Ricardo Alemán, un periodista idiota bastante inútil/FEDERICO ARREOLA
@FedericoArreola
SDP, dom 05 feb 2017
Ha publicado Ricardo Alemán, en Milenio, un artículo absolutamente idiota titulado “¡Los idiotas útiles…!”.
¿Quiénes somos los “idiotas útiles” –me incluyo en el grupo, desde luego– de los que habla el señor Alemán? Simplemente, todas las personas que tenemos opiniones distintas a las suyas.
Ricardo Alemán ha pedido, al finalizar su columna, que los idiotas útiles nos pongamos el saco.
Ya lo hice: me lo puse y me queda realmente bien, como hecho a la medida en sastrería de lujo.
Ahora bien, dado que soy experto en idiotas, los identifico fácilmente al verlos o leerlos. Así las cosas, puedo asegurar que Ricardo Alemán es también un idiota, aunque muy poco útil.
El columnista de Milenio, ni hablar, es un idiota bastante inútil. Le viene muy bien una de las definiciones que da la Real Academia Española: “Engreído sin fundamento para ello”. El típico mamón del periodismo, pues.
Pero, sobre todo, es un idiota periodístico el señor Alemán si vamos a la etimología de la palabra, según un diccionario chileno: “Idiota proviene del griego ιδιωτης (idiotes) para referirse a aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses privados. La raíz ‘idio’ significa ‘propio’ y es la misma que en ‘idioma’ o en ‘idiosincrasia’...”.
El periodista serio se ocupa de asuntos de interés público. El periodista idiota solo atiende sus intereses privados. Eso es lo que hace a diario, en Milenio, don Ricardo Alemán: comercia con sus opiniones, de ahí la enorme cantidad de tonterías que difunde.
En fin, como los intereses personales del señor Alemán no tienen la menor importancia, pues entonces él es un idiota bastante inútil.
De ahí que el columnista de Milenio tenga que recibir dos medallas: una por idiota y la otra por si la pierde... Y una más para ese colega suyo del que después habrá oportunidad de hablar.
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¡Los idiotas útiles...!/ Ricardo Alemán
Milenio
05-02-2017
Todos o casi todos los conocen. Muchos han sido víctimas de sus ataques, insultos y amenazas; furia desatada cuando se ejercen derechos naturales como pensar distinto, disentir y rechazar el engaño y la mentira.
Los idiotas útiles viven en todas las redes sociales. Pero, sobre todo, tienen presencia en los medios militantes. Algunos tienen cara de huevo, otros falsean su identidad y los hay que se dicen periodistas.
Sus característica son el culto al engaño, el lenguaje violento, soez y hasta procaz. Son agresivos, intolerantes y utilizan el terror y la amenaza de muerte.
Su principal objetivo es imponer el pensamiento único, mesiánico, vertical y nada democrático. Son enemigos de los que disienten, debaten y piensan diferente. La diversidad de ideas es veneno para ellos y tolerancia y sensatez son pecados capitales.
Sus herramientas son la mentira y la distorsión de la realidad. Y pobre del que se atreva a cuestionar la verdad o la realidad inventadas por los idiotas útiles, porque sobre su cabeza caerán el insulto y la agresión de babeantes jaurías que insultan y amenazan.
Y, si la realidad verdadera no coincide con la realidad inventada por los idiotas útiles, peor para la realidad; que se chingue la realidad verdadera, porque las jaurías de idiotas harán todo por imponer la realidad inventada.
Y es que los idiotas útiles están entre los más eficientes sembradores de mentiras y odio. Sus técnicas compiten con los más feroces dictadores. Pero, al mismo tiempo, su eficacia los delata como letales enemigos de la democracia mexicana.
Y no es nuevo su éxito en la siembra de mentiras y odio contra la clase política toda, contra políticos y partidos. Para los idiotas útiles no hay más salvador de la patria que un mesías venido de Tabasco y elevado rango de rey de reyes; infalible, intocable, demagogo, mentiroso y populista.
Pero no, los idiotas útiles no nacieron para odiar y destruir a Peña Nieto, sino para destruir la democracia mexicana. Aparecieron hace 25 años, cuando demolieron al gobierno de Salinas, por traidor a la patria; por firmar el TLC.
Luego apalearon a Zedillo por su visionaria decisión de sentar las bases de la estabilidad política y económica. Más adelante molieron a Fox por el pecado de la alternancia en el poder. Con Calderón inventaron la patraña del presidente alcohólico y criminal.
Depurada la industria del engaño y el odio a través de las redes, llevan años destruyendo al gobierno de Peña Nieto.
Y, en su más reciente exhibición, los idiotas útiles aparecieron al servicio de Trump, en la guerra del fascista contra la democracia mexicana.
Llevan 25 años tratando de destruir la democracia mexicana para imponer una dictadura como la cubana o la venezolana. ¡No lo lograrán!
¿Quiénes son los idiotas útiles…?
¡Que cada quien se ponga el saco…!
Al tiempo.
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