Columna En privada en Milenio Diario, 28 de agosto de 2012
Se ahogó en una de sus lagunas mentales.Florestán
La mañana del viernes pasado, una camioneta Toyota de la embajada de Estados Unidos en México, con placas BCM-242 de la SRE, circulaba de Tres Marías al Centro de Adiestramiento de la Marina de México, en el Cerro del Chapulín, en Xalatlaco, Estado de México.
Iba al volante un funcionario de esa embajada y otro le acompañaba en el asiento del copiloto. En el de atrás, un capitán de la Armada de México.
Sobre un camino de terracería se les emparejó una camioneta Dodge Van, sin identificación, desde la que unos sujetos vestidos de civil marcaron el alto, mostrando sus armas largas.
La Totoya se detuvo casi en seco y la Van, de la que descendieron dos personas apuntándolos con dos AR-15, unos metros más adelante.
Al verlos, el piloto de la Totoya arrancó en reversa a toda velocidad, dio un giro de 180 grados y enfiló hacia la carretera. Ahí recibieron los primeros tiros. Los agresores subieron rápidamente a la Van que los persiguió mientras les seguían disparando.
En su huida hacia la carretera, en medio de una ranchería, se toparon con un Sentra amarillo que bloqueaba el camino con otras cuatro personas con armas largas y que les dispararon, uniéndose a la persecución.
Casi al llegar al entronque con la carretera, aparecieron dos pick up, una amarilla y otra color oscuro, de las que bajaron otros ocho, también haciendo fuego.
La Toyota, blindada, llegó a una gasolinera donde sus ocupantes se creyeron seguros.
Pero poco les duró: los cuatro vehículos les dieron alcance y les dispararon, por lo que retomó su marcha hasta donde dio la camioneta, con las llantas desechas a tiros.
Sus perseguidores también se detuvieron, se bajaron y comenzaron a disparar contra las ventanillas delanteras, uno de ellos, con un cuerno de chivo.
De pronto aparecieron tres patrullas de la Policía Federal, los agresores suspendieron el fuego, pero no se movieron. Un agente habló con los ocupantes de la Toyota, dio una orden y los que seguían apuntando bajaron las armas.
La versión dice que acto seguido, los agresores se fueron y en una patrulla de la Policía Federal llevaron a uno de los diplomáticos heridos, cuando los alcanzó una ambulancia, haciendo el traslado a un hospital en Cuernavaca.
A esto siguió un comunicado de Marina-SSP y una gran desconcierto: ¿confusión, como dice una versión de los policías detenidos, o emboscada, como dice el gobierno de Estados Unidos?
Eso nos lo tendrá que decir la PGR, y pronto. Antes de que nos enteremos por otra fuente qué fue lo que realmente sucedió a las 8 de la mañana del viernes 25 de agosto, en el kilómetro 50+500 de la carretera federal México-Cuernavaca.
Nos vemos mañana, pero en privado.
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