El
exprocurador capitalino Bernardo Bátiz recuerda como "una cubetada de agua
fría" los llamados videoescándalos.
Bátiz:
proceso a Ahumada inició antes de videos
Reportera Elena
Michel|
El Universal, Miércoles 5 de marzo de 2014
El
ex procurador capitalino entre 2000 y 2006, Bernardo Bátiz, asegura que la investigación
contra Carlos Ahumada por fraude a la delegación Gustavo A. Madero inició antes
de que fueran difundidos los videos que muestran a figuras perredistas
recibiendo fajos de dinero del empresario argentino
elena.michel@eluniversal.com.mx
El
ex procurador capitalino Bernardo Bátiz recuerda como “una cubetada de agua
fría” los llamados videoescándalos. Afirma que el nivel de “tensión” creció
hasta anular su diálogo con el ex procurador general de la República, Rafael
Macedo de la Concha, a quien reprocha haber estado fuera del país cuando el
empresario Carlos Ahumada Kurtz fue deportado de Cuba e interrogado en el
hangar de la Procuraduría General de la República (PGR).
Advierte
que mientras el empresario argentino Carlos Ahumada Kurtz, sentenciado por
fraude a la delegación Gustavo A. Madero, no retribuya parte del dinero
obtenido en esta operación ilícita [32 millones de pesos], podría ser
reaprehendido en cualquier momento.
En
entrevista con este diario, Ahumada dijo que no puede ser detenido porque tiene
un amparo que impide esa acción.
En
ese contexto, detalla Bátiz, la PGR inició una averiguación previa en su contra
por revelar al entonces jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López
Obrador, que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público conocía de los viajes
a Las Vegas de quien era secretario de Finanzas local, Gustavo Ponce, meses
antes de la transmisión del video. Datos que Bátiz obtuvo en una reunión
privada de seguridad y se suponía debía tratarlos con reserva. Luego, López
Obrador hizo pública la información.
A
10 años de esta crisis política, Bátiz suelta una carcajada y agrega: “Ya estoy
abriéndoles los ojos: por ahí hay una averiguación previa contra mí, enterrada…
Y la PGR es la PGR”.
Bátiz,
quien continúa apoyando a Andrés Manuel López Obrador desde el Morena, estaba
al frente de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF)
cuando se integró la averiguación previa por fraude en la delegación Gustavo A.
Madero contra Ahumada.
“Puedo
decir, con toda entereza, que actué en ejercicio de mis funciones y sin ninguna
consigna. Nunca recibí una recomendación u opinión de cómo debiera actuar”,
afirma en entrevista con EL UNIVERSAL.
El
primero de marzo de 2004, Joaquín López-Dóriga transmitió el primero de tres
videos que cimbrarían el gobierno de López Obrador. En esa imagen aparecía el
secretario de Finanzas local, Gustavo Ponce, en el casino del hotel Bellagio,
en Las Vegas.
¿Cómo
recibe la noticia?
Fue
como una cubetada de agua fría. Fue un momento muy difícil para todo mundo. Sé
que Andrés Manuel localiza [a Ponce] rápidamente. Lo invita a que se presente
al día siguiente, temprano, a defenderse. Lo que sale en la televisión puede
ser criticable e inclusive penoso para un funcionario público, y más que maneje
dinero y estar en Las Vegas apostando con cara de aburrido. Pero en realidad no
era un delito. No está tipificado jugar en los casinos. Está muy feo el que un
secretario de Finanzas esté en un lugar de apuestas.
“Pero
nada más él debió haberse presentado a explicar, y no. Simplemente desapareció
y nunca lo localizamos nosotros. De hecho, lo localizó la PGR”.
¿Ponce
no apareció en la investigación de la Contraloría por pagos a Grupo Quart
[propiedad de Carlos Ahumada]?
Nosotros
investigamos eso. Y él no firmó personalmente eso, nada tenía que ver
directamente. Sí otros funcionarios de la secretaría, y dos delegados: el de
Gustavo A. Madero y el de Tláhuac. Pero no él.
¿Y
qué había en la investigación?
La
Contraloría nos entregó una investigación, en donde pudimos corroborar que las
empresas de Ahumada estaban recibiendo pagos muy cuantiosos sin contratos y sin
obras efectuadas, lo cual es un delito.
“Iniciamos
la averiguación previa, empezamos a darle seguimiento a los pagos que se le
hicieron. En la Gustavo A. Madero fue donde tuvimos más datos, ahí encontramos
que ese dinero pasó a varias empresas, y al final llegaba a una empresa que
recibía los fondos y donde el accionista mayoritario, con el 90 y tantos por ciento,
era un empleado o chofer de Ahumada, y aunque él tenía 1% de las acciones, era
quien firmaba. Íbamos en eso, estábamos en eso, cuando viene lo de [Gustavo]
Ponce y después lo de [René] Bejarano”.
Ahumada
refiere que esta averiguación fue una trampa y que se inició en venganza por la
difusión de los videos.
Él
no sólo recibía el dinero en la cuenta, sino que dispuso ese dinero. Eso lo
pudimos acreditar con informes del banco. Eran alrededor de 32 millones de
pesos el fraude de la GAM, alguno de sus auxiliares o cuentas intermediarias,
de paso hacia la de él, devolvieron la cantidad como de 10 millones de pesos,
por lo que el fraude se redujo a 20 [mdp]. Pero el delito ya se había cometido.
“Lo
que él dijo en su libro es que esa acción penal que iniciamos en contra de él
fue en respuesta o venganza de los videos y no es así, porque la averiguación
previa estaba ya iniciada, no sé si meses o semanas antes; más de un mes sí,
estábamos avanzando en ella cuando vimos los videos”.
En
un asunto político, la línea entre justicia y otro interés es muy delgada.
Cuando
acepté el cargo de procurador, una petición que hice a AMLO, con la anuencia de
[Vicente] Fox, fue que desde el punto de vista técnico en el ejercicio de las
funciones de un procurador tuviera yo total autonomía y libertad. Ni se lo
tendría que haber dicho, pero sí se lo mencioné.
¿Hubo
autonomía?
En
el caso de Ahumada, no hubo en ningún momento una insinuación, una indicación o
que me apresuraran. Ya estaba muy avanzado el proceso de desprestigio, la
campaña en contra de la imagen del gobierno y del jefe de Gobierno, cuando
nosotros consignamos el asunto a un juez y obtuvimos orden de aprehensión.
¿No
pensó en renunciar?
Fueron
momentos muy difíciles. Nunca pasó por mi mente [renunciar]. Teníamos que estar
unidos y mostrando entereza. Sí me preocupé, la PGR es la PGR. Me citaron, y
les mandé un oficio y les dije que fueran a tomar mi declaración a la PGJDF
porque yo era un funcionario, y tuvieron que ir allá.
¿Nunca
dudó de López Obrador?
Por
supuesto que no dudé de Andrés… ¿él qué tenía que ver?
Quedaron
claras las redes de corrupción adentro del gobierno.
Lo
que hubo, además de un plan para hacer que tropezara el gobierno, fue, en la
desesperación, la búsqueda de lo que pareciera más espectacular, pero no de
fondo. Lo que encontraron que fue esa grabación, de por sí perversa porque se
hace a escondidas de Bejarano, se hace con una cámara oculta; y si había un
delito que perseguir, pues lo estaban cometiendo los dos.
“Y
por sí sola, la entrega de una cantidad de dinero, por muy grande que fuera,
puede ser el indicio, la sospecha de que puede haber algo indebido detrás, pero
en sí mismo no hay algo indebido, fue la sorpresa, fue el efecto mediático que
manejaron muy bien. Eso fue lo que hubo”.
¿Hasta
cuándo inicia la averiguación contra Bejarano?
Yo
inicié la averiguación previa por unas declaraciones que él hizo respecto a que
ese dinero lo había empleado para cuestiones electorales, diciendo en qué
campañas, en qué delegados lo había aportado, y eso está penado por la ley. La
averiguación previa fue por delitos electorales y se siguió el procedimiento.
Él, después de un tiempo que estuvo recluido, un tribunal de más jerarquía lo
liberó. Nosotros seguimos el procedimiento hasta donde pudimos. Y lo mismo con
Carlos Ahumada.
¿Cómo
fue abrir un proceso contra alguien tan cercano al gobierno?
No
es fácil, pero tampoco lo hacía yo personalmente. Se llevaba a cabo a través de
los funcionarios de la Procuraduría, del área que correspondía, ellos lo
hacían, me informaban y me tenían al tanto. Pero el proceso tenía que seguir
contra cualquiera.
¿Y
ha visto a Bejarano?
Nos
hemos visto, y ya. Nos saludamos, no se toca el punto. Es difícil, pero así
debe ser.
¿Y
Ahumada?
Respecto
de Ahumada no teníamos la menor duda y teníamos pruebas suficientes para
encausarlo, le puedo decir que el juez de primera instancia dictó la sentencia
en su contra, poniéndole más de seis años en su contra y condenándolo a
devolver lo que faltaba por devolver. Él interpuso una apelación, se fue al
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, la sala le rebajó unos
años, y con esa rebaja que hace la sala tiene la oportunidad de salir libre.
“Pero
debieron pedirle que garantizara el pago; por una falla no se hizo y fue cuando
se escapó a Argentina. Pero el proceso continuó: él nunca fue absuelto, y con
esa rebaja puede salir y pide amparo”.
¿Integraron
bien la averiguación?
Al
final del proceso, en el Poder Judicial local y federal lo condenan, quiere
decir que las pruebas que aportamos fueron efectivas para condenarlo y que la
defensa que hizo no fue suficiente, y no pudo acreditar que no fue culpable.
¿Ya
retribuyó el dinero?
Por
eso no vuelve, porque podrían reaprehenderlo. No lo han hecho, no sé si lo
devolvió o no.
“Hizo
mucho daño aquí porque esa forma de hacer las cosas, de dar el dinero en
efectivo, mal o bien, apoyo a campañas, cohecho, y además grabarlo y exhibir la
grabación ocultando su rostro, indica una mente demasiado tortuosa”.
¿Por
qué se metió la PGR?
Escapa
Ahumada y se va a Cuba. Cuando el gobierno de Cuba lo envía y se hace público,
sabemos que llega al hangar de la Procuraduría [PGR]. Ahí llega un
subprocurador, no está Macedo de la Concha. Yo hablo con un subprocurador. Le
pedí que nos lo entregara, que yo tenía la orden de aprehensión y que se iban a
hacer los trámites. Mandó a un fiscal de aprehensiones. Lo hacen pasar de la
calle al hangar, pero no lo dejan pasar a la oficina donde ya estaba o iba
llegando Ahumada. Lo dejan en medio, en una especie de patio. Él me habla y me
dice que ahí está, pero que no le entregan a Ahumada. Yo vuelvo a insistir y
pasa una hora, dos horas, tres horas y sigue la misma situación. Hay mucho
movimiento de helicoptéros y decido ir personalmente al hangar, me parece [que]
había el riesgo de que lo llevaran a un lado distinto y que no lo entregaran a
la Procuraduría local. Lo entregaron, ellos no tenían razón para retenerlo ahí.
¿Habló
directamente con el procurador general [de la República]?
En
esa etapa hablé varias veces con él; pero cuando entregaron a Ahumada él no
estaba, andaba en Miami, con él no hablé para tratar este asunto.
Pero,
¿sí hubo interlocución?
Para
este asunto no. Con Macedo de la Concha nunca hablé directamente de eso.
¿Cómo
era su relación?
Nunca
fuimos amigos. Una vez acudí a una ceremonia con mi moñito, el que usábamos los
que defendíamos el gobierno de López Obrador. Cuando me tocó hablar sobre el
tema de las agencias mixtas, hablé de ello, pero también señalé que se estaba
cometiendo un acto indebido con el proceso de desafuero [contra López Obrador],
hablé en defensa de ese gobierno. Tenía que cumplir la parte formal de las
agencias mixtas, pero tampoco podía aparecer como subordinado del procurador
general.
¿Había
tensión en el gobierno?
Nunca
vi desesperación. Sí mucha tensión. Hay por ahí unas fotos, parece que estamos
en velorio. Hubo mucha preocupación [durante el desafuero].
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