“¡Me
vale madre el 2018!”/Ricardo Alemán
El Universal, 16 de enero de 2014
No
era una reunión común, de las muchas que todos los días sostiene Miguel Ángel
Osorio Chong. No, el titular de Gobernación había convocado a sus principales
colaboradores para analizar la crisis que se vive en Michoacán.
Por
eso, el clima de la reunión era tenso. El desarme de “autodefensas” había
provocado un primer choque entre grupos de inconformes y militares –con un
saldo de dos muertos–, y el doctor José Manuel Mireles había ridiculizado a la
secretaría de Gobernación, cuando el líder de las “autodefensas” apoyó en un
primer momento la estrategia de Osorio Chong, para luego cambiar de opinión y
advertir que no dejarán las armas.
Las
opiniones y puntos de vista iban y venían cuando, repentinamente, uno de los
asistentes advirtió sobre el riesgo de lastimar la imagen de Miguel Osorio.
Sugirió evitar acciones extremas, a riesgo de debilitar la imagen, popularidad
y futuro del titular de Gobernación, sobre todo a la luz de la sucesión
presidencial de 2018.
La
advertencia paralizó por segundos a los convidados al encuentro hasta que
Miguel Osorio descargó un manotazo en la meza y casi a gritos… “¡No entienden
que me vale madre el 2018..! hoy lo urgente es resolver la crisis de
Michoacán..!”
El
manotazo le dio otro rumbo a una reunión en la que se analizaban las distintas
caras de una crisis de gobernabilidad que vive Michoacán y que, contra lo que
muchos suponen, viene de lejos, se gestó a lo largo de cuatro décadas y no se
resolverá en uno, dos o tres años. Al final el gobierno de Enrique Peña Nieto
recurrió a viejo expediente de imponer a un enviado desde el centro –al estilo
del viejo centro despótico–, para sustituir al debilitado y poco eficiente
gobierno estatal.
Y es
tan viejo el recurso como el utilizado por el entonces presidente Manuel Ávila
Camacho, quien ordenó la salida del gobernador de Guanajuato, Ernesto Hidalgo,
luego de la matanza del 2 de enero de 1946. En esa fecha, una manifestación
contra el cochinero electoral fue atajada a balazos, con un saldo de 26
muertos. Días después de la matanza fue nombrado como gobernador enviado del
centro, Nicéforo Guerrero.
Hoy
el gobernador Fausto Vallejo es un gobernador de utilería –lo mismo que su
gabinete–, y el verdadero gobernador se llama Alfredo Castillo, al que las
redes sociales motejaron como “#bomberodeEpn” Y es que Alfredo Castillo apagó
el fuego de la crisis de la desaparición y muerte de la niña Paulet; preparó el
expediente para llevar a prisión a la profesora Elba Esther Gordillo y rescató
la Profeco, luego del escándalo de “Ladyeprofeco”.
Pero
más allá de especulaciones –en el fondo–, el trabajo de Alfredo Castillo no
sólo será coordinar a las fuerzas federales en la lucha contra los criminales
organizados de los Templarios –y de otros cárteles–, sino que literalmente será
el trabajo de bombero. ¿Y por qué de bombero?
Porque
además de coordinar las acciones federales en Michoacán, el ex titular de la
Profeco tendrá como tarea fundamental desmontar el complejo tejido político que
hizo posible la impunidad de La Familia Michoacana, primero, y luego los
Caballeros Templarios. ¿Y eso que quiere decir? Casi nada, que expedientes en
mano, el nuevo “mandamás” de Michoacán quitará del camino a los políticos del
PRI, el PAN y del PRD que deben sus carreras políticas a los criminales y que
hasta hoy hicieron posible la impunidad de los cárteles que mantienen el
control de Michoacán.
Sin
embargo, el mensaje más importante de la designación de Alfredo Castillo es el
mensaje político. ¿Por qué? Porque si bien el PRI se negó a la desaparición de
poderes en Michoacán –gobierno en manos del PRI–, el gobierno federal manda a
Michoacán como enviado del centro al operador político más cercano al
presidente Peña Nieto. Dicho de otro modo, que si bien no han desaparecido los
poderes en Michoacán, el político de mayor confianza de Peña Nieto será el
encargado de la reconstrucción de Michoacán.
Sin
embargo, poco se ha dicho de las facultades legales que sostendrán el encargo
de Alfredo Castillo. Y curiosamente, luego de buscar y rebuscar, las mujeres y
los hombres de Miguel Osorio encontraron una joya legal. Resulta que un decreto
de Felipe Calderón será la base legal que sustente el encargo del nuevo
“mandamás” de Michoacán.
El
23 de abril de 2012 se publicó en el diario oficial de la federación el acuerdo
(04/2012) del secretario de Seguridad Pública, en el que se emiten los
lineamientos generales para la regulación del uso de la fuerza pública por las
instituciones policiales de los órganos desconcentrados en todo el país.
Por
lo pronto, Alfredo Castillo no va contra las “autodefensas”. Al tiempo.
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