Francisco pierde a una aliada clave en su lucha contra los abusos sexuales a menores
La irlandesa Marie Collins, víctima de pedofilia en su infancia, renunció a la Pontificia Comisión para la Tutela de Menores por la falta de colaboración y resistencias en sectores de la curia
Nota de Elisabetta Piqué
LA NACION, 02 DE MARZO DE 2017
ROMA.- En lo que significa un revés para el Papa y su determinación a eliminar de una vez por todas la pedofilia en el clero, la irlandesa Marie Collins, víctima de abusos sexuales en su niñez, renunció ayer a su cargo en la Pontificia Comisión para la Tutela de Menores (PCTM) debido a la "falta de colaboración" e "inaceptable" y "vergonzosa"reticencia de diversas oficinas de la curia romana.
En una carta publicada por el semanario católico estadounidense National Catholic Reporter, Collins enumeró las dificultades que enfrentó desde que aceptó formar parte de la comisión, de carácter consultivo, que Francisco creó en marzo de 2014 para dejar en claro su atención a un fenómeno que hirió como nunca la imagen de la Iglesia.
Entre los "principales obstáculos", denunció "falta de recursos, estructuras inadecuadas, lentitud de movimientos hacia adelante y resistencia cultural". Aunque "el problema más significativo ha sido la reticencia de algunos miembros de la curia a implementar las recomendaciones de la comisión, pese a la aprobación del Papa", aseguró la ex víctima irlandesa, que criticó duramente a la Congregación de la Doctrina de la Fe (CDF), el dicasterio que se ocupa de los casos de abusos. Recordó que la CDF, que dirige el cardenal alemán Gerhard Müller, debido a dificultades "legales" jamás puso en marcha un tribunal especial para juzgar a obispos negligentes, aprobado por Francisco en junio de 2015, luego de una recomendación. Acusó asimismo a este dicasterio de no haber actuado para difundir entre las conferencias episcopales las líneas directrices (contra los abusos) desarrolladas por la PCTM.
"Es inaceptable la reticencia de algunos en la curia romana a implementar las recomendaciones o a cooperar con el trabajo de una comisión cuyo propósito es aumentar la seguridad de chicos y adultos vulnerables en el mundo", escribió Collins. "¿Esta reticencia se debe a políticas internas, miedo al cambio, clericalismo que instala la creencia de que «ellos saben más» o a una mentalidad cerrada que ve a los abusos como un inconveniente?", se preguntó. "No sé la respuesta, pero es terrible en 2017 ver que estos hombres todavía ponen otras preocupaciones antes que la seguridad de chicos y adultos vulnerables", agregó.
Para Collins la gota que rebalsó el vaso fue cuando se enteró, hace un mes, que la CDF se negó a implementar la recomendación más simple que había dado la comisión: que fuera respondida toda la correspondencia de víctimas o sobrevivientes de abusos. Algo que el mismo Papa había ordenado, según indicó.
"¡Me parece imposible escuchar declaraciones públicas sobre la profunda preocupación de la Iglesia por el cuidado de aquellos cuyas vidas han sido dañadas por el abuso, y al mismo tiempo ver en privado cómo una congregación del Vaticano hasta se niega a acusar recibo de sus cartas!", comentó. "Es un fiel reflejo de cómo ha sido manejada en la Iglesia toda la crisis de abusos: con buenas palabras en público y acciones contrarias en privado", acusó.
Un comunicado de la PCTM indicó que Collins decidió renunciar con una carta que le envió al titular de la comisión, el cardenal estadounidense Sean O'Malley, el 13 de febrero pasado, pero que la dimisión se hizo efectiva ayer. Al margen de agradecer el trabajo de Collins, el comunicado también indicó que la ex víctima seguirá colaborando con la comisión en un rol educativo.
Su portazo a la comisión fue un claro revés para Francisco. La presencia de Collins, de hecho, le daba credibilidad a la comisión, de la que también se fue, hace un año, otra ex víctima, el activista británico Peter Saunders. Fundador en Gran Bretaña de la Asociación Nacional para Personas abusadas en la Infancia, Saunders fue suspendido en febrero de 2016 después de haber cuestionado públicamente a la misma comisión y de haber atacado al Vaticano. Con la salida de Collins ya no quedan víctimas de abusos en la comisión, formada por 18 miembros, sacerdotes -entre ellos el jesuita argentino Miguel Yáñez- y laicos.
Si bien más de una vez el Papa denunció el escándalo de los abusos en el clero, pidió perdón en nombre de la Iglesia y aseguró su determinación a seguir la política de tolerancia cero de su predecesor, Benedicto XVI, sus detractores consideran que sigue siendo una asignatura pendiente de su pontificado.
Hace unos días, la agencia AP informó que Francisco habría silenciosamente reducido las sanciones contra un puñado de sacerdotes pedófilos, al aplicar su visión de una iglesia misericordiosa. En la carta en la que explicó por qué dejó la comisión, Collins aludió a esa noticia. Pero aclaró que pensaba que "el Papa entiende en lo más profundo de su corazón el horror del abuso y la necesidad de detener a los que dañarían a menores".
Cuando tenía 13 años, Collins estuvo internada en un hospital en Dublín, Irlanda, donde el capellán abusó de ella en varias oportunidades e incluso le sacó fotos desnuda
La denuncia
La experiencia la hundió en pozos depresivos en su adolescencia y juventud, pero no se animó a hablar de lo vivido hasta los 37 años, cuando comenzaron a conocerse denuncias sobre abusos en la iglesia irlandesa. Entonces ya estaba casada y tenía un hijo
Los años difíciles
En 1997, cuando Marie se animó a denunciar al abusador, "comenzaron los dos años más difíciles de mi vida. El cura que me había agredido estaba protegido por sus superiores", aseguró. Tras una larga batalla, el agresor fue condenado por la justicia. Recién entonces, según dijo, su vida volvió "a tener sentido y valor"
Activismo
Collins creó una fundación que lleva su nombre y colaboró con la Arquidiócesis de Dublín en la formación de un servicio de protección de niños
Cargo en el Vaticano
En 2014, el papa Francisco incluyó a Collins entre los componentes de la comisión que lo asesoraría en la lucha contra la pederastia dentro de la Iglesia
Las frases de la renuncia
Marie Collins
"Es inaceptable la reticencia de algunos en la curia romana a implementar las recomendaciones o a cooperar con el trabajo de una comisión cuyo propósito es aumentar la seguridad de los niños"
"¡Me parece imposible escuchar declaraciones sobre la profunda preocupación de la Iglesia por el cuidado de aquellos cuyas vidas han sido dañadas por el abuso, y al mismo tiempo ver en privado cómo una congregación hasta se niega a acusar recibo de sus cartas!"
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