25 may 2014

Menos violencia, más anfetaminas


Menos violencia, más anfetaminas/J. Jesús Esquivel
Revista Proceso # 1960, 24 de mayo de 2014;
La aparente calma que reina en varias ciudades norteñas, especialmente en Ciudad Juárez, se debe según la DEA al retiro del Cártel de Sinaloa de la zona y a la consiguiente toma de control por otro grupo, quizá el Cártel de Juárez, que aumentó el traslado ilegal de metanfetaminas a Estados Unidos. La DEA revela también que la droga sintética decomisada en Texas y Nuevo México proviene de Michoacán, entidad supuestamente controlada desde hace meses por las fuerzas federales.
 EL PASO, TEXAS.- Desde que Enrique Peña Nieto asumió la presidencia de México, el reacomodo de los grupos del crimen organizado en varias ciudades del norte de México –como Ciudad Juárez– está generando una aparente calma y un significativo incremento en el tráfico de metanfetaminas y otras drogas a Estados Unidos, alerta la Administración Federal Antidrogas de ese país (DEA).
 En esta urbe de Texas, colindante con Juárez y considerada una de las más seguras de Estados Unidos, se multiplican las narcobodegas, que son atiborradas de mercancía ilegal.

“Está pasando más droga desde México por El Paso; de eso no tenemos la menor duda porque las estadísticas de los decomisos lo demuestran”, dice a Proceso un agente federal estadunidense que, para evitar problemas con el gobierno mexicano, al que tilda de extremadamente sensible, acepta la entrevista bajo la condición del anonimato.
Según la información entregada por la oficina de la DEA en esta ciudad texana, se detectó una intensificación del tráfico de metanfetaminas (la droga de moda, de mayor demanda y más cara en Estados Unidos) por el corredor de Ciudad Juárez, que del lado estadunidense abarca una parte de Texas y otra de Nuevo México.
“En el año fiscal 2008, la DEA confiscó 40 kilos” del estupefaciente en la zona, indican los documentos. Después, “en el año fiscal 2009, la cantidad de metanfetaminas interceptadas creció a 79 kilos; bajó a 63 en 2010, se elevó a 101 en 2011, cayó a 83 en 2012 y se incrementó a 128 kilos en 2013. En lo que va del año fiscal 2014 –ocho meses a partir del 1 de octubre pasado–, en el corredor de Ciudad Juárez se han incautado 129 kilos de metanfetaminas”, destaca la DEA.
La instalación de bodegas de los cárteles mexicanos en estas tierras desoladas del sur de Texas no es nada nuevo. Algunas autoridades de El Paso no consideran que ponga en riesgo a la ciudad:
“Guardan la droga y de aquí se la llevan a otros estados, unos tan lejos como Illinois o Maine, pero esto nunca se ha reflejado aquí en una situación de violencia como la de México”, comenta un agente de la unidad antinarcóticos de la policía local.
Para la DEA, el reacomodo de los grupos del narcotráfico en Ciudad Juárez, específicamente de los cárteles de Juárez y de Sinaloa (éste a raíz de la captura de su emblemático líder Joaquín Guzmán Loera, El Chapo), es un movimiento táctico.
Los documentos de la agencia enfatizan que “virtualmente” todas las metanfetaminas que circulan en Estados Unidos “entran por México” y que es su grupo de intercepción en Albuquerque, Nuevo México, el que ha realizado las confiscaciones más importantes.
De la gran cantidad de droga que se almacena en las bodegas de El Paso, muy poca se vende entre los consumidores locales. “El método preferencial de los cárteles mexicanos para distribuir la metanfetamina por esta región de Estados Unidos es mediante los vagones de la línea del tren Amtrack y los autobuses de pasajeros”, se lee en los documentos de la DEA.
No obstante, agregan, una parte sustancial de esa droga sintética ingresa por California y por Arizona. “Después se mueve hacia el Este. La metanfetamina que llega a través de la región de El Paso entra por los puentes fronterizos que compartimos con México, se almacena en El Paso y después sale de aquí para distribuirse a los estados del Medio Oeste y de la Costa Este”, indica el expediente.
Michoacán, exportador
La decisión inicial del gobierno de Peña Nieto de cerrarle a la DEA todas las puertas que le había abierto la administración de Felipe Calderón, especialmente cuando Marisela Morales era procuradora general, obliga a las fuentes oficiales estadunidenses a sopesar sus palabras.
 “Ya hemos comenzado a tener un poco más de acceso y no queremos estropear lo ganado. La ‘ventanilla única’ (la Secretaría de Gobernación) para abordar los temas de cooperación antidrogas es buena pero no muy eficaz”, se atreve a decir un agente de la agencia.
 Según la información de inteligencia recopilada por la agencia antinarcóticos, la aparente tranquilidad en Ciudad Juárez se debe a que el Cártel de Sinaloa decidió abandonar la plaza para concentrarse en la frontera con Arizona, donde domina prácticamente todo el trasiego de metanfetaminas, heroína y mariguana. De hecho, se indica que los índices estimados del tráfico de drogas en El Paso y sus alrededores no resintió la captura de El Chapo Guzmán.
 Al respecto, el agente estadunidense informa: “Hasta hace dos años, cuando el Cártel de Sinaloa entró a la guerra por el control de la plaza de Juárez y sus corredores para el paso de droga, se sabía que todo estaba bajo las órdenes de El Mayo Zambada (Ismael Zambada García) y de (Juan José) Esparragoza Moreno, El Azul.
 La Unidad de Inteligencia de la DEA en El Paso apunta que el Cártel de Juárez o alguna de sus escisiones puede haber retomado el control de la plaza: “No sabemos quién o quiénes tienen todo el control, pero es evidente que en Juárez ya no hay tanta violencia como hace unos años y por eso se mueve más droga en esta región”, matiza el agente entrevistado.
 “Las metanfetaminas que entran a El Paso por México –se subraya en los documentos entregados por la DEA– las acarrean en las cavidades del cuerpo muchas de las personas que cruzan diariamente los puentes; o en las llantas de bicicletas o en los compartimentos secretos de automóviles y/o camionetas.”
 Entre los agentes de la DEA no hay duda: los cárteles de México son responsables de la producción y distribución de metanfetaminas en Estados Unidos.
 “La única parte de ese negocio ilegal que no controlan es la producción de los precursores químicos, y es obvio que están teniendo muchos problemas para conseguirlos”, se dice en los documentos entregados a Proceso, sin detallar cómo llegó la agencia a esta conclusión.
 En el análisis de la Unidad de Inteligencia de la DEA sobre el aumento del tráfico de drogas desde México durante el sexenio de Peña Nieto se afirma que “el control casi total que tienen del negocio de las metanfetaminas en Estados Unidos les permitirá (a los cárteles mexicanos) obtener más ganancias que las generadas por el trasiego de cocaína, ya que éste implica un gasto mayor a los narcotraficantes, porque la deben comprar primero en Sudamérica y después cubrir el costo de su paso a México, y posteriormente al mercado estadunidense”.
 La oficina de la DEA en El Paso sostiene que el rastreo de las metanfetaminas confiscadas en esta región señala que provienen del estado de Michoacán, donde el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación se están adueñando de las plazas ante el asedio a Los Caballeros Templarios.
 Añade que hasta ahora no tienen reportes confirmados de que los narcotraficantes mexicanos estén produciendo metanfetaminas en el estado de Chihuahua.
 “En los últimos dos años el Cártel de Sinaloa fue golpeado muy duramente por parte de grupos enemigos (los cárteles de Juárez, del Golfo, Los Zetas y el de los hermanos Beltrán Leyva) cuando quiso adueñarse de las plazas de Chihuahua. Eso generó una lucha sangrienta en la región, pero ahora sus actos tienen un impacto diferente: hay más movimiento y paso de drogas (a Estados Unidos). La plaza se puede decir que ya está controlada por un solo grupo”, resume el agente de la DEA entrevistado.

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