A
cinco años de la Reforma de Seguridad y Justicia: desafíos del nuevo Sistema de
Justicia Penal en México
Boletín
144/Secretaría de Gobernación
México
enfrenta el desafío de lograr que en el año 2016 la reforma al Sistema de
Justicia Penal acusatorio y adversarial se convierta en una realidad en todo el
país, pero fundamentalmente en un sistema que garantice a las personas el
acceso a la justicia.
Por
ello, a cinco años de la reforma más importante en los últimos 100 años de
historia jurídica nacional, la Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación
para la Implementación del Sistema de Justicia Penal (SETEC) acelera los
esfuerzos de trabajo con todos los operadores del sistema de justicia para dar
pleno cumplimiento a la encomienda establecida en la ley.
El
legislador previó la formación de un Consejo de Coordinación en el que
participan los tres Poderes de la Unión, la sociedad civil y el sector
académico con el propósito de unir y vincular esfuerzos que materialicen la
reforma en beneficio de la sociedad.
El
Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ha reiterado el apoyo de su
Gobierno para cumplir el plazo Constitucional. La reforma es al mismo tiempo un
compromiso suscrito por las fuerzas políticas del país en el Pacto por México,
así como un punto asentado en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.
La
reforma de 2008 al Sistema de Justicia Penal es un esfuerzo que involucra a
gobierno y sociedad, a los tres poderes públicos federales y a las entidades
federativas, así como a las
instituciones de educación superior y a los espacios que convocan a los
abogados.
Quince
entidades federativas ya operan o han comenzado a operar el procedimiento penal
acusatorio y en lo que resta de este año se espera llegar a 19. En ese contexto
se avanzará en un intenso proceso de capacitación para los operadores del
sistema, se desplegará un esfuerzo comunicacional para que la ciudadanía conozca
la reforma de justicia y sus beneficios, se brindará apoyo a las legislaturas
estatales y se fomentará una coordinación interinstitucional que respalde la
implementación del sistema acusatorio.
El
próximo 24 de junio se realizará la X Sesión Ordinaria del Consejo de
Coordinación, en la que básicamente se acordarán rutas de trabajo que permitan
mejorar lo que hasta ahora se ha hecho en normatividad, capacitación, nuevas
tecnologías de la información, infraestructura, coordinación
interinstitucional, comunicación y difusión.
Se
trata de lograr que el acceso a la justicia sea una evidencia, que se pueda
abatir la impunidad y que la confianza ciudadana se traduzca en plena
legitimidad de las instituciones democráticas del Estado Mexicano.
Cabe
recordar que el 18 de junio de 2008 se publicó en el Diario Oficial de la
Federación una reforma Constitucional que transformó de manera integral el
Sistema de Justicia Penal en nuestro país. En esencia, la reforma
Constitucional estableció nuevas responsabilidades, figuras, estructuras y
tareas a desarrollar por los operadores del sistema de justicia.
La
reforma también previó procesos de cambio institucional de envergadura; es
decir, en el desempeño institucional cotidiano de las Policías, el Ministerio
Público y del Poder Judicial en su conjunto.
Discurso reciente del Presidente EPN, sobre el tema.
Hoy,
nuestro sistema de justicia penal atraviesa por un periodo de transición
histórica. La Reforma Constitucional de 2008 es el cambio más trascendente en
el último siglo, en el paradigma que habíamos construido en materia de justicia
penal." EPN, en el Hotel Hilton, DF., a 30 de mayo de 2013;
Señoras
y señores:
Muy
buenas tardes tengan todas y todos ustedes.
Saludo
al Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Al
señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal, a quien hoy nos recibe en esta
capital de nuestro país.
Al
señor Procurador General de la República y Presidente de esta Conferencia de
Procuradores.
Al
tiempo que saludo al Procurador del Distrito Federal.
A
las Procuradoras y Procuradores de las distintas entidades del país que se dan
cita en este encuentro.
Al
señor Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
A
titulares de Poderes del Distrito Federal.
Al
Secretario Técnico del Consejo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
A
funcionarios de los distintos órdenes de Gobierno que participan en este
esfuerzo y en esta tarea, y en esta misión que todos compartimos por la
procuración de justicia, por buscar un México de paz y de tranquilidad.
De
igual forma, saludo a representantes y Presidentes de distintas organizaciones
de la sociedad civil que se han sumado a este esfuerzo, de lo que, sin duda, es
una tarea irrenunciable del Estado mexicano, pero que también demanda la
participación de la sociedad civil.
Y
que distintas organizaciones se han sumado a este esfuerzo, a esta misión y a
buscar este mismo objetivo: el de darle al país condiciones para la justicia,
para la tranquilidad y para la paz.
Les
doy a todas y a todos la bienvenida.
Y
me felicito de compartir con ustedes este foro.
Y
también saludar aquí a académicos, a investigadores de la ciencia jurídica, del
derecho, que participan de este esfuerzo.
Señores
representantes de los medios de comunicación.
Señoras
y señores:
El
ideal de la justicia plena es muy claro: que el delincuente reciba el castigo
que merece y que no haya, al mismo tiempo, una persona inocente en la cárcel.
Sin embargo, lograrlo, y ustedes mejor que nadie lo saben, no es igual de
sencillo.
Es
indispensable contar con un Estado de Derecho sólido y eficaz donde la ley se
cumpla sin excepciones, sin preferencias y sin demoras.
Por
ello, me congratulo de participar en este espacio que reúne a todos los
Procuradores del país, a la Procuraduría General de la República y también a
representantes de los Tribunales de Justicia.
Aquí,
está el Presidente, por cierto, a quien saludo, Presidente de la Conferencia de
Presidentes de Tribunales de Justicia de todo el país.
Y
que esto permite compartir experiencias, visiones, ópticas, condiciones
particulares de cada entidad, a efecto de lograr las sinergias y la
coordinación adecuada para el mismo objetivo que todos tienen.
Este
encuentro es una gran oportunidad para unir esfuerzos, generar acuerdos y
mejorar esquemas de coordinación entre quienes tienen la elevada
responsabilidad de procurar justicia.
Aquí
se expresa con vigor el federalismo articulado y, sobre todo, propositivo, que
prevé el Plan Nacional de Desarrollo como condición indispensable para cumplir
nuestras metas como país.
Los
desafíos de México no pueden ser superados, como aquí lo expresaba y pareciera
que nos hubiésemos puesto de acuerdo con el Jefe de Gobierno, por una sola
persona, ni siquiera por un solo Gobierno.
No
caben en esta tarea y en esta misión esfuerzos o tareas individualistas. Tiene
que haber corresponsabilidad, coordinación y alineación de esfuerzos entre
órdenes de Gobierno y entre Poderes de la Unión, y entre los poderes de las
distintas entidades del país.
Y,
de igual forma, una visión compartida para que realmente podamos generar una
sinergia ganadora y eficaz en esta tarea de la procuración de justicia.
En
este marco, reconozco la disposición y el compromiso de los procuradores y
fiscales generales, para construir juntos un México en paz, donde la seguridad
y la justicia sean una práctica cotidiana.
Hoy,
las procuradurías del país tienen el doble reto, además de atender el exigente
trabajo del día a día, deben ocuparse, también, de la transformación
institucional en sus dependencias.
Hoy,
nuestro sistema de justicia penal atraviesa por un periodo de transición
histórica. La Reforma Constitucional de 2008 es el cambio más trascendente en
el último siglo, en el paradigma que habíamos construido en materia de justicia
penal.
Y
hoy tenemos uno nuevo, que hemos acordado, que fue aprobado por el
Constituyente Permanente, y donde poderes y órdenes de Gobierno estamos
trabajando y debemos comprometernos aún más para hacer realidad y materializar
este esfuerzo para lograr este nuevo modelo de justicia penal acusatorio y
adversarial que prevé nuestra Carta Magna.
Ante
ustedes refrendo el compromiso del Gobierno de la República de trabajar, junto
con las autoridades estatales y los poderes judiciales, para que esta reforma
sea una realidad en todo el territorio nacional.
Las
ventajas que ofrece son evidentes, y las entidades que ya lo han adoptado
plenamente puede en ellas acreditarse y verse el resultado y beneficios que
este sistema tiene.
Se
agilizan los juicios, se resolverán con mayor capacidad institucional los
distintos casos que se tengan y se asegura la equidad entre las partes; se
privilegia la solución de conflictos, a través de mecanismos alternativos, como
la conciliación y la mediación para la pronta reparación del daño.
Esto
será fundamental, toda vez que permitirá que las procuradurías liberen y
reorienten sus recursos hacia la investigación y esclarecimiento de los delitos
de mayor impacto entre la sociedad; asimismo, se garantizará el debido proceso
a cualquier persona y se respetará el principio de presunción de inocencia.
Todas
las instancias que participan en el sistema de justicia deberán garantizar el
respeto irrestricto a los derechos humanos; además, la Reforma de Justicia
Penal, sin duda tiene un importante impacto en la contribución al desarrollo y
al dinamismo económico que tenga nuestro país.
Si
reducimos el delito y la impunidad, los emprendedores, los empresarios, habrán
de invertir, por un lado, menos en seguridad y más en aquello que permita que
sus actividades, cualesquiera que sean dentro del ámbito privado, sean más
productivas.
Durante
esta semana he dedicado líneas y mensajes, precisamente para un objetivo que
nos estamos trazando de orden prioritario para esta Administración, que es
elevar la productividad en el país, es asegurar que a consecuencia de ello las
familias mexicanas tengan mejores ingresos.
Y
para lograr este objetivo, además de las distintas acciones y políticas
públicas en materia económica, se hace fundamental y ustedes lo saben, porque
éste es un tema que se aprecia de manera obvia, lógica y natural, es lograr
condiciones de mayor seguridad.
Y
esto tendrá, insisto, impacto, el que logremos combatir la impunidad, el tener
un sistema de justicia pleno y el asegurar la aplicación irrestricta de la ley,
nos va a permitir realmente impulsar o tener mejores condiciones para el
crecimiento económico y, en consecuencia, para el desarrollo social.
Yo
he advertido también de manera señalada que la mejor palanca, la mejor fórmula
para combatir la pobreza es efectivamente logrando crecimiento y desarrollo
económico, y que con la participación del Estado podamos realmente asegurar una
justa distribución de esa riqueza entre los mexicanos, y por eso se hace
fundamental establecer condiciones de mayor seguridad.
Estos
resultados permitirán, y advierto que será en un mediano plazo, que la sociedad
recupere la confianza en sus instituciones y en la autoridad.
De
ahí la importancia de que las procuradurías y fiscalías, así como las
instituciones de seguridad pública, jueces y magistrados, impulsen con firmeza
la efectiva transición e instrumentación del nuevo Sistema Adversarial
Acusatorio.
Además
de hacer realidad esta reforma constitucional, como ya lo he señalado, el otro
reto estructural es elevar la eficacia de las procuradurías.
Por
eso, desde el inicio de esta Administración, instruí al Procurador General de
la República a realizar una profunda reestructuración de su dependencia.
Y
el objetivo es muy claro: Fortalecerla, modernizarla y asegurar que, dentro del
nuevo marco constitucional del sistema de justicia penal, realmente la
contribución y trabajo que realice en la misión de procurar justicia esta
Institución, realmente pueda asegurarse este objetivo, sobre todo asegurando
una mayor capacidad para la investigación en la comisión de cualquier delito y
que esto aporte los elementos suficientes, que le permitan al juzgador la
aplicación de la ley.
Yo
podría decir, con toda claridad: la tarea que tiene por delante el Ministerio
Público, las procuradurías de justicia, tanto la General de la República como
las de todas las entidades del país y la del Distrito Federal, es no sólo
asegurar el que su actuación sea implacable, sino sobre todo, impecable.
Significa
que deberán actuar con mayor profesionalismo, con mayores elementos que, dentro
de la investigación, permitan asegurar que todo aquél que delinque, todo aquél
que cometa un delito, realmente pueda ser sometido a la aplicación de la
justicia con los elementos que aporte.
Y
esto demanda, insisto, una reestructuración a fondo en todas las procuradurías
de justicia, para contar con los elementos de personal, de capital humano, de
uso de tecnologías, que están hoy a nuestro alcance, para que realmente se
pueda cumplir con este objetivo.
Y
ésta es tarea, no sólo dentro de la Procuraduría General de la República, sino
que también debe ocurrir, insisto, en todas las procuradurías del país.
Debemos
alentar la especialización, tener investigadores con renovadas capacidades
científicas y técnicas, contar con servidores públicos más comprometidos con su
responsabilidad social.
Otro
reto inaplazable es la aprobación de la iniciativa de reforma constitucional
para facultar al Congreso de la Unión a expedir un Código Único de
Procedimientos Penales y una Ley General Penal. Dos temas que ya se han
iniciado a debatir.
Y
esto me da espacio para saludar, con respeto, a senadoras y senadores de la
República, a diputadas y diputados que están aquí presentes y que participan,
sobre todo, en comisiones que tienen que ver con la procuración de justicia.
Y
este es un tema que ya se debate y que nos va a permitir, en la aplicación de
este nuevo sistema de justicia penal, el asegurar procedimientos únicos en todo
el país para uniformar, realmente, los mecanismos, los procedimientos que se
sigan, no sólo en el orden Federal, sino en todos los órdenes estatales.
Para
que la capacidad institucional que se tenga en los distintos niveles u órdenes
de Gobierno sea mayor al tener procedimientos o sistemas de procedimientos
penales únicos, uniformes y homologado en todo el país. Ese es el alcance del
Código Único de Procedimientos Penales.
Por
su parte, la Ley General Penal, que espero pronto inicie su debate o se inicie
el debate sobre la misma, pretende establecer reglas y principios generales que
darán mayor certeza jurídica a la aplicación de la ley.
Con
ello, se evitarán extremos o legislaciones de coyuntura, sin lesionar la
facultad de los estados y del Distrito Federal para expedir sus propios Códigos
Penales.
La
aprobación de estos dos ordenamientos significará un cambio de fondo al sistema
de justicia en nuestro país. Son además, reformas contempladas en la nueva
Política de Estado por la Seguridad y la Justicia para los mexicanos que el
Gobierno de la República ha puesto en marcha.
De
igual forma, son cambios institucionales contenidos en el Pacto por México,
razón por la cual estoy seguro, y hago votos, porque muy pronto habrán de
concretarse estos dos proyectos que ya están iniciando debate en el Congreso de
la Unión.
Señoras
y señores:
Contar
con una justicia pronta, expedita, parcial y efectiva, es una demanda y un
derecho de los ciudadanos. Asegurar que así sea, es una obligación de todos
nosotros.
Hago
votos porque este espacio de diálogo, de sinergias, propositivo, de
colaboración, se traduzca en acciones conjuntas y coordinadas para dar plena
vigencia al Estado de Derecho que todos los mexicanos anhelamos y queremos.
La
sociedad espera respuestas oportunas y eficaces; espera, también, un cambio
positivo no sólo en las policías o en los Ministerios Públicos, sino
especialmente en las instituciones encargadas de procurar y administrar
justicia.
Convoco
a los Procuradores y Fiscales Generales de Justicia del país a trabajar al
unísono en estrecha vinculación para estar a la altura de este gran desafío.
Yo
estoy seguro que si trabajamos juntos, en respeto a las distintas atribuciones
y responsabilidades que tienen poderes y órdenes de Gobierno, pero sobre todo,
con la misma visión, con esta visión compartida de lograr un México de paz, de
tranquilidad y de plena vigencia del Estado de Derecho, el rostro de nuestro
país será otro.
Éste
es el momento para movernos, para que todos nos movamos, para que transformemos
las instituciones y podamos, realmente, sentar bases muy sólidas a partir de lo
que se ha logrado en quienes nos han precedido, pero ahora en el reto que
tenemos nosotros como sociedad por delante, y la responsabilidad que tenemos
quienes tenemos tarea pública para que realmente aseguremos el México de paz.
Y,
sobre todo, cumplan con esta misión y tarea que todos ustedes tienen
encomendada. Y que aquí refrendo lo que expresara en su momento el Procurador
General de la República: asegurar para los mexicanos una debida procuración de
justicia.
Hago
votos por el éxito de este encuentro y me congratulo de participar en esta
reunión.
Muchas
gracias.
Procedo
a la Declaratoria Inaugural, no sin antes saludar por la omisión involuntaria,
al señor Gobernador del Estado de Sinaloa y Presidente de la Conferencia
Nacional de Gobernadores, quien seguro estoy llevará, también, este mensaje a
todos los demás gobernadores, porque ésta es parte, son parte importante de
esta sinergia, esta sinergia que debe resultar en un triunfo para México.
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