20 abr 2016

"Aumenta la amenaza": militares de la Inteligencia holandesa se unen al ISIS

"Aumenta la amenaza": militares de la Inteligencia holandesa se unen al ISIS
 Los tentáculos del radicalismo en Europa ya alcanzan incluso el entorno de las fuerzas de seguridad e inteligencia, poniendo en las manos indebidas información confidencial

Foto: Soldados holandeses registran una vivienda en Baluchi, en la provincia afgana de Uruzgan. (Reuters)
Soldados holandeses registran una vivienda en Baluchi, en la provincia afgana de Uruzgan. (Reuters)
El Confidencia, 19 de abril de 2016/
MANE RACHIDI.
 LA HAYA
Los tentáculos del radicalismo en Europa ya alcanzan incluso el entorno de las fuerzas de seguridad e inteligencia, poniendo en las manos indebidas información confidencial sobre el funcionamiento del Ejército. Así lo confirma a El Confidencial el portavoz del Ministerio de Defensa de Holanda, Marteen Hilbrandie: “Soldados holandeses han sido reclutados por diferentes milicias, entre ellas los extremistas del Estado Islámico”.
Hasta una veintena de militares y exsoldados holandeses, según datos oficiales, se han sumado a la guerra en Siria y en Irak, pasando a formar parte de las filas de Daesh, de las milicias kurdas o de los combatientes cristianos. Algunos de ellos tienen decenas de años de experiencia militar y en los servicios de Inteligencia y, aprovechando su entrenamiento y sus conocimientos, refuerzan el poderío militar de unos y otros en el territorio del 'Califato'. El problema no se circunscribe a Holanda: hace dos semanas, un informe oficial en Alemania alertaba de que 30 miembros del Ejército germano luchan ahora junto al Estado Islámico. 

 La mayoría de los militares han estado en activo antes de poner rumbo al 'Califato'. Esto hace que todos estos grupos, entre ellos Daesh, puedan poseer ahora información de Inteligencia, según advierten analistas
“Han sido reclutados por las milicias en esos países de Oriente Medio. Muchos cuentan con demasiada experiencia y algunos habían dejado de estar activos incluso desde los noventa”, explica Marteen Hilbrandie, quien no ha querido proporcionar muchos detalles*, “al tratarse de información relacionada con los servicios de Inteligencia y podría suponer un peligro para la seguridad” de los Países Bajos.
De hecho, Defensa hace referencia “al aumento de la amenaza” que plantean las técnicas de espionaje digital, que “son cada vez más fuertes y avanzadas”. Según un informe de esta institución, “cada semana hay un intento de espiar digitalmente los intereses holandeses”, siendo los objetivos más importantes las cuestiones relativas a las relaciones exteriores del país y las de las instituciones de Defensa.
Según Hilbrandie, un “número importante” de estos miembros y exmiembros de las Fuerzas Armadas holandesas se han sumado a las milicias anti-Daesh, es decir, a grupos armados kurdos y cristianos. En Holanda -donde el 5% de la población, 900.000 personas, es musulmana- viven alrededor de 70.000 kurdos, en su mayoría refugiados políticos que huyeron de Oriente Medio y de Turquía, que desde hace décadas libra una guerra contra las milicias separatistas.
Todos esos militares pertenecían al cuerpo de Inteligencia y Seguridad, responsable de reunir información en las zonas donde actúan las tropas holandesas, como en las misiones de paz, y de las tareas de contraespionaje.
Efectivos de la Marina Real de Holanda durante unos ejercicios en la costa de Oahu, en Honolulú, Hawai. 
El hecho de que los Países Bajos no hayan sido atacados por el terrorismo yihadista es cuestión de “suerte”, señala Bibi van Ginkel, experta en terrorismo del centro Clingendael, especialmente por este tipo de informaciones que ubican a miembros de las fuerzas de Inteligencia -"que actúan fuera de la ley"-  en las filas de milicias kurdas o yihadistas. 
El proceso de radicalización se está acelerando cada vez más. Una persona puede pasar de ser completamente normal a estar dispuesta a inmolarse en el espacio de dos meses
El pasado septiembre, un sargento de la Fuerza Aérea holandesa de 26 años de edad salió del país por el aeropuerto de Ámsterdam para unirse al Estado Islámico en Siria. Según Defensa, el hombre, miembro en activo del servicio de Inteligencia militar, ya ha sido suspendido de servicio y se ha revocado su acceso a la "información, sistemas y sitios militares". El caso fue "extremadamente grave y doloroso" para sus compañeros más cercanos, según declaró el primer ministro holandés, Mark Rutte.
Poco después, a mediados de enero, el militar Jirse Akse fue detenido después de hacer público su apoyo a la milicia kurdo-siria YPG (fuerzas populares de defensa). En su muro de Facebook, Akse explicó que acababa de volver de “una aventura” en Siria donde había “matado a combatientes del Estado Islámico” y que estaba “orgulloso” de ello. Entre sus experiencias, relató que había estado “atrincherado en una torre de agua como francotirador disparando a los combatientes de Daesh”. Ahora se encuentra escondido en algún lugar de Holanda, tras haber recibido amenazas por parte de fanáticos extremistas, según denunció su familia.
Al reconocer los crímenes cometidos, Akse fue detenido bajo la sospecha de asesinato múltiple, aunque obtuvo la libertad provisional dos días después. Miles de personas firmaron una petición 'online' oponiéndose a su arresto y alegando que el militar estaba “luchando contra el enemigo número uno de la humanidad, los cobardes del ISIS”. Entre sus razones, sus simpatizantes hacían referencia a las palabras del primer ministro, Mark Rutte, quien afirmó en rueda de prensa que Holanda estaba “en guerra”.
Aunque los Países Bajos no consideran a los kurdos un “grupo terrorista”, los combatientes 'peshmerga' y otras milicias kurdas de Irak han sido acusados por organizaciones como Human Right Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) de cometer asesinatos, torturas y violaciones contra poblaciones árabes que podrían constituir “crímenes de guerra”. Según AI, han destruido pueblos enteros y han expulsado a sus habitantes árabes de forma deliberada en Irak. En el campo de batalla sirio, son frecuentes los choques entre milicianos kurdo-sirios y sus aliados árabes de grupos afiliados con los rebeldes musulmanes y cristianos asirios.
¿Qué lleva a un soldado a unirse a Daesh?
¿Qué puede llevar a un soldado a combatir en las filas de un grupo terrorista como Daesh? Según la experta en terrorismo Van Ginkel, no es fácil encontrar los motivos, pero la realidad es que “el proceso de radicalización se está acelerando cada vez más. Una persona puede pasar de ser completamente normal a estar dispuesta a inmolarse en el espacio de dos meses”.
La analista señala diferentes causas, que extrae de sus entrevistas con individuos que han regresado a Europa tras combatir en Siria: falta de integración, ausencia de oportunidades y, como en el caso de los militares, el entorno inmediato influenciado por la violencia y el extremismo. “No se sabe quién ni cómo puede acabar en manos de Daesh”, afirma.
En Alemania, al menos 29 soldados han viajado a Siria o Irak en los últimos dos años, según un informe de contrainteligencia militar publicado por el Bundeswehr que señala que la mayoría se unieron a Daesh
En el país vecino, Alemania, al menos 29 soldados han viajado a Siria o Irak en los últimos dos años, según un informe de contrainteligencia militar publicado por el Bundeswehr (ejército alemán), que señala que la mayoría se sumaron a Daesh. Además, las autoridades alemanas señalaron que otros 65 soldados en activo están actualmente bajo investigación por sospecha de tener simpatías con los islamistas.
“El islamismo no es el principal problema del Bundeswehr, pero representa un peligro real que tenemos que tomarnos en serio”, advirtió Hans Peter Bartels, comisionado parlamentario para el Ejército. Además, reconoció que “al igual que otras fuerzas de combate, el Bundeswehr puede ser atractivo para los extremistas que quieren adquirir una formación en armamento, pero no existe hasta el momento ningún impulso sistemático por parte de las organizaciones islamistas para infiltrarse” en el ejército.
En un informe publicado a principios de abril, el Centro Internacional de la Haya señaló que unos 4.000 europeos han viajado a Siria e Irak para unirse a grupos extremistas como combatientes extranjeros, en su mayoría belgas, británicos, franceses y alemanes. Del total, un 30% ha vuelto a Europa, y un 14% murió en el campo de batalla. Según esta organización, “no hay ningún perfil bien definido” del combatiente extranjero. Un 15% de los que viajaron al 'Califato' eran mujeres y un 23%, conversos al islam muy poco antes.
* Pese a la insistencia de este diario sobre detalles relacionados con los militares holandeses que viajaron a Siria e Irak, como su origen o su religión, Defensa se niega a ofrecer más datos, al tratarse de "información de Inteligencia" que prefiere mantener en secreto. Del mismo modo, tampoco accedió a especificar el número de soldados que se han sumado a los terroristas de Daesh y los que están luchando ahora en filas de las milicias kurdas o cristianas.

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