Columna DE POLÍTICA Y COSAS PEORES | Catón en Reforma y cientos de perióodicos más.., 5 de septiembre de 2016
Nicolás Alvarado
“... A la
muerte de Juan Gabriel siguió la malhadada visita de Trump, que llegó, vio y
venció, y tras ese acontecimiento deplorable vino -y se fue- el Cuarto Informe
de Gobierno de Enrique Peña Nieto, acto que está ya nominado para recibir el
premio a la comedia del año. En medio de ese torbellino no ha sido objeto de
mucho comentario un suceso que me parece sumamente grave. Hablo de la salida de
Nicolás Alvarado de la dirección de TV UNAM. No conozco al ex funcionario. El
hecho de vivir en Tierra Santa -o sea en Saltillo- me priva de conocer a muchos
personajes de la Ciudad de México, y me salva de conocer a otros. Por esa misma
circunstancia, la de mi lejanía de la capital, no estoy informado cabalmente
acerca de lo que motivó el salto de Alvarado. Todo indica que fue provocado por
la furia -por las furias- que en las redes sociales suscitó un artículo escrito
por él, en su calidad de editorialista, acerca de Juan Gabriel, artículo en el
cual expuso su opinión acerca del artista. Leí ese texto, y ciertamente no
comulgo con los juicios vertidos por su autor. A mi edad ya con muy pocos
juicios comulga uno. Frecuentemente ni con los míos comulgo. Opino, sin
embargo, que lo que le sucedió a Alvarado constituye un atentado gravísimo
contra la libertad de expresión, derecho elemental que en otros casos tanto se
ha defendido y decantado. Nadie debe perder un empleo por causa de sus
opiniones si éstas no dañan a su empleador o ponen en riesgo la fuente de
trabajo. En el caso que me ocupa la gravedad de lo acontecido es aún mayor si
se toma en cuenta que ese canal televisivo pertenece a la Universidad, ámbito
que por esencia ha de ser crítico y libre. Pasará el tiempo -pasar es lo que
sabe hacer mejor-, y las cosas quedarán en su justa perspectiva. Entonces se
verá que la salida de Nicolás Alvarado de TV UNAM, a todas luces forzada, no
tuvo razón válida de ser. Este hecho lamentable quedará como una mácula
vergonzosa en la historia del canal universitario… FIN.
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