- Atentados
en Bruselas; el Papa condena «la violencia ciega»
- La
Conferencia episcopal: «Estamos consternados», todos los capellanes del
aeropuerto están al servicio. Fundación Migrantes: esta nueva masacre
terrorista no puede alimentar el miedo en Europa. Lombardi: no cambia la semana
de Francisco
LAPRESSE
El
aeropuerto Belga después del ataque
Vatican Insider, 22/03/2016/
DOMENICO
AGASSO JR.
TURÍN
Bélgica
bajo ataque. Esta mañana, alrededor de las 8 horas, hubo dos explosiones en el
aeropuerto principal de Bruselas, Zaventem, y una habría sido provocada por un
kamikaze. También hubo otras explosiones en las estaciones del metro de Arts
Loi, Schumann y Maelbeek. Hay decenas de muertos y heridos. La reacción de los
obispos belgas fue inmediata, según indicó el Servicio de Información
Religiosa, quienes expresaron su «consternación», «angustia» y voluntad de
rezar por las víctimas en esta trágica situación. Después, Papa Francisco
condenó la «violencia ciega que provoca tanto sufrimiento», e imploró a Dios
«el don de la paz».
En
un telegrama de condolencias del Pontífice, firmado por el cardenal Pietro
Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, y enviado al arzobispo de
Malinas-Bruselas, mons. Josef De Kessel, se lee que después de enterarse de los
ataques que han afectado a tantas personas, el Papa quiere encomendar «a la
misericordia de Dios a los que murieron y se une en oración al dolor de sus
parientes. Él expresa su más profunda solidaridad a los heridos y a sus
familias, y a todos los que trabajan en los auxilios, pidiendo al Señor que les
lleve consuelo en la prueba. El Santo padre condena nuevamente la violencia
ciega que provoca tanto sufrimiento e implora a Dios el don de la paz, e invoca
sobre las familias en luto y sobre los belgas el beneficio de las bendiciones
divinas».
Los
atentados se verificaron a pocos días de la «cacería» que llevó al arresto de
Salah Abdeslam, fugitivo por los atentados del 13 de noviembre de 2015 en la
ciudad de París.
Desde
Bélgica también se expresó monseñor Giacinto Berloco, nuncio apostólico en
Bruselas: «Gran dolor. Los terroristas están muy lejos de nuestros valores.
Informé inmediatamente al Vaticano». «El aeropuerto de Zaventem —indicó— es un
lugar en donde siempre hay muchísimas personas y a esa hora estaba partiendo
mucha gente. Fue elegido un momento trágico para obtener víctimas sensiblemente.
El primer sentimiento es de gran dolor». «No he hablado personalmente con el
Papa —reveló—, pero informé inmediatamente sobre los atentados al Vaticano para
que la Secretaría de Estado y el Santo Padre estuvieran al corriente de lo
sucedido». «Es difícil entrar en la mente de estas personas —observó. Muchas
veces hay personas que tal vez se sienten marginadas o que tienen una idea de
la convivencia muy diferente de la que tenemos nosotros. Son personas que
quieren imponer sus ideas, su forma de ser y de vivir a una sociedad que tiene
otros valores, como la convivencia, el respeto y la fraternidad. Estos tienen
ideas que están muy lejos de los valores que vivimos, que hemos adquirido desde
hace tiempo y que constituyen la base de la vida social».
Los
religiosos belgas, indicó el director de la oficina de prensa de la Conferencia
Episcopal de Bélgica, el padre Tommy Scholes, comparten «la angustia de miles
de viajeros y de sus familias, de los empleados de la aviación y de los equipos
de socorro que una vez más se encuentran en primera línea. Encomendamos a la
oración toda esta nueva situación dramática, en particular a las víctimas». La
Conferencia episcopal también informó que todos los capellanes del aeropuerto
están en servicio.
Durante
la mañana, llegó el comentario de mons. Gian Carlo Perego, director general de
la Fundación Migrantes: «El dolor y la rabia por los atentados de Bruselas no
pueden detener la tutela y la protección internacional de quienes huyen de la
guerra y de la persecución. La seguridad hoy no está en riesgo por la llegada
de personas que han visto sus casas y sus vidas destruidas por los bombardeos y
la violencia, sino por un terrorismo irracional que también ha nacido y crecido
en nuestras ciudades europeas».
La
nueva masacre en la capital belga no puede convertirse en «una razón más para poner en marcha un
recorrido doble de sufrimiento para los migrantes: obligados a dejar sus
países, detenidos y rechazados en las fronteras de Europa», concluyó Perego.
También
intervino el cardenal Péter Erdö, arzobispo de Budapest y presidente del
Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa: «Supe esta mañana la noticia
de los atentados perpetrados en el aeropuerto de Bruselas y en el metro de la
ciudad belga; ante este nuevo acto inhumano, garantizo mi oración por las
víctimas y expreso mi cercanía a sus familias. En este tiempo atormentado,
invito a no dejarse derrotar por el miedo y a rezar por la paz en Europa, en
Medio Oriente y en todo el mundo».
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