Mensaje
del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, durante la Ceremonia
de Entrega de los Premios por la Igualdad y la No Discriminación 2013, en el
Museo Nacional de Antropología
México,
D.F., 31/03/2014
Reitero
el saludo a todas y a todos ustedes.
Me da
mucho gusto ser el primer Secretario de Gobernación que viene, pero también lo
lamento mucho, porque no pueden seguir pasando y pasando años en este país y
dejar al último, temas tan importantes como el que hoy nos tiene a todos
presentes aquí. Muy buenas tardes a todas y a todos.
Permítanme
saludar a Ricardo Bucio Mújica.
Saludar
a Mauricio Merino Huerta.
A la
Subsecretaria Lía Limón.
A los
integrantes de la Asamblea Consultiva de CONAPRED.
A las
galardonadas, los galardonados, sus familiares.
A
funcionarios del Gobierno de la República.
A
integrantes de organizaciones de la sociedad civil.
A
ciudadanos, mujeres y hombres que vienen de diferentes puntos del país.
A la
representante de la ONU Mujeres en México.
Con
el aprecio de siempre de saludar a todas y a todos ustedes, buenas tardes.
Somos
una nación plural y diversa, ahí radica nuestra esencia histórica, esos son los
cimientos que nos hacen fuertes, pero de ellos, debemos desterrar la
discriminación para avanzar en la construcción de la igualdad.
Por
primera vez, México cuenta con una política de Estado en materia de Derechos
Humanos, que armoniza cuatro componentes:
Un
marco constitucional de protección de los derechos fundamentales;
Un
Plan Nacional de Desarrollo que los contempla de manera transversal;
Un
mensaje claro y contundente a favor de su promoción y respeto;
Y
acciones de gobierno que se traducen en la construcción de una sociedad de
derechos.
Lograr
que este marco jurídico y programático se convierta en una realidad cotidiana,
en donde todas las personas puedan ejercer efectivamente sus derechos, es sin
duda responsabilidad del conjunto de las instituciones públicas, de todos los
poderes y órdenes de gobierno y un compromiso que debemos asumir junto con la
sociedad.
Hoy
reafirmo la determinación del Presidente Enrique Peña Nieto, de construir una
sociedad cuya democracia tenga como horizonte y como proceso, la igualdad y la
no discriminación.
Hay
logros muy importantes alcanzados hasta hoy, reconozco el esfuerzo de
instituciones y personajes comprometidos en la tarea de derrumbar prejuicios,
visibilizar injusticias y erradicar la discriminación en todas sus
manifestaciones.
En
ello, CONAPRED ha sido fundamental para impulsar una agenda a favor de la
inclusión social.
Desde
la fundación de CONAPRED, en la que participaron personas de la talla de don
Gilberto Rincón Gallardo, el Consejo ha impulsado permanentemente acciones
afirmativas para superar las asimetrías, la marginación y la discriminación que
daña a sectores de población que vive en situación de vulnerabilidad.
En la
actualidad el Consejo no solo atiende y resuelve casos individuales y
colectivos, sino que orienta y guía las políticas públicas y la acción del
Estado en la materia, además de promover el cambio de la cultura social.
Destaco
la labor de quienes integran de manera voluntaria y comprometida este órgano
colegiado, de Mauricio Merino, quien preside la Asamblea Consultiva; de Ricardo
Bucio, presidente del Consejo y de todos los integrantes de este Consejo.
Así
como a todos aquellos que trabajan en reducir las brechas de desigualdad para
que toda persona acceda a sus derechos en igualdad de oportunidades, toda
persona.
En
diciembre del año pasado me reuní con esta Asamblea y asumí diversos
compromisos, de los cuales hoy tenemos resultado.
Les
dije y hoy lo hago frente a ustedes, que no iba a cubrir el protocolo de una
reunión, que iba para trabajar codo a codo, de la mano, junto con quienes lo
están haciendo de una manera muy importante en favor de México.
Les
dije que habremos de evaluar todas nuestras acciones y que el primero que
quería ser evaluado era su servidor. Hoy lo ratifico y así seguirá siendo en
todo momento con mi presencia y, por supuesto, evaluando cada una de las
acciones a nombre del Gobierno de la República.
Hoy
destaco algunos ya de los compromisos de diciembre para acá.
El 20
de marzo se publicaron las reformas a la Ley Federal para Prevenir y Eliminar
la Discriminación, con las que se apega la definición de discriminación y otros
aspectos a tratados internacionales que han sido suscritos por México y a la
reforma Constitucional en esta materia.
Y se
establece la obligación de los tres poderes federales, de diseñar, implementar
medidas de igualdad y se dota a CONAPRED de facultades para imponer diversas
medidas administrativas de reparación, incluso al sector privado.
Otra
base muy importante para visibilizar a las personas que históricamente han
sufrido más la discriminación, es el haber decretado el 17 de mayo de cada año,
como el Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia.
Asimismo,
el Instituto Mexicano del Seguro Social, como ya lo había hecho el ISSSTE,
anunció que afiliará a las parejas del mismo sexo para que se le reconozcan los
mismos derechos.
La
mejor manera de dar pasos firmes en erradicar la homofobia, es poniendo el
ejemplo como gobierno con acciones concretas, usando el lenguaje correcto y
desarrollando políticas públicas que impidan la desigualdad de trato,
garantizando que el acceso a la seguridad social no dependa de preferencias
sexuales.
Además,
se está trabajando en el Programa Nacional para la Igualdad y no Discriminación
2014-2018. En él participan investigadores, especialistas, instituciones
públicas y privadas, así como organizaciones de la sociedad civil. Estamos, ya,
en su última etapa de revisión y próximo a publicarse.
Sin
embargo, sabemos que las normas formales no bastan, no bastan para cambiar, que
se requiere de una transformación cultural profunda, de un cambio en los
comportamientos, una toma de conciencia en el uso del lenguaje y de nuestras
actitudes hacia los otros.
Para
lograrlo, debemos revertir conductas sociales que reproducen mecanismos
discriminatorios aprendidos a lo largo de muchos años, transmitidos incluso por
generaciones.
Señalo
con firmeza que el derecho a la no discriminación no es una prerrogativa
accesoria, ni una forma de filantropía o caridad, por el contrario, lo
entendemos como obligación central del Estado garantista, como oportunidad para
la reconstrucción de una genuina sociedad de derechos basada en la igualdad de
sus ciudadanas y de sus ciudadanos.
De
ahí la importancia de los Premios por la Igualdad y la No Discriminación. Hoy
se entregan estos premios los cuales se inscriben en este largo proceso de
transformación de los comportamientos.
Hoy
se reconocen importantes aportes de cambio cultural, porque se refieren a la
erradicación de la violencia contra las mujeres, la inclusión laboral de
quienes viven mayor exclusión y al reconocimiento de los derechos de las
trabajadoras del hogar.
En la
Categoría Institucional, destaco el reconocimiento al Centro Integral de
Atención a las Mujeres, por su tarea decisiva y valiente de atender y apoyar a
las víctimas de violencia de género, ayudándolas a reconstruir un proyecto de
vida.
Para
distinguir el impulso de la inclusión y la igualdad desde el ámbito
empresarial, el reconocimiento póstumo se otorga a Francisco Javier Rangel
González, quien fue integrante de la Asamblea de CONAPRED y que promovió el
trabajo digno, la capacitación y la productividad con beneficios compartidos.
Su
trabajo adelantó lo que hoy es un componente clave en la perspectiva
gubernamental de democratizar la productividad.
Se
reconoce también a Marcelina Bautista, cuyo liderazgo ha logrado revalorar y visibilizar
el trabajo del hogar que realizan, como se ha dicho aquí, más de 2.3 millones
de personas en todo el país.
La
capacitación y el apoyo que brinda en su organización, han permitido ir
construyendo una agenda contra los estigmas que existen y ha fomentado la toma
de conciencia de la trascendencia y la dignidad de la labor que desempeñan
millones de mujeres, muchas de las cuales son incluso niñas.
En
este contexto hay que resaltar la trascendencia del Convenio 189 adoptado por
la Organización Internacional del Trabajo, el cual, a nombre del Presidente
Enrique Peña Nieto, me comprometo enviar al Senado para su estudio y
ratificación.
Es
fundamental que a todos los trabajadores, trabajadoras del hogar les sean
respetados sus derechos en los términos que establece la Constitución y gocen
de protección efectiva para que desempeñen sus actividades en condiciones de
empleo equitativas y decentes, en igualdad de oportunidades y de trato frente a
los demás.
Estamos
dando pasos en esa dirección y el Presidente de la República presentó tres
iniciativas que beneficiarán a todas y a todos los trabajadores: se propusieron
cambios para fijar en 15 años la edad mínima para trabajar; la creación de la
pensión universal bajo un esquema de solidaridad social, y se contemplan una
serie de modificaciones a la Ley General de Salud para garantizar las acciones
de protección mediante el financiamiento y la coordinación eficiente, oportuna
y sistemática de los tres órdenes de gobierno en la prestación de los servicios.
Marcelina
Bautista, con su incansable promoción, ha enfatizado en los aspectos
intangibles del trabajo en el hogar, como son el cuidado del patrimonio, la
atención de la familia, el funcionamiento y el apoyo a la vida cotidiana.
Debemos
pasar del concepto equivocado del servicio doméstico, al del trabajo en el
hogar; pasar de las relaciones culturales de servidumbre, a las de un trabajo
digno con derecho y responsabilidades.
Ello
requiere, sin duda, las acciones de reconocimiento de derechos laborales que
corresponde hacer a las instituciones públicas, reformas centrales para la
agenda de la igualdad y la no discriminación.
Debemos
enfrentar juntos a la exclusión y a la discriminación, hacer una fuerte alianza
para superar esta condición social. Para ser iguales en dignidad y en derechos,
tenemos que visibilizar nuestras desigualdades y adecuar las leyes y las
políticas a esa realidad.
El
Estado mexicano está avanzando en los hechos y con acciones concretas en la
consolidación de la sociedad de derechos con igualdad y equidad, con la que
está comprometido el Presidente Enrique Peña Nieto.
Así
lo constatan las reformas y los cambios en las normas que hemos concretado
entre todos; así lo reconocen organizaciones internacionales como la ONU, que
entregó el Premio de Derechos Humanos a la Suprema Corte de Justicia de la
Nación. Lo hizo recientemente el Consejo de Europa al integrar a México como
primer país invitado a su Comisión contra el Racismo y Tolerancia.
Y así
ocurrió en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en donde se
reconoció el compromiso de nuestro país en el respeto a los derechos
fundamentales.
Todo
ello es el resultado del trabajo conjunto entre la sociedad y los gobiernos,
quienes compartimos los mismos objetivos, que toda persona tenga igualdad de
trato y de oportunidades. Que toda persona viva con tranquilidad y seguridad.
Que toda persona encuentre opciones de desarrollo y bienestar sin sacrificar su
libertad y, mucho menos, sin sacrificar su dignidad.
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