El
IOR y la reforma administrativa; las comisiones en la recta final/ ANDREA TORNIELLI
Vatican Insider, 8 de abril de 2014
Todavía
no ha sido anunciado, pero las dos “referentes” creadas por Papa Francisco
están por concluir sus mandatos
Lo
había subrayado en un pasaje de la reciente entrevista con el periódico
italiano “Avvenire” el Secretario de Estado Pietro Parolin: las comisiones
referentes sobre el IOR (CRIOR) y sobre la organización económico-administrativa
de la Santa Sede (COSEA) son “temporales”. Y, por tanto, desaparecerán al
concluir su mandato. Había algunos que esperaban el anuncio de la próxima
clausura de las actividades de ambos grupos de trabajo y de investigación (que
fueron creados a finales de junio, el primero, y en julio de 2013, el segundo,
con quirógrafos de Papa Francisco) en estos días.
En
febrero de este año, ambas comisiones, por separado, habían comunicado al C8,
el consejo de los cardenales que se ocupa de estudiar la reforma de la Curia,
el trabajo desempeñado hasta entonces. En esa ocasión parecía que el C8 pensaba
que la comisión referente sobre el IOR continuara su trabajo de alguna manera,
para que se evaluaran las reformas necesarias con la finalidad de que el “banco
vaticano” dejara de ser un “contra-testimonio” evangélico. Se deduce, según lo
expresado en el comunicado de ayer que anunció la existencia de una propuesta
para el futuro del IOR, que se han tenido en cuenta las consideraciones y
propuestas formuladas por la CRIOR, que se había ocupado de evaluar diferentes
hipótesis sobre el futuro del “banco vaticano”, desde su clausura hasta la
transformación en una verdadera fundación. Lo que la comisión había sugerido
era que el IOR tenía que cambiar en cuanto estructura y en cuanto sus funciones
actuales.
Un
cambio que ha encontrado las resistencias de la actual presidencia del Instituto:
Ernst von Freyberg, se sabe, considera que el IOR es necesario así como es,
aunque debe mejorar su operatividad y debe ser “limpiado”, sobre todo allí en
donde existan cuentas problemáticas. El
comunicado de ayer da la impresión de que los sujetos involucrados (comisiones,
consejos y secretarías) están de acuerdo, pero la realidad es mucho más
compleja.
La
propuesta que parecía haber obtenido mayores consensos entre los cardenales
consejeros del Papa es la que prevé el aumento de la vocación del IOR como
centro de servicios para las Iglesias del mundo y para el mismo Pontífice
(transferencias de dinero, ayudas para las «obras de religión»), dejando las
competencias de la gestión de su patrimonio a un nuevo centro de análisis
financero y de inversión (el “vatican asset manager”), que el cardenal George
Pell, nuevo “ministro de finanzas vaticano”, anunció inmediatamente pretender
consolidar. De esta manera serían centralizadas y administradas por un único
ente todas las inversiones financieras de los dicasterios y de los entes de la
Santa Sede, incluido el IOR.
En
cuanto a la otra comisión, la COSEA, que, a diferencia de la comisión sobre el
IOR, ha contado con el apoyo de asesorías externas, el trabajo parecía ser
mucho más largo. Con la audición ante los ocho cardenales consejeros, la
comisión referentes sobre la organización de la estructura
económico-administrativa de la Santa Sede (comentó también en febrero Federico
Lombardi) «ciertamente no ha terminado su tarea, incluso porque ha dado mandatos
a diferencias agencias» para que examinaran aspectos específicos. Y, recordaba,
estos análisis «todavía están en curso».
Efectivamente,
con el paso del tiempo el número de asesorías externas ha aumentado
siognificativamente. Además del mandato al Promontory financial group (que debe
revisar las cuentas corrientes del IOR), la Santa Sede encargó al mismo
Promontory investigaciones sobre la actividad económico-financiera de la
Administración del Patrimonio de la Sede Apostólico (el 5 de octubre de 2013);
será, pues, muy interesante saber si Promontory tendrá alguna tarea en relación
con la nueva Secretaría para la Economía.
A
Ernst&Young, el Vaticano confió un «trabajo de verificación y asesoría
sobre las actividades económicas y sobre los procesos de administración» del
Gobernatorado; a McKinsey & Co., la tarea de ofrecer una asesoría que
contribuya al desarrollo de un «plan integral para que la organización de los
medios de comunicación de la Santa Sede sea más funcional, eficaz y moderna»; y
a Kpmg, la tarea de colaborar con la alineación de los «procedimientos de todos
los entes de la Santa Sede» según los estándares internacionales (el 19 de
diciembre de 2013). Y, finalmente, a la pricewaterhouseCoopers (PwC) y a
Deloitte la gestión, respectivamente, del hospital pediátrico Niño Jesús (de
Roma) y de la fundación Casa Alivio del Sufrimiento (el 31 de enero de este
año).
Mientras
tanto, con una decisión que ha acelerado la marcha, Francisco creó la
Secretaría para la Economía, el nuevo “ministerio de Finanzas” de la Santa
Sede, y le encargó su dirección al cardenal Pell y a monseñor Alfred Xuereb,
que deja de esta manera la secretaría particular del Pontífice. Fueron los
mismos consejeros del Papa, el C8, quienes habían tomado en consideración la
propuesta de la creación de la Secretaría para la Economía, sugerida por la
comisión COSEA. Los estatutos del nuevo dicasterio todavía se encuentran en
fase de definición y redacción, pero ya se muestra con poderes muy amplios.
Mientras tanto, Pell, al llegar a su nuevo encargo, se está ocupando de todas
las cuestiones económico financieras, y con el comunicado de ayer se demuestra que
extiende su influencia hasta el mismo IOR.
Además
de la Secretaría, Francisco creó también el Consejo para la Economía, vinculado
con el nuevo dicasterio, que tendrá poderes de orientación y está compuesto por
15 miembros (mitad cardenales y mitad laicos). Preside esta estructura el
cardenal alemán Reinhard Marx. Algunos miembros del nuevo Consejo ya habían
sido nombrados miembros de la COSEA, por lo que continuarán trabajando al
integrarse al nuevo dicasterio. Se podría decir, pues, que la COSEA, de alguna
manera, continuará su trabajo dentro del Consejo para la Economía y de la
Secretaría para la Economía, que serán quienes se opcuparán todas las asesorías
externas.
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