25 dic 2017

El papa Francisco le habría dicho a Rodríguez Maradiaga: “Me duele todo lo que han hecho contra ti”

El papa a Rodríguez Maradiaga: “Me duele todo lo que han hecho contra ti”
Francisco llama por teléfono al cardenal tras el artículo de una revista italiana que lo acusa de corrupción. Aclaraciones del purpurado en una entrevista medios católicos de Honduras
Papa Francisco y el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga
Vatican Insider....Pubblicato il 24/12/2017
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ

“Yo estoy en paz”. Eso le respondió Oscar Rodríguez Maradiaga al Papa. Francisco llamó por teléfono en las últimas horas, tras el escándalo mediático desatado por las informaciones que lo acusan de corrupción en el manejo de recursos de la Universidad Católica de Honduras. En su primera comparecencia pública tras la crisis, el arzobispo de Tegucigalpa y uno de los colaboradores más cercanos del pontífice fue tajante: “Todo es una calumnia”, publicada por un “periodista de muy poca ética”, que “está destinado al fracaso” aunque reciba dineros “de libros infames”. “Un ataque al santo padre” lanzado por quienes “no quieren que se reforme la Curia”.  
“Hasta el santo padre me ha llamado y me ha dicho: ‘Me duele todo lo malo que han hecho contra ti, pero tú no te preocupes’. Yo le dije: ‘Santidad, yo estoy en paz’. Estoy con el señor Jesús y él que conoce el corazón de cada uno sabe la maldad que hay en esas personas”, reveló el purpurado en una entrevista televisiva difundida a través de Suyapa Medios. 
  Se trata del conglomerado periodístico propiedad de la Fundación para la Educación y la Comunicación Social. El mismo ente que en estos días quedó en el ojo del huracán junto al accionar del proprio Rodríguez Maradiaga. El jueves 21 de diciembre, un artículo en la revista italiana “L’Espresso” lo acusó de recibir 35 mil euros mensuales de la universidad católica, de la cual es Gran Canciller. También lo señaló por supuestas inversiones internacionales millonarias y por destinar recursos a la mencionada fundación sin justificar su destino. 
 La noticia dio la vuelta al mundo. Captó de inmediato los titulares de la prensa internacional, que giraron en torno a una idea: El hombre de confianza del Papa es acusado de corrupción. Pero el arzobispo aseguró que los datos publicados en la revista “son antiguos” y fueron difundidos, ya en 2016, en un libelo anónimo cuyo autor es un funcionario de la universidad que debió ser despedido por “comportamientos deshonestos en la administración de fondos”. Recordó incluso que, en su momento, interpuso una querella judicial que nunca avanzó. 
 “¿Por qué razón ahora, después de un año, sacan esto a colación con tintes de un enorme escándalo, con medias verdades y precisamente una semana antes de que yo deba presentar mi renuncia? Hasta las personas más sencillas me han dicho: Esto no es contra usted solamente, es contra el santo padre. Lo que quieren es doblarle el brazo para que, llegado el periodo, el santo padre me diga: Mejor te vas porque estás demasiado mal en la prensa internacional”, lamentó.  
  “Una norma básica de la ética profesional del comunicador es que cuando se trata de difundir algo que toca a una persona hay que hacer un esfuerzo, primero, para hablar con ella. Este periodista tiene muy poca ética porque ya ha hecho varias publicaciones contra la Iglesia e, incluso, fue sujeto de un proceso dentro del Vaticano”, agregó.  
  Precisó que el reportaje “es una calumnia” porque los fondos que recibe de la universidad, una institución “próspera” y “sin deudas”, no son para uso personal sino para las obras de la arquidiócesis a su cargo. Entre otras cosas ayudar a personas pobres con prótesis y medicamentos, garantizar la subsistencia de los sacerdotes en las parroquias rurales y establecer un “pequeño seguro” para las atenciones médicas de los presbíteros.  
  Empero aseguró que él jamás tratará de hacer publicidad “del bien que se hace” porque, como dice el evangelio, “que la mano izquierda no sepa lo que hizo la derecha”. Y abundó: “El señor sabe dónde se ocupan esos medios y sabe cómo es mi vida, yo no necesito mayor cosa, la gente es tan generosa que me ayuda y yo vivo feliz”. 
  En su descargo, el cardenal prefirió no entrar en algunos detalles de la investigación periodística italiana que ventiló algunos supuestos comportamientos escandalosos de su obispo auxiliar, Juan José Pineda, y habló de una auditoría teóricamente realizada por el obispo argentino, Jorge Pedro Casaretto, a petición del propio Francisco.  
  Más bien instó a “seguir la palabra de Dios”, a ser hombres de “manos inocentes” y “puro corazón”, sin calumniar al prójimo ni difundir errores. “Estas personas que han inventado este libelo atacan al santo padre y a este pobre servidor que soy el coordinador del Consejo de Cardenales para la reforma de la Curia y lo que no quieren es que se reforme la Curia (Romana)”, ponderó. 
  Llamó a no creer en calumnias ni difundirlas porque advirtió que propalar estas informaciones sabiendo que no son verdad o sin tener certeza de su veracidad es incurrir en difamación, que “además de ser un pecado es un delito, un delito punible”. Por eso convocó: “¡No difundan calumnias ni verdades a medias!”.  
  “Decían los padres de la Iglesia: ‘¿Oíste algo contra tu prójimo? Que muera en ti’. En cambio, ahora parece que la cultura de esta falsa comunicación es: ¿Oíste algo contra tu prójimo? Difúndelo lo más posible para que se hunda el prójimo. Yo oro incluso por este señor periodista que difundió eso porque, no tendiendo ética profesional, no tiene credibilidad y no teniendo credibilidad está destinado a fracasar como comunicador, aunque aparentemente le puedan llover fondos de libros infames o de publicaciones así, completamente difamatorias. Hay que orar por él también para que Dios toque su corazón y se convierta. Y hay que orar también por los que difunden esto y los que insultan a este servidor”, estableció. 
  Por otra parte, anticipó que ya ha enviado al Vaticano su carta de renuncia al puesto de arzobispo, un procedimiento obligatorio al cumplir los 75 años según lo prescribe la ley fundamental de la Iglesia católica, el Código de Derecho Canónico. La misiva ya fue transmitida al Papa, aunque él cumple la edad indicada el próximo 29 de diciembre.   
  Al respecto, apuntó: “Usualmente el santo padre recibe la carta de renuncia y es él quien decidirá si la acepta o si quiere que siga sirviendo. Yo me siento feliz en cualquiera de las dos opciones. Tengo 39 años de obispo y 25 de arzobispo de Tegucigalpa. También me tienta la posibilidad de un retiro en paz”.  

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