.
“Vamos
a empezar ese proceso y de eso vamos a sacar una conclusión: ¿Cuáles son
nuestras debilidades? ¿Es por dinero? ¿Necesitamos a los poderosos para poder
vivir? No. Hay cosas que podemos empezar con nuestras propias manos, nuestros
propios talentos.
“Tenemos
nuestra ciencia. Somos albañiles, campesinos, carpinteros, soldadores… y nos
preguntamos por qué no lo hacemos. Hay que enfocar las cosas, ir cambiando el
pensamiento. Eso es lo que estamos tratando de hacer dentro y fuera de la
organización.”
–Tal
como está la situación del país, ¿cree que el zapatismo seguirá existiendo y
avanzando?
–No
sabemos hasta dónde vamos a llegar. Supimos hacer el comienzo, no sé a dónde va
a llegar pero seguimos caminando, sin sectarismos. Hay muchos grupos. Todos
somos mexicanos, nos corresponde por derecho y por mexicanos.
“No
entendemos para qué son las reformas de Peña Nieto ni nos interesa, porque
nosotros no tenemos cabida en ese mundo del poder. Tampoco en el gobierno de
Calderón, donde hubo miles de muertos por la guerra contra el narco.
“No
entendimos lo que hizo. Lo que sí entendemos es que son todos los poderes los
que están en ese remolino: son los narcos, Los Zetas, todos los que juegan con
el dinero. Y quien pagó las consecuencias fue la gente, pero desgraciadamente
la gente tampoco reacciona.
“Hubo
ese movimiento del poeta (Javier) Sicilia que salió a decir lo que pasaba, hubo
quien lo escuchó, pero quienes ganaron fueron los medios, Televisa y TV
Azteca.”
–¿Siente
que el zapatismo está olvidado después de estos 20 años, que se le ha marginado
en sus regiones?
–Sí,
por varios factores. De pronto fue la luz muy grande y luego vino la ofensiva
gubernamental; los medios fueron la pieza más importante de todo este golpeteo
político, y la izquierda se distanció también de nosotros porque hay mucha
confusión de la misma izquierda que ahora firmó el Pacto por México.
“Hay
mucha confusión en la gente. Eso ha pasado. Pero nosotros no estamos
confundidos. Al Estado le va a costar mucho trabajo acabarnos, porque llevamos
adentro la raíz del cambio, como fue con Hidalgo, Villa y Zapata. Podemos
hacerlo sin que intervenga el poder del dinero. Eso es lo que entendemos.”
El
maestro
El
domingo 22 de diciembre el subcomandante Marcos emitió el comunicado Rebobinar
2: De la muerte y otras coartadas. En él cuestiona a diversos actores y
organizaciones en torno a lo que se ha dejado de hacer en estas dos décadas y
responde a las críticas sobre su actuación.
“Quiero
decir, yo siento (y hablando con otros compas sé que no es sólo mi sentimiento)
que la cuenta que tengo que darle a nuestros muertos es qué se ha hecho, qué
falta y qué se está haciendo para completar lo que motivó esa lucha.
Probablemente esté equivocado, y alguien me diga que el sentido de toda lucha
es perdurar en la historiografía, la historia escrita o hablada, porque es el
ejemplo de los muertos, su biografía administrada, la que motiva a los pueblos
a luchar, y no las condiciones de injusticia, de esclavitud (que es el nombre
real para la falta de libertad), de autoritarismo.
“No
fue el ansia de perdurar, sino el sentido del deber lo que nos colocó aquí para
bien o para mal, la necesidad de algo hacer frente a la injusticia milenaria,
esa indignación que sentimos como la característica más contundente de
‘humanidad’. No pretendemos lugar alguno en museos, tesis, biografías, libros”,
señala Marcos en su texto.
Inquiere:
“La evaluación que nos interesa y afecta ¿es la de afuera o la de la realidad?
¿La medida de nuestro éxito o fracaso está en lo que de nosotros aparezca en
los medios de paga, en las tesis, en los comentarios, en los ‘pulgares arriba’,
en los libros de historia, en los museos? ¿O en lo logrado, lo fallado, lo
acertado, lo pendiente?”.
Y
se responde: “Quiero decir, nosotros (y otr@s como nosotros, muchos, muchas,
tod@s) luchamos por ser mejores y aceptamos cuando la realidad nos dice que no
lo hemos logrado, pero no por eso dejamos de seguir luchando. Porque no es que
acá no honremos a nuestros muertos. Lo hacemos, sí. Pero es que luchando lo
hacemos. Todos los días, a todas horas. Y así hasta que miremos el suelo,
primero al mismo nivel, luego hacia arriba, cubriéndonos con el paso
compañero”.
–¿Qué
es Marcos para los zapatistas? –se le pregunta a Nicolás.
–Nuestro
maestro. Es un blanco con pensamientos como muchos de ustedes. Nos enseñó que
tenemos derechos que no nos han permitido, nos levantó de la oscuridad para
darnos un lugar en este país que no nos quieren dar. Ese es Marcos.
Nicolás,
quien participó en los enfrentamientos de enero de 1994 en la Selva Lacandona,
señala que el camino del zapatismo ya no es el de las armas como hace 20 años,
sino la organización social y la transformación del pensamiento.
“Hasta
la fecha sentimos el zapatismo como algo muy grande que nos eleva el
pensamiento y la coordinación con otros pensamientos que antes no existían.
Esto nos trajo la preparación de muchos años. Nos preparamos más sobre la
historia de nuestro país, analizamos nuestra situación con mucho cuidado hasta
cambiar nuestro pensamiento.
“Necesariamente
este pensamiento lo tuvimos que aprender no en una escuela, no en una
universidad, sino entre sacrificios, en los caminos que hemos andado con
errores y con la muerte de compañeros y que los llevamos en el corazón. Muchos
de nosotros, indígenas y no indígenas, que participamos el 1 de enero tenemos
muy enraizada la defensa del pensamiento zapatista, el que nos enseñó a ver que
el sistema nos está matando, explotando, arruinando, nos está haciendo a un
lado en muchos aspectos. No nos enseñaron a ser héroes ni nada de eso. Aquí
aprendimos que somos muchos seres humanos y no nos toman en cuenta porque este
país, como todo el mundo, está controlado por el poder del dinero, que
constantemente está en cambio.”
Autonomía
Nicolás
mira en la autonomía de las comunidades zapatistas uno de los principales
activos de la organización. A partir de ésta es como, dice, se puede avanzar y
enfrentar el sistema económico excluyente.
“Pensamos,
como muchas otras organizaciones, que la solución es la autonomía.
“Después
del levantamiento armado el EZLN dio autonomía a otras organizaciones, a otros
grupos en el país, y la oportunidad de decirle al mundo que todos estamos
enfrentando a este poder capital del dinero. Eso nos enseñó el zapatismo, que
se puede vivir construyendo otro mundo, un mundo donde tengan cabida las
personas que estamos fuera de ese poder. La autonomía es nuestra fuerza
principal.”
–Si
desde el principio el zapatismo comenzó a trabajar la autonomía, ¿por qué no la
vimos?
–Porque
era otra etapa en la transformación. Cuando me preguntan por qué entré al
zapatismo, no era sólo para agarrar el arma, sino para aprender muchas cosas,
la historia del país. Venimos de comunidades donde no hay preparación, sin leer
ni escribir.
“Nuestra
escuela fue en este lado, fue en el zapatismo. Por eso si una mujer de una
comunidad aprendió a hablar, a expresarse, a decir cosas, a sentir lo que
siente como antes no lo hacía, pues no se le va a olvidar. Está enraizado y por
mucho que se haya alejado, no se olvida. Eso es lo que está pasando con el
zapatismo y es lo que nos han enseñado: hemos identificado quién es el que nos
está dañando y cómo vamos a enfrentarlo.”
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