Revista
Proceso
# 2070, 3 de julio de 2016...
El
desabasto de productos en Oaxaca, como pregonan algunos medios de circulación
nacional a partir de la versión difundida por el titular de la Sedesol, es una
falacia, según comprobaron los reporteros de Proceso en un recorrido por varias
zonas de la entidad; lo mismo sucede con los presuntos bloqueos o la escasez de
gasolina. Lo peor de todo: el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong, se basa en esa versión y amenaza con “tomar medidas” contra los
inconformes que afectan la normalidad de “millones de personas”.
OAXACA,
Oax.- A nueve kilómetros de la mancha urbana de esta ciudad, sobre la carretera
libre México-Oaxaca, que no está bloqueada, se aprecian las instalaciones de
Liconsa, un enorme complejo lechero ubicado en Guadalupe, en el distrito de
Etla, famoso por su producción láctea.
El
complejo, que tiene una planta pasteurizadora y una empacadora, es abastecido
por productores locales y desde ahí se distribuye el lácteo a distintas zonas
de la entidad. Para llegar ahí, ellos no tienen que pasar ningún bloqueo
magisterial; para salir, pueden tener algún contratiempo, pues en un lugar
conocido como Hacienda Blanca, a unos seis kilómetros, en la conurbación de la
capital del estado, hay un plantón de maestros, precisamente en el lugar donde
fueron desalojados de manera violenta el pasado 19 de junio, aunque se
reinstaló al día siguiente.
No
hay un bloqueo. Entre el 19 de junio y el pasado viernes 1, en Hacienda Blanca
sólo había un grupo de maestros que ni siquiera impiden la circulación
vehicular. Tanto los transportes de Liconsa como los que trasladan otros
productos pueden entrar tranquilamente a la capital oaxaqueña.
Donde
sí hay un bloqueo desde el 20 de junio es en la autopista de cuota
Tehuacán-Oaxaca, a la altura de Nochixtlán, donde se dio el enfrentamiento
entre los mentores de la sección 22 y ciudadanos de a pie con policías y
elementos de la Gendarmería, con un saldo de nueve muertos y más de un centenar
de heridos. Con excepción de la vía de cuota, la capital oaxaqueña no está
incomunicada.
En
sentido contrario, la carretera federal 190, en cuyo kilómetro 25 está el
mencionado complejo de Liconsa, tampoco tuvo impedimentos para que los
transportes salieran hacia las diferentes regiones: Cañada, por la carretera
135; Costa, por la ruta 190, siguiendo por la 125; la Mixteca, Sierra Norte,
Valles Centrales y, en general, por casi todo el estado.
Contra
la versión difundida durante la semana pasada por el titular de la Secretaría
de Desarrollo Social, José Antonio Meade, de que hay desabasto en Oaxaca –lo
que dio pie el viernes 1 al titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong,
a “tomar medidas” contra los inconformes por afectar la normalidad de “millones
de personas”–, Proceso observó que los llamados bloqueos si acaso retienen
algunas horas a los transportes de carga, pero luego los dejan circular.
“Gabino
Cué dijo que el operativo del 19 de junio fue porque se lo pidieron los
empresarios y hoteleros. ¿Empresarios? Bueno, entonces ya no gobierna para todo
Oaxaca, sino para los empresarios. ¿Hoteleros? Bueno, se entiende por todo lo
que ya sabemos del hotel Victoria y los proyectos del Fortín.”
Esta
última expresión es una ironía del entrevistado, relacionada con las denuncias
por el proyecto de construcción de un centro de convenciones en el cerro del
Fortín, al que se ha opuesto el movimiento artístico de la ciudad, cuyo
representante más visible es el pintor Francisco Toledo.
Entre
las denuncias interpuestas por el también pintor Sergio Hernández en octubre
del año pasado, destacaba que el principal impulsor del proyecto era el
entonces secretario de Turismo, José Zorrilla, uno de los socios del hotel
Victoria, ubicado al lado de donde se pretende erigir el mencionado centro de
convenciones. En ese hotel ocurrió el supuesto atentado contra José Murat en
marzo de 2004.
Durante
los días que siguieron al operativo de desalojo del 19 de junio, Proceso pudo
constatar que ese hotel fue uno de los inmuebles que utilizó la Policía Federal
para alojarse. Desde el exterior eran visibles numerosas camionetas de esa
corporación todavía el 22 de junio.
La
búsqueda empresarial
Desde
finales de mayo las cámaras y organismos empresariales de la localidad
comenzaron a declarar que el turismo y sectores como el de la construcción
registran pérdidas de miles de millones.
El
29 de junio en conferencia de prensa encabezada por la Confederación Patronal
de la República Mexicana (Coparmex) y la Cámara Nacional de la Industria de
Transformación, los empresarios de plano decretaron el colapso de la economía
regional.
“La
economía está colapsando y se necesita que los maestros depongan su actitud
para evitar que más negocios cierren”, expresó el dirigente de la Coparmex,
Benjamín Hernández Gutiérrez.
Añadió
que tenían un compromiso de la Secretaría de Gobernación para evaluar sus
pérdidas y brindar los apoyos necesarios. Sin embargo, por las pérdidas que
suelen denunciar, el sector empresarial ya ha obtenido beneficios.
En
2006, durante el conflicto social encabezado por la Asamblea Popular de los
Pueblos de Oaxaca, los empresarios actuaron de manera similar y el rescate
económico a fondo perdido fue poco transparente. En agosto de 2015 el
gobernador Cué anunció el reparto de 15 millones para empresarios de la zona
presuntamente afectados por las movilizaciones magisteriales.
Macario
Otalo Padilla, dirigente en la entidad del Frente Popular Revolucionario –una
de las organizaciones que participaron ampliamente en el conflicto de 2006 y
que con frecuencia es acusada en medios nacionales de realizar actos violentos
en diferentes zonas del país–, advierte que ese proceso de desinformación y
linchamiento viene desde mediados del año pasado, aunque se radicalizó a partir
del pasado 15 de mayo.
“Ninguna
de las organizaciones ha llamado a la violencia. Siempre hemos dicho que son
expresiones políticas y pacíficas. Que tienen que cuidar elementos para evitar
que todo se desborde”, asegura.
Por
ejemplo, cuando el 27 de junio los manifestantes retuvieron a dos agentes
federales, cerca del aeropuerto de Oaxaca, los dejaron la mayor parte del
tiempo en el vehículo (una pipa) que conducían, excepto durante unos minutos,
cuando los descalzaron, hincaron y los hicieron mostrar una manta de apoyo al
magisterio.
Poco
después de las 22:00 horas de ese día, los dos oficiales federales aprovecharon
el relajamiento de la concentración magisterial para salir corriendo a
trompicones a través de un terreno baldío. No hubo intento de violencia. Ante
la escena, los profesores de la CNTE rompieron a reír.
Ante
la posibilidad de desalojos que pueda realizar la Policía Federal u otro cuerpo
de seguridad, Otalo Padilla advierte:
“La
Policía Federal y la Gendarmería no vienen a garantizar la seguridad de la
población. A diario hay asesinatos en la (región) Cuenca, en la Costa y en
Valles Centrales, pero las investigaciones de todo lo que ocurre no avanzan.
Ellos están acá para garantizar la inversión de las mineras y los proyectos
energéticos, entrar a la comunidades y lograr así que Enrique Peña Nieto cumpla
los compromisos que tiene con las empresas trasnacionales.”
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