"Aumenta
la amenaza": militares de la Inteligencia holandesa se unen al ISIS
Foto:
Soldados holandeses registran una vivienda en Baluchi, en la provincia afgana
de Uruzgan. (Reuters)
Soldados
holandeses registran una vivienda en Baluchi, en la provincia afgana de
Uruzgan. (Reuters)
El Confidencia, 19 de abril de 2016/
MANE
RACHIDI.
LA HAYA
Los
tentáculos del radicalismo en Europa ya alcanzan incluso el entorno de las
fuerzas de seguridad e inteligencia, poniendo en las manos indebidas
información confidencial sobre el funcionamiento del Ejército. Así lo confirma
a El Confidencial el portavoz del Ministerio de Defensa de Holanda, Marteen
Hilbrandie: “Soldados holandeses han sido reclutados por diferentes milicias,
entre ellas los extremistas del Estado Islámico”.
Hasta
una veintena de militares y exsoldados holandeses, según datos oficiales, se
han sumado a la guerra en Siria y en Irak, pasando a formar parte de las filas
de Daesh, de las milicias kurdas o de los combatientes cristianos. Algunos de
ellos tienen decenas de años de experiencia militar y en los servicios de
Inteligencia y, aprovechando su entrenamiento y sus conocimientos, refuerzan el
poderío militar de unos y otros en el territorio del 'Califato'. El problema no
se circunscribe a Holanda: hace dos semanas, un informe oficial en Alemania
alertaba de que 30 miembros del Ejército germano luchan ahora junto al Estado
Islámico.
“Han
sido reclutados por las milicias en esos países de Oriente Medio. Muchos
cuentan con demasiada experiencia y algunos habían dejado de estar activos
incluso desde los noventa”, explica Marteen Hilbrandie, quien no ha querido
proporcionar muchos detalles*, “al tratarse de información relacionada con los
servicios de Inteligencia y podría suponer un peligro para la seguridad” de los
Países Bajos.
De
hecho, Defensa hace referencia “al aumento de la amenaza” que plantean las
técnicas de espionaje digital, que “son cada vez más fuertes y avanzadas”.
Según un informe de esta institución, “cada semana hay un intento de espiar
digitalmente los intereses holandeses”, siendo los objetivos más importantes
las cuestiones relativas a las relaciones exteriores del país y las de las
instituciones de Defensa.
Según
Hilbrandie, un “número importante” de estos miembros y exmiembros de las
Fuerzas Armadas holandesas se han sumado a las milicias anti-Daesh, es decir, a
grupos armados kurdos y cristianos. En Holanda -donde el 5% de la población,
900.000 personas, es musulmana- viven alrededor de 70.000 kurdos, en su mayoría
refugiados políticos que huyeron de Oriente Medio y de Turquía, que desde hace
décadas libra una guerra contra las milicias separatistas.
Todos
esos militares pertenecían al cuerpo de Inteligencia y Seguridad, responsable
de reunir información en las zonas donde actúan las tropas holandesas, como en
las misiones de paz, y de las tareas de contraespionaje.
Efectivos
de la Marina Real de Holanda durante unos ejercicios en la costa de Oahu, en
Honolulú, Hawai.
El
hecho de que los Países Bajos no hayan sido atacados por el terrorismo
yihadista es cuestión de “suerte”, señala Bibi van Ginkel, experta en
terrorismo del centro Clingendael, especialmente por este tipo de informaciones
que ubican a miembros de las fuerzas de Inteligencia -"que actúan fuera de
la ley"- en las filas de milicias
kurdas o yihadistas.
El
proceso de radicalización se está acelerando cada vez más. Una persona puede
pasar de ser completamente normal a estar dispuesta a inmolarse en el espacio
de dos meses
El
pasado septiembre, un sargento de la Fuerza Aérea holandesa de 26 años de edad
salió del país por el aeropuerto de Ámsterdam para unirse al Estado Islámico en
Siria. Según Defensa, el hombre, miembro en activo del servicio de Inteligencia
militar, ya ha sido suspendido de servicio y se ha revocado su acceso a la
"información, sistemas y sitios militares". El caso fue
"extremadamente grave y doloroso" para sus compañeros más cercanos,
según declaró el primer ministro holandés, Mark Rutte.
Poco
después, a mediados de enero, el militar Jirse Akse fue detenido después de
hacer público su apoyo a la milicia kurdo-siria YPG (fuerzas populares de
defensa). En su muro de Facebook, Akse explicó que acababa de volver de “una
aventura” en Siria donde había “matado a combatientes del Estado Islámico” y
que estaba “orgulloso” de ello. Entre sus experiencias, relató que había estado
“atrincherado en una torre de agua como francotirador disparando a los
combatientes de Daesh”. Ahora se encuentra escondido en algún lugar de Holanda,
tras haber recibido amenazas por parte de fanáticos extremistas, según denunció
su familia.
Al
reconocer los crímenes cometidos, Akse fue detenido bajo la sospecha de
asesinato múltiple, aunque obtuvo la libertad provisional dos días después. Miles
de personas firmaron una petición 'online' oponiéndose a su arresto y alegando
que el militar estaba “luchando contra el enemigo número uno de la humanidad,
los cobardes del ISIS”. Entre sus razones, sus simpatizantes hacían referencia
a las palabras del primer ministro, Mark Rutte, quien afirmó en rueda de prensa
que Holanda estaba “en guerra”.
Aunque
los Países Bajos no consideran a los kurdos un “grupo terrorista”, los
combatientes 'peshmerga' y otras milicias kurdas de Irak han sido acusados por
organizaciones como Human Right Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) de
cometer asesinatos, torturas y violaciones contra poblaciones árabes que
podrían constituir “crímenes de guerra”. Según AI, han destruido pueblos
enteros y han expulsado a sus habitantes árabes de forma deliberada en Irak. En
el campo de batalla sirio, son frecuentes los choques entre milicianos
kurdo-sirios y sus aliados árabes de grupos afiliados con los rebeldes
musulmanes y cristianos asirios.
¿Qué
lleva a un soldado a unirse a Daesh?
¿Qué
puede llevar a un soldado a combatir en las filas de un grupo terrorista como
Daesh? Según la experta en terrorismo Van Ginkel, no es fácil encontrar los
motivos, pero la realidad es que “el proceso de radicalización se está
acelerando cada vez más. Una persona puede pasar de ser completamente normal a
estar dispuesta a inmolarse en el espacio de dos meses”.
La
analista señala diferentes causas, que extrae de sus entrevistas con individuos
que han regresado a Europa tras combatir en Siria: falta de integración,
ausencia de oportunidades y, como en el caso de los militares, el entorno
inmediato influenciado por la violencia y el extremismo. “No se sabe quién ni
cómo puede acabar en manos de Daesh”, afirma.
En
Alemania, al menos 29 soldados han viajado a Siria o Irak en los últimos dos
años, según un informe de contrainteligencia militar publicado por el
Bundeswehr que señala que la mayoría se unieron a Daesh
En
el país vecino, Alemania, al menos 29 soldados han viajado a Siria o Irak en
los últimos dos años, según un informe de contrainteligencia militar publicado
por el Bundeswehr (ejército alemán), que señala que la mayoría se sumaron a
Daesh. Además, las autoridades alemanas señalaron que otros 65 soldados en
activo están actualmente bajo investigación por sospecha de tener simpatías con
los islamistas.
“El
islamismo no es el principal problema del Bundeswehr, pero representa un
peligro real que tenemos que tomarnos en serio”, advirtió Hans Peter Bartels,
comisionado parlamentario para el Ejército. Además, reconoció que “al igual que
otras fuerzas de combate, el Bundeswehr puede ser atractivo para los
extremistas que quieren adquirir una formación en armamento, pero no existe
hasta el momento ningún impulso sistemático por parte de las organizaciones
islamistas para infiltrarse” en el ejército.
En
un informe publicado a principios de abril, el Centro Internacional de la Haya
señaló que unos 4.000 europeos han viajado a Siria e Irak para unirse a grupos
extremistas como combatientes extranjeros, en su mayoría belgas, británicos,
franceses y alemanes. Del total, un 30% ha vuelto a Europa, y un 14% murió en
el campo de batalla. Según esta organización, “no hay ningún perfil bien
definido” del combatiente extranjero. Un 15% de los que viajaron al 'Califato'
eran mujeres y un 23%, conversos al islam muy poco antes.
*
Pese a la insistencia de este diario sobre detalles relacionados con los
militares holandeses que viajaron a Siria e Irak, como su origen o su religión,
Defensa se niega a ofrecer más datos, al tratarse de "información de
Inteligencia" que prefiere mantener en secreto. Del mismo modo, tampoco
accedió a especificar el número de soldados que se han sumado a los terroristas
de Daesh y los que están luchando ahora en filas de las milicias kurdas o
cristianas.
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