Francisco inicia el camino para que las mujeres puedan ser diaconisas
En la actualidad, la Iglesia permite que los hombres casados puedan ser diáconos, pero no sacerdotes. En el caso de las mujeres, se les veta ambos roles
El
Papa Francisco y la Hermana Carmen Sammut durante la Unión Internacional de las
Superioras Generales OSSERVATORE ROMANO/REUTERS
Francisco
responde a 900 religiosas que le interpelaron en una audiencia
MÒNICA
BERNABÉ Roma
CARMELO
PÉREZ Madrid
El Mundo, 12/05/2016
19:55
El Papa Francisco aceptó este jueves que se cree una comisión que estudie
la posibilidad de que las mujeres puedan volver a ser diaconisas en la Iglesia,
tal y como lo fueron en el pasado. El pontífice se vio casi obligado a hacer
este anuncio por las circunstancias, durante la celebración de una audiencia en
el Vaticano con 900 religiosas de la Unión Internacional de las Superioras
Generales que le interpelaron sobre este tema."Las mujeres diaconisas son
una posibilidad para hoy", respondió Jorge Mario Bergoglio, cuando las
superioras de las órdenes de monjas le preguntaron por qué la Iglesia excluye
ahora a las mujeres de la posibilidad de servir como diáconos, cuando en la
Iglesia primitiva lo podían ser.
Un
diácono es una figura eclesiástica a la que se le confiere el sacerdocio de
tercer grado, que es el que ordinariamente se otorga de forma provisional a los
seminaristas que van camino del presbiterado (sacerdocio de segundo orden).
También se confiere actualmente a varones -solteros y casados- que ejercerán
este ministerio durante toda su vida: los diáconos permanentes.Entre sus
tareas, se encuentran la de impartir los sacramentos del Bautismo y el
Matrimonio, aunque tienen vedada la presidencia de la eucaristía, la confesión
y del resto de sacramentos, que son de exclusiva responsabilidad de los
presbíteros (a los que ordinariamente se conoce con el nombre de sacerdotes o
curas).
Además, los diáconos pueden presidir de forma ordinaria algunas de las
celebraciones no eucarísticas de la Iglesia. En la actualidad, la Iglesia
permite que los hombres casados puedan ser diáconos, pero no sacerdotes. En el
caso de las mujeres, se les veta ambos roles. Si la comisión propuesta por el
pontífice prospera y diese luz verde a las mujeres en este sentido, sería un
paso tímido pero histórico en la Iglesia a favor de la mujer. Pero eso no
significaría que ellas pudieran actuar como sacerdotes en ningún
momento.
"¿Por qué no constituir una comisión oficial que pueda estudiar la
cuestión?", insistieron las religiosas durante la audiencia con el Papa,
refiriéndose aún a la posibilidad de que las mujeres sean diaconisas.
Francisco
respondió que en una ocasión había hablado sobre esta cuestión con un
"buen y sabio profesor", que estudió el rol de las mujeres diaconisas
en los primeros siglos de la Iglesia. "¿Qué eran estas diaconisas
femeninas? ¿Tenían la ordenación o no? ¿Cuál era el rol en ese tiempo?",
se preguntó Francisco en voz alta, reconociendo que muchas cuestiones sobre esa
figura pasada continúan sin estar claras.
"¿Constituir una comisión
oficial que pueda estudiar la cuestión?", se preguntó el pontífice.
"Creo que sí. Sería bueno para la Iglesia aclarar este punto", se
respondió a sí mismo. Y se reafirmó de nuevo para que no quedara duda alguna:
"Estoy de acuerdo. Hablaré de hacer algo de este tipo. Me parece útil
tener una comisión que lo aclare bien", concluyó.
"La Iglesia es
mujer, no es el Iglesia"
En un encuentro en 2015 con el Pontificio Consejo
de la Cultura, Francisco aseguró que es "urgente ofrecer espacios a la
mujer en la vida de la Iglesia". El Papa aseguró entonces que "la
Iglesia es mujer, es la Iglesia, no el Iglesia". "Me gusta describir
la dimensión femenina de la Iglesia como seno acogedor que genera y regenera la
vida", dijo entonces.Antes, en el Congreso por los 25 años de la carta
apostólica 'Mulieris Dignitatem' de Juan Pablo II sobre la mujer, el Pontífice
afirmó: "Sufro, y os digo la verdad, cuando veo que [las mujeres] hacen
cosas de servidumbre y no de servicio".
Fiel a la tradición
A pesar de la
contundencia de sus declaraciones, Francisco ha actuado siempre con la
prudencia que caracteriza a los grandes cambios en el seno de la Iglesia. No
pocos prelados y movimientos considerados conservadores han interpretado las
palabras del Papa como una falta de fidelidad a la Tradición de la Iglesia que
es, junto a la Biblia, la base sobre la que se construye la doctrina católica y
se organiza la práctica eclesial.
A pesar de ello, y como ha ocurrido en temas
como la acogida a los divorciados vueltos a casar, Francisco se ha mostrado
siempre abierto a dialogar sobre cualquier tema que surja de la conversación
con los obispos, tanto en los encuentros formales como en las charlas de
pasillo, intentando que se tengan en cuenta todas las sensibilidades.Prueba de
ello fueron sus intrucciones a los prelados en el reciente Sínodo sobre la
Familia: "Una condición general de base es esta: hablar claro. Que ninguno
diga: esto no puede decirse, si lo digo pensarán mal de mí. Decid todo lo que
pensáis, libremente", dijo entonces.
En ese mismo marco, el arzobispo
canadiense Paul-André Durocher propuso ante obispos de todo el mundo que
comenzara ya la reflexión sobre este tema: "Creo que deberíamos empezar a
mirar seriamente la posibilidad de ordenar a mujeres diáconos".La
ordenación de diaconisas es una de las cuestiones más controvertidas de cuantas
el Pontífice ha puesto sobre la mesa, porque se relaciona directamente con la
ordenación sacerdotal de mujeres, un tema que muchos consideran cerrado a raíz
de las declaraciones de los papas que preceden al Pontífce argentino
#
El papa Francisco anunció que creará una comisión para estudiar el diaconado femenino
Fue durante un encuentro que tuvo hoy con 900 madres superioras de diversas congregaciones de todo el mundo en el Vaticano
Nota Elisabetta Piqué/
LA NACIONJUEVES 12 DE MAYO DE 2016 • 13:11
ROMA.- En lo que podría significar un giro extraordinario en la postura de la Iglesia católica y una histórica apertura al clero femenino, el papa Francisco anunció hoy que creará una comisión para estudiar el diaconado femenino en la Iglesia primitiva, al considerar que las mujeres-diácono podrían ser "una posibilidad para hoy".
El diaconado es el primer grado de ordenación en la Iglesia católica, seguido por el sacerdocio y el episcopado. Los diáconos -que pueden ser hombres casados, mayores de 35 años-, no pueden celebrar misa, pero sí pueden administrar algunos sacramentos como el bautismo y el matrimonio. Al parecer, en las primeras comunidades cristianas el diaconado también estaba abierto a las mujeres.
El Papa hizo el anuncio de la creación de una comisión que analizará este tema -abriendo a la posibilidad de mujeres-diácono-, durante un encuentro de que tuvo hoy con 900 madres superioras de diversas congregaciones de todo el mundo, en el Vaticano. Durante una sesión de preguntas y respuestas, las religiosas le preguntaron a Francisco por qué la Iglesia excluye a las mujeres del diaconado, si habían podido ejercerlo en los primeros tiempos y "¿por qué no poner en marcha una comisión para estudiar el tema?".
Francisco contestó que había hablado de la cuestión un tiempo atrás con un "buen, sabio, profesor", que había estudiado el uso de diáconas en los primeros siglos de la Iglesia y que le había dicho que aún no estaba claro cuál era su rol y, sobre todo, "si tenían ordenación, o no". "Quedó un poco oscuro cuál fue el rol de las diáconas en ese momento", dijo. "¿Poner en marcha una comisión para estudiar la cuestión?", preguntó luego, en voz alta. "Creo que sí. Le haría bien a la Iglesia aclarar este punto. Estoy de acuerdo, voy a hablar para hacer esto. Acepto la propuesta", sentenció.
La apertura del Papa a estudiar la posibilidad de que las mujeres puedan servir como diáconas podría representar un giro histórico para la Iglesia católica, que no acepta el sacerdocio femenino y que le pondría fin, de esta forma, a una praxis de un clero exclusivamente formado por hombres.
En su carta apostólica "Ordinatio Sacerdotalis" de 1994, Juan Pablo II le cerró las puertas de la Iglesia católica a las mujeres sacerdotes, al recordar que Jesús eligió a 12 apóstoles hombres como servidores. Muchos historiadores de la Iglesia, sin embargo, sostienen que hay numerosas pruebas que algunas mujeres sirvieron como diáconas en los primeros siglos de la iglesia. El apóstol Pablo menciona a una mujer, Febe, en su carta a los Romanos.
En tiempos modernos y siguiendo las reformas del Concilio Vaticano II, la Iglesia católica reinstituyó el rol del diaconado permanente, algo abierto por lo general a hombres casado mayores de 35 años. Los diáconos son ordenados, pero no pueden celebrar misa, aunque sí pueden encabezar servicios de oración, celebrar sacramentos como bautismos y matrimonios e incluso pueden manjear parroquias como administradores pastorales, en ausencia de un sacerdote.
Francisco contó que el profesor que le habló sobre el tema del diaconado femenino, le dijo que las mujeres diáconas ayudaban especialmente a bautizar a las mujeres cuando la práctica del bautismo, en los primero siglos, implicaba sumergirse en el agua con el cuerpo desnudo.
En el encuentro, en el que hubo un total de seis preguntas, el Papa, que en muchas oportunidades dijo que hay que profundizar la teología de la mujer y que María siempre fue más importantes que los apóstoles, dijo que "la Iglesia necesita ulteriormente que las mujeres entren en el proceso de decisiones y que puedan encabezar una oficina en el Vaticano". "La Iglesia debe involucrar a consagradas y laicas en la consulta, pero también en el proceso de decisión", aseguró. "Este creciente rol de las mujeres en la Iglesia no es feminismo, sino un derecho de todos los bautizados: varones y mujeres", concluyó.
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El papa Francisco anunció que creará una comisión para estudiar el diaconado femenino
Fue durante un encuentro que tuvo hoy con 900 madres superioras de diversas congregaciones de todo el mundo en el Vaticano
Nota Elisabetta Piqué/
LA NACIONJUEVES 12 DE MAYO DE 2016 • 13:11
ROMA.- En lo que podría significar un giro extraordinario en la postura de la Iglesia católica y una histórica apertura al clero femenino, el papa Francisco anunció hoy que creará una comisión para estudiar el diaconado femenino en la Iglesia primitiva, al considerar que las mujeres-diácono podrían ser "una posibilidad para hoy".
El diaconado es el primer grado de ordenación en la Iglesia católica, seguido por el sacerdocio y el episcopado. Los diáconos -que pueden ser hombres casados, mayores de 35 años-, no pueden celebrar misa, pero sí pueden administrar algunos sacramentos como el bautismo y el matrimonio. Al parecer, en las primeras comunidades cristianas el diaconado también estaba abierto a las mujeres.
El Papa hizo el anuncio de la creación de una comisión que analizará este tema -abriendo a la posibilidad de mujeres-diácono-, durante un encuentro de que tuvo hoy con 900 madres superioras de diversas congregaciones de todo el mundo, en el Vaticano. Durante una sesión de preguntas y respuestas, las religiosas le preguntaron a Francisco por qué la Iglesia excluye a las mujeres del diaconado, si habían podido ejercerlo en los primeros tiempos y "¿por qué no poner en marcha una comisión para estudiar el tema?".
Francisco contestó que había hablado de la cuestión un tiempo atrás con un "buen, sabio, profesor", que había estudiado el uso de diáconas en los primeros siglos de la Iglesia y que le había dicho que aún no estaba claro cuál era su rol y, sobre todo, "si tenían ordenación, o no". "Quedó un poco oscuro cuál fue el rol de las diáconas en ese momento", dijo. "¿Poner en marcha una comisión para estudiar la cuestión?", preguntó luego, en voz alta. "Creo que sí. Le haría bien a la Iglesia aclarar este punto. Estoy de acuerdo, voy a hablar para hacer esto. Acepto la propuesta", sentenció.
La apertura del Papa a estudiar la posibilidad de que las mujeres puedan servir como diáconas podría representar un giro histórico para la Iglesia católica, que no acepta el sacerdocio femenino y que le pondría fin, de esta forma, a una praxis de un clero exclusivamente formado por hombres.
En su carta apostólica "Ordinatio Sacerdotalis" de 1994, Juan Pablo II le cerró las puertas de la Iglesia católica a las mujeres sacerdotes, al recordar que Jesús eligió a 12 apóstoles hombres como servidores. Muchos historiadores de la Iglesia, sin embargo, sostienen que hay numerosas pruebas que algunas mujeres sirvieron como diáconas en los primeros siglos de la iglesia. El apóstol Pablo menciona a una mujer, Febe, en su carta a los Romanos.
En tiempos modernos y siguiendo las reformas del Concilio Vaticano II, la Iglesia católica reinstituyó el rol del diaconado permanente, algo abierto por lo general a hombres casado mayores de 35 años. Los diáconos son ordenados, pero no pueden celebrar misa, aunque sí pueden encabezar servicios de oración, celebrar sacramentos como bautismos y matrimonios e incluso pueden manjear parroquias como administradores pastorales, en ausencia de un sacerdote.
Francisco contó que el profesor que le habló sobre el tema del diaconado femenino, le dijo que las mujeres diáconas ayudaban especialmente a bautizar a las mujeres cuando la práctica del bautismo, en los primero siglos, implicaba sumergirse en el agua con el cuerpo desnudo.
En el encuentro, en el que hubo un total de seis preguntas, el Papa, que en muchas oportunidades dijo que hay que profundizar la teología de la mujer y que María siempre fue más importantes que los apóstoles, dijo que "la Iglesia necesita ulteriormente que las mujeres entren en el proceso de decisiones y que puedan encabezar una oficina en el Vaticano". "La Iglesia debe involucrar a consagradas y laicas en la consulta, pero también en el proceso de decisión", aseguró. "Este creciente rol de las mujeres en la Iglesia no es feminismo, sino un derecho de todos los bautizados: varones y mujeres", concluyó.
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