ENTREVISTA
Debate
cara a cara con el presidente, tras declarar éste que ha pactado con la
oposición reformar la Constitución para permitir inversión extranjera en la
petrolera
LUIS
PRADOS / SALVADOR CAMARENA
El País, México 20 JUN 2013
Marcelo
Ebrard, exalcalde del Distrito Federal (2006-2012) y frustrado aspirante
presidencial en las elecciones del año pasado, demandó este miércoles al
presidente Enrique Peña Nieto debatir, cara a cara y pronto, la reforma a la
Constitución anunciada en Londres por el mandatario priista para permitir la
inversión privada en Pemex, una modificación que rompería un tabú en la
identidad de México, surgido tras la nacionalización de la industria petrolera
en 1938. En entrevista con EL PAÍS, Ebrard afirmó también que su grupo
político, el Partido de la Revolución Democrática, debe reunirse de emergencia
para despejar las dudas sembradas por Peña Nieto durante su asistencia a la
cumbre del G8 celebrada en Reino Unido. El PRD vive "una crisis de
confianza", dice.
El
presidente mexicano declaró al Financial Times que los principales partidos que
firmaron el Pacto por México –incluido el PRD- están de acuerdo con el cambio
de la Constitución. Concretamente afirmó: “Hay diferentes opciones sobre lo que
la reforma debería ser, pero tengo confianza en que será ‘transformacional’. El
diario británico escribe que Peña Nieto agregó que la reforma incluiría “los
cambios constitucionales necesarios para dar certidumbre a los inversores
privados”.
Ebrard
ha sido el primero en rechazar la propuesta de Peña Nieto. “Grave error
estratégico para México la privatización de Pemex que Peña ofrece a USA y Reino
Unido, el PRD debe oponerse enérgicamente”, publicó el martes en su cuenta de
Twitter. Horas después, EL PAÍS conversó con el ex jefe de Gobierno del DF en su
oficina del capitalino barrio de La Condesa.
Pregunta.
Quien fuera considerado un alcalde de vanguardia parece no estar dispuesto
ahora a discutir otro modelo para Pemex que no sea el concepto nacionalista e
histórico, cuando todo mundo sabe que Pemex no es lo que debería ser y que
necesita de inversión extranjera para modernizarse.
-¿No se equivoca al rechazar
la reforma del artículo 27 de la Constitución?
Respuesta.
No. Creo que el error es plantear que se cambie el artículo 27 porque México no
tiene recursos o conocimientos para desarrollar la exploración en aguas
profundas. Yo no estaría de acuerdo… entonces la pregunta sería ¿para qué
expropiamos?
P.
La expropiación fue en 1938.
R.
No importa. En esencia es la misma discusión. ¿Pemex necesita cambios? Sí.
¿Pemex es una empresa que tiene una contribución fiscal enorme? Sí. Durante
muchos años se ha pospuesto la inversión en Pemex porque no se ha querido hacer
una reforma fiscal, pero cambiar el régimen de propiedad de nuestra nación
sobre el petróleo no me parece que sea la solución. Puede haber otras razones,
pero las que se están aduciendo son muy malas, poco creíbles. ¿Con qué vamos a
pagar el capital de riesgo?, esa es la pregunta. ¿Con las reservas petroleras?
Bueno, es un planteamiento. Yo no estoy de acuerdo.
P.
Pemex no tiene la tecnología para explotar más sus reservas…
R.
Se pueden hacer inversiones en tecnología, se puede comprar la tecnología. No
creo que sea indispensable que cambies el artículo 27 para lograr ese objetivo.
P.
En este debate parecería que la izquierda mexicana está manejando un discurso
de ambigüedad calculada y buscando posibles réditos electorales...
R.
Es lo mismo que nos ofrecieron cuando privatizaron la banca. Fue el mismo
argumento. Entonces se nos dijo: “Vamos a hacer un centro financiero
internacional, México no puede, no tenemos grupos nacionales para hacer bien la
tarea bancaria”. Ese fue el argumento de José Ángel Gurría (entonces ministro
de Hacienda).
P.
¿Cuál es su propuesta para que Pemex sea lo que tiene que ser?
R.
Pemex tiene que tener autonomía y hay que reducir su contribución fiscal para
poder aumentar su tasa de inversión. Es una empresa que se está manejando con
una subordinación extrema a Hacienda. Se puede manejar mucho mejor, es una
empresa muy rentable. El problema es que no se ha querido hacer una reforma
fiscal que toque el ingreso sobre la renta en México durante 30 años. Pemex ha
sido una coartada para posponer la reforma fiscal. A mí no me parece que el
camino sea: como no quiero hacer una reforma fiscal y necesito recursos,
entonces voy a cambiar el artículo 27 de la Constitución, porque eso es lo que
están planteando.
P.
El Gobierno del PRI dice que sí quiere hacer una reforma fiscal…
R.
No la conocemos… No hay nadie que diga que Pemex se quede como está. La
ambigüedad calculada es la del Gobierno. El presidente va a Londres y afirma:
voy a abrir la Constitución, este es un cambio histórico, y lo tengo pactado; y
hoy cambia y dice: no la verdad es que vamos a modernizar y liberalizar. Hay
una diferencia entre lo que está ofreciendo afuera y lo que está dispuesto a
defender adentro. El debate lo abre él, no es un debate que abra la izquierda
para ganar el 7 de julio [día de las elecciones regionales y municipales en 14
Estados].
P.
El presidente del PRD, Jesús Zambrano, dijo en una reciente entrevista con EL
PAÍS que sí estaba dispuesto al menos a discutir que se modifique el artículo
27. ¿Está de acuerdo?
R.
No. Yo no estaría dispuesto y no coincido con eso. El articulo 27 y Pemex es un
punto de identidad importantísimo para las diferentes izquierdas mexicanas por
razones de convicción. Hasta ahorita no conocemos la propuesta de Peña Nieto.
Para nosotros es muy mala señal que vaya a Londres a hacer ese anuncio.
P.
¿No cree que Pemex está privatizada de hecho? Por ejemplo, en manos de un
sindicato corrupto….
R.
Nadie está defendiendo a [Carlos Romero] Deschamps [el líder del sindicato], él
es del PRI. Ni estamos defendiendo la mala gestión, ni que todo se quede como
está. No minimicemos lo que Peña Nieto declara y su propósito estratégico.
Vamos a obligarlo a sacar de la mesita del Pacto de México de qué se trata. No
hay un debate público sobre esto. Ha habido muy mala gestión en Pemex, y sí,
hay opacidad, pero creo que se puede y se debería manejar de una manera
distinta. Si no fuera así, habría que concluir entonces que somos un fracaso
como país, un Estado fallido en versión Pemex.
P.
¿Hay que sacar este debate del ámbito del Pacto por México?
R.
Sí.
P.
¿Confía en el presidente del PRD, Jesús Zambrano, para este debate?
R.
(Mueve la cabeza de un lado a otro) A mí me preocupa mucho que Peña Nieto diga
que lo tiene acordado y Zambrano nos diga que no conoce la propuesta.
P.
¿Va usted a ser el nuevo Andrés Manuel López Obrador, el protagonista del
rechazo a la inversión privada en Pemex?
R.
No aspiro a ser López Obrador. Creo que el debate sobre la reforma fiscal y
energética es de tal importancia para el futuro del PRD, que de ninguna forma
podríamos o deberíamos ir a una negociación corta que pueda significar el
principio del fin para el PRD, y entonces darle la razón a quienes han pensado
primero, que la izquierda se va a dividir y segundo, que no se puede más que
organizar protestas en las calles. El PRD es el principal instrumento de la
izquierda mexicana y hay una ambigüedad en su dirección. No denuncio a
Zambrano, pero cuando menos lo he visto ambiguo, y me parece que para un debate
de este tamaño sí debería existir una discusión en el partido y lograr un
consenso.
P.
¿No es López Obrador el principal instrumento de la izquierda?
R.
No, es el PRD que tiene 22 senadores. El partido que va a decidir si pasa la
reforma constitucional es el PRD. Al PRI sí le alcanza para aprobarla sin el
PRD, con los votos del PAN (Partido Acción Nacional), pero ahí se agotaría el
Pacto. No creo que el PRD deba ni pueda ir a un cambio del artículo 27
constitucional.
P.
¿Le pediría un debate directo sobre este tema al presidente Peña Nieto?
R.
Sería indispensable.
P.
¿Se lo exige?
R.
Sí, un debate público, informado, vis à vis y a brevedad, porque él dice que
electoralmente no le conviene discutir esto antes de 7 de julio, pero al país
sí le conviene. Sintetizo: el señor tiene una iniciativa de reforma ya
resuelta, ya eligió la ruta que va a seguir su Gobierno, se la plantea al G8
que son los países más poderosos y mejor informados del mundo, por lo que no
puede ser algo superficial, tiene que estar avanzado. Y dice, no quiero
discutirlo ahora, lo discutimos dentro de dos meses. No, lo discutimos ahora.
El señor va a tener que explicar y debatir en México lo que fue a proponer
allá. Creo que es una demanda razonable. Si el señor trae una línea estratégica
que nos diga por qué y hasta dónde va a llegar y cuánto vamos a pagar de la
renta per cápita y por qué no se puede hacer de la manera que nosotros decimos.
Puedes cambiar el artículo 27, invitar a la inversión de empresas
norteamericanas o europeas, y que se quede todo como está porque no tocas a
Romero Deschamps. No estoy en una posición conservadora.
P.
Su oposición a la apertura de Pemex podría costarle el apoyo de las clases
medias.
R.
Me dijeron lo mismo cuando la legalización del aborto en el DF. Creo que hay
convicciones que tienes que defender. No puedes pretender transitar por el
mundo sin que te cuesten las cosas. Pero no estaría tan seguro de perder ese
apoyo; en un debate informado va a haber seguramente posiciones muy distintas.
Son temas muy polémicos como fue la interrupción del embarazo o los matrimonios
del mismo sexo, seguramente hubo sectores a la que no le gustó, pero este es un
debate mayor para nosotros. Si no tenemos razón en este debate habría que
definir qué es la izquierda en México. Si no tenemos razón en esto ni en
materia fiscal, ¿en qué tendríamos razón?
P.
¿El debate incluirá salir a las calles?
R.
Pienso en hacer el debate en el ámbito primero parlamentario, y en los medios,
en las redes sociales. No vamos a ganar este debate a base de marchas. Aunque
no las excluyo ni las condeno. Este debate debe llevarse al Congreso. Si va a
ser una reforma constitucional la que pretende Peña, ahí debe darse la
discusión.
P.
Usted no es congresista.
R.
Creo que todos tenemos que opinar, finalmente el debate va a pasar por las
cámaras porque es una iniciativa de ley. Si hay una protesta muy grande, igual
participamos junto con otra gente. El método por el que pensaría que podemos
ganar esto es debatir y discutir informadamente por qué ese camino no es el
mejor.
P.
¿Si el PRD se divide en este tema, se acaba?
R.
Creo que sí. Aprobar la reforma del artículo 27 es el principio del fin del
PRD, porque ni siquiera te habrían consultado. Hoy hay una crisis de confianza
en el partido. ¿Cómo resolverla? Hagamos un Consejo y después un Congreso.
Precisemos qué podemos apoyar y qué no, cuál es nuestra postura.
P.
Cambiando de tema, ¿qué está pasando en el Distrito Federal?
R.
Ahí mejor no me meto, no ahorita. Yo ya fui jefe de Gobierno.
P.
Se dice que le está moviendo la silla al nuevo alcalde.
R.
¿Qué ganaría yo con moverle la silla?, eso es poner en riesgo la ciudad, es
abrirle el camino al PRI.
P.
Parece que el actual jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, tiene muchos
enemigos.
R.
Yo no estoy entre sus enemigos. Al contrario.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario