16 ago 2016

The Guardian: las mentiras y los mentirosos

 ‘The Guardian’: las mentiras y los mentirosos/ Ricardo Alemán.
Milenio, 16 de agosto de 2016
El martes 9 de agosto, el vocero del gobierno mexicano convocó a conferencia de prensa para desmentir “un reportaje” de The Guardian, que acreditaba un supuesto conflicto de interés de la casa presidencial con el uso de un departamento en Miami, propiedad de un amigo de Enrique Peña Nieto.
 Eduardo Sánchez denunció la falsedad de la información difundida por The Guardian y aseguró que no era la primera ocasión que el diario británico engañaba a sus lectores sobre información de nuestro país y que, “en algún caso”, debió ofrecer disculpas a sus lectores, al no poder sostener la veracidad de lo publicado.
 En réplica al vocero presidencial, reporteros del semanario Proceso defendieron a The Guardian y, a través de una supuesta declaración de Katie Thomás —responsable de comunicaciones del diario británico—, intentaron desmentir a Eduardo Sánchez.
 Katie Thompson habría dicho —según Proceso: The Guardian tiene una profunda responsabilidad al reportear en México. Reafirmamos esta historia y jamás hemos pedido disculpas por ninguno de nuestros reportajes previos en México”.

 El dicho de Katie Thompson fue ampliamente difundido por Proceso, por el portal de Carmen Aristegui y medios que han orquestado campañas de odio contra el gobierno mexicano.
 Como queda claro, alguien miente.
 ¿Miente el vocero del gobierno mexicano? ¿Miente la vocera de The Guardian? ¿Miente el semanario Proceso? ¿Mienten sus reporteros? ¿Miente la claque de Aristegui?
 ¡Hagan los lectores su juicio!
 A partir del 7 de junio de 2012 The Guardian publicó “reportajes” —mediante supuestos documentos salidos de Televisa— que presumían que el gobierno mexiquense habría financiado la campaña del candidato presidencial Enrique Peña Nieto.
 La difamación y la mentira construyeron el mito de que Peña Nieto compró la Presidencia. Más aún, el PRD —aún en manos de AMLO— ofreció el reportaje de The Guardian —ante autoridades electorales mexicanas— como prueba de que Televisa impuso a Peña Nieto en Los Pinos.
 Sin embargo, el escándalo fue una mentira monumental urdida por periodistas como Jenaro Villamil, Carmen Aristegui y medios como Proceso, La Jornada y Reforma, entre otros.
 El 16 de agosto de 2012 el IFE declaró infundada la queja del PRD sobre el reportaje de The Guardian. Además la apelación fue desechada por el Tribunal Electoral (TEPJF) el 28 de agosto de 2012.
 Por su parte, Televisa desmintió el contenido del “reportaje” de The Guardian —a los pocos minutos de iniciada su difusión— y exigió al diario británico aclarar el origen de los documentos que lo sustentaban, los cuales calificó de “falsos”. En realidad se trataba de un invento del reportero Villamil, quien antes los había publicado en Proceso, donde también habían sido desmentidos.
 Ante el reclamo y la exigencia de Televisa, el 8 de junio de 2012, The Guardian reconoció como “incorrecta” la información difundida en su reportaje: “Archivos informáticos sugieren que Televisa vendió cobertura a altos políticos Mexicanos” y anunció una investigación sobre el artículo.
 El 5 de febrero de 2013 Televisa y The Guardian difundieron el comunicado “No. T014”, en donde el diario británico se disculpa por vincular a Televisa con Peña Nieto.
 Dice el texto, entre muchas otras cosas: “Desde un principio, The Guardian aceptó que no fue posible confirmar la autenticidad de los documentos recibidos. Uno de estos documentos ya había sido publicado en 2005 por un periodista mexicano (Jenaro Villamil, de Proceso). La autenticidad de dicho documento fue cuestionada por algunos sectores de la prensa mexicana y desmentido públicamente por Televisa”.
 Es decir, The Guardian aceptó que no pudo confirmar la veracidad de los documentos presentados en aquella ocasión y que había optado por resolver sus diferencias con Televisa de manera amistosa. Pidió perdón.
 ¿Quién mintió?
 ¡Mintieron los mismos de siempre; los que gustan del “periodismo carroñero”, militante, de consigna y odio!
 Al tiempo.


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