14 oct 2014

Movilización de militares por caso Tlatlaya

Calles como incendios/JORGE ALEJANDRO MEDELLÍN | 
La Silla Rota, OPINIÓN | 2014-10-14
La movilización se hizo en favor de un pelotón que, de acuerdo con las pruebas existentes, ejecutó el 30 de junio a 22 civiles que aparentemente trabajaban para el grupo criminal Guerreros Unidos.
1.- Inédita y cargada de signos de los tiempos que corren, la marcha del sábado 11 de octubre convocada por el movimiento #YoSoy26 es un buen ejemplo del lodazal en el que se mueve y se aferra a su discurso autoritario y efectista el gobierno de Enrique Peña Nieto.
2.- En una semana tapizada de movimientos, plantones, movilizaciones y actos en favor de los derechos humanos, una marcha como la impulsada por la abogadaAna Lucía Zavala Rodríguez, presidenta de la Organización Humanistas por el Progreso Social (OHPS), defensora de casos de abuso contra militares, marinos y policías federales, se antoja un verdadero contrasentido que, sin embargo, permite variados puntos de vista y abre el análisis desde las entrañas de un sector de las fuerzas armadas mexicanas.
3.- Simbólica y provocativa por donde se le vea (el 11de octubre de 1823 se fundó el Heroico Colegio Militar), la marcha estuvo vigilada y asediada de cabo a rabo por militares vestidos de civil pertenecientes a los llamados Grupos de Información Sensible (GIS) del Ejército.

La movilización se hizo en favor de un pelotón que, de acuerdo con las pruebas existentes, ejecutó el 30 de junio a 22 civiles que aparentemente trabajaban para el grupo criminal Guerreros Unidos, brazo armado de La Familia Michoacana en la zona de Iguala, Guerrero.
4.- La versión oficial, a todas luces insostenible, indicaba que los militares habían sido atacados por 22 sujetos al ser descubiertos a las afueras de una bodega en las inmediaciones del poblado de San Pedro Limón, en el municipio de Tlatlaya, Estado de México.
Los civiles armados resultaron ser secuestradores que trabajaban para el crimen organizado y tenían en su poder a cuatro mujeres. En el operativo militar encabezado por el Teniente de Infantería Ezequiel Rodríguez Martínez, el pelotón acabó con los civiles que ya se habían rendido.
Una de las mujeres, la menor de edad Erika Gómez González, murió en el lugar estando herida tras un breve tiroteo entre los militares del 102 B.I.y los civiles armados. Su muerte ocurrió horas después, cuando un elemento del ejército la remató en el suelo, según testimonio de su madre ofrecido a la revista estadunidense Esquire.
Tres soldados están acusados hasta el momento de homicidio y un elemento más es señalado de encubrimiento.
5.-Es decir, la marcha fue organizada para defender a un grupo de militares (Un Teniente, un Subteniente y seis soldados) del 102 Batallón de Infantería, que en lugar de detener y presentar ante las autoridades civiles a los 22 hombres armados, decidieron fusilarlos para luego montar un burdo escenario de enfrentamiento en el que en realidad solo tres o cuatro soldados ejecutaron a los civiles con sus propias armas.
6.- El movimiento #YoSoy26 contó en principio con el apoyo de organizaciones como la Federación de Militares Retirados “General Francisco J. Múgica, A.C.”, (FEMIRAC), que encabeza el general retirado Samuel Lara Villa, ex perredista, ex diputado federal por ese partido y ex secretario de la Comisión de Defensa Nacional en la Cámara de Diputados por el PRD en la LVII Legislatura.
Sin embargo, horas antes de la marcha del sábado, la dirigencia de la FEMIRAC decidió no presentarse en la manifestación debido a la presión generada desde la Sedena, a partir de la posible complicación en los avances que la federación ha tenido en sus acercamientos con el ISSFAM.
7.- Otra organización que sí aceptó apoyar a la OHPS de Lucía Zavala fue la Fundación General Gutiérrez Rebollo, en Defensa de los Militares y Marinos Procesados, creada tras el fallecimiento del general Jesús Gutiérrez Rebollo a principios de este año.
César Gutiérrez Priego, hijo del general y abogado litigante especializado en Derecho Militar, encabeza la fundación y también encabezó, junto con Ana Lucía Zavala, la marcha de #YoSoy26.
Desde sus trincheras,ambos personajes unieron fuerzas para salir a la calle entregar en las cercanías de Los Pinos un pliego de 11 puntos y demandar la instalación de una mesa de diálogo para revidar a fondo al menos un centenar de casos de abuso e injusticia militar contra efectivos de la Sedena y la Marina que cumplen condenas o están bajo proceso desde hace meses o años.
Ese centenar de casos es manejado por César Gutiérrez y comprende casos de violaciones a los derechos humanos de la tropa y oficiales, así como irregularidades y abusos procesales y torturas a detenidos por parte de agentes de la Policía Ministerial Federal Militar.
8.- La marcha inició en el Zócalo con poco más de 150 personas integradas al grupo que salió hacia la avenida Reforma pero que en el trayecto se adelgazó como consecuencia del calor y del cansancio, pero sobre todo de las presiones in situ de militares vestidos de civil, aparentes reporteros y fotógrafos, que se acercaban a determinados manifestantes para advertirles que si seguían en la movilización se iban a arrepentir, que sus familiares militares la iban a pasar muy mal.
A los organizadores y cabezas de la marcha también se les acercaron los gisespara tomarles fotos con cuantas personas se les aproximaban para entrevistarlos. Quihubo paisano, les decían los organizadores a los pseudo fotógrafos de prensa. No, yo soy periodista, soy fotógrafo, era la respuesta de los vigilantes.
9.- Al final, alrededor de 80 personas acompañaron a Ana Lucía Zavala y a César Gutiérrez en la entrega del pliego de 11 puntos a alguien de la oficina de la Presidencia de la República.
El pliego entregado en Los Pinos demanda la revisión de casos específicos de abuso en la aplicación de la justicia militar contra soldados y marinos. Casos como el del general Ricardo Martínez Perea, preso desde el año 2003 acusado de delitos contra la salud, enriquecimiento inexplicable y nexos con el crimen organizado.
Las acusaciones derivaron del envío de una denuncia anónima desde el fax de una papelería cercana al Campo Militar Número 1-A, documento en que el que no se menciona el nombre del militar y que no fue ratificado como denuncia por ninguna persona.
De los once puntos del documento, sólo dos se refieren al caso de los militares del 102 B.I.
“Se solicita que al personal militar involucrado por el caso Tlatlaya se le juzgue conforme a derecho y se deje de violentar la presunción de inocencia que opera en su favor, toda vez que hasta el momento ha existido un clima de linchamiento hacia el Ejército mexicano.
“Si son culpables, que se les castigue de la forma que las leyes contemplan dentro del marco jurídico y no por medio de una investigación periodística que no existe dentro del mundo de lo legal”, se establece en el pliego”, indica el documento.
10.- Otro documento entregado por el equipo de organizadores de la marcha #YoSoy26 comprende 25 puntos que revelan el estado de cosas dentro y fuera de  los cuarteles de la Sedena.
Entre los planteamientos más reveladores figuran:
- “Que el militar pueda votar por un secretario de la Defensa.
- “Que se nos respete los derechos humanos o se dicten derechos humanos para los militares.
- “Mejorar el aber (sic) y sobreaber (sic), sueldo en general y prestaciones.
- “Mejorar las prestaciones para la compra de vivienda.
-“Mejor indemnización para las familias de los caídos, estudios y becas para los hijos de los militares caídos hasta su término.
-“Tratamiento psicológico previo y posteriores a las operaciones “Salud Mental” (sic).
-“Que se dictaminen leyes constitucionales para que podamos entrar a la fuerza pública para defensa de los civiles, de ser lo contrario se nos quite de las calles.
-“Legislar una ley que evite el maltrato y bulín (sic) por parte de los superiores.
-“Auditoría al Ejército por órganos del gobierno federal externo para verificar que los recursos sean utilizados de forma correcta por los altos mandos (sic), así como nombrar un grupo de monitoreo para verificar los gastos del otros órganos federales, mismo que se cambiarán cada3 meses.
-“Que el personal miliar que salga a operaciones regresando se les de días de descanso:
1 mes-7 días
2 meses-15 días
3 meses-22 días
4 meses-29 días
5 meses-36 días
6 meses-43 días
7 meses-50 días
8 meses-57 días
9 meses-64 días
10 meses-71 días
11 meses-78 días
12 meses-85 días
“Días pagados para fomentar la unión familiar y calidad de vida del militar, así como para elevar la moral militar”.
11.- La presión generada por el #YoSoy26 está sobre la mesa del general secretario Salvador Cienfuegos Zepeda y sobre el escritorio del Comandante Supremo de las Fuerzas Amadas mexicanas, Enrique Peña Nieto.
En realidad, el caso Tlatlaya será superadoa partir del discurso oficial y de una correcta aplicación en el manejo mediático del manoseado discurso del respeto a los derechos humanos en las fuerzas armadas del país.
Aplicar la ley con rigor castrense a un pelotón que se fue por la libre (al tiempo) deberá bastar, según los mandos militares, para quitarle algo de lodo a la imagen del centenario Ejército Mexicano y para restituir la confianza estadística en el depositada desde hace décadas.
12.- El problema de fondo es otro; la inquietud, la inconformidad en los cuarteles y fuera de ellos: la deserción, la moral baja y la insubordinación.
La imposibilidad de controlar a las redes sociales, a través de las cuales militares y navales en el activo y en retiro han manifestado posturas críticas y en ocasiones retadoras hacia el Estado y sus instituciones como el Ejército, la Fuerza Aérea y –en menor medida– la Marina, es otro escenario imprevisto por el alto mando y el mando supremo.
Ha sido a través de las redes como se sigue avanzando en el seguimiento y revisión de los abusos de militares, policías y políticos hacia la ciudadanía.
Son las redes las que siguen documentando, con o sin periodismo de por medio, la manera en que las calles de las ciudades y pueblos, provincias y municipios del país se encienden.
Así tiene EPN hoy a México, con calles como incendios, avivados por las omisiones y complacencia ante la corrupción, la impunidad que le siguen dando vida al crimen organizado.
De este desdén surgen muchos Tlatlayas, muchos Igualas, muchos Ayotzinapan, muchas pesadillas acumuladas que juntas son peor que una tarde de otoño en la Plaza de las Tres Culturas.

@JorgeMedellin95

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