Las columnas políticas hoy, 17 de octubre de 2016..
FRENTES POLÍTICOS/Excelsior
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FRENTES POLÍTICOS/Excelsior
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RESULTA que el jueves le envió una carta al dirigente nacional de su partido, Enrique Ochoa Reza, -la segunda del año- en la que reclama “democracia y apertura en el PRI”, ¡como si Ruiz pudiera dar ejemplo de eso!
ADEMÁS se aventó la puntada de destapar como precandidatos presidenciales del PRI para el 2018, en este orden, a José Antonio Meade, Miguel Ángel Osorio, Ivonne Ortega, José Narro, Manlio Fabio Beltrones, Eruviel Ávila y José Calzada.
EL HECHO es que su texto pasó de largo pues, en un acto en Oaxaca, Ochoa fue bien recibido por los priistas de esa entidad quienes, de paso, le recordaron que Ruiz tiene muy mala mano para elegir candidatos.
DE HECHO cuentan que, como si se tratara del beso del Diablo, en las oficinas de varios de los “destapados” rápido reaccionaron con un “no me ayudes, compadre”.
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El grillo
El dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa, se encontró el viernes pasado en Quintana Roo con un auditorio tricolor molesto y dividido. No obstante, después de su discurso, en el que criticó a aquellos priistas que traicionaron a su partido al estar de brazos caídos el día de la elección, se echó a la bolsa a los presentes en ese lugar, lo que sorprendió a muchos observadores. Por lo visto, el ex director general de la CFE tenía oculto un grillo dentro de sí. ¿Será?
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Columna Alhajero/ Martha Anaya
24 Horas
El pleito Ochoa-Anaya
Desde que tomó posesión como dirigente nacional del PRI hace tres meses, Enrique Ochoa Reza definió un par de estrategias: posicionarse mediáticamente y conocer –y procurar que lo conozcan– a la militancia priista.
En ninguna de las dos le ha ido bien que digamos.
Para posicionarse, como bien señala el ex gobernador oaxaqueño Ulises Ruiz, ha echado mano de “bravatas” y de “malos chistes” sobre los actores de otras fuerzas políticas, que de nada le han servido y más bien lo han puesto a las puertas del ridículo.
Comenzó retando a debatir al líder de Morena, puntero en las encuestas rumbo a la elección presidencial, pero Andrés Manuel López Obrador apenas si lo volteó a ver y se siguió de largo.
Luego, enarbolando una cruzada contra la corrupción que incluyó empujar la caída del gobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa, enfiló baterías contra Acción Nacional y particularmente contra su presidente, Ricardo Anaya.
Pero más tardó en soltar sus críticas que en recibir un obús –¿fuego amigo?– por la liquidación que recibió de la Comisión Federal de Electricidad por un millón 206 mil pesos, siendo que su separación fue voluntaria.
Ahí Ochoa perdió autoridad moral en su cruzada contra la corrupción, aunque parece aún no darse cuenta de ello.
La semana pasada, el ocupante de la oficina de Insurgentes Norte acusó a Anaya de encubrir al ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés por no haber dado aviso a las autoridades de la visita del ex mandatario a las oficinas del blanquiazul, a pesar de que sabían que el susodicho estaba bajo investigación.
Valgan aquí un par de comentarios:
-Es cierto que la dirigencia del PAN ha dado largas al tema Padrés y que bien hubieran preferido hacerse de la vista gorda (por supuesto que utilizan una doble moral). Dosificaron el asunto vía la Comisión Anticorrupción que encabeza Luis Felipe Bravo Mena.
Sin embargo, las razones que esgrimió Ochoa son tramposas.
Y a eso precisamente se refirió ayer el panista bajo el encabezado “Ante las mentiras que el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, ha estado difundiendo en los últimos días, el Comité Ejecutivo Nacional del PAN afirma lo siguiente…”.
Alegan que el 27 de septiembre pasado, Guillermo Padrés compareció ante la Comisión Anticorrupción como parte del proceso que se le sigue al interior del partido; que en esa fecha aún no se tenía conocimiento de que existiera alguna orden de aprehensión vigente en contra del ex gobernador.
Fue hasta el jueves 29 de septiembre, le recuerdan, que se dio a conocer, a través de los medios de comunicación, que había una solicitud de la Procuraduría General de la República a un juez para librar una orden de aprehensión contra Padrés.
Dicho lo anterior, desde el búnker azul arremeten contra el propio dirigente del PRI por su liquidación en la CFE, le piden que regresen –él y sus colaboradores– el dinero que se llevaron “indebidamente” y exige a las autoridades una investigación judicial sobre “el fraude cometido a los mexicanos”.
Eso por lo que toca a sus intentos para posicionarse. En cuanto a sus encuentros y/o desencuentros con la militancia priista que encabeza, ya platicaremos más adelante.
GEMAS. Obsequio del ex Presidente de Uruguay, José Mujica: “Hagamos votos para que no gane Trump, (pero) eso no quiere decir que Clinton sea una carmelita descalza”.
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PRI y PAN, menos 'show'
y más PGR/Uso De Razón
El Financiero
Con toda la razón del mundo, López Obrador se revuelca de la risa por el pleito PRI-PAN en Veracruz y Sonora, ya que el ganador indiscutible es él.
AMLO está fascinado porque panistas y priistas le hacen el juego, mientras él habla como columnista de quinta sobre “pactos secretos para protegerse”; “arreglos” entre Yunes y Fidel Herrera; o “acuerdos allá arriba” entre Peña y Calderón.
A lo que se prestan PRI y PAN con su espectáculo es al escarnio popular.
Cuando es el PRI y no la PGR quien sienta en el banquillo a Duarte y lo condena de antemano, López Obrador y su claque en redes sociales dicen que eso es una “cortina de humo” para defender al otro Duarte, el de Chihuahua.
Y cuando expulsen al Duarte de Chihuahua van a decir que es para tapar a Borge.
Cuando es el PRI y no la PGR quien sienta en el banquillo a Duarte y lo condena de antemano, López Obrador y su claque en redes sociales dicen que eso es una “cortina de humo” para defender al otro Duarte, el de Chihuahua.
Y cuando expulsen al Duarte de Chihuahua van a decir que es para tapar a Borge.
Luego expulsarán a Borge y los seguidores de AMLO van a decir que todo está arreglado para cubrir a un pez gordo, “al que verdaderamente ocultan”.
El PAN suspende derechos a su exgobernador de Sonora, Guillermo Padrés. Muy bien, ¿qué dice AMLO? “Todo es un montaje de los de arriba” pues quieren encubrir a Yunes, el de Veracruz.
Porque –sentenció el 'columnista' AMLO– “Osorio Chong y Calderón hicieron un acuerdo para imponer a Yunes y cerrarnos el paso a nosotros: el que ganó la elección pasada en Veracruz fue Cuitláhuac García, pero se pusieron de acuerdo como siempre lo hacen”.
Y ahí van Anaya y Enrique Ochoa a discutir sobre cuál de los dos partidos tiene más corruptos, se desangran y sacan los ojos mientras López Obrador, presidente de Morena, se burla de ambos y no acude a los debates.
¿Para qué va a ir, si los que se están exterminando son sus dos adversarios, PRI y PAN?
Qué manera tan infantil de los dirigentes del PRI y del PAN de hacerle el juego y pavimentarle el camino a Los Pinos a López Obrador.
AMLO no va a esos debates porque tendría que responder por la corrupción en su gobierno en el DF, la de su secretario particular, la de su secretario de Finanzas, y una larga lista de burócratas de nivel que les descontaban del sueldo a los empleados para financiarlo a él, a López Obrador.
La denuncia que presentó contra The Wall Street Journal es de risa: lo hizo en México y no en Nueva York.
Su 3de3 es una tomada de pelo. El notario que dio fe de las 'cesiones' de los departamentos a sus hijos es un sobrino suyo.
Y no pasa nada, porque AMLO está blindado en la mayoría de los medios (que le temen) y porque no va a debates. Mejor que se peleen PRI y PAN. Ganancia completa.
Los partidos están para alcanzar el poder o retenerlo.
Para alcanzar o retener el poder tienen que acusar a los otros de corruptos y eso es lo que se hacen entre ellos PRI y PAN, a solas, sin Morena en la mesa.
La corrupción va a bajar cuando la PGR, o la Fiscalía que viene, hagan su tarea y castiguen con mano dura y expedita a los que extrajeron de manera indebida fondos al erario.
Anaya y Ochoa le hacen el juego a AMLO, que sonríe desde la barrera mientras se descuartizan priistas y panistas que avalan, con sus dichos, el discurso del lopezobradorismo: PRI y PAN son igual de corruptos.
Twitter: @PabloHiriart
+++
Ochoa le gana la mano
a Anaya/Salvador Camarena
La Feria
El Financiero
La estrategia del presidente nacional priista, Enrique Ochoa Reza, quien se propuso convertir a la corrupción en el tema de la discusión pública, comienza a arrojar dividendos.
El PAN lleva desde el miércoles a la defensiva por el caso Guillermo Padrés, todo un éxito para el PRI, que pretende acreditar ante la ciudadanía que no es el único partido en el escenario de los exgobernadores perniciosos.
Porque ese es el objetivo estratégico del Revolucionario Institucional. Si bien el tricolor tendría mucho que perder si de verdad se investigara por corrupción a cada uno de sus recientes exmandatarios estatales, el discurso anticorrupción no es mala idea si todo queda en el plano mediático-electoral de un solo caso.
Ochoa y sus patrocinadores entendieron bien que el PRI podía dejar de ser el sinónimo de la corrupción si antes que limpiar la casa –lo cual les podría salir carísimo, sería un suicidio– logran instalar la idea de que no son los únicos con políticos impresentables.
Así, tenemos desde el gobierno un cerco judicial quirúrgico, que centrará en Javier Duarte y en algunos de sus colaboradores, los menos, el caso prototípico que el partidazo utilizará de ariete para mostrar las muchas miserias de otros partidos.
Ahora, cada vez que le saquen 'trapitos', Ochoa citará el caso del Duarte veracruzano. Le suspendieron sus derechos partidistas y le sacaron del gobierno. E hicieron lo primero mucho antes de que el PAN procediera con Guillermo Padrés.
Si todo el manejo del caso Javier Duarte es tardío, extemporáneo, insuficiente y hasta tramposo si se tiene en mente el desastre que es Veracruz, no se puede decir lo mismo en términos propagandísticos, plano en el que el sacrificio del veracruzano es funcional.
Hoy el PRI puede darle lecciones al PAN de Ricardo Anaya, que sólo se tardó un año en deslindarse de la conducta irregular y pendenciera de Padrés.
Porque Ochoa sabe lo que cualquiera: más allá de su modosidad, de su buen desempeño en debates y discursos, Anaya no ha acreditado una genuina lucha anticorrupción al interior del blanquiazul.
El PRI movió ficha, puso la cabeza de Duarte en la mesa, y ahora Ricardo Anaya quedará expuesto por su inacción sobre los 'moches', por lo que no ha hecho con respecto a los Villarreal, a Villalobos, etcétera, y por supuesto en torno a Padrés.
Tiene razón Miguel Ángel Yunes en estar preocupado. Ochoa querrá usar a Duarte para generar un efecto dominó en otras filas. Y Anaya se encuentra en una posición de debilidad: no puede investigar a quienes lo encumbraron, no puede solicitar apoyo de Margarita o Moreno Valle, que le ven con recelo por no jugar de manera pareja en la carrera presidencial, y si el gobierno enjuicia a Padrés evidenciará que al menos durante un año, el jefe nacional panista no movió ni un dedo para que el sonorense pagara por sus excesos y presumibles crímenes.
Con eso a cuestas, si la administración peñista decide que Yunes también debe ser investigado, ¿con qué autoridad moral Anaya denunciará que es una chicanada?
Por lo pronto este tanto debe ser anotado a la cuenta de Ochoa, que ha logrado que la caída de Duarte haga chuza en el Partido Acción Nacional, donde a trompicones primero sacaron un comunicado (el miércoles) para informar un tibio deslinde de Padrés, y ayer intentaban convencer que Anaya no ha visto al exgobernador.
Los priistas encaran el futuro con gran filosofía: si todos somos vistos como corruptos, nuestra chance de no perder es mayor. Y todo gracias al PAN de Anaya.
Twitter: @SalCamarena
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El dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa, se encontró el viernes pasado en Quintana Roo con un auditorio tricolor molesto y dividido. No obstante, después de su discurso, en el que criticó a aquellos priistas que traicionaron a su partido al estar de brazos caídos el día de la elección, se echó a la bolsa a los presentes en ese lugar, lo que sorprendió a muchos observadores. Por lo visto, el ex director general de la CFE tenía oculto un grillo dentro de sí. ¿Será?
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Columna Alhajero/ Martha Anaya
24 Horas
El pleito Ochoa-Anaya
Desde que tomó posesión como dirigente nacional del PRI hace tres meses, Enrique Ochoa Reza definió un par de estrategias: posicionarse mediáticamente y conocer –y procurar que lo conozcan– a la militancia priista.
En ninguna de las dos le ha ido bien que digamos.
Para posicionarse, como bien señala el ex gobernador oaxaqueño Ulises Ruiz, ha echado mano de “bravatas” y de “malos chistes” sobre los actores de otras fuerzas políticas, que de nada le han servido y más bien lo han puesto a las puertas del ridículo.
Comenzó retando a debatir al líder de Morena, puntero en las encuestas rumbo a la elección presidencial, pero Andrés Manuel López Obrador apenas si lo volteó a ver y se siguió de largo.
Luego, enarbolando una cruzada contra la corrupción que incluyó empujar la caída del gobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa, enfiló baterías contra Acción Nacional y particularmente contra su presidente, Ricardo Anaya.
Pero más tardó en soltar sus críticas que en recibir un obús –¿fuego amigo?– por la liquidación que recibió de la Comisión Federal de Electricidad por un millón 206 mil pesos, siendo que su separación fue voluntaria.
Ahí Ochoa perdió autoridad moral en su cruzada contra la corrupción, aunque parece aún no darse cuenta de ello.
La semana pasada, el ocupante de la oficina de Insurgentes Norte acusó a Anaya de encubrir al ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés por no haber dado aviso a las autoridades de la visita del ex mandatario a las oficinas del blanquiazul, a pesar de que sabían que el susodicho estaba bajo investigación.
Valgan aquí un par de comentarios:
-Es cierto que la dirigencia del PAN ha dado largas al tema Padrés y que bien hubieran preferido hacerse de la vista gorda (por supuesto que utilizan una doble moral). Dosificaron el asunto vía la Comisión Anticorrupción que encabeza Luis Felipe Bravo Mena.
Sin embargo, las razones que esgrimió Ochoa son tramposas.
Y a eso precisamente se refirió ayer el panista bajo el encabezado “Ante las mentiras que el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, ha estado difundiendo en los últimos días, el Comité Ejecutivo Nacional del PAN afirma lo siguiente…”.
Alegan que el 27 de septiembre pasado, Guillermo Padrés compareció ante la Comisión Anticorrupción como parte del proceso que se le sigue al interior del partido; que en esa fecha aún no se tenía conocimiento de que existiera alguna orden de aprehensión vigente en contra del ex gobernador.
Fue hasta el jueves 29 de septiembre, le recuerdan, que se dio a conocer, a través de los medios de comunicación, que había una solicitud de la Procuraduría General de la República a un juez para librar una orden de aprehensión contra Padrés.
Dicho lo anterior, desde el búnker azul arremeten contra el propio dirigente del PRI por su liquidación en la CFE, le piden que regresen –él y sus colaboradores– el dinero que se llevaron “indebidamente” y exige a las autoridades una investigación judicial sobre “el fraude cometido a los mexicanos”.
Eso por lo que toca a sus intentos para posicionarse. En cuanto a sus encuentros y/o desencuentros con la militancia priista que encabeza, ya platicaremos más adelante.
GEMAS. Obsequio del ex Presidente de Uruguay, José Mujica: “Hagamos votos para que no gane Trump, (pero) eso no quiere decir que Clinton sea una carmelita descalza”.
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PRI y PAN, menos 'show'
y más PGR/Uso De Razón
El Financiero
Con toda la razón del mundo, López Obrador se revuelca de la risa por el pleito PRI-PAN en Veracruz y Sonora, ya que el ganador indiscutible es él.
AMLO está fascinado porque panistas y priistas le hacen el juego, mientras él habla como columnista de quinta sobre “pactos secretos para protegerse”; “arreglos” entre Yunes y Fidel Herrera; o “acuerdos allá arriba” entre Peña y Calderón.
A lo que se prestan PRI y PAN con su espectáculo es al escarnio popular.
Cuando es el PRI y no la PGR quien sienta en el banquillo a Duarte y lo condena de antemano, López Obrador y su claque en redes sociales dicen que eso es una “cortina de humo” para defender al otro Duarte, el de Chihuahua.
Y cuando expulsen al Duarte de Chihuahua van a decir que es para tapar a Borge.
Cuando es el PRI y no la PGR quien sienta en el banquillo a Duarte y lo condena de antemano, López Obrador y su claque en redes sociales dicen que eso es una “cortina de humo” para defender al otro Duarte, el de Chihuahua.
Y cuando expulsen al Duarte de Chihuahua van a decir que es para tapar a Borge.
Luego expulsarán a Borge y los seguidores de AMLO van a decir que todo está arreglado para cubrir a un pez gordo, “al que verdaderamente ocultan”.
El PAN suspende derechos a su exgobernador de Sonora, Guillermo Padrés. Muy bien, ¿qué dice AMLO? “Todo es un montaje de los de arriba” pues quieren encubrir a Yunes, el de Veracruz.
Porque –sentenció el 'columnista' AMLO– “Osorio Chong y Calderón hicieron un acuerdo para imponer a Yunes y cerrarnos el paso a nosotros: el que ganó la elección pasada en Veracruz fue Cuitláhuac García, pero se pusieron de acuerdo como siempre lo hacen”.
Y ahí van Anaya y Enrique Ochoa a discutir sobre cuál de los dos partidos tiene más corruptos, se desangran y sacan los ojos mientras López Obrador, presidente de Morena, se burla de ambos y no acude a los debates.
¿Para qué va a ir, si los que se están exterminando son sus dos adversarios, PRI y PAN?
Qué manera tan infantil de los dirigentes del PRI y del PAN de hacerle el juego y pavimentarle el camino a Los Pinos a López Obrador.
AMLO no va a esos debates porque tendría que responder por la corrupción en su gobierno en el DF, la de su secretario particular, la de su secretario de Finanzas, y una larga lista de burócratas de nivel que les descontaban del sueldo a los empleados para financiarlo a él, a López Obrador.
La denuncia que presentó contra The Wall Street Journal es de risa: lo hizo en México y no en Nueva York.
Su 3de3 es una tomada de pelo. El notario que dio fe de las 'cesiones' de los departamentos a sus hijos es un sobrino suyo.
Y no pasa nada, porque AMLO está blindado en la mayoría de los medios (que le temen) y porque no va a debates. Mejor que se peleen PRI y PAN. Ganancia completa.
Los partidos están para alcanzar el poder o retenerlo.
Para alcanzar o retener el poder tienen que acusar a los otros de corruptos y eso es lo que se hacen entre ellos PRI y PAN, a solas, sin Morena en la mesa.
La corrupción va a bajar cuando la PGR, o la Fiscalía que viene, hagan su tarea y castiguen con mano dura y expedita a los que extrajeron de manera indebida fondos al erario.
Anaya y Ochoa le hacen el juego a AMLO, que sonríe desde la barrera mientras se descuartizan priistas y panistas que avalan, con sus dichos, el discurso del lopezobradorismo: PRI y PAN son igual de corruptos.
Twitter: @PabloHiriart
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Ochoa le gana la mano
a Anaya/Salvador Camarena
La Feria
El Financiero
La estrategia del presidente nacional priista, Enrique Ochoa Reza, quien se propuso convertir a la corrupción en el tema de la discusión pública, comienza a arrojar dividendos.
El PAN lleva desde el miércoles a la defensiva por el caso Guillermo Padrés, todo un éxito para el PRI, que pretende acreditar ante la ciudadanía que no es el único partido en el escenario de los exgobernadores perniciosos.
Porque ese es el objetivo estratégico del Revolucionario Institucional. Si bien el tricolor tendría mucho que perder si de verdad se investigara por corrupción a cada uno de sus recientes exmandatarios estatales, el discurso anticorrupción no es mala idea si todo queda en el plano mediático-electoral de un solo caso.
Ochoa y sus patrocinadores entendieron bien que el PRI podía dejar de ser el sinónimo de la corrupción si antes que limpiar la casa –lo cual les podría salir carísimo, sería un suicidio– logran instalar la idea de que no son los únicos con políticos impresentables.
Así, tenemos desde el gobierno un cerco judicial quirúrgico, que centrará en Javier Duarte y en algunos de sus colaboradores, los menos, el caso prototípico que el partidazo utilizará de ariete para mostrar las muchas miserias de otros partidos.
Ahora, cada vez que le saquen 'trapitos', Ochoa citará el caso del Duarte veracruzano. Le suspendieron sus derechos partidistas y le sacaron del gobierno. E hicieron lo primero mucho antes de que el PAN procediera con Guillermo Padrés.
Si todo el manejo del caso Javier Duarte es tardío, extemporáneo, insuficiente y hasta tramposo si se tiene en mente el desastre que es Veracruz, no se puede decir lo mismo en términos propagandísticos, plano en el que el sacrificio del veracruzano es funcional.
Hoy el PRI puede darle lecciones al PAN de Ricardo Anaya, que sólo se tardó un año en deslindarse de la conducta irregular y pendenciera de Padrés.
Porque Ochoa sabe lo que cualquiera: más allá de su modosidad, de su buen desempeño en debates y discursos, Anaya no ha acreditado una genuina lucha anticorrupción al interior del blanquiazul.
El PRI movió ficha, puso la cabeza de Duarte en la mesa, y ahora Ricardo Anaya quedará expuesto por su inacción sobre los 'moches', por lo que no ha hecho con respecto a los Villarreal, a Villalobos, etcétera, y por supuesto en torno a Padrés.
Tiene razón Miguel Ángel Yunes en estar preocupado. Ochoa querrá usar a Duarte para generar un efecto dominó en otras filas. Y Anaya se encuentra en una posición de debilidad: no puede investigar a quienes lo encumbraron, no puede solicitar apoyo de Margarita o Moreno Valle, que le ven con recelo por no jugar de manera pareja en la carrera presidencial, y si el gobierno enjuicia a Padrés evidenciará que al menos durante un año, el jefe nacional panista no movió ni un dedo para que el sonorense pagara por sus excesos y presumibles crímenes.
Con eso a cuestas, si la administración peñista decide que Yunes también debe ser investigado, ¿con qué autoridad moral Anaya denunciará que es una chicanada?
Por lo pronto este tanto debe ser anotado a la cuenta de Ochoa, que ha logrado que la caída de Duarte haga chuza en el Partido Acción Nacional, donde a trompicones primero sacaron un comunicado (el miércoles) para informar un tibio deslinde de Padrés, y ayer intentaban convencer que Anaya no ha visto al exgobernador.
Los priistas encaran el futuro con gran filosofía: si todos somos vistos como corruptos, nuestra chance de no perder es mayor. Y todo gracias al PAN de Anaya.
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