Palabras
del Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, durante la
Conferencia Magistral ¿Cómo reducir la impunidad con las reglas del nuevo
sistema?, en el Sexto Foro Nacional Seguridad y Justicia, en el Hotel Sheraton
María Isabel.
México,
D.F, a 15 de mayo de 2014
Buenos días a todos,
les agradezco mucho el que me hayan invitado a participar en este
importantísimo Foro Nacional que nos reúne para conocer, debatir, avanzar,
sobre el futuro de la seguridad del país.
La
seguridad del país, y cuando utilizo la palabra seguridad, es sin lugar a
dudas, un valor que va mucho más allá del trabajo de la policía, del trabajo de
la Procuraduría, de lo que significa la violación de algunos preceptos.
La
seguridad del país es la seguridad de sus ciudadanos, es la seguridad de su
territorio, es la seguridad de una vida a plenitud. Cuando hablo de seguridad,
hablo de la certeza de poder vivir en paz, hablo de la certeza de poder
relacionarme en la vida común con mis conciudadanos, sujetos a reglas que ni
siquiera tienen que ser interpretadas, vigiladas o cuidadas por un policía, un
Juez o Ministerio Público.
Sino
que esa es la normatividad que ya está inscrita en el interior de cada uno de
nosotros, es lo que los ciudadanos estamos convencidos que nos permite convivir
adecuadamente de manera regular sin tener sobre nosotros una autoridad.
Yo
creo que el estado ideal de alguna sociedad sería aquella que no requiriera que
nadie cuidara la actitud de sus ciudadanos porque estos solos están consientes
de que es lo que todos estamos de acuerdo que debemos hacer para que todos
podamos vivir de la mejor manera.
Esto
se llama cultura, es la cultura de la convivencia basada en el respeto, esto es
lo que nos va a permitir lograr, entre otras perspectivas, otras distintas
áreas, la educativa, la que permita que las condiciones de vida del país se den
de tal manera que todos tengamos una oportunidad, que todos tengamos el acceso
a esa oportunidad; y que eso elimine lo que las frustraciones, lo que las
terribles circunstancias que nos ponen a unos por abajo de otros, o en
condiciones inferiores a los de otros, nos quitan lo que se llama igualdad o lo
que se llame equidad, y lo que a fin de cuentas es el tema de esta reunión,
justicia.
Y
hablar de justicia es muy difícil, porque hay muchos planos de la justicia, hay
una justicia formal, la que se hace en las oficinas, en los centros
burocráticos, en los Tribunales, en los Ministerios Públicos. Y hay una
justicia inmanente, la justicia que se da de manera natural, la que surge de
las propias condiciones de los accidentes o de las dificultades que puedan
surgir, y hay hasta quien puede llamarlas de la suerte.
Un
Estado tiene que estar preparado, y muy preparado para poder sortear toda clase
de injusticias que se deriven de las formales y de las derivadas de la propia
circunstancia.
Como
cuando suceden desastres naturales, y en estos desastres naturales el Estado
tiene que intervenir en auxilio de quienes son afectados, no hay la comisión de
un delito, no hay la intervención de un procedimiento judicial, hay simple y
llanamente una necesidad clara y evidente de hacer justicia.
Pero
esta justicia es simbólica, porque nos puede meter en todas las demás, si
nosotros hacemos justicia cuando vamos como Estado, y entendamos qué es Estado,
para poderlo entender. Cuando la sociedad que vivimos en este territorio que
nos dimos una serie de leyes, o sea todos nosotros, vamos en auxilio de quien
en ese momento tiene un problema en que ha sido afectado y el abandono seria
una brutal injusticia.
De
la misma manera en que ese Estado va a eso, que ese Estado justifica a plenitud
de que la sociedad no dice ¿por qué le vas a dar a este que sufrió una
desgracia y a los demás no? Porque hay un sentimiento de justicia claro, porque
la sociedad entiende que ahí, tiene que actuar el Estado, porque la sociedad
sabe que esta es su función, que para eso está el Estado, para la protección de
todos los ciudadanos, no sólo repito, en el caso de que sea violada una Ley.
Ese
concepto tenemos que tenerlo para la aplicación de la Ley también, y lo que
significa la persecución de quienes nos rompen esos conceptos, de quienes no se
ajustan al modelo que la mayoría de los ciudadanos creamos, que se llama Ley,
que se llama Estado de Derecho y que lo creamos justamente para poder hacer
convivir nuestra libertad, con la libertad de los demás.
Es
tal vez éste, el derecho fundamental que la historia nos dio, mi libertad llega
hasta donde llega la de los demás, mi libertad puede coexistir mientras exista
la libertad de los demás. Mientras mi actuación no la invada, no la lesione, no
la perjudique; y claro, la sofisticación de la vida en común, la enorme
sofisticación de nuestras civilizaciones modernas, hacen que choquen
constantemente, permanentemente, una libertad con la otra, un derecho con el
otro, una posibilidad contra la otra.
Entonces,
nos hemos visto obligados a construir todos estos sistemas en el mundo, que se
generan para poder determinar cuál es el derecho de quién, cuál es la libertad
de quién, cuál es el daño o la ventaja que cada quien puede y debe acorde con
esas líneas, hacer.
Por
ello, es tan importante, tan importante el tema de esta reunión. Porque
nosotros vamos a entrar a modificar el procedimiento, éste que tan ampliamente
he venido detallando lo que significa la existencia de este tipo de órganos, la
medición de las capacidades de cada quien para actuar en sociedad, de manera
que no afectemos a los demás, que lo hagamos con justicia, que respetemos
derechos y que podamos tener certeza de vida, certeza de paz, certeza de
tranquilidad.
Lo
que hoy estamos debatiendo en México, lo estamos discutiendo, lo que estamos
armando, bien decían ayer, ya no lo estamos discutiendo, ya lo estamos
implementando.
Toda
implementación tiene sus bemoles, tiene que darse también sobre una base y
sobre una estrategia y la estamos también, de alguna manera instrumentando, y
al mismo tiempo viendo las mejoras y las condiciones más adecuadas para
hacerlo.
Esta
implementación tiene muchos propósitos, el principal es lograr lo que había yo
señalado como el estado ideal de una sociedad, aquella que requiere el menor
número de jueces, de policías y la mejor es la que no requiere ninguno; no es
nuestro caso, no es el caso de nadie en el mundo, requerimos hacerlo,
requerimos construirlos y entonces vamos a construirlos con el propósito de
poder mantener esas condiciones, de que esos órganos sirvan para mantener esas
condiciones.
Esta
implementación en consecuencia, nos tiene que ayudar a superar la que tenemos
hoy.
¿Qué
hace esta nueva que nos permite superarla? Primero, nos genera un proceso mucho
más abierto, es decir, tenemos que tener mucho cuidado en las posiciones de los
términos; en este tipo de procedimiento hay quien ha dicho que primero se
investiga y luego se consigna. Sí, pero no totalmente.
Primero
se investiga lo suficiente para generar, primero la certeza de que existen
elementos que constituyen un delito, es imprescindible. Y segundo, elementos
que nos permiten pensar quién puede ser el responsable o quién tiene elementos
suficientes para poderlo poner a juicio, sobre los hechos que constituyeron el
delito.
Estas
cosas las simplifico porque es la única forma en la que podemos entender la
razón de fondo de lo que estamos haciendo.
Cuando
esto sucede, cuando se dan estas presunciones, así se llaman, en el nuevo
procedimiento, lo primero que hace el Juez, es determinar si esto constituye
algo que esté marcado por la ley o que produzca la necesidad en las enormes
posibilidades de interpretación que les hemos dado, de que ese individuo puede
asumir su juicio en libertad, que esté en las condiciones para que lo asuma en
libertad, haciendo valer un principio fundamental de los derechos de toda la
humanidad, que es la presunción de inocencia.
Pero
aquí empieza el primer conflicto tanto del Ministerio Público, como del Juez.
Hay delitos o se constituyen delitos y presunciones en las que el Juez tiene
que valorar sobre la peligrosidad, sobre la conveniencia, y aquí, entra un
concepto fundamental, de la sociedad; aquí ya es el valor de todos el que tiene
que jugar contra el valor de uno, ¿cuál es el valor superior?
La
peligrosidad de un individuo que sabemos que mata, que no está condenado es
presuntamente inocente, pero tenemos evidencia suficientes para saber que mata
y que lo podemos dejar en libertad para un juicio con varios riesgos, de que se
fugue, el que no se presente y de que continúe haciendo daño a la sociedad.
Con
el riesgo de que estamos debilitando un valor fundamental, un derecho humano
fundamental, la presunción de inocencia, todos los países del mundo tienen
medidas cautelares que permite que quien tenga esta presunción pueda ser
encarcelado preventivamente el tiempo que tarde en revisar su juicio en esta
condición.
La
diferencia está, en de qué manera, cuáles son las garantías que debe tener
quien es presunto inocente pero tiene que enfrentar con prisión preventiva, un
juicio, esa es la enorme diferencia y es en donde hoy los mexicanos hemos hecho
un enorme esfuerzo, nos hemos puesto en la punta en el mundo al respecto, por
lo menos, legislativamente en cuanto al aspecto que tienen que tener este tipo
de garantías, pero tenemos cuidado, no podemos poner unas garantías por encima
de otras, no podríamos tener en la calle a quien sabemos que mata y asesina,
que envenena, en un juicio y atendiendo una garantía y viole la de todos los
demás o pongo en riesgo la de todos los demás. Y aquí es donde la medida
cautelar la justicia pero con cuidado, con un enorme cuidado, tiene que ser
valorada.
Se
señalaron varios entes, el primero que en este investigador, el ente que va a
plantear lo que existe el hecho, el segundo es el acusador, generalmente es el
Ministerio Público, digo generalmente, ya no, antes era el monopolio, ya no,
pero es el Ministerio Público y está determinando y quien le va a pedir al juez
la aplicación de la medida cautelar en razón de los elementos que le indique
tiene para señalar el por qué hay un valor, un derecho enorme de poder estar
por encima del otro.
Yo
he planteado en muchas ocasiones un caso que me tocó, que me tocó vivir, en una
investigación de narcotráfico encontramos una relación, una correlación en la
que algunos individuos conspiraban para matar a una persona.
La
pura llamada telefónica no me servía de prueba para detener a nadie, el hecho o
la forma en que hemos legislado no nos permitía detener porque se me pegaba la
gana lo cual me parece maravilloso, porque no voy a ser Procurador toda la
vida, habrá alguien que sea Procurador y tampoco me gustaría que metiera a
quien se le pegara la gana a nadie, eso me parece espléndido, pero no podía
quedarme quieto, no podría esperar a que lo mataran para consignarlo y le pedí
al juez una medida cautelar.
Que
por desgracia se llama arraigo, el nombre no me gusta pero era lo único que me
quedaba, efectivamente lo detuvimos y evitamos una muerte, fue un hecho público
que salió en todos los periódicos, lo conoce todo el mundo pero para eso sirven
las medidas cautelares pude haber afectado la presunción de inocencia pero
salvé una vida, por eso también el Ministerio Público tiene una parte que ver
con eso, pero la parte fundamental la tiene el juez.
El
juez tiene que entender que todos estos instrumentos que estamos poniendo en
sus manos para darle mayor discrecionalidad para darle al juez una mayor
capacidad de poder ajustar algo que a veces es difícil, porque uno piensa todo
el tiempo que las leyes son perfectas o que por lo menos buscan la
perfectibilidad pero no siempre son exactamente perfectas para un caso
específico, no siempre son exactamente adecuadas.
Y
aquí el juez tiene que jugar con la Ley y con la justicia, no jugarla que es
una palabra muy mal ocupada, una mal usada, tiene que hacer corresponder en
mayor posibilidad la justicia con la ley, sus decisiones tienen que ser legales
y justas, no siempre es fácil, entonces en este camino, en esta
discrecionalidad que le dimos al juez, en esta forma que para explicar porqué
la discrecionalidad en las leyes anteriores estaba mucho mas restringidos a la
aplicación precisa de la ley, es decir, formas nuevas, puedo decir, vimos,
porque fui actor en la construcción de ellas siendo Senador para poderles
facilitar su tarea mediante la ampliación de sus facultades de interpretación.
Y
no solo eso, les pusimos en la Ley desde donde podían montarse en una
interpretación más amplia, y generamos varios tipos de interpretaciones
incluida la interpretación convencional, es decir, aquella que interpreta los
convenios internacionales que México ha firmado y que por consecuencia tienen
un carácter obligatorio en el país para que también fueran parte de esa
interpretación del juez en la búsqueda de un propósito de justicia, es decir,
darle al juez más caminos, más espacios para acercar la línea de la ley, a la
línea de la justicia.
Y
yo creo que podemos estar muy satisfechos de ello, yo creo que los mexicanos
debemos estar verdaderamente orgullos de que hemos logrado una legislación que
primero que nada hace respetar y valer los derechos humanos ya no sólo los
derechos humanos que los mexicanos consideramos como buenos, sino aquellos que
hemos convenido con otros países, eso me parece un avance que debe hacernos
sentir muy orgullosos.
Debemos
ser muy cuidadosos en la aplicación o la interpretación para que no el mal uso
de esta interpretación llegue al deterioro de los conceptos. Tenemos que ser
muy cuidadosos que el respeto a los derechos humanos se convierta en el mejor
mecanismo para que esta sociedad pueda convivir en paz, con tranquilidad sin
excesos y en plena justicia pero de ninguna manera podemos admitir que
cualquier tipo de mal uso por beneficios personales o económicos, o simplemente
por un deseo de exhibición mal usando esta capacidad plena, esta enorme
discrecionalidad podamos debilitar el concepto de derechos humanos al grado de
que se haga en lugar de útil un motivo de impunidad o un motivo que permita que
la atención a unos, deteriore a otros.
Déjenme
decirles que yo tengo hoy una satisfacción enorme, la decisión del Poder
Judicial de la Federación de poner a disposición de la Procuraduría a quienes
considera jueces que violaron los principios fundamentales, su misión tiene
enorme trascendencia para el país, no es porque no se haya hecho antes es
porque se hizo en las condiciones que se hizo en las circunstancias que se hizo
y por las facultades que se tienen.
Para
mí, este es un verdadero ejemplo del deseo enorme de un Poder Judicial que
respeto enormemente lo he dicho muchas veces por además depurar al empezar a
dejar este tipo de cuestiones muy claras. La ley debe de servir para hacer
justicia no para valerse de ella para hacerse delitos, este es el mensaje que
está mandando el Poder Judicial y a mí me parece esplendido yo quiero realmente
hacer pública mi felicitación al Poder Judicial por haber actuado de esta
manera, nos corresponderá a nosotros, al Ministerio Público determinar si hay
elementos los que se tenía antes para consignar y después al propio Poder
Judicial juzgar si los elementos que la procuraduría le presenta son
suficientes.
Haremos
valer el derecho pleno de quienes van a ser procesados para esto, se tendrán
que determinar todos los avances legales que tenemos en el país, pero lo
búsqueda clara, precisa, concreta de lo que se resuelva sea justo, que lo que
se resuelva sea en beneficio de la propia sociedad, si todas las sociedades del
mundo ha creado un catalogo de conductas que consideran que no deben cometerse
para seguir adecuadamente y las han sancionado, es la obligación del Estado
cumplir con esa parte de la lista, es la obligación del estado procesar con
estricto apego a la Ley con la mejor intención de justicia y los casos
necesarios imponer la pena que para eso se llama Derecho Penal, la sociedad que
se constituyó en este criterio se dio así misma.
Es
aquí, donde las madurez tiene que ser un enorme valor, y es aquí donde este
tipo de foros juegan un papel fundamental, no podemos caer en ninguno de los
extremos, tenemos ser muy cuidadosos de cuidar lo que hemos venido construyendo
a mi gusto muy bien, a mi gusto con un muy buen sentido, pero el propósito de
que nos ayuden también como ciudadanos, se dé tranquilamente con la menor
intervención de la autoridad posible.
De
que cuando veamos una luz roja, sabemos que ahí nos paramos, y cuando vemos una
luz verde, sabemos que hay podemos pasar, y que seamos capaces de entender y
respetar no porque haya un policía en la esquina, o porque vayamos a tener una
sanción, sino porque esa es la forma de la que podemos vivir asegurados.
De
que si le paran todos en el rojo los del verde pueden pasar, es así de simple y
es así de simple hacia arriba y en la complejidad de todas las demás conductas,
pero si decidimos preparar un catálogo de ese tipo de conductas, que sea
nuestra propia, nuestra propia consciencia, nuestra propia decisión la que nos
haga respetarlas, para que cada vez veamos menos policías, menos jueces, menos
Ministerios Públicos, más seguridad más certeza, más tranquilidad y podamos
estar seguros de cómo yo pienso pensamos todos los que vivimos juntos para bien
o para mal.
Y
que entonces nuestro propósito de justicia vaya mucho más lejos, vaya donde
debe ir, para que todos tengamos una oportunidad, para que todos tengamos
acceso a las mismas facilidades, para que todos podamos estar educados y tener
salud, para que todos tengamos un trabajo, para que nuestros hijos puedan salir
y nosotros dormir tranquilos, de que podemos volver a vivir en un país en el
que están garantizadas todas nuestras ventajas.
Muchas
gracias.
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