La dedicatoria política de la trifulca en el Congreso/ Luis Enrique Ramírez
El Debate, 25/10/2017
Tanto el senador del PRI Daniel Amador Gaxiola como el diputado local del PAN Roberto Cruz son hombres de señales, de mensajes y también de tiros de precisión: formados para nadar a contracorriente, conocen a la perfección el juego rudo en política.Ambos personajes son mencionados como responsables del violento choque entre dos grupos rivales de maestros en el Congreso del Estado que se presentó ayer, precisamente el día del cumpleaños del gobernador Quirino Ordaz Coppel.
Por distintas razones, Amador y Cruz están confrontados políticamente con el mandatario estatal, quien por lo visto ha mostrado mayor mano dura de la que ambos personajes (negociadores expertos de larga data) esperaban.
El reparto de culpas suena lógico. Lo mismo el de los priistas hacia Cruz (quien ayer exigió que se permitiera el ingreso a los integrantes del movimiento Somos más de 53), que el de los panistas hacia Amador, líder de la organización Encima, a la que presuntamente pertenece el otro grupo que participó en el enfrentamiento.
En el zafarrancho salió raspado Morena: un simpatizante de AMLO fue el primero en saltar al área de curules y la turba lo imitó. Bastaría mencionar que una diputada (Irma Moreno) se encuentra en avanzado estado de embarazo para dar cuenta del riesgo de semejante acción, pero, si alguna duda existiera, quedaron grabadas en video las escenas de los forcejeos. El saldo fue de varios maestros de la tercera edad lesionados.
Daniel Amador, quien no ha logrado los acuerdos que esperaba para el 2018, amenaza con abandonar el PRI y crear su propio partido. Roberto Cruz ostenta el liderazgo más notorio del panismo estatal, y lo demostró ayer, cuando se le sumó la mayoría de sus compañeros de bancada al tomar la tribuna y, así, «desatar a los demonios».
La sesión se suspendió, y la revuelta logró su cometido: lanzar un mensaje tan sonoro que llegara hasta Japón, donde se encuentra el gobernador en gira de trabajo.
Lo cierto es que el Congreso del Estado no puede dar más señales de debilidad. Si la permisividad continúa, las consecuencias serán catastróficas. La estricta aplicación del reglamento en materia de seguridad interna que anunció ayer la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Irma Tirado, es lo que corresponde de manera urgente.
FUEGOS FATUOS.
Dramática coincidencia: al tiempo que el fiscal general y la directora del Ismujeres comparecían el lunes ante los diputados por el incremento de feminicidios, en El Rosario ocurría la tragedia que completaba la cifra de 70 mujeres asesinadas en Sinaloa en lo que va del año.
En tanto, Araceli Tirado intentó hacer del acto un mitin político. El tono de su discurso fue más apropiado para una plaza pública que para una reunión con diputados, y lo coronó con el acarreo de medio centenar de trabajadoras del Ismujeres, quienes, acorde a las instrucciones, la ovacionaron de pie. Evidentemente, la violencia de género era lo que menos le importaba.
«Se necesita no haber pasado nunca por ese dolor para hablar con tanta soberbia», le dijo la diputada del PRI Maribel Chollet, sin poderse contener ante la escena. Duros cuestionamientos recibió también Araceli por parte de otros compañeros de partido. Lejos de cobijarla, como era de esperarse, los priistas pintaron su raya, incluido el fiscal Juan José Ríos Estavillo, quien reconoció el trabajo de la directora del Cepavi, Martha Meza, y el de la directora del Centro de Políticas de Género de la UAS, Beatriz Rodríguez, sin mencionar para nada a Araceli Tirado. Los diputados del PAS tampoco la defendieron, si bien tampoco la cuestionaron.
Nos quedamos con la conclusión de la doctora Tere Guerra allí presente:
El aplauso que la directora del Ismujeres tendría que haber recibido es el de las víctimas, y ese, por razones obvias, no llegó.
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Congreso: la pólvora y la mecha ¿Los que resultan responsables'?Alejandro Sicairos
Noroeste, 26/10/2017 |
De sujetarse la Fiscalía General del Estado al debido proceso, el mismo Congreso podría resultar responsable de los desmanes ocurridos durante la fallida sesión legislativa del martes 24 de octubre. Con intriga política e impericia en el manejo de masas inconformes aportó el germen de la gresca.
Existe un elemento de origen que detonó el caso. Es el acomedimiento de la Junta de Coordinación Política para meter al salón de plenos a integrantes de la sección 53 del SNTE como grupo de choque preparado por Tomás Amador Carrasco y José Silvino Zavala, para hacerles frente a los disidentes del movimiento "Somos más que 53"
Este actuar tenebroso es el primer elemento instigador y nadie ha explicado quién autorizó el acceso a los llamados "camisas blancas" y por qué se les permitió ingresar fuera del horario en que el Congreso se abre al público.
El segundo desfiguro tiene que ver con impedir el paso a los maestros disidentes, siendo que ya estaban los contrarios dentro de la sala de sesiones. ¿Se hizo a propósito para enfurecer a los "camisas rojas" y orillarlos a la vandalización de la protesta?
Un tercer desacierto deriva de la falta de un protocolo interno para la atención de crisis como la que se vivió el martes. Más allá de destreza para sacar en peso a manifestantes, o declararlos "non gratos", se necesita un manual de mediación y distensión para impedir que desborde la ira.
La denuncia penal con la cual amenazó el Secretario General del Congreso, Rafael Betancourt Gómez, agudiza la confrontación en vez de atenuarla. Además contiene la posibilidad de que dentro del "quién resulte responsable" se induzca la hipótesis del desmán premeditado.
Tiene mucho de alevoso el hecho de meter preferencialmente al Congreso a uno de los extremos enfrentados, sabiendo que en unas horas después llegarían los del polo opuesto. ¿A quién se le ocurre eso?
Alguien encendió un cigarrillo en la casa del cohetero. Si ya rondaba en el recinto legislativo el resentimiento de ciudadanos expulsados de su propia casa, para qué insistir en la maniobra ilegal de convertir a la gente del SM53 en parias de uno de los poderes del Estado.
De la misma forma en que se propone la criminalización del comportamiento de algunos miembros del "Somos más que 53" debe el Fiscal Juan José Ríos Estavillo descubrir la mano negra que puso las condiciones de base para el desorden. Los sucesos en la Cámara se prestan para la persecución política, otra de las tentaciones del totalitarismo.
¿Se está acusando Betancourt Gómez a sí mismo? ¿Ordenó la Junta de Coordinación Política el trato diferenciado a segmentos del sindicato magisterial? ¿Avalaron el PRI y PAS que se impidiera el acceso al ala divergente del SNTE? ¿Perdieron el PAN y Roberto Cruz el control de la insurrección magisterial?
La Fiscalía debe responder para que la carpeta de investigación deslinde responsabilidades y no se convierta en "fichas" negras de los maestros desterrados por el Congreso. Una puerta derribada cualquiera puede reconstruirla; la pérdida de legalidad necesita a todas las instituciones, poderes y ciudadanos para repararla.
Re-verso
Fiscales muy oportunos
Interrogarán a esa puerta,
Por qué se cerró a unos,
Y a otros estuvo abierta.
¡Ni una más!
En estos tiempos de instituciones que se resquebrajan al menor soplido de libertad, el Instituto Sinaloense de las Mujeres debe mantenerse firme para instrumentar acciones que alerten sobre la violencia de género que afecta a Sinaloa. ¿Para qué debilitarse ahora?
alexsicairos@hotmail.com
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