Revista Proceso # 2085, 15 de octubre de 2016..
El estado en quiebra y Duarte, a la basura/
NOÉ ZAVALETA
Javier Duarte se fue quedando solo en las últimas semanas, hasta que el lunes 10 solicitó licencia al Congreso veracruzano para enfrentar los cargos que se le imputan. Ese día, por la mañana, anunció en un noticiario televisivo de la Ciudad de México que lo hacía “por amor a Veracruz”. En menos de tres horas sus retratos fueron sacados de las oficinas gubernamentales y tirados a la basura, según los mensajes que circularon en las redes sociales. Pero Veracruz se queda sangrando por su legado de violencia y de corrupción insólita.
XALAPA, VER.- El lunes 10 por la mañana, el gobernador Javier Duarte comentó al conductor del noticiario Despierta, con Loret de Mola que había decidido solicitar al Congreso de Veracruz separarse del cargo.
“Lo hago por amor a Veracruz” y “por responsabilidad”, dijo, para enfrentar las 53 de denuncias que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y políticos de oposición –principalmente el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares– interpusieron en su contra en la Procuraduría General de la República (PGR) por peculado, uso indebido de funciones, desvío de recursos y presunto enriquecimiento ilícito.
También dijo a su entrevistador: “No he tomado un solo centavo del erario”, “yo no sudo calenturas que no son mías”, “es una deslealtad y una traición a la confianza depositada en mis funcionarios”.
Tres horas después, dos empleados de Acción Social descolgaron de la oficina que ocupó durante más de cinco años y 10 meses el retrato de Duarte y lo sacaron. Afuera los esperaba una camioneta de redilas para llevárselo. La oficina permaneció vacía durante 15 horas.
El miércoles 12 –Día de La Raza– trabajadores del gobierno estatal inundaron las redes sociales con imágenes para mostrar que las fotografías oficiales de Duarte, descolgadas de las oficinas de la Secretaría de Finanzas y Planeación, de la de Desarrollo Económico, la Contraloría General del Estado y del DIF estatal, entre otras, eran tiradas a la basura.
En las escuelas, los maestros dejaron los portarretratos en blanco para evidenciar el “vacío de poder” en Veracruz.
Duarte, a quien sus correligionarios del PRI le suspendieron sus derechos como militante, dejó el cargo acompañado de sus colaboradores cercanos seis semanas antes de concluir su gestión. Entre ellos iba Flavino Ríos Alvarado, quien fungió como secretario de Gobierno y ahora es gobernador interino. Los subordinados de este último le dijeron que a él le toca “administrar el desastre” y “bajar la cortina” del sexenio duartista.
Héctor Yunes, el priista que perdió los comicios del pasado 5 de junio ante su primo, el panista Yunes Linares, fue uno de los que adelantó que su correligionario Duarte no concluiría el sexenio y que sería expulsado del PRI; incluso mencionó que saldría el 24 o 25 de octubre. Las cosas se adelantaron.
Pasivo tras pasivo
Duarte deja gravemente dañada la hacienda veracruzana, con un pasivo público de 52 mil millones de pesos y 13 mil millones de “pasivo revolvente” por facturas por pagar a contratistas, proveedores, constructores, cámaras empresariales y terceros institucionales, entre otros.
Su antecesor, Fidel Herrera Beltrán –actual cónsul en Barcelona– le había heredado una deuda de 11 mil millones de pesos. Herrera, a su vez, recibió de su predecesor Miguel Alemán Velasco una de 3 mil 500 millones.
A los números rojos de Duarte deben sumarse una deuda cercana a los 500 millones de pesos de ministraciones pendientes al Poder Judicial del Estado; mil millones de transferencias sin depositar a la Universidad Veracruzana; más de 100 millones para gasto corriente del Organismo Público Local Electoral, así como el impago de las becas de manutención correspondientes a 2016 a estudiantes de secundaria, bachillerato y nivel superior, y la retención de recursos al Instituto de Pensiones del Estado.
“Hoy ya no le pagan ni transfieren a nadie. Y aunque a Duarte le mentamos la madre, acaso se va a ir impune”, exclama Hilario Barcelata, del Observatorio de Finanzas Públicas de la Universidad Veracruzana.
El académico insiste en que con Duarte se “masificó la corrupción” para “licuar” las participaciones federales y “desviar” miles de millones de pesos.
El mandatario con licencia y sus colaboradores, dice, “corrompieron prestanombres, gente de catastro, notarios públicos, del registro público, funcionarios de la Tesorería, jueces, magistrados, gente de la fiscalía… Desde el gobierno construyeron una empresa bien aceitada del crimen organizado”.
La próxima semana, la Comisión de Vigilancia del Congreso local emitirá su dictamen sobre el Informe de Resultados de la Cuenta Pública 2015. Y aun cuando se desconoce a cuánto asciende el monto del quebranto patrimonial, el presidente de la Comisión de Vigilancia, Francisco Garrido, lo calcula en 14 mil millones de pesos.
Según el Órgano de Fiscalización (Orfis), los colaboradores de Duarte dejaron de pagar becas, desviaron partidas presupuestales para el pago del magisterio y los pensionados, y destinaron cientos de millones de pesos en pagos a medios de comunicación cuyos soportes no están justificados.
En la observación FP-027/2015/011ADM de su Informe de Resultados, el Orfis menciona 428 comprobantes fiscales para la “difusión de mensajes sobre programas y mensajes gubernamentales”, 410 facturas sin su soporte correspondiente, así como órdenes de inserción y testigos presentados como prueba documental.
Sin embargo, subraya, “no acreditan de manera fehaciente el ejercicio del gasto por un monto de 138 millones 610 mil 744 pesos”.
Y aun cuando Duarte se jactaba de la austeridad de su gobierno, los números lo desmienten. En 2015 el gasto corriente se incrementó 6.4% con respecto al año previo: de 56 mil 540 millones 900 millones de pesos etiquetados, terminó gastando 67 mil 952 millones 500 mil. Asimismo, para el pago de la deuda pública se devengaron 3 mil 328 millones 100 mil, lo que significó una reducción de 7.3% con respecto al ejercicio 2014.
Alberto Olvera Rivera, integrante del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana, refiere que esta nueva oleada de “funcionarios priistas corruptos” tuvo como referencia “el mantra histórico” que heredaron de Herrera Beltrán, quien solía decir: “Todo lo que tiene precio, sale barato”.
Lo más grave es que, según Olvera, los duartistas actuaron como si los recursos fueran eternos. “Entregaron –dice– dinero a manos llenas a funcionarios de pensiones y a sindicatos magisteriales, compraron a los campesinos y cooptaron a la oposición. Hubo dinero sin control, sin cálculo; gastaron como si el dinero les fuera a durar toda la vida. Hubo un manejo clientelar masivo”.
Con respecto a las “etiquetas presupuestales” del gobierno federal, fueron sólo una ilusión óptica, pues jamás se respetaron las normas en un estado donde 95% de los recursos son federales. En resumen, “los duartistas ejercieron el dinero como Dios les dio a entender”.
El Observatorio de Finanzas Públicas, comenta Barcelata, documentó que en el último año de Herrera Beltrán y los primeros cuatro de Duarte dejaron de ejercerse 10 mil millones de pesos para seguridad, 11 mil millones de subsidios para la educación y otros tantos para el desarrollo social (combate a la pobreza y al Seguro Popular).
Duarte, creación de Herrera
Javier Duarte es creación de Fidel Herrera, quien lo reclutó muy joven en su grupo político a principios de los noventa por deferencia a su padre, Javier Duarte Franco, quien fue su amigo.
Con Herrera como mentor, Duarte estudió leyes y luego se fue a España, donde cursó diplomados en economía y administración pública, así como un doctorado en economía en la Universidad Complutense de Madrid.
Barcelata sostiene que la tesis que presentó Duarte es cuestionable. “Dudo –dice– que sea economista”.
Hoy, Duarte está solo, resumen los diputados priistas, sobre todo los que se oponían a que Flavino Ríos asumiera el cargo como interino. Empleados de la Secretaría de Relaciones Exteriores que optan por el anonimato aseguran que recientemente se “gestionó” un pasaporte para el hijo menor del mandatario con licencia, de sólo cuatro años. Es probable, dicen, que la familia completa se vaya al extranjero.
En Coatzacoalcos, los reporteros locales subieron a sus redes sociales fotografías de las residencias de las familias Tubilla y Macías, parientes de Karime Macías, la cónyuge de Duarte. “Ya preparan la huida”, ironizaron.
Administrar el desastre
Al igual que Duarte, el interino Ríos Alvarado recurrió a Carlos Loret de Mola. Le habló a su espacio de Radio Fórmula para decirle que Veracruz necesita una “ayudadita” de la federación para pagar la nómina, así como las prestaciones a los organismos autónomos y las deudas contraídas a lo largo de la administración duartista.
Ríos Alvarado, quien ha sido dos veces secretario de Gobierno, dos veces subsecretario de Gobierno, así como titular de la Secretaría de Educación de Veracruz y notario público en Minatitlán, es identificado con el grupo del multimillonario Miguel Alemán Velasco y de su hijo Miguel Alemán Magnani.
El miércoles 12 el panista Yunes Linares citó a rueda de prensa para decir que los gobiernos federal y el estatal intentarán evitar que tome posesión del cargo el 1 de diciembre por haber evidenciado que la corrupción ha llegado hasta la médula.
“No quieren que llegue a gobernador porque saben que tengo información que cimbrará a México y que a partir de que tome el cargo tendré los instrumentos para profundizar aún más en el conocimiento del destino final de los recursos robados a los veracruzanos”, expuso el gobernador electo.
En el Congreso de la Unión, el diputado federal Alberto Silva, quien fue vocero de Duarte, comentó a sus correligionarios del PRI que mientras el presidente Enrique Peña Nieto no reciba a Yunes Linares, la elección puede “caerse” por las investigaciones que la Procuraduría General de la República le sigue al panista. Además, dijo, los comicios del 5 de junio pasado aún no han sido validados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
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