18 nov 2014

En Roma: Un Sínodo diferente.

Un Sínodo diferente/Fa
Publicado en Código Topo de Excelsior, 3 de noviembre de 2014
“...ahora todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos“ Francisco.

 Ciento cincuenta y ocho padres sinodales de un total de 174 aprobaron el mensaje final del Sínodo extraordinario sobre la familia, convocado por el papa Francisco que concluyó el domingo 19 de octubre en Roma. Durante dos semanas hubo fuertes discusiones en temas candentes para la Iglesia Católica como lo de los homosexuales y los vueltos a casar. No hubo consenso como se esperaba. Pero sin duda desde nuestra óptica hubo avances. Después de este Sínodo podemos decir que la iglesia católica llego ya a principios del siglo XX cuando antes de Francisco estaba en el medioevo. De aquí a un año quizá  se logren más avances: “ahora todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades“, dijo el papa en su discurso final.
El Sínodo concluyó con la aprobación de la Relatio Synodi, documento de 62 puntos que servirá para seguir trabajando durante este año en preparación para el Sínodo Ordinario del 2015 sobre la familia. Se concluyó sólo una etapa sinodal: hubo 470 enmiendas con respecto al documento preliminar presentado el lunes 13 de octubre, el polémico "Relatio post Dsceptationem" (Relación luego del debate o RDP)) con la que una mayoría de obispos no se sintió identificada.
El tema empezó el lunes 13 de octubre cuando el cardenal Peter Erdo, relator General del Sínodo dio a conocer el RDP, documento borrador que resumió las ponencias de 265 intervenciones de la primera semana. El documento que nos dieron a conocer a través de los medios vaticanos señala en el punto 50: Acoger a las personas homosexuales:
 “Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que sea casa acogedora para ellos. ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo (acogedoras), aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?
¡Y todos esos días se dio un debate público unos a favor y otros en contra!
Una especie de posicionamiento entre obispos conservadores y liberales. Muchos
medios hablaron de divisionismo, incluso de cisma.
¡ No era para tanto, sobretodo conociendo a Francisco!
Me llamó la atención de Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali , Colombia quien dijo que la Iglesia debe pedir perdón a los homosexuales por haber realizado juicios hirientes y que “no debemos crear conflicto” con las parejas del mismo sexo. En una entrevista publicada por el diario colombiano El Tiempo el 15 de octubre, señaló que “la Iglesia debe mejorar su relación con esta comunidad  y debe brindarle “más acogida y pedirles perdón por las heridas que les hemos causado con juicios hirientes y dañinos sobre su tendencia”. Después precisó a una agencia católica que lo que dijo lo tomó  del numero 50 de la RDP.
Y se vale. Otro hablaron en distinto tono.
El martes 14 la Secretaría General del Sínodo –a través del P. Federico Lombardi-, también advirtió que a la “RPD” se le ha “atribuido un valor que no corresponde a su naturaleza”.  “Dicho texto –recordó-, es un documento de trabajo, que resume las intervenciones y el debate de la primera semana y que ahora se propondrá a la discusión de los miembros del Sínodo reunidos en los Círculos menores –o padres sinodales–, según lo previsto por el mismo reglamento del Sínodo”.
El mismo papa precisó que las discusiones en el Sínodo no son “ni doctrina ni normas definitivas”, sino propuestas para un documento de trabajo que será enviado a las diócesis para preparar el Sínodo de 2015.
Pero la nota fue lo de la acogida a los homosexuales.
Y fue hasta cuatro días después, jueves 16 de octubre que las aguas se nivelaron, ya que se precisó que el documento borrador–el RDP–  había sido mal traducido, que hizo que diversos mediosy varios obispos afirmaran, entre otras cosas, que la Iglesia había modificado su enseñanza sobre el “matrimonio” homosexual.
Precisemos.
La versión original del documento RPD estaba escrita en italiano, idioma que Francisco eligió como oficial para el Sínodo. En los sínodos anteriores el lenguaje oficial había sido el latín, estimado por su precisión y por su falta de ambigüedad.
Peor la traducción no fue de todo el documento sino sólo del punto que generó la controversia. el párrafo 50 que aparece luego de valorar los dones y los talentos que los homosexuales pueden dar a la comunidad cristiana.
El quid de todos es la pregunta en italiano: “le nostre comunità sono in grado di esserlo accettando e valutando il loro orientamento sessuale, senza compromettere la dottrina cattolica su famiglia e matrimonio?”
Y en la traducción al inglés proporcionada por el Vaticano, se lee lo siguiente: “Are our communities capable of providing that, accepting and valuing their sexual orientation, without compromising Catholic doctrine on the family and matrimony?”
La traducción en español es: ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo (acogedoras), aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?”
¡Y por ahí nos fuimos todos!
¡Pero la palabra clave en el italiano es “valutando” que fue traducida al inglés como “valuing” (¡valorando!). Esa dichosa palabra debió haber sido traducida como “evaluando” o “considerando” o “sopesando”.
¡Punto!
Con la traducción que se hizo al inglés, en contraste, se sugiere una valoración de la orientación sexual, lo que generó una confusión entre quienes son fieles a las enseñanzas de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Si bien el documento se indicaba que la traducción no era oficial, empero sí fue la traducción que la Sala de Prensa de la Santa Sede difundió para  “ayudar a los periodistas“ que no conocemos bien el italiano, y eso generó un verdadero relajo, dicho sea con todo respeto..
Nos dicen que el documento fue inicialmente dado a conocer en italiano, poco antes de que el Cardenal Peter Erdo, lo leyera ante la asamblea sinodal. Luego de una media hora, el texto estaba disponible en español, francés, inglés y alemán, y se envió a través de un boletín de la Sala de Prensa de la Santa Sede. Así nos llegó a todos.
Días después los cambios fueron realizados por llamados "círculos menores", es decir, los grupos de debates organizados por regiones lingüísticas (tres italianos, tres ingleses, dos españoles y dos franceses).
Las cosas se fueron componiendo, entre comillas.
En la tarde del sábado 18 de octubre, se votó y aprobó la Relatio Synodi,, y para que no hubiera dudas se realizó por instrucciones del papa punto por punto, por eso supimos el número de votos a favor y en contra. Tres puntos –de los 62– no alcanzaron la mayoría de los dos tercios de los votos. Se trata de los párrafos 52, 53 y 55, referentes al acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar, a la comunión espiritual y sobre las personas homosexuales.
El punto del texto que hablaba de las posturas discutidas sobre la readmisión a los sacramentos obtuvo 104 votos favorables y 74 en contra.  Se modificó el texto sobre los homosexuales, que obtuvo 118 consensos y 62 votos en contra, a pesar de que citara el Catecismo. Así, sobre estos puntos no hubo consenso absoluto del Sínodo, a pesar de haber contado con la mayoría
El nuevo texto que obtuvo la mayoría de los consensos pero no las dos terceras partes, quedó redactado de esta manera (118 votos a favor y 62 votos en contra):
“Algunas familias viven la experiencia de tener en su interior personas de orientación homosexual. Al respecto nos hemos interrogado sobre cuál atención pastoral podría ser oportuna frente a esta situación, refiriéndose a lo que enseña la Iglesia: ‘No existe fundamento ninguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el plan de Dios sobre el matrimonio y la familia’. Sin embargo, los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza. ‘En relación con ellos se evitará cualquier marca de injusta discriminación’ (Congregación para la Doctrina de la Fe)“.
Hay que subrayar para comprender mejor lo sensible es este argumento, que no obtuvo los dos tercios ni siquiera un texto que vuelve a proponer el Catecismo de la Iglesia Católica y una explicación del ex Santo Oficio.
Y  el otro tema que hablaba de las posturas discutidas sobre la readmisión a los sacramentos de los vueltos a casas obtuvo 104 votos favorables y 74 en contra, por lo que tampoco fue aprobado ya que requería una mayoría calificada, las dos terceras partes de los padres sinodales.
Nora Patricia Jara periodista del IMER me preguntó sobre el sínodo en una entrevista radial, y de que si había sido un revés, una derrota para Francisco como lo habían calificado algunos progresistas.
Le dije que era un avance  no un retroceso: ¡104 votos son mayoría!, aunque no calificada.
Las cosas empiezan a cambiar en la Iglesia con Francisco. Por eso le dije al aire que con Bergoglio se llegó al siglo XX.
Y el párrafo sobre la cuestión más delicada de la discusión, relacionado con los divorciados que se han vuelto a casar, es el siguiente:  “Se ha reflexionado sobre la posibilidad de que los divorciados que se han vuelto a casar accedan a los sacramentos de la penitencia y de la eucaristía. Varios padres sinodales insistieron a favor de la disciplina actual, en fuerza de la relación constitutiva entre la participación a la eucaristía y la comunión con la Iglesia y su enseñanza sobre el matrimonio indisoluble. Otros se expresaron por una acogida no generalizada al banquete eucarístico, en algunas situaciones particulares y bajo condiciones bien precisas, sobre todo cuando se trata de casos irreversibles y vinculados con obligaciones morales para con los hijos que sufrirían violencias injustas. El eventual acceso a los sacramentos debería ir precedido por un camino penitencial bajo la responsabilidad del obispo diocesano. Debe ser profundizada ulteriormente la cuestión, teniendo en cuenta la diferencia entre situación objetiva de pecado y circunstancias atenuantes, dado que la ‘imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden ser disminuidas o anuladas’ por diferentes ‘factores psíquicos o bien sociales’ (Catecismo de la Iglesia católica, 1735).
‘La verdad es que si le abren la puerta a los vueltos a casar los tempos se volverán a llenar como hace años!
Le pregunta el periodista Andrea Tornielli de la Stampa, al arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, uno de los presidentes delegados de la asamblea sinodal sobre la familia.
–Después de la votación del sábado sobre el documento final del Sínodo, algunos periodistas, en particular del mundo anglosajón, han hablado de una Iglesia “dividida” y de un Papa “derrotado”. ¿Es verdad?
–No; según mi opinión no hubo ninguna derrota. No creo que lo sucedido con la votación sobre la “Relatio Synodi” pueda ser definido como una derrota. En un proceso sinodal, los elementos más importantes son escuchar y la expresión libre de las diferentes opiniones sobre las situaciones que se presentan. El Sínodo no es una batalla ni el fruto de ninguna estrategia. Tal vez, para algunos, podrá haberlo sido, pero esta no es la perspectiva del Sínodo.
Subrayó el arzobispo  que “Este Sínodo extraordinario era solamente una etapa del camino. La cuestión de la pastoral hacia las personas divorciadas que se han vuelto a casar y la profundización sobre la posibildiad de admitirlas a los sacramentos (en ciertos casos, en ciertas situaciones y bajo determinadas condiciones) aparece claramente en el texto final. Se hizo público el número de los votos que ese párrafo obtuvo: la mayoría absoluta; y, como dijo el Papa, formará parte del texto que será enviado a las Conferencias Episcopales.“

Qué todo mundo hable fuerte y escuche con el corazón; Francisco
El conclave inició formalmente el lunes 6 de octubre, y ahí el papa hizo llamado a todos los participantes... –cardenales, patriarcas, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos y laicas– para hablar claro y “escuchar con humildad y acoger con el corazón abierto lo que dicen los hermanos”.  Reiteró: “les pido por favor, estas actitudes de hermanos en el Señor: hablar con franqueza y escuchar con humildad”. Y concluyó invitándolos a hablar “con tranquilidad y paz, porque el Sínodo se realiza siempre cum Petro y sub Petro, y la presencia del papa es garantía para todos y custodia de la fe".
El jesuita les recordó que ellos traen “la voz de las Iglesias particulares, reunidas a nivel de Iglesias locales mediante las Conferencias Episcopales”. Añadió que “la Iglesia universal y las Iglesias particulares son de institución divina”, mientras que “las Iglesias locales, así entendidas, son de institución humana”. Y que ellos, “esta voz la traerán en sinodalidad”.
Luego del discurso papal y de las palabras del presidente de turno, el arzobispo de París, André Vingt-Trois; intervino el Secretario general del Sínodo de los Obispos, Lorenzo Baldisseri, para ilustrar en su relación las diversas etapas de preparación de esa Asamblea el número de participantes, las novedades y el trabajo de la Secretaría del Sínodo desde la última Asamblea General Ordinaria celebrada en octubre de 2012.
Y durante dos semanas todo mundo hablo, otros escucharon con el corazón, y otros entendieron mal, como lo comentamos arriba.
Al final del Sínodo Francisco emitió un discurso que por cierto fue muy aplaudido: 4 minutos. Vale la pena analizar el mensaje papal y que cada quien interprete.
Debemos decir que el jesuita quiso que el Sínodo fuera libre y el resultado de la votación final sobre el documento sinodal, con algunos puntos controvertidos ya mencionados, consiguió el objetivo.
De entrada el papa agradeció a todos los participantes cardenales,  delegados,  escritores, consultores, traductores, y todos aquellos que han trabajado con verdadera fidelidad y dedicación total a la Iglesia y sin descanso: ¡gracias de corazón!, dijo.
Las tentaciones y ¿divisiones? en el Sínodo
El líder demás de 1000 millones de católicos comentó que esos días se vivió una gran experiencia “un recorrido solidario, un camino juntos".  
Subrayó que siendo “un camino" –como todo camino– hubo momentos de carrera veloz, casi de querer vencer el tiempo y alcanzar rápidamente la meta; otros momentos de fatiga, casi hasta querer decir basta; otros momentos de entusiasmo y de ardor.
Dijo textual:
“Momentos de gracia y de consuelo, escuchando los testimonios de las familias que han participado del Sínodo y han compartido con nosotros la belleza y la alegría de su vida matrimonial. Un camino donde el más fuerte se ha sentido en el deber de ayudar al menos fuerte, donde el más experto se ha prestado a servir a los otros, también a través del debate. Y porque es un camino de hombres, también hubo momentos de desolación, de tensión y de tentación, como algunas de las siguientes:
- La tentación del endurecimiento hostil, esto es el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y alcanzar. Es la tentación de los celosos, de los escrupulosos, de los apresurados, de los así llamados "tradicionalistas" y también de los intelectualistas.

- La tentación del “buenismo” destructivo, que en nombre de una misericordia engañosa venda las heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causa ni las raíces. Es la tentación de los "buenistas", de los temerosos y también de los así llamados “progresistas y liberalistas”.

‘- La tentación de transformar la piedra en pan para terminar el largo ayuno, pesado y doloroso (Cf. Lc 4, 1-4) y también de transformar el pan en piedra , y tirarla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (Cf. Jn 8,7) de transformarla en “fardos insoportables” (Lc 10,27).

‘- La tentación de descender de la cruz para contentar a la gente, y no permanecer, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en vez de purificarlo e inclinarlo al Espíritu de Dios.

- La tentación de descuidar el “depositum fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando ¡una lengua minuciosa y un lenguaje pomposo para decir tantas cosas y no decir nada!

En esta parte Francisco le dio énfasis al discurso:
(Pero) “Queridos hermanos y hermanas, las tentaciones no nos deben asustar ni desconcertar, ni mucho menos desanimar, porque ningún discípulo es más grande que su maestro; por lo tanto si Jesús fue tentado sus discípulos no deben esperarse un trato mejor.
Precisó que “Personalmente me hubiera preocupado mucho y entristecido sino se hubieran dado estas tensiones y estas discusiones animadas; este movimiento de los espíritus, como lo llamaba San Ignacio si todos hubieran estado de acuerdo o taciturnos en una falsa y quietista paz. En cambio he visto y escuchado –con alegría y reconocimiento– discursos e intervenciones llenos de fe, de celo pastoral y doctrinal, de sabiduría, de franqueza, de coraje y parresía. (léase de “hablar libremente“con la verdad).

Y he sentido que ha sido puesto delante de sus ojos el bien de la Iglesia, de las familias y la “suprema lex”: la “salus animarum” (Cf. Can. 1752). Y esto siempre sin poner jamás en discusión la verdad fundamental del Sacramento del Matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la procreatividad, o sea la apertura a la vida (Cf. Cann. 1055, 1056 y Gaudium et Spes, 48).

Agregó que:
“Esta es la Iglesia, la viña del Señor, la Madre fértil y la Maestra premurosa, que no tiene miedo de remangarse las manos para derramar el óleo y el vino sobre las heridas de los hombres (Cf. Lc 10,25-37); que no mira a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas. Esta es la Iglesia Una, Santa, Católica y compuesta de pecadores, necesitados de Su misericordia. Esta es la Iglesia, la verdadera esposa de Cristo, que busca ser fiel a su Esposo y su doctrina.
Pero también dijo que:
 Es la Iglesia que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y los publicanos (Cf. Lc 15). La Iglesia que tiene las puertas abiertas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y ¡no sólo a los justos o aquellos que creen ser perfectos! ...“

Dijo Jorge Mario Bergoglio a propósito de las criticas de algunos medios

“Tantos comentaristas han imaginado ver una Iglesia en litigio donde una parte está contra la otra, dudando hasta del Espíritu Santo, el verdadero promotor y garante de la unidad y de la armonía en la Iglesia.
 El Espíritu Santo que a lo largo de la historia ha conducido siempre la barca, a través de sus ministros, también cuando el mar era contrario y agitado y los ministros infieles y pecadores.
 Y, como he osado decirles al inicio, era necesario vivir todo esto con tranquilidad y paz interior también, porque el sínodo se desarrolla cum Petro et sub Petro, y la presencia del Papa es garantía para todos (...) El Papa en este contexto no es el señor supremo sino más bien el supremo servidor – “Il servus servorum Dei”; el garante de la obediencia , de la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y al Tradición de la Iglesia poniendo de parte todo arbitrio personal, siendo también – por voluntad de Cristo mismo – “el Pastor y Doctor supremo de todos los fieles” (Can. 749) y gozando “de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata y universal de la iglesia” (Cf. Cann. 331-334).

Concluyo diciendo:
“Queridos hermanos y hermanas, ahora todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar; para dar respuesta a tantos desánimos que circundan y sofocan a las familias, un año para trabajar sobre la “Relatio Synodi” que es el resumen fiel y claro de todo lo que fue dicho y discutido en esta aula y en los círculos menores.“

 Se despidió con lo que su frase empleada desde el inicio de su pontificad: y por favor no se olviden de rezar por mí!. Al final de su discurso el papa camino directo con los periodistas y les dio las gracias. Un gesto muy significativo.
Un día después, domingo 19 de octubre de 2014, Francisco encabezó el domingo el cierre de un encuentro de Obispos católicos. Había en la plaza de San Pedro 70 mil personas, ya que también se  beatificó al papa Pablo VI, quien falleció en 1978, conocido por concluir las reformas del Segundo Concilio del Vaticano y consolidar la prohibición de la Iglesia a la anticoncepción.
 El Papa dedicó buena parte de su sermón al Sínodo, dijo: "Dios no le teme a las cosas nuevas. Esa es la razón por la que nos sorprende continuamente, abriendo nuestros corazones y guiándonos de maneras inesperadas".
El Papa dijo que la Iglesia debería responder con valor cualquier desafío que se la presente.
Habló sobre valentía un día después de decirle a los Obispos en la última sesión de trabajo que deberían estar atentos a la "rigidez hostil" de ciertas doctrinas conservadoras y a la "buena voluntad destructiva" de aquellos que buscan cambios a toda costa.
En los márgenes
Ah y sobre el tema de la mala traducción, nos sirvió –y también al papa– para conocer mejor lo que piensan los obispos del mundo, y, sobretodo, nuestros obispos mexicanos, enviados al Sínodo.
De hecho fueron cuatro los mexicanos que participaron en las discusiones: un cardenal, dos obispos y un laico en calidad de asesor: el primero es José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el segundo es Carlos Aguiar Retes, es Arzobispo de Tlalnepantla y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), el tercer obispo fue Alonso Gerardo Garza Treviño, titular de la diócesis de Piedras Negras, y Rodrigo Guerra López, director general del Centro de Investigación Social Avanzada.
Piensan distinto y que bueno.
Para Aguiar Retes es impensable que la Iglesia defienda un único modelo de familia: “La Iglesia, y este sínodo en particular, no pretende defender un modelo de familia. Pretende entender las diferentes situaciones que están viviendo los fieles católicos en sus realidades familiares", dijo. Un asunto que compartimos, ya que es una realidad en este siglo XXI.
Pero para Robles Ortega el asunto es distinto: "Esta humanidad, a mí me da la sensación, está extraviada, está perdiendo esta institución (la familia) por experimentar otras formas de convivir, pero en ello no ha encontrado la realización y la felicidad". (nota de la corresponsalía de Reforma en Roma).

El  debate apenas se reinicia.

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