El trotskista y el gobierno de la esperanza/Ernesto Hernández Norzagaray
Noroeste, 27/06/2021
Rubén Rocha encarna en muchos la esperanza, menos sus aliados que condujeron la campaña y que seguramente serán recompensados con cargos en la administración pública, y solo esperemos que el Gobernador electo nacido de Batequitas, en las próximas semanas y meses mande señales más claras de con quién va a gobernar...
¿Quieres que gane el PRIAN?, me preguntó en plan de reclamo un viejo conocido del PRT por una crítica que le hacía en facebook a la alianza Morena-PAS y le respondí, palabras más o palabras menos, que en aras de ganar no se valía todo, que era necesaria la crítica, no la claudicación ante una eventual victoria que finalmente llegó, pero, que quizá, no es la que está en la mente de mucha gente que se reconoce en la izquierda como obradorismo o, mejor, localmente como rochismo-pasismo.
Viene a mi mente este reclamo en el momento en que se empiezan a barajar extraoficialmente algunos nombres que podrían acompañar a Rubén Rocha en el ejercicio de gobierno y hasta ahora, quizá es muy pronto, no se menciona ninguna figura de la izquierda histórica y sí en cambio, pasistas, ex panistas y ex priistas, lo que de consumarse tendríamos un perfil de gobierno lejos de la imagen de las izquierdas y cerca, muy cerca, de la clase política tradicional sinaloense.
Sé que si tuviera de frente al ex trotskista, hoy al parecer obradorista, me diría en plan lejos del programa de la IV Internacional Comunista que lo importante es el programa de gobierno y que este lo ha delineado López Obrador y en campaña Rocha Moya.
Una matriz excepcional donde coincide la lucha contra la corrupción y el dispendio o la frivolidad en el gasto público, con políticas de corte social, por lo que los funcionarios sólo serían los ejecutores del ideario de la 4T. Vamos, que es secundario el nombre, de quien estará al frente de una Secretaría de Gobierno.
Sin embargo, en política importan los símbolos y los guiños sean de izquierda o de derecha, y esto pasa no solo por el programa que sin duda es fundamental sino por los personajes que mejor representan el ideario, y ahí es cuando me pregunto, como lo hacen intelectuales de la estatura crítica de Roger Bartra, si podemos esperar un programa del gobierno de izquierda con Rubén Rocha -y si le queremos poner un apellido, socialdemócrata, olvidémonos de comunista- entonces, habría que preguntarnos si este cabe en el obradorismo y si lo podrán instrumentar hasta hace poco militantes del PAN y el PRI o, quizá más desconcertante, en el PAS.
Creo, que es ahí donde radica el autoengaño de muchos izquierdistas que fueron a la campaña con el “amigo”, el “ex camarada” y con esos arreos ideológicos nostálgicos, construyeron su singular asalto al Palacio de Invierno, un ideario utópico, que quizá ni a Albert Owen se le habría ocurrido, el de un proyecto de izquierda para Sinaloa, y con eso van por la vida, esperando que uno de los suyos lleve el mensaje del giro popular o mejor, que muchos de los suyos, se incorporen en posiciones directivas en el nuevo gobierno, lo que sospecho, nunca habrá de ocurrir, y serán todos ellos, solo una versión tropical de los llamados “compañeros de viaje”. Eso sí, con una buena palmada de agradecimiento por los servicios prestados.
Es decir, aquellos que en el último tramo de la vida entregaron tiempo e ilusiones en favor de la causa de la izquierda electoral y que esperan ser compensados, no con un cargo, para el que muchos ya la edad y sus dolencias los imposibilita, sino con un proyecto de gobierno que les permita cumplir con sus sueños, largamente esperados, de justicia social y así hacer homenaje a los que ya se fueron sin haber tenido oportunidad de ver la llegada de López Obrador a la Presidencia de la República y menos al “camarada” Rocha como Gobernador.
Sospecho, que este sector cada vez más pequeño, no está preparado para el desencanto y que todavía, mientras no se conozca el programa de gobierno y los hombres y mujeres que acompañarán al Gobernador, hay esperanza de que las cosas sean como ellos desean y tengan por primera vez un gobierno de auténtica izquierda en Sinaloa.
Con Ismael Bojórquez, director del semanario RíoDoce y antiguo militante de la izquierda radical, coincidía hace unos días en una charla que cuando se conozca el programa y sus operadores “habrá muchos desencantados”, y quizá sí, pero antes hay que distinguir entre los arribistas que siempre los hay en cualquier gobierno, de cualquier color, cuando hay incluso quienes ofrecen hoy cargos con la seguridad de que serán llamados a integrarse al gabinete, pero que no cabrán sea por su imprudencia, su incapacidad profesional o porque simplemente no son parte del “equipo”; una cosa distinta serán los hombres y mujeres de izquierda y buena fe, que no aspiran más que el cumplimiento del ideal y que están firmes, será el otro sector desencantado, al ver que no se cumplen con sus expectativas arraigadas en las aspiraciones de cambio con justicia.
Ya es conocida la retahíla de argumentos de que todo proceso de alternancia eleva rápidamente las expectativas de la mayoría que no han sido atendidos por los gobiernos del PRIAN y es que en estos procesos de cambio, lo único seguro, es que el método electoral sólo sirve para cambiar unos gobernantes por otros; sean del mismo partido, o por los otros, al fin y al cabo, en sociedades como la nuestra está demostrado que ejercicio democrático no genera per se más pan sólo abre la puerta para la alternancia política y una mayor cantidad de pan sobre la mesa, será resultado de gobiernos honestos y eficientes en el manejo de los recursos siempre escasos frente a una demanda social creciente.
Rubén Rocha encarna en muchos la esperanza, menos sus aliados que condujeron la campaña y que seguramente serán recompensados con cargos en la administración pública, y solo esperemos que el Gobernador electo nacido de Batequitas, en las próximas semanas y meses mande señales más claras de con quién va a gobernar, para convencerme de que aquel reclamo del trotskista converso al morenismo está verdaderamente anclado en el tronco de la izquierda histórica por donde pasaron personajes como el líder obrero Carlos Ramón García Ceceña, los líderes campesinos Patricio Guillén y Marcelo Loya, los líderes universitarios Liberato Terán, Jaime Palacios, Audómar Ahumada, Baldemar Ruelas; en la lucha por los derechos humanos Norma Corona, Óscar Loza; la lucha por el reconocimiento de los derechos de las mujeres, Tere Guerra, Magali y Malú Reyes y, cómo olvidar, al periodista Javier Valdez, quien alguna vez fue candidato a diputado por el PRT y los anónimos que estuvieron en campaña.
Con esas historias está en deuda el nuevo gobierno y por eso, son importantes las políticas, pero también los nombres de los que las administrarán.
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