Hollande visita al Papa: agradecidos por su cercanía tras los atentadosReunión privada de 40 minutos. El Presidente francés acude antes a San Luis de los Franceses para recordar en silencio al padre Hamel y a las otras víctimas del terrorismo
Hollande
visita a Francisco/IACOPO
SCARAMUZZI
CIUDAD
DEL VATICANO
Una
reunión de 40 minutos para expresar al Papa la “gratitud” por su cercanía con
el pueblo francés después del atentado de Niza y el asesinato del padre Jacques
Hamel, y su contribución a la “unidad” del país, asegurar que la laicidad
defiende la libertad religiosa porque “cuando se toca una iglesia, cuando un
cura es asesinado, es la República que viene profanada”, y garantizar el empeño
en la defensa de los cristianos de Oriente Medio. El presidente francés
Francois Hollande aterrizó ayer en Roma donde visitó durante unos minutos en
silencio la iglesia de San Luis de los Franceses, en el centro, una capilla
dedicada a las víctimas francesas del terrorismo y en especial al sacerdote de
86 años asesinado por dos jóvenes terroristas franceses de orígenes magrebí
mientras decía misa el pasado 26 de julio en la parroquia de
Saint-Etienne-du-Rouvray, diócesis di Rouen, en Normandía, reveindicada por el
autoproclamado Estado Islámico (ISIS).
Más tarde Hollande fue recibido por el
papa Francisco en el Vaticano en una audiencia privada. La oficina de prensa de
la Santa Sede informó que el Papa regaló al inquilino del Elíseo una escultura
que representa la profecía de Isaías, “el desierto se convertirá en jardín”,
que representa el paso del egoismo a la colaboración, de la guerra a la paz.
El
presidente francés llegó a Roma a primera hora de la tarde después de haber
presidido por la mañana en París una reunión del Consejo de defensa y seguridad
nacional dedicada al tema del terrorismo en Francia. En el día en que, por otra
parte, el premier francés Manuel Valls expresó su apoyo a las administraciones
locales francesas que han prohibido el uso del bañador para mujeres musulmanas
que cubre enteramente el cuerpo, el ’burkini’. Hollande llegó acompañado por el
ministro de Interior, Bernard Cazeneuve, por el embajador francés en la Santa
Sede, Philippe Zeller, por el consejero diplomático Jacques Odibert, y por el
jefe del protocolo Frederic Biller. Antes de llegar al Vaticano, el inquilino
del Eliseo visitó sobre las 16 de la tarde San Luis de los Franceseses, la
iglesia nacional francesa en el centro de Roma. Aquí estuvo durante algunos
minutos en la capilla del crucifijo que desde noviembre de 2015 se ha
convertido en un “lugar de oración para las víctimas de los atentados”
terroristas y donde, desde el 26 de julio, está expuesta una foto del padre
Hamel. El Elíseo a través de Twitter difundió la foto del presidente francés
acompañado por el rector de la iglesia, monseñor Francois Bosquet, y otra solo
en pie, en silencio, con las manos cruzadas detrás de la espalda, delante del
altar de la capilla.
“He
venido a traer un mensaje de reconocimiento, de gratitud, porque tras la
terrible prueba representada por el asesinato del padre Hamel, después de los
atentados de Niza, el Papa ha tenido palabras muy reconfortantes”, dijo
Hollande a la salida de la iglesia. “Me había confesado sentirse como un
hermano junto al pueblo francés, expresión que utilizó de nuevo en la JMJ de
Cracovia. Todas sus palabras, y pienso también en todo lo que han hecho los
responsables de la Iglesia en Francia, son muy importantes en este momento
porque contribuyen a recordar la unidad de Francia, la unión y la solidaridad
del mundo entero frente a Francia, víctima de atentados terroristas. He venido
también –continuó Hollande-- para reflexionar con el papa sobre la cuestión de
los cristianos de Oriente Medio: tenemos la misma vocación, cada uno en su
sitio, Francia porque somos protectores de los cristianos en Oriente Medio y el
Papa obviamente porque sabe cuánto esta confesión contribuye al equilibrio de
la región. Intentaré hablar con él de la situación en Oriente Medio, de los
refugiados, una situación que necesita palabras que deben ser una visión del
mundo que se quiere y no solo una respuesta al miedo. Es importante, en nombre
de todos los franceses, los católicos obviamente, pero también del resto de los
franceses más allá de la convicción, de la sensibilidad, del ateísmo incluso.
Es muy importante que yo venga a decir al Papa cuánto somos sensibles a sus
palabras y a sus acciones que reconfortan nuestra visión de la humanidad”.
¿Una
reconciliación con los católicos? “Los católicos franceses –respondió
Hollande-- están preocupados tras el atentado pero toda Francia ha sido
golpeada. Cuando se ataca a una iglesia, cuando un cura es asesinado, es la
República que viene profanada porque –esta laicidad-- la República protege las
libertades de los creyentes y de los no creyentes, quienes viven en Francia
deben ser capaces de practicar su religión. El mensaje de la laicidad francesa
no es un mensaje que divide, es un mensaje que une”.
A
la periodista que intentaba preguntar sobre la polémica del ’burkini’ después
de las afirmaciones del premier Manuel Valls, que ha expresado su apoyo a los
ayuntamientos que han prohibido el bañador integral en la playa que llevan
algunas mujeres musulmanas, Hollande se limitó a responder: “No, este no será
el tema de hoy. Os he hablado de la libertad religiosa, de la laicidad y de la
unidad indispensable en el respeto”. Tras el atentado de Niza el 14 de julio,
fiesta nacional francesa, el padre Federico Lombardi había comunicado “de parte
del Papa Francisco y nuestra, toda la solidaridad frente al sufrimiento de las
víctimas y del pueblo francés en lo que debía haber sido un gran día de fiesta.
Condenamos de la manera más absoluta cualquier manifestación homicida, de odio,
de terrorismo, de ataque contra la paz”. En un telegrama al arzobispo de Niza,
Francisco denunciaba en especial “la violencia ciega” que una vez más había
golpeado Francia, sin piedad nisiquiera para los niños que figuraban entre las
víctimas. El Pontífide, que durante su reciente viaje en Polonia había afirmado
que el mundo estaba en guerra “pero no era una guerra de religiones”, precisó
durante el vuelo de vuelta del 25 de julio que “no era verdad ni era justo”
decir que el Islam es terrorista.
Hollande,
dice en un comunicado la oficina de prensa vaticana, llegó al Vaticano sobre
las 16,45. El Papa recibió al presidente francés en su estudio del Aula de
Pablo VI para una reunión privada en la que estaba presente un intérprete. La
reunión a puerta cerrada duró cerca de 40 minutos. Tras acabar tuvo lugar el
intercambio de regalos. Hollande donó al Papa una porcelana de Sevres con el
escudo de Francia. Por su parte el Papa regaló al presidente francés “una
escultura de bronce de la artista Daniela Fusco que representa en modo visible
la profecía de Isaías: ’el desierto se convertirá en jardín’. El ramo seco y
espinoso que cubre de hojas y de frutos representa el pasaje del egoismo a la
colaboración, de la guerra a la paz”.
El
Papa regaló también a Hollande una copia de la encíclia Laudato si’ y de las
exhortaciones apostólicas Amoris laetitita y Evangelii gaudium. Después de la
audiencia con el Papa, Hollande y su ministro de Interior mantuvieron una
reunión con el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, en el Palacio
Apostólico, acompañados por el ’ministro de Exteriores’ de la Santa Sede, el
arzobispo Paul R. Gallagher. El corteo presidencial abandonó el Vaticano hacia
las 18,30.
Nada
más producirse el atentado contra el anciano sacerdote francés, Hollande
contactó telefónicamente el Papa, subrayando que “cuando un cura es atacado,
toda Francia es golpeada” y asegurando que “se hará todo el posible para
proteger nuestras iglesias y nuestros lugares de culto”. Una conversación a la
que se había referido públicamente Francisco durante su reciente viaje de
vuelta de Polonia. “Me gustaría agradecer a todos aquellos que han hecho llegar
sus condolencias”, dijo Francisco, “en modo especial al Presidente de Francia,
que quiso comunicarse telefónicamente conmigo como un hermano. Se lo
agradezco”. Aquella llamada, recordó ayer en los micrófonos de Radio Vaticana
el cardenal Philippe Barbaron, arzobispo de Lion, “fue buena, fraterna y
conmovente. Creo que esta visita se decidió de manera simple y que sin tener
nada de oficial: por eso se trata de una visita privada. Y es también una
manera de hablarse de nuevo, tras un suceso tan doloroso que ha conmocionado a
toda Francia. El Presidente de la República expresó su pesar y el de todo
nuestro país frente a un asesinato tan injusto como el del 26 de julio en
Saint-Etienne-du-Rouvray. Es por eso que creo que esta visita tiene tanto
sentido y a la vez tanta simplicidad”.
Tras
la visita en Vaticano Hollande –que por otra parte el próximo lunes volverá a
Italia para formar parte de una reunióm con el presidente Matteo Renzi y la
cancillera alemana Angela Merkel.
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