Las columnas políticas, hoy lunes 13 de noviembre de 2017..
El 27 de noviembre es el día "D" para el PRI/HERIBERTO GALINDO
SDP: @HMGalindoQ, lun 13 nov 2017 09:05
Querido Federico Arreola:
Me ha agradado mucho leer esta mañana al muy serio periodista Enrique Quintana, director de El Financiero, quien destaca, como lo hicimos nosotros, especialmente tú, que la fecha clave para el advenimiento del nombre de quien será el candidato del PRI a la presidencia de la República, ocurrirá el próximo 27 de noviembre.
Ya lo habías dicho y repetido tú, que el número 27 es el favorito del jefe del priismo nacional, que sin duda es el señor presidente Enrique Peña Nieto, y nadie más, quien, por cierto, contrajo matrimonio con la señora Angélica Rivera precisamente un día 27.
Te comenté alguna vez que el gran presidente Adolfo López Mateos, también de origen mexiquense, escogió un 27 de septiembre para decretar la nacionalización de la industria eléctrica; y que el Dr. José Antonio Meade, Secretario de Hacienda y Crédito Público, y uno de los ciudadanos mexicanos más mencionados para enarbolar la candidatura presidencial con miras a las elecciones de julio próximo, nació un 27 de febrero de 1969, lo cual confirma la magia del número 27 preferido y predilecto, pero espero que se nos reconozca la premonición o la palabra profética, en el sentido de que en SDPNoticias fuimos los primeros en referir estos temas con tanta precisión.
Y te recuerdo que en el beisbol como en la política, como decía el gran clásico Yogui Berra, "esto no se acaba hasta que se acaba", y el juego termina con el out 27, cuando no hay extra inings, es decir, cuando no se requiere el tiempo extra que se presenta en el beisbol, cuando el juego se encuentra empatado en el final de la novena entrada. Esperemos que ese no sea el caso de la política priista de estos días.
Por cierto, y para finalizar, te convoco a estar pendiente de lo que ocurra hoy en la sesión de la Comisión Política Permanente del Consejo Político Nacional del PRI, en la que se podrán conocer los detalles de la Convocatoria del PRI y se elegir a los integrantes de la Comisión Nacional de Procesos Internos, ya de cara al cumplimiento de la liturgia priista, para tomar la decisión política más importante del sexenio.
Y agregaría que el plazo para registrar precandidaturas se vencerá el 14 de diciembre, lo cual haría que la liturgia trabaje desde el 27 de noviembre y hasta esa fecha del 14 a más tardar para cumplir en tiempo y en orden.
Pero antes, ya esta semana podría EPN enviar al Senado su propuesta para elegir al sucesor del Dr. Carstens en el Banxico, con lo que seguirá deshojándose la margarita priista.##
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Querido Federico Arreola:
Me ha agradado mucho leer esta mañana al muy serio periodista Enrique Quintana, director de El Financiero, quien destaca, como lo hicimos nosotros, especialmente tú, que la fecha clave para el advenimiento del nombre de quien será el candidato del PRI a la presidencia de la República, ocurrirá el próximo 27 de noviembre.
Ya lo habías dicho y repetido tú, que el número 27 es el favorito del jefe del priismo nacional, que sin duda es el señor presidente Enrique Peña Nieto, y nadie más, quien, por cierto, contrajo matrimonio con la señora Angélica Rivera precisamente un día 27.
Te comenté alguna vez que el gran presidente Adolfo López Mateos, también de origen mexiquense, escogió un 27 de septiembre para decretar la nacionalización de la industria eléctrica; y que el Dr. José Antonio Meade, Secretario de Hacienda y Crédito Público, y uno de los ciudadanos mexicanos más mencionados para enarbolar la candidatura presidencial con miras a las elecciones de julio próximo, nació un 27 de febrero de 1969, lo cual confirma la magia del número 27 preferido y predilecto, pero espero que se nos reconozca la premonición o la palabra profética, en el sentido de que en SDPNoticias fuimos los primeros en referir estos temas con tanta precisión.
Y te recuerdo que en el beisbol como en la política, como decía el gran clásico Yogui Berra, "esto no se acaba hasta que se acaba", y el juego termina con el out 27, cuando no hay extra inings, es decir, cuando no se requiere el tiempo extra que se presenta en el beisbol, cuando el juego se encuentra empatado en el final de la novena entrada. Esperemos que ese no sea el caso de la política priista de estos días.
Por cierto, y para finalizar, te convoco a estar pendiente de lo que ocurra hoy en la sesión de la Comisión Política Permanente del Consejo Político Nacional del PRI, en la que se podrán conocer los detalles de la Convocatoria del PRI y se elegir a los integrantes de la Comisión Nacional de Procesos Internos, ya de cara al cumplimiento de la liturgia priista, para tomar la decisión política más importante del sexenio.
Y agregaría que el plazo para registrar precandidaturas se vencerá el 14 de diciembre, lo cual haría que la liturgia trabaje desde el 27 de noviembre y hasta esa fecha del 14 a más tardar para cumplir en tiempo y en orden.
Pero antes, ya esta semana podría EPN enviar al Senado su propuesta para elegir al sucesor del Dr. Carstens en el Banxico, con lo que seguirá deshojándose la margarita priista.##
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A fregar
TOLVANERA / Roberto Zamarripa
Reforma, 13 Nov. 2017
Narra José López Portillo y Pacheco (Ciudad de México, 1920-2004) en un libro delirante titulado Umbrales (Nueva Imagen. 1997): "días antes de entregar el poder, el colaborador más íntimo de mi sucesor, en una cena a la que invitó a mi primogénito, le anunció: 'en lo personal, amistad; en lo político, para estabilizar al país, tendremos que fregar a tu padre'. Acepté la fatalidad de los ciclos que me atañían y esperé lo que llegó: un alud de mierda y golpes de toda índole a mi honra, mi fama, mi familia, mis muertos y mis amigos. Destruirme para construir sobre mi desprestigio".
El sexenio de López Portillo, pletórico de escándalos, tuvo en la corrupción un signo de identidad. Jesús Martínez Palillo sintetizó en la carpa la ira popular con la puesta en escena de "Agarren a López por pillo".
Toda proporción guardada, el sexenio de Enrique Peña tiene en la corrupción un sello indeleble. El Presidente ha alegado de distintos modos que no es un asunto exclusivo de su gobierno sino histórico, no propio sino cultural.
Sin duda la corrupción será tema central del debate electoral rumbo a la Presidencia en 2018. Por ello, en el posicionamiento previo de las figuras que aspiren a suceder a Peña el valor de la honestidad es primordial.
La ruptura con el peñismo es una condición que parece esencial en el camino a la Presidencia. Desde la oposición eso no reporta gran problema. Dentro del PRI buscan la manera de hacerlo.
¿Cuánto tiempo pasará para sepultar al gobierno de Enrique Peña? El candidato del PRI, llámese como se llame, tiene el imperativo de marcar distancia si quiere ganar simpatías más allá del votante duro que todo aguanta. Por algo se piensa en José Antonio Meade. Divide al PAN atrayendo una corriente que no es peñista necesariamente. Su reciente gira a Baja California Sur así lo muestra al placearse con gobernadores y legisladores del blanquiazul; atraería a perredistas; horadaría al Frente en ciernes. Una parte ya está hecha: un presupuesto relativamente generoso con gobernantes estatales y municipales potenciales aliados de Meade y otros guiños que saldrán de esa misma bolsa, de las ampliaciones requeridas, de los sobornos necesarios.
"No se le sabe nada", suelen decir con alivio sus promotores frente a los pecados de sus otros competidores por la candidatura. Hace un mínimo contraste con los excesos del peñismo con su austeridad, porque viaja en clase turista en aviones comerciales o porque camina por el Zócalo alejado de los guaruras. No es otra cosa más que el gesto lo que se compara. Meade, o quien sea, al fin y al cabo será rehén de un grupo, una capilla política, que no está dispuesta a soltar el poder así como así.
Un 27 de noviembre de 1993 fue destapado Luis Donaldo Colosio, el último candidato priista ungido en condiciones normales y con un priismo gobernante. Ernesto Zedillo fue un candidato emergente, destapado en video en semana santa.
Enrique Peña, destapado desde la oposición, registró su candidatura también un 27 de noviembre, en 2011. Cuando destapó, desde la gubernatura mexiquense a Eruviel Ávila para sucederlo, lo oficializó un 27 de marzo de 2011 y Alfredo del Mazo -designado por Peña- registró su candidatura al gobierno del Estado de México el 27 de marzo de 2017. Aferrado a los símbolos y a lo que le llama liturgia, Peña podría llevar para un 27 de noviembre la determinación por Meade o por el que sea. Esa liturgia es tan parecida a la de López Portillo que avergüenza e insulta.
Cualquiera que nomine le deberá obediencia que, por las circunstancias, resultará efímera. Hacer campaña por la Presidencia defendiendo acríticamente el gobierno que termina -y del que emanará el candidato- será el peor negocio.
¿Quién será el valiente que le diga a Peña, como le dijeron a López Portillo, que lo tendrán que fregar para estabilizar al país? ¿Otra vez Gamboa como antaño?
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TOLVANERA / Roberto Zamarripa
Reforma, 13 Nov. 2017
Narra José López Portillo y Pacheco (Ciudad de México, 1920-2004) en un libro delirante titulado Umbrales (Nueva Imagen. 1997): "días antes de entregar el poder, el colaborador más íntimo de mi sucesor, en una cena a la que invitó a mi primogénito, le anunció: 'en lo personal, amistad; en lo político, para estabilizar al país, tendremos que fregar a tu padre'. Acepté la fatalidad de los ciclos que me atañían y esperé lo que llegó: un alud de mierda y golpes de toda índole a mi honra, mi fama, mi familia, mis muertos y mis amigos. Destruirme para construir sobre mi desprestigio".
El sexenio de López Portillo, pletórico de escándalos, tuvo en la corrupción un signo de identidad. Jesús Martínez Palillo sintetizó en la carpa la ira popular con la puesta en escena de "Agarren a López por pillo".
Toda proporción guardada, el sexenio de Enrique Peña tiene en la corrupción un sello indeleble. El Presidente ha alegado de distintos modos que no es un asunto exclusivo de su gobierno sino histórico, no propio sino cultural.
Sin duda la corrupción será tema central del debate electoral rumbo a la Presidencia en 2018. Por ello, en el posicionamiento previo de las figuras que aspiren a suceder a Peña el valor de la honestidad es primordial.
La ruptura con el peñismo es una condición que parece esencial en el camino a la Presidencia. Desde la oposición eso no reporta gran problema. Dentro del PRI buscan la manera de hacerlo.
¿Cuánto tiempo pasará para sepultar al gobierno de Enrique Peña? El candidato del PRI, llámese como se llame, tiene el imperativo de marcar distancia si quiere ganar simpatías más allá del votante duro que todo aguanta. Por algo se piensa en José Antonio Meade. Divide al PAN atrayendo una corriente que no es peñista necesariamente. Su reciente gira a Baja California Sur así lo muestra al placearse con gobernadores y legisladores del blanquiazul; atraería a perredistas; horadaría al Frente en ciernes. Una parte ya está hecha: un presupuesto relativamente generoso con gobernantes estatales y municipales potenciales aliados de Meade y otros guiños que saldrán de esa misma bolsa, de las ampliaciones requeridas, de los sobornos necesarios.
"No se le sabe nada", suelen decir con alivio sus promotores frente a los pecados de sus otros competidores por la candidatura. Hace un mínimo contraste con los excesos del peñismo con su austeridad, porque viaja en clase turista en aviones comerciales o porque camina por el Zócalo alejado de los guaruras. No es otra cosa más que el gesto lo que se compara. Meade, o quien sea, al fin y al cabo será rehén de un grupo, una capilla política, que no está dispuesta a soltar el poder así como así.
Un 27 de noviembre de 1993 fue destapado Luis Donaldo Colosio, el último candidato priista ungido en condiciones normales y con un priismo gobernante. Ernesto Zedillo fue un candidato emergente, destapado en video en semana santa.
Enrique Peña, destapado desde la oposición, registró su candidatura también un 27 de noviembre, en 2011. Cuando destapó, desde la gubernatura mexiquense a Eruviel Ávila para sucederlo, lo oficializó un 27 de marzo de 2011 y Alfredo del Mazo -designado por Peña- registró su candidatura al gobierno del Estado de México el 27 de marzo de 2017. Aferrado a los símbolos y a lo que le llama liturgia, Peña podría llevar para un 27 de noviembre la determinación por Meade o por el que sea. Esa liturgia es tan parecida a la de López Portillo que avergüenza e insulta.
Cualquiera que nomine le deberá obediencia que, por las circunstancias, resultará efímera. Hacer campaña por la Presidencia defendiendo acríticamente el gobierno que termina -y del que emanará el candidato- será el peor negocio.
¿Quién será el valiente que le diga a Peña, como le dijeron a López Portillo, que lo tendrán que fregar para estabilizar al país? ¿Otra vez Gamboa como antaño?
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