La
investigación del Senado acusa a la CIA de manipular a la opinión pública
La
desclasificación del informe, de más de 6.000 páginas, se vota este jueves
MARÍA
RAMÍREZ, Corresponsal Nueva York de El Mundo, 01/04/2014
Al
principio de 'La noche más oscura', un sospechoso de Al Qaeda identificado como
"Ammar" aparece ensangrentado y colgado del techo con cadenas. Los
agentes de la CIA lo torturan y consiguen así que les dé la pista de un
mensajero de Osama Bin Laden que lleva a los espías a la guarida secreta en
Pakistán del terrorista más buscado.
Ese
detalle del filme de 2012, basado en personas reales y con información directa
de la CIA, es parte de la manipulación de la agencia sobre su programa de
torturas y su eficacia, según un informe de la comisión de Inteligencia del
Senado. Los senadores, liderados por la demócrata Dianne Feinstein, aseguran
que la CIA ocultó detalles hasta al Gobierno de George W. Bush sobre la
violencia con que se trataba a algunos prisioneros, a los que sumergía en agua
helada hasta casi ahogarlos o estampaba contra la pared golpeándolos en la
cabeza, algo que no estaba en la lista de técnicas autorizadas por el
Departamento de Justicia. La CIA, según los senadores, también engañó al
Congreso y después a la opinión pública sobre la importancia de los datos
conseguidos durante sus brutales interrogatorios.
El
personaje de "Ammar" en 'La noche más oscura' está basado, sobre
todo, en un sospechoso que confirmó la existencia de Abu Ahmed, "El
kuwaití". La principal inspiración fue Hasan Ghul, detenido en Irak en
2004. Pero el auténtico prisionero habló del mensajero de Bin Laden mientras
era interrogado por las autoridades kurdas y antes de ser torturado por la CIA
en una cárcel secreta de Rumanía, según han revelado miembros de la comisión de
Inteligencia al 'Washington Post'. Ghul fue entregado después a Pakistán, que
lo dejó en libertad. Murió en 2012 durante un ataque con un 'drone'.
Las
otras dos personas que aludieron al mensajero de Bin Laden, cuya existencia ya
conocía la CIA, fueron Jalid Sheij Mohamed y Abu Faraj, pero, según el informe,
ninguno de los dos dio información clave ni lo hizo durante los interrogatorios
más duros. Mohamed, supuesto cerebro del 11-S, fue sometido al casi ahogamiento
183 veces, pero habló del kuwaití durante una sesión sin torturas. Abu Faraj,
libio y supuesto número tres de Al Qaeda, negó con tanta vehemencia la
importancia del mensajero que la CIA concluyó lo contrario.
La
desclasificación se vota el jueves
El
informe del Senado sigue siendo secreto, pero el año pasado la senadora
Feinstein se enfadó con la visión que daba la película y dijo que "el
detenido de la CIA que dio la información más significativa sobre el mensajero
lo hizo antes de ser sometido a técnicas coercitivas de interrogación".El
análisis asegura que las torturas no ayudaron a encontrar a Bin Laden ni
ofrecieron "inteligencia única" y que no se pudiera obtener por otros
medios para "salvar miles de vidas", como sostuvo la CIA.
La
desclasificación del resumen del informe de más de 6.000 páginas se vota este
jueves después de cuatro años de luchas entre la CIA y el Senado. La última
palabra la tiene el presidente Barack Obama, que canceló el programa de
interrogatorios "reforzados" en cárceles secretas cuando llegó a la
Casa Blanca en 2009. Obama es favorable a la publicación del informe, pero
quiere que se reflejen mejor los argumentos de la CIA, que se queja de que
parte de la información no es correcta y está basada en testimonios del FBI,
contrario a las torturas y eterno rival.
La
investigación de la comisión ha estado marcada por la tensión. En marzo,
Feinstein acusó a la CIA de espiar a su equipo e incluso de eliminar documentos
de ordenadores que utilizaban los senadores para elaborar el informe. El actual
director de la CIA, John Brennan, ha enviado el caso al Departamento de
Justicia ya que sus agentes aseguran que los senadores accedieron a documentos
secretos sin autorización. La senadora se queja de que este paso es "un
intento de intimidación".
Feinstein,
la veterana del Senado con 80 años, suele defender la labor de los espías.
También es partidaria de la recolección de datos de la Agencia de Seguridad
Nacional y considera al ex espía y filtrador Edward Snowden "un
traidor". Ahora acusa a la CIA de violar la Constitución.
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