Guerra
sucia en Sinaloa
La Otra Opinión, 22 ene,
2016 //
Desde
hace días, circulan versiones envenenadas en la prensa nacional.
La más
reciente asegura –sin pruebas–, que el secretario de Gobierno de Sinaloa
–Gerardo Vargas–, sería la mano que meció la cuna en el caso de la diputada
Lucero Sánchez.
Como
seguramente recuerda, la ex legisladora panista –pues recientemente pidió
licencia a su espacio en la bancada azul–, fue citada a declarar ante la SEIDO
por su presunta cercanía con Joaquín, el Chapo, Guzmán.
Y aunque
todo el mundo se escandaliza por la supuesta relación de una diputada
sinaloense con uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo, resulta que
nadie sabe quién apadrinó a la diputada.
En este
contexto, alguna mano interesada dejó circular el rumor de que Gerardo Vargas,
secretario de gobierno de Sinaloa, habría sido el responsable de encumbrar a la
“chapodiputada”.
El asunto
no es menor porque Vargas es uno de los más adelantados en la carrera por la
candidatura del PRI al gobierno de Sinaloa. De hecho, dicen los enterados que
su nombramiento es cuestión de tiempo.
Por lo
anterior, los chismes y rumores en contra de Gerardo Vargas parecen ser
evidencias de la guerra sucia que se vive al interior de las filas del priismo
sinaloense.
Y es que
no sobra recordar que las mismas manos interesadas trataron de crecer –de la
noche a la mañana–, a bateadores emergentes como el diputado Quirino Ordaz.
Y del
mismo modo, tampoco está de más señalar que cuando la guerra sucia se concentra
en un objetivo –como Gerardo Vargas, en este caso–, seguramente es porque algo
temen.
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