¿Toque de queda?
Con la novedad de que en Sonora aplicaron 130 multas a automovilistas que insistieron en circular, a pesar de las restricciones del Consejo Estatal de Salud en la fase dos del programa Quédate en Casa.
Las medidas obligan a los ciudadanos a no salir de sus hogares, a menos que sea necesario..
Por ejemplo, en Hermosillo se aplicaron las multas; en Aguaprieta fueron amonestaciones. También hay sanciones en Caborca, Puerto Peñasco, Hermosillo, San Luis Río Colorado, Magdalena y Cajeme.
En Hermosillo, interpusieron 34 multas de hasta ocho mil 600 pesos; igual número en Navojoa con un cobro de mil 800 cada una.
¿En base a que la multa? al bando de policía y buen gobierno...
El tema llegó a la mañanera del miércoles 15 de abril de 2020..
-¿es necesario ponerle multas a la gente para que obedezca?-, le preguntan al Presidente...
PRESIDENTE:: Ah, no, eso no. Se tiene que ser voluntario y, la verdad, yo siento que se han portado muy bien los mexicanos.
-(inaudible) porque van 130 infracciones.
PRESIDENTE: Yo creo que somos libres, recuerden ustedes que México es un país democrático, ahora sí, de verdad, y federalista.
Entonces, existe la independencia, la soberanía de los estados y el municipio libre, eso lo establece el artículo 115.....
Mmm. Se la sacó el Presidente debió de decir simplemente que no hay estado de excepción, aún...
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Cuestionado sobre la editorial del Financial Times que dice que México se encamina a una tragedia, el C. Presidente López Obrador aseguró que no lee ese periódico.
"Fíjese que no leo ni siquiera la editorial de El Universal ni del REFORMA, menos voy a leer la editorial de ese periódico", dijo. Con eso dijo todo...no lee, no escucha, pero si revira.
Ayer, el diario británico señaló en su editorial que en medio de la crisis por el coronavirus, las políticas de López Obrador parecen encaminar al País a una inminente tragedia.
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Las columnas políticas, martes 15 de abril de 2020
MAL DEBEN andar las cosas para Andrés Manuel López Obrador cuando tuvo que revivir su ocurrencia de la revocación de mandato y hasta echarle pleito al Chicharito, a Thalía y a Eugenio Derbez.
CUALQUIERA podría preguntarse por qué al presidente de México le interesa en este momento más su aprobación que la crisis sanitaria que atraviesa el país. El mandatario quiere hablar de elecciones cuando el número de contagiados de coronavirus crece exponencialmente, el de muertos se contará en miles y no hay capacidad institucional para atenderlos.
ES CLARO que el Presidente insiste en estar en la boleta en 2021 para andar en campaña -como si no lo hiciera todos los días-, con el objetivo de asegurarles a Morena y a sus aliados mantener el control de la Cámara de Diputados.
Y AUNQUE el propio Ricardo Monreal ya dejó en claro que la reforma para la revocación en 2021 no pasará, casuaaalmente los legisladores y funcionarios de Morena recibieron la orden de promover la campaña "El pueblo manda", con la que pretenden darle vida artificial a un debate inexistente.
ASÍ QUE todo hace pensar que en realidad AMLO sólo busca distraer la atención del fiasco que ha sido su gobierno ante el Covid-19.
NO ES por echarle a perder el festejo a Rocío Nahle, pero la situación de los precios del petróleo no parece mejorar. Contrario a lo que esperaba, luego del anuncio del acuerdo de OPEP plus, la cotización no se disparó. De hecho, ayer mismo sufrió otro fuerte descalabro. ¿La razón? Los mercados ven insuficiente el histórico recorte de 10 millones de barriles diarios en la producción mundial.
YA EL PROPIO director de Pemex que despacha en Washington, Donald Trump, había dicho que el recorte tendría que ampliarse antes de lo esperado.
Y por lo que se está viendo, la cosa pinta feo pues, ante el confinamiento mundial, evidentemente, la demanda de combustible ha caído de manera radical. Así que los 100 mil barrilitos que México recortó, en realidad, son poco menos que cacahuates.
QUE ALGUIEN les avise a los diputados federales que ya se les van a acabar las vacaciones, pues se dice que serán pronto convocados a sesionar para aprobar unas reformas que pidió el Ejecutivo. Una de ellas es la que presentó Morena y que supuestamente busca regular las compras gubernamentales pero que, en los hechos, facilitará que el gobierno siga haciendo compras millonarias sin licitación y, claro, sin transparencia.
LA COSA es que para sesionar necesitan hacerlo en el salón de sesiones y ahí, entre los 500 legisladores, nomás no cabe doña Susana Distancia.
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Frentes Políticos/EXcelsior
1. Movido y certero. Fructífera resultó la segunda sesión virtual del Senado, coordinada por Ricardo Monreal, el titular de la Junta de Coordinación Política, con todos los coordinadores de los grupos parlamentarios. Acordaron destinar 250 millones de pesos para la compra de insumos en apoyo a los médicos que luchan contra la pandemia en todo el país, dinero que será celosamente vigilado, tras entregarse al Consejo de Salubridad Nacional. Estos recursos, además, serán solventados de los rubros de gastos, como los viajes, eventos internacionales y remodelaciones del recinto. De esta manera, los trabajadores del Legislativo no serán afectados. Otro punto de acuerdo fue que las bancadas acordaron emitir un pronunciamiento contra las agresiones al personal médico. Bajo el liderazgo de Monreal, el Senado no oculta su compromiso y entrega con el país.
2. Mano dura. El senador perredista Miguel Ángel Mancera informó que se propuso una iniciativa para sancionar hasta con seis años de cárcel y multa a quien agreda a personal médico. Es inconcebible que haya mexicanos que se lancen contra quienes ponen todo su empeño en salvar vidas. “La indignación está en todo el país, ataques sin razón ni justificación a los médicos, a las doctoras, a los enfermeros; con esta iniciativa se incluye una conducta delictiva para aquellos que agredan al personal de salud en este marco de la emergencia sanitaria”, indicó el legislador. La propuesta es firme, sólida y acorde con los tiempos. Los héroes de batas blancas merecen todo el apoyo de la sociedad, que hoy más que nunca necesitan de ellos.
3. Piedras en el camino. El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, convocó a las autoridades, sociedad civil e iniciativa privada a crear un pacto de unidad ante la contingencia del COVID-19, como respuesta a la propuesta de revisión del pacto social impulsada por los gobernadores de Coahuila, Nuevo León, Jalisco y Tamaulipas, quienes piden más recursos federales. Y es que, en días pasados, los cuatro mandatarios acusaron maltrato y abuso por parte del gobierno federal al señalar que las entidades que más producen reciben menos aportaciones. “Hoy es tiempo de salvar vidas”, dijo Murat a gobernadores separatistas que han sugerido una ruptura del Pacto Federal. Politizar la contingencia no es de buenos mexicanos. Punto.
4. No se vale. El Instituto Mexicano del Seguro Social desmintió la información en torno a un mal manejo de cadáveres en el Hospital General Regional (HGR) N\’b066, en Ciudad Juárez, Chihuahua, ya que no corresponde ni a los protocolos ni al escenario que se vive en este hospital. Eso es lo grave de los medios que se comen las fake news y lanzan la información sin verificar. Un diario publicó en portada la nota “Prueban con fotos muertes por COVID”, con imágenes que muestran cadáveres que, dentro de bolsas negras, están tirados en el piso, asegurando que habían sido tomadas en el Hospital General N\’b066 de Ciudad Juárez. Mentira: eran de Ecuador, montadas a una sensacionalista noticia. Zoé Robledo, titular del IMSS, está dedicado a la estrategia contra el COVID-19. No lo distraigan.
5. Suficiencia. El IMSS no está rebasado por los casos de COVID-19 y no ha pagado sobreprecio por los ventiladores médicos, pues aún no concluye el proceso de compra, aseguró Zoé Robledo, su director. Dijo que casos como el de Baja California, donde el gobernador Jaime Bonilla reconoció que sí hay desabasto de insumos de protección médica en hospitales, serán solucionados con el diálogo con los gobernadores de los estados. Respecto a la adquisición de ventiladores, dijo que los que se comprarán se tendrán que pagar a precio de mercado, que se ha multiplicado varias veces respecto a su costo original. A estas alturas de la pandemia sería un descaro querer sacar jugo de las negociaciones. La corrupción de antaño no vive más en el IMSS. Y eso queda claro.
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Bajo Reserva/ El Universal
Hospitales se preparan para decidir quién vive
EL UNIVERSAL publicó en sus páginas la noticia sobre la Guía bioética de asignación de recursos de medicina crítica, emitida por el Consejo de Salubridad General, que recomienda priorizar la atención de jóvenes por encima de adultos mayores, en caso de llegar el punto en que —por el desbordamiento de los casos de Covid-19— no alcancen los insumos médicos para todos los pacientes graves. Esto “no implica en este momento una decisión ejecutiva”, dijo al respecto el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell. Sin embargo, nos adelantan que en hospitales dedicados a la atención del virus, como el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, el INER, se trabaja al menos desde hace una semana en protocolos específicos sobre a quién se le dará prioridad cuando llegue la saturación de pacientes seriamente afectados por el virus. ¿Qué quiere decir esto? Con o sin “decisión ejecutiva”, los hospitales saben qué hacer: salvar a quien puede vivir más tiempo.
Crece la lista negra de AMLO
Bajo el apelativo de conservas o conservadores, el presidente Andrés Manuel López Obrador identifica a sus adversarios, a sus críticos y también a quienes están detrás de los señalamientos, fundados o no, hacia sus políticas de gobierno. Desde hace varias semanas, nos recuerdan, ha arreciado sus ataques a los medios de comunicación y ahora toca el turno a las figuras públicas. En la mañanera, el Presidente dijo que a los conservadores no les funciona “la prensa vendida” y por eso “provocan” a figuras más públicas, para que hablen. Sin dar nombres, enfiló sus baterías sobre un deportista “que antes le caía bien”, una artista y un comediante, que forman parte, dijo, de una estrategia en su contra. Javier “Chicharito” Hernández, Thalía y Eugenio Derbez han tenido comentarios críticos hacia la 4T: el comediante denunció falta de insumos para atender a enfermos de Covid-19 en Baja California, e incluso recibió el reconocimiento y agradecimiento del gobernador morenista Jaime Bonilla. La lista crece y crece…
PAN presiona en Senado para sesiones virtuales
Fuertes son las presiones del PAN en el Senado para que haya sesiones virtuales que permitan el desahogo de múltiples urgencias, y por lo pronto, nos comentan, la presidenta de la mesa directiva, la morenista Mónica Fernández Balboa, ha contestado al coordinador panista Mauricio Kuri González que se debe reformar la Constitución, la ley y reglamentos del Congreso y de las cámaras legislativas. Nos explican que el Poder Legislativo está en el dilema de la falta de facultades para trabajar en forma no presencial y el impedimento para reunirse por las medidas de prevención del contagio del Covid-19. Por lo pronto, nos refieren, doña Mónica propone hoy a la Junta de Coordinación Política se integre un grupo de trabajo que analice la cuestión y, en su caso, que presente los proyectos de una gran reforma que abra espacio legal a las sesiones virtuales. Pero, si existiera dicho proyecto de reforma, ya no alcanzan los tiempos para que pase antes del 30 de abril, fecha en la que concluye el actual periodo ordinario de sesiones.
El regalazo para Rocío Nahle
Un regalazo recibió Rocío Nahle, secretaria de Energía, quien este martes celebró su cumpleaños sin fiesta por la contingencia pero apapachada virtualmente por el presidente Andrés Manuel López Obrador y prácticamente todo el gabinete, que no escatimó elogios por su actuación en las negociaciones de la OPEP. El mandatario destacó la actuación de su colaboradora y recordó que hasta aplausos arrancó a los representantes de diversas naciones petroleras. Doña Rocío está invitada a la mañanera de hoy en Palacio Nacional, donde explicará con detalles el acuerdo alcanzado y donde habrá una que otra pregunta incómoda, pero los elogios recibidos nadie se los quita. ¡Órale!
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Patíbulo para los viejitos | Francisco Garfias
Arsenal
Excelsior
Mi abuelo decía “enero y febrero, desviejadero”. Había un dejo de temor en esas palabras derivado de sus ochenta y tantos años de edad.
Se refería a que en el invierno aumentaban las defunciones de personas de edad avanzada, debido al clima frío de la época en San Luis Potosí, donde vivíamos. Nunca se me olvidó.
Lo traigo a cuento porque ahora, con el coronavirus, los llamados adultos mayores están en primera línea para irse al otro mundo en caso de saturación del sistema de salud.
Y no sólo por la baja en las defensas del cuerpo que viene con la edad (95% de los fallecidos en Europa tenían más de 65 años, según Le Monde), sino porque son los primeros a los que van a sacrificar en caso de escasez de ventiladores u otros insumos. Se va a dar prioridad a los más jóvenes.
Es lo que plantea la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica del Consejo de Salubridad General, que marca las decisiones que deberán tomarse en caso de saturación en los hospitales y clínicas.
Va textual lo que dice la Guía Bioética sobre los criterios del Consejo General de Salubridad.
“En un primer momento se deberá recurrir al principio vida-por completarse. Ello quiere decir que pacientes más jóvenes han de recibir atención de cuidados intensivos sobre pacientes de mayor edad”.
Las categorías propuestas: 0-12 años llevan preferencia; de 12-49; de 50-60; de 61-75 y más 75. Sobre todos tiene prioridad el personal de salud que lidia con los contagiados”.
Más: “Si el principio vida-por-completar no desempata a los pacientes, entonces la decisión sobre quién recibirá el acceso a los recursos escasos deberá tomarse al azar” (un volado). Para redondear el panorama: si usted padece de alguna enfermedad crónico-degenerativa, como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, obesidad o problemas cardiacos, también está enfilado al patíbulo.
Son muchos los que apoyan la citada guía. La lógica de dar prioridad a los más jóvenes. A mí, francamente, me parece que hay exclusión con los adultos mayores. Han cotizado toda su vida al Seguro para que, al final, los hagan a un lado.
En España y en Italia, donde los sistemas de salud fueron rebasados, hubo denuncias de que lo ventiladores se les retiraban a los viejitos para dar prioridad a los jóvenes.
¿Llegaremos a lo mismo? Nos lo están avisando.
* AMLO ofreció adelantar la consulta para la revocación de mandato para el 6 de julio del 2021, fecha de las elecciones intermedias. Si yo fuese legislador de oposición, le tomaría la palabra, a condición de que lo organice el INE y se garantice el “piso parejo”. Pero no soy ingenuo. La oposición tampoco. Todos le dijeron ¡NO!
Por la forma como ha manejado la pandemia, AMLO saldrá muy debilitado. Jacques Attali, otrora consejero especial de François Mitterrand, hizo la siguiente predicción en un artículo que tituló ¿Qué va a nacer?:
“Si los poderes se revelan incapaces de controlar la tragedia… todos los fundamentos ideológicos de la autoridad entrarán en crisis para ser reemplazados… por un nuevo modelo fundado en otro tipo de autoridad y por la confianza en otro sistema de valores”.
* Vaya que caló a los chairos la salida de Lilly Téllez de la bancada de Morena en el Senado. Fue tendencia en Twitter. Fueron rudos. Criticaron desde un enfoque equivocado. Morena le pidió ser candidata al Senado y no al revés, como afirman los que la ofenden.
Sus posturas contra el aborto coinciden con las de AMLO. Lo sabían en Morena cuando la buscaron. Sus diferencias con los radicales del grupo eran públicas. Hasta un juicio intentaron para echarla de la bancada. Los bateó el Tribunal.
Su salida estaba cantada. Violó los códigos mesiánicos. Criticó la visita de AMLO a la madre del Chapo. La gota fue el tuit en el que reconoce la franqueza del gobernador Jaime Bonilla, quien admite que en las clínicas del IMSS en BC “los médicos caen como moscas”.
“Me quedo como senadora sin partido, comprometida a seguir hablando como ahora”, escribió en Twitter.
* Cierro con una buena: el acuerdo firmado el lunes por dueños de los hospitales privados y el gobierno federal para aligerar el flujo de pacientes de COVID-19 en el sector público.
No es exagerado decir que es un acto de solidaridad con el pueblo de México que no habíamos visto en la historia reciente. Ese gesto se traduce en tres mil camas adicionales que podrán salvar otras tantas vidas y más.
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Derbez, otro ‘moro con tranchetes’/ Carlos Marín
El Asalto a la Razón
Milenio
Al retomar un tema que había ya capoteado Hugo López-Gatell, el Presidente cometió el doble error de calumniar al más brillante y popular comediante de México y utilizar las confusiones generadas por la pandemia como señuelo electoral.
Ayer, desde que arrancó su mañanera, dejó asomar un interés distinto al covid-19: “Vamos muy bien. También en el terreno político hay un poco de oposición (sic), es normal (…). Ellos no están de acuerdo con la transformación del país, quisieran mantener el régimen de corrupción, de injusticias, de privilegios (…). No deja de haber nostalgia por ese pasado de injusticias, esas infamias que se cometían en donde el gobierno estaba al servicio de un pequeño grupo (…). Es legítimo que se opongan a esa política (…). Hay una monstruosa desigualdad económica y social originada por la corrupción…”.
Con esa introducción, anunció: “Vamos ahora a escuchar al doctor Alcocer y a Hugo López-Gatell para que nos informen cómo estamos en materia de salud pública”. Pero nunca dio la palabra al secretario de Salud, quien una vez más la hizo de florero.
López-Gatell dio su resumen y alguien del vecindario cibernético le preguntó sobre la información distorsionada, porque “incluso (sic) un actor famoso ya sacó un video” sobre el desabasto de materiales y equipos en Tijuana. “¿Hay esa intención de sabotaje, de mermar este liderazgo científico…?
Aunque no se atrevió a nombrarlo, el aludido era Eugenio Derbez, quien difundió una denuncia de desabasto en Tijuana enviada por un médico amigo. La directora de la clínica 20 del
IMSS quiso desmentirlo, porque el doctor no figura en su nómina, pero el doctor Faustino Ruvalcaba es médico jubilado de ese hospital (algo debe saber).
López-Gatell hizo piruetas para no responder: “Hay que decir siempre la verdad”, esquivó. “La población tiene muchas cosas qué decir”, pero “detrás de la cortina, a veces (…), no siempre es una manera constructiva…”.
Galimático, el comedido “periodista” insistió en azuzar contra Derbez con un “al subirse personajes de la farándula, a la gente la tambalea (sic)”.
López-Gatell volvió a eludir: “Es deseable que en una sociedad plural todo mundo se pueda expresar, no siempre hay que coincidir. Es una responsabilidad individual de cada quien situarse en el lado de la verdad o en el lado de la mentira…”.
Otro bloguero apodado Lord Molécula puso leños en la hoguera: “Hay rabia en los columnistas mercenarios. Entiendo que es válida la crítica al poder, pero quienes guardaron siempre silencio como momias ahora tienen una campaña de desprestigio” contra la 4T.
AMLO no resistió irse sobre quienes imagina sus “adversarios, los conservadores”, que han orquestado una “campaña” con “personalidades mucho más conocidas” como estos que describió sin decir sus nombres: Thalía, El Chicharito (“me caía bien, porque no opinaba”) y Eugenio Derbez.
Y todo como preámbulo para el chistorete de retar con el imposible adelanto de la “revocación de mandato”…
cmarin@milenio.com
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La gran ‘guerra’, perdón, recesión/Enrique Quintana
Coordenadas
El Financiero,
enriquequintana.com
Estamos viendo algo que nadie había visto en nuestra generación y la de nuestros padres.
La economía mundial caerá 3 por ciento este año y la de México en 6.6 por ciento, si se hacen efectivos los pronósticos que ayer reveló el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para la economía mundial no hay datos de referencia, pero es muy probable que la caída de este año apenas pueda ser equiparable a la que ocurrió en 1932 en tiempos de paz, o al desastre que se produjo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando no había mediciones como las que hoy hace el Fondo.
La caída de 3 por ciento en el PIB mundial es equivalente a 2 billones 597 mil millones de dólares. Solo como un referente, esa caída es equiparable al doble de la economía mexicana el año pasado.
O, si lo quiere ver de otra forma, es equivalente a que perdieran su ingreso anual completito 400 millones de personas, considerando el salario promedio de los trabajadores formales en México.
De ese tamaño es el impacto, y los precedentes hay que buscarlos 90 años atrás.
En el caso de México, si el pronóstico del FMI es correcto, la caída de 6.6 por ciento será superior a la de 2009, que fue de 5.3 por ciento e incluso a la de 1995, que fue de 6.3 por ciento.
Para encontrar una caída mayor, hay que remontarnos hasta el año 1932, cuando, de acuerdo con las estadísticas históricas del Inegi, hubo una caída del PIB de 14.8 por ciento, como resultado de la Gran Depresión que afectó a casi todo el mundo.
Y eso que México no será el país más afectado.
Para Europa, el efecto será terrible. Se anticipa que el PIB de Italia caiga en 9.1 por ciento y el de España en 8 por ciento.
El comercio mundial se derrumbará cayendo en 11 por ciento, un porcentaje superior a su caída en 2009.
Lo que todos estos números nos están diciendo es que la recesión económica que estamos viviendo no es una más. No se irá a la colección de los periodos en los cuales los ciclos económicos simplemente reportan bajas. Se trata de un trastorno mayor del aparato productivo en el mundo entero.
Eso sin tomar en cuenta la grave crisis de salud que está rondando ya los dos millones de contagiados y los 126 mil muertos.
Los pronósticos del FMI suponen que el proceso de regreso a la normalidad ocurrirá en los siguientes meses, pero si las cosas se complicaran o hubiera nuevos brotes en el futuro inmediato antes de que se desarrollara una vacuna, el FMI considera escenarios alternos que implicarían que la recesión mundial siguiera hasta 2024 aunque con caídas más suaves.
Es decir, el principal organismo financiero internacional no descarta las posibilidades de una crisis prolongada si hay rebrotes sin haber vacuna.
Cuando a una persona le ocurre una desgracia, hay un momento en el que piensa: “no me puede estar pasando esto a mí”.
Como colectivos también tenemos esa tendencia. Pensamos: “esto que está ocurriendo es algo irreal. Es como una pesadilla que en un par de meses se va a ir”.
Todos teníamos nuestros planes, seguíamos con nuestras vidas, y pensábamos que la pandemia podría ser un paréntesis que iba a marcar un mal momento en este 2020, pero que la 'normalidad' iba a regresar pronto.
Es posible que así sea. Hay esfuerzos creativos y financieros de gran escala para convertir esa aspiración en realidad.
Pero el FMI, con sus escenarios extremos, ya nos dijo que no debemos descartar que la realidad pueda ser otra y que esta sea “la gran guerra” que va a pelear nuestra generación, esta vez no entre países –por ahora– sino contra un virus, contra un insignificante paquete de proteína envuelto en grasa que apenas podemos imaginar.
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IMSS, relatoría del desastre /Carlos Loret de Mola
Historias de Reportero
El Universal
Los médicos residentes del hospital 72 del IMSS en Tlalnepantla ni siquiera lo llaman por su nombre. Mejor de plano se dirigen al subsecretario López-Gatell, al secretario Alcocer y al presidente López Obrador. Los doctores del hospital del IMSS de Monclova se sintieron ofendidos por su desdén. Y hasta el gobernador de Baja California, que es de su mismo partido, vapuleó el papel que ha jugado en medio de la emergencia el Instituto que dirige.
Zoé Robledo, director general del IMSS, está en crisis. Antes de que llegara el coronavirus, ya tenía al IMSS en la cuerda floja: sus propias estadísticas revelaban que se había agudizado el desabasto de medicinas y las quejas por falta de atención en sus hospitales.
Con la pandemia, estalló la sucesión de errores en el pilar de la salud pública mexicana:
A fines de febrero, en el hospital emblema, el siglo XXI en la Ciudad de México, estaban comprando guantes de intendencia y trajes de pintor para enfrentar el coronavirus. El director del centro médico, Carlos Cuevas, servía de modelo. Los doctores me mandaron las fotos, indignados. Aquí las publicamos. Cuevas dijo que era equipo médico profesional que cumplía todas las normas, pero lo contradijo Zoé Robledo: aseguró que eran fotos de un taller sobre lo que no debe comprarse.
El 18 de marzo, cuando ya existían casi cien casos confirmados de Covid-19 en buena parte del país, el IMSS decidió (apenas) mandar un oficio a todos sus hospitales para preguntar cuántas camas y ventiladores tenían. En esta columna presentamos el documento. Se supone que se habían preparado con tres meses de antelación. Exhibidos.
El 22 de marzo iniciaba la tragedia en el hospital del IMSS en Monclova: el primer aviso de lo que una semana después se convertiría en un dramático brote de Covid-19 dentro del hospital, afectando a decenas de médicas y médicos. La reacción inicial del IMSS fue decir que el brote no había surgido en el hospital, sino en un consultorio privado afuera. Con eso, buscaron contrarrestar las denuncias de que, avanzada la pandemia, los doctores seguían sin recibir el equipo mínimo de protección para tratar a los pacientes. Doctoras y doctores del propio hospital de Monclova lo desmintieron, y el gobierno quedó ridiculizado, otra vez exhibido como mentiroso: tuvo que ofrecer una disculpa pública el 31 de marzo.
El 7 de abril, médicos del hospital 72 en Tlalnepantla, Estado de México, dentro de la zona metropolitana de la capital del país, denunciaron que tenían un brote dentro. Una treintena de doctores, residentes y personal de salud infectados. Una revelación de la periodista Arelí Quintero en el portal LatinUS. La reacción de Zoé Robledo fue la misma: minimizar el hecho y decir que eran contagios externos. En una carta en la que ni siquiera le llaman por su nombre, los profesionales de la salud demostraron cómo tienen que comprar con su propio dinero los tapabocas y guantes, cómo no existen protocolos para recibir a los pacientes con coronavirus, y exigieron también una disculpa pública.
Casi de inmediato, se denunciaron brotes en hospitales del IMSS en Los Cabos, Cuernavaca y Tijuana. Con el paso de los días, la situación en Tijuana se agudizó, los médicos —desprovistos de ayuda—, desesperados. El famoso actor Eugenio Derbez difundió un video para alertar sobre lo que ahí sucedía. El IMSS respondió virulentamente en un video en el que aparece su delegada en Baja California, Desirée Sagarnaga, diciendo que todo lo denunciado por Derbez es falso. Sorpresa: el propio gobernador de Baja California, que es también de Morena, el mismo partido que Zoé Robledo y el gobierno federal, respaldó a Derbez y acusó al IMSS de ser el “talón de Aquiles” en la lucha contra la pandemia. Otra vez el IMSS y su director, ridiculizados.
Y si esa fue la exhibida ante el desafío en salud, en lo económico no se queda atrás. El IMSS anunció la noche del lunes el supuesto gran acuerdo de apoyo a las empresas con el pago de sus cuotas. Anunciaron varias medidas y rápido fueron ridiculizadas por especialistas y conocedores: la condonación del 90% de las multas existe desde 2003, la dispensa del otorgamiento de garantías de los créditos fiscales lleva un año en vigor y la opción de los convenios de pagos está desde hace 19 años.
En fin. Al cabo que en lo que la pandemia lo ahoga, Zoé Robledo sueña con ser gobernador de Chiapas y sueña con la Presidencia.
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Un gobierno de salvación nacional/Pablo Hiriart
Uso de Razón
El Financiero
PabloHiriart
México comienza a pagar la incipiente pero brutal destrucción de las instituciones nacionales iniciada en 2019, que nos conduce a una crisis sin precedentes en todos los órdenes.
No lo dicen sólo opositores o críticos, sino hasta el editorial institucional del prudente y prestigiado periódico británico Financial Times, titulado 'La Tragedia Presidencial que ocurre en México':
“Las respuestas confusas y el comportamiento errático de López Obrador en las primeras semanas de la pandemia sugieren que el país se encamina a una crisis mucho peor en el resto de su mandato de seis años (en realidad, cinco años y diez meses), a menos que haya un cambio dramático de rumbo”.
Ese es el punto. Un cambio dramático de rumbo porque la política de confrontación del Presidente no sirve.
Tampoco sirve su política económica, pues en un año ya nos había metido en una crisis (-0.2 por ciento, con entorno internacional favorable), antes de que iniciara el coronavirus.
Frente a la avalancha que se nos viene encima a todos, López Obrador sólo piensa en salvarse solo y recurre a jugueteos electorales y propone anticipar el referéndum de revocación de su mandato.
No se vale huir, Presidente. Las elecciones federales son el próximo año y la revocación de mandato en 2022.
Las consecuencias de esta crisis no las hemos visto, a escala planetaria, desde el fin de la segunda Guerra Mundial, coinciden en señalar expertos de distinto signo ideológico.
Y en México las repercusiones por actuar tarde y mal van a generar una crisis en todos los órdenes y de proporciones que al parecer sólo el Presidente y su corte se niegan a ver.
La mayoría de los secretarios no sirven, están rebasados, y algunos que sí saben han dejado de ser escuchados por López Obrador que se reúne con subsecretarios y jefes de unidad.
Su principal consejera es Irma Eréndira Sandoval, que para este caso es la menos indicada. Es tan disparatado como ir con el odontólogo cuando se tienen cálculos renales o un infarto cerebral.
Antes de que se cumplan los plazos constitucionales (2021 y 2022), el Presidente tiene que encaminar la solución del problema, con unidad, y no hundirnos más en una fractura que puede llevar la sangre al río.
Un gobierno de salvación nacional es la única solución para evitar la catástrofe.
Y con él como Presidente, como lo marca la Constitución. Que enmiende sus errores que ya empiezan a cobrar vidas, o asuma las consecuencias de lo que se perfila como un asesinato masivo por negligencia.
Médicos, enfermeras y paramédicos se contagian por falta de insumos que dejaron de comprarse debido a los ahorros hechos por el gobierno el año pasado.
Ciudadanos se contagiarán y si no hay camas, ni médicos, ni material para atenderlos, pueden morir a una tasa superior a lo sucedido en otros países.
Las muertes que eran evitables –habrá muchas otras que no–, serán producto de la irresponsabilidad con que se jugó con la salud pública, con 'ahorros' para pagar caprichos, y convocatorias temerarias a salir a exponerse.
La población, y médicos, y enfermeras, reclaman desesperados afuera de los hospitales: “¡no hay con quién quejarse!”.
Por supuesto que no. El conducto era la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que también mató el gobierno actual. Esa institución, creada por un Presidente al que calumniaron hasta saciarse, era la encargada de defender a los ciudadanos de los abusos del poder. Amonestaba y exhibía a los gobernantes. Hace unos meses la mataron al ponerla en manos de un partido.
López Obrador ya no puede seguir hablando sólo con los aduladores y radicales que le llaman científico, prócer y otras florituras que harían enrojecer al propio Mao.
Para evitar un colapso mayor, necesita hablar con el gobernador del Banco de México y con quienes vivieron las grandes crisis del 87, del 95, de 2009. Saben en qué fallaron y en qué acertaron.
Hay que hacer un pacto con los gobernadores. ¿No ven cómo están de molestos con la Federación? Es imposible hacer frente a una crisis de esta magnitud desde 'el centro'. Se necesitan a las 32 entidades federativas.
¿Habrá en el Presidente la voluntad de formar un gobierno de salvación nacional ante la profundidad de la crisis en la que entramos?
Por lo menos hay que decírselo, y recordarle que en México son muchas las personas capaces, con experiencia y sin aspiraciones políticas que quieren y pueden ayudar a salvar de una catástrofe mayor a la casa donde vivimos todos.
Su política de confrontación fracasó, o era para otro momento.
La grilla y el pleito mañanero ya están fuera de lugar.
Esas granjas de computadoras para atacar y denostar críticos en redes sociales, sólo sirven para envenenar.
Antes de pasar a la siguiente etapa, que es formar brigadas para atacar físicamente a quienes la 4T detesta, o empezar a culpar de la crisis a empresarios o comunicadores y convertirlos en 'enemigos', está la opción del gobierno de salvación nacional.
Hay una gran reserva de capital humano en el país, que está más allá del bien y del mal en cuanto a aspiraciones políticas.
No importa que sean de diferente signo ideológico: son lo mejor que tenemos y se podrán poner de acuerdo en lo básico, para beneficio de México en un momento excepcional.
Podrán restablecer el sentido común en las decisiones de gobierno, quiero decir.
Desdeñar la unidad ante una crisis de este tamaño y optar por la confrontación para seguir destruyendo, es la otra opción.
El Presidente tiene la palabra.
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¿Cuándo dirán la verdad?
¿Seguirán actuando como criminales de Estado? | Ricardo Alemán
LSR; 15/04/2020;
La revelación es escalofriante.
Habla del tamaño de la tragedia que viene y que parece seguir oculta para la mayoría de los mexicanos; de los ciudadanos de a pie.
Y es que según revelaron a Itinerario Político unos proveedores médicos del gobierno federal, la administración de López Obrador habría iniciado una licitación para adquirir "un millón de bolsas cadavéricas".
Sí, escuchó usted bien: "un millón de bolsas cadavéricas" que pretende comprar el gobierno de AMLO y que serían distribuidas en los hospitales públicos y privados de todo el país.
Por eso, frente a la escalofriante noticia, aparecen las preguntas.
¿Para qué compraría el gobierno federal un millón de bolsas para cadáveres, en lugar de intensificar la prevención y atención de contagiados de covid-19, que son abandonados en todo el país?
¿Será que el gobierno federal sabe que perderán la vida un millón de mexicanos, a causa de la pandemia de covid-19?
¿A quién se le ocurre gastar tal cantidad de dinero, en comprar bolsas cadavéricas, si no es esa la estimación oficial del número de ciudadanos que perderán la vida a lo largo de la pandemia en México?
¿O es que asistimos a una guerra que, según las cifras oficiales, costará la escandalosa cifra de un millón de muertos?
Es decir, que frente a la magnitud del cálculo oficial de muertos por el covid-19, queda muy lejos la violencia criminal en los gobiernos de Calderón y Peña y hasta crímenes de alta rentabilidad política para Morena y sus fundadores, como "Los 43" y "La guardería ABC".
En pocas palabras, resulta que si el gobierno federal calcula en un millón el número de víctimas del covid-19, en una población de 120 millones de personas –entre hombres, mujeres, viejos, jóvenes y niños–, estaríamos hablando de casi el 1 % de la población total.
Lo macabro del tema es que, en el supuesto de que el número de víctimas mortales en México llegue al millón, aún así estaríamos por debajo de las estimaciones que ha dado a conocer Hugo López Gatell.
¿Por qué?
Porque si hacemos memoria, el pasado 27 de febrero, al dar el reporte sobre la evolución de la pandemia en México, López Gatell dijo que "el coronavirus podría infectar hasta el 70 por ciento de la población mexicana".
Así lo detalló: "Hay estimaciones de que se podría llegar a tener hasta el 70% de la población infectada. Es decir, de aproximadamente 120 millones de habitantes, habría de 75 a 78 millones infectados, de los cuales cerca del 10 o 12% podrían tener síntomas y sólo de 2 a 5% podrían tener la enfermedad grave".
De esos 2 a 5 % de infectados que podrían tener la enfermedad grave –porcentaje que significa entre 1.5 millones y 3.5 millones de ciudadanos que estarían en calidad de enfermos graves–, encaja perfectamente la posibilidad de un millón de muertos; casualmente la misma cantidad de "bolsas cadavéricas" que busca comprar el gobierno de AMLO.
Es decir, que a pesar de que por todas partes el gobierno de López Obrador pretende ocultar la gravedad de la pandemia, esa gravedad asomó por el lugar menos esperado; por la licitación de "bolsas cadavéricas".
Por eso debemos volver a las preguntas.
¿Quién y/o qué gobierno o qué institución compraría un millón de "bolsas cadavéricas" si el número de víctimas mortales de covid-19 no será significativo?
Lo cierto es que el gobierno de López Obrador sabe perfectamente el tamaño de la pandemia y el impacto en la vida de millones de mexicanos. Pero, sobre todo, sabe que la pandemia lo ratificará como el peor gobierno de la historia.
Por eso el gobierno de AMLO oculta la información. Y, por eso, ya trabaja en la compra de un millón de "bolsas cadavéricas".
Pero, ¿qué es una "bolsa cadavérica"?
Se trata de bolsas plásticas –a veces de color negro y a veces blanco–, en las que son "embolsados" los cadáveres con algún contagio, para ser trasladados desde el lugar de hospitalización hasta los hornos crematorios.
Son bolsas con características especiales, que aíslan el cadáver durante su transportación, del hospital al lugar de la cremación, para impedir la propagación de los gérmenes patógenos que ocasionaron la muerte.
En pocas palabras, el gobierno de López Obrador sabe que el número de muertos por covid-19 podría llegar a un millón de personas. Y, por eso, la orden de clasificar muchos casos como "pulmonía atípica".
¿Hasta cuándo dirán la verdad, en el gobierno de AMLO, en el Congreso con mayoría de Morena, en la CNDH y en el Poder Judicial?
¿Seguirán actuando como criminales de Estado?
Al tiempo.
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El Presidente, Trump y la revocación
Razones/JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Excelsior
• Morena, como partido, es un desastre: ni siquiera ha podido sacar adelante su proceso interno de cambio de dirigencia. Hoy, su única carta para tratar de refrendar su mayoría en la Cámara de Diputados es la participación electoral del Presidente.
El presidente López Obrador piensa en términos electorales, incluso en plena pandemia y con una crisis económica en puerta con repercusiones imposibles de dimensionar plenamente. Su estrategia siempre ha sido redoblar las apuestas, con la enorme diferencia de que una cosa es hacerlo cuando se es candidato y otra cuando se detenta la Presidencia de la República. Nunca ha dejado de verse y sentirse como un candidato, nunca ha dejado de estar en campaña. Dicen que la sicología personal es destino sexenal y en el caso de López Obrador es evidente.
Ayer, el Presidente regresó a una idea que no abandona porque tiene relación directa con su destino político y electoral: realizar una consulta de revocación de mandato para el año próximo, en coincidencia con los comicios de medio término. Una propuesta que ya ha sido rechazada en el Congreso y trasladada, si el Presidente insiste en realizarla, hasta el 2022. Pero, aprovechando las críticas que ha recibido por el manejo de la emergencia sanitaria y la crisis económica, ayer le ofreció “a los conservadores” (o sea, a todos sus críticos, quienes sean) adelantar esa consulta para el 2021.
Algún incauto podrá pensar que el Presidente en realidad quiere poner su cargo sobre la mesa, pero en realidad la propuesta es un frío cálculo electoral. Para 2021, las encuestas muestran que Morena, el partido en el gobierno, apenas alcanza un 18% de preferencias electorales, prácticamente lo mismo que el PRI y el PAN. La popularidad del presidente López Obrador ha decaído en los dos últimos meses, pero sigue estando en alrededor del 45 por ciento.
No es algo nuevo: en el 2018, el candidato López Obrador ganó con el 53% de los votos, pero Morena apenas consiguió un 40 por ciento. Tiene amplia mayoría en el Congreso por sus aliados y por los mecanismos de sobrerrepresentación existentes en la legislación electoral. Lo que está en riesgo para el oficialismo en 2021 es esa mayoría en la Cámara de Diputados, además de los estados, municipios y congresos locales que estarán en disputa. Morena, como partido, es un desastre: ni siquiera ha podido sacar adelante su proceso interno de cambio de dirigencia. Hoy, la única carta de Morena para tratar de refrendar su mayoría en la Cámara de Diputados es la participación electoral del presidente López Obrador, de lo que estaría impedido legalmente, salvo que pueda ligar la consulta de revocación a la elección legislativa y estatal.
Eso es lo que está, nuevamente, sobre la mesa. Por eso es importante insistir en que, en este momento, lo que se plantea no es la revocación de mandato, sino que el primer mandatario establezca los pactos y acuerdos necesarios para encaminar los esfuerzos nacionales en torno a la emergencia sanitaria y la recuperación económica.
Pero las apuestas no sólo se realizan en un ámbito interno. El gobierno federal ha decidido jugar a la alianza con Donald Trump, con evidentes implicaciones electorales, la misma apuesta que hizo en su momento Enrique Peña Nieto. Todo lo ocurrido en torno al acuerdo de la OPEP lo pone de manifiesto. Que se diga que no se negoció nada con Trump para que apoyara ese acuerdo es, por lo menos, una ingenuidad.
La pregunta es evidente: ¿qué pasará si Joe Biden gana la elección? Se podrá argumentar que Marcelo Ebrard, cada día más (para bien) en papel de primer ministro del gabinete federal, participó, aunque sea marginalmente, en la campaña de Hillary Clinton y tiene buenas relaciones con algunos demócratas, pero eso fue hace cuatro años. Hoy, la administración López Obrador ha apostado, y muy fuerte, por Trump. Y la agenda demócrata, en muchos puntos, entra en conflicto con la que se ha negociado con la Casa Blanca, desde capítulos centrales del T-MEC hasta la migración. Por cierto, el promedio de encuestas que publicó ayer Real Clear Politics muestra que Biden tiene un 59% de apoyo contra un 53% de Trump.
EL REGRESO
El acuerdo alcanzado por el gobierno federal con los hospitales privados es positivo en dos sentidos: por una parte, por las obvias implicaciones sanitarias ante el desafío del COVID-19. Segundo, porque demuestra que la iniciativa privada y el gobierno federal pueden llegar a acuerdos ventajosos para las dos partes y para la sociedad.
Y por más que en el entorno oficialista no se deje de celebrar este acuerdo como algo “único”, “que nunca había ocurrido”, habrá que recordar que, básicamente, lo que el mismo establece es lo que ya existía con el Seguro Popular: la subrogación privada de servicios de salud al sistema público. Un seguro popular que deslegitimaron para reemplazarlo por un Insabi que cada día que pasa deja ver más sus carencias. Y no hablemos del IMSS. Ya en su momento el
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Ingobernabilidad, ¿riesgo?...
De naturaleza política/ENRIQUE ARANDA
Ingobernabilidad, ¿riesgo?...
Excelsior
El inexplicable rechazo del gobierno de la 4T, de Andrés Manuel López Obrador en especial, a considerar siquiera el generalizado reclamo de avanzar hacia la suscripción de un gran pacto social que permita enfrentar de mejor manera la crisis sanitaria y económica alentada por la crisis del COVID-19 parece encaminar al país hacia un indeseable escenario de “ingobernabilidad de facto”, en que no sólo media docena de gobernadores presione modificar ya el Pacto Fiscal vigente, sino que, igualmente, abone al ahondamiento de la ruptura entre sectores —la que, de hecho, existe ya entre Palacio y la IP, por ejemplo— y, menos, profundice la confrontación entre mexicanos…
Esto, insistamos, no sólo por la tardía reacción de la autoridad federal ante distintos retos de la contingencia, sino, también, porque ni personajes tales como Enrique Alfaro, de Jalisco; Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Jaime Rodríguez, de Nuevo León, o Miguel Riquelme, de Coahuila, van a dejar de insistir en su reclamo de obtener una mayor tajada de impuestos para sus estados o, en su caso, porque ni Claudia Pavlovich, de Sonora; Juan Manuel Carreras, de San Luis Potosí; Carlos Joaquín, de Quintana Roo, y Mauricio Vila, de Yucatán, van a dejar de adoptar medidas de aplicación estatal —uso obligado de cubrebocas, endurecimiento del aislamiento social, etcétera— que, claro, evidencian las políticas erráticas de aquélla.
Y todo cuando, en paralelo de los peores augurios sobre lo que vendrá como consecuencias de la anunciada recesión global —“la peor desde la Primera Guerra Mundial”—, la incontenible cascada de predicciones negativas se acentúa y obliga ya a fuentes oficiales a ubicar su mejor pronóstico en un decrecimiento de entre 2 y 4% del PIB y, en ese marco, son los estados y el empresariado los únicos que, comprometidos con programas orientados a contener el deterioro previsible e, incluso, sentar bases para un eventual repunte económico, mientras el gobierno de la República insiste en mantener prácticas “clientelares” que poco o nada aportan al sostenimiento de la producción y/o del empleo.
Urge avanzar, pues, en un entorno de unidad y diálogo franco y abierto en la construcción del referido gran Pacto Social, ajeno a posicionamientos ideológicos y/o unilaterales que poco o nada habrán de aportar. ¿O no?
ASTERISCOS
* Más en serio que de broma, vale parafrasear aquello de ¡Que alguien me explique..! para intentar entender cómo es que, mientras YSQ arremete indirectamente en contra de Eugenio Derbez, el impresentable gobernador Jaime Bonilla asume su defensa y valida que, por falta de apoyo del IMSS, en Tijuana, los médicos “están cayendo como moscas”...
* Tras el retiro de permisos para que laboratorios privados pudieran realizar pruebas sobre el COVID-19, Laboratorio Médico del Chopo inició ya la prestación del servicio, con la novedad de que podrá hacer la prueba molecular a domicilio, entre 80 y 100 diarias, o 350 si se consideran las practicadas en instalaciones fijas…
* Ahora en Acapulco, Guerrero, un comunicador más fue privado de la vida. Víctor Fernando Álvarez Chávez desapareció primero y, tras ubicar sus restos una semana después, se convirtió en el sexto profesional asesinado en condiciones no aclaradas ¡(sólo) en lo que va de 2020! Descanse en paz…
Veámonos el viernes con otro asunto De naturaleza política.
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Jugando a ser Dios; la vida en un volado /Joaquín López-Dóriga
En Privado
Milenio
El Consejo de Salubridad General (CSN) es un organismo colegiado del Estado Mexicano establecido en la Constitución que depende del titular del Ejecutivo federal y preside el secretario de Salud. Tiene el carácter de autoridad sanitaria con funciones normativas, consultivas y ejecutivas. Figuran como vocales titulares los secretarios de Hacienda, Bienestar, Medio Ambiente, Economía, Agricultura, Educación, SCT, IMSS, Issste, DIF y la UNAM, cuenta con otros 22 vocales auxiliares y siete más invitados.
En esta crisis por el Coronavirus, ese consejo se ha reunido una sola vez con el presidente Andrés Manuel López Obrador. No se conoce ninguna otra sesión.
El organismo tiene una Guía de Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica que ha ajustado como documento interno ante la epidemia del coronavirus para que sean las estructuras que indica, organismos de triaje, los que, jugando a ser Dios, decidan quién debe vivir y quiénes no.
La guía establece que ante la escasez de insumos que puedan beneficiar a pacientes, se obliga a preguntarse cómo deben asignarse cuando dos o más enfermos los necesitan, y apunta el orden de llegada, el que llegue primero, y el principio de necesidad médica, el que esté más sano, y para ellos instruye la creación de Equipos de Triaje que serán los encargados de asignar los recursos escasos de medicina crítica en el caso de los contagiados de covid-19.
Y mantiene el principio del más sano, al que identifica con el más joven ante el más viejo, afirmando que los menores deben recibir atención de cuidados intensivos sobre los de mayor edad y establece rangos de edades así: 0-12 12-40, 41-60. 61-75 y + de 75.
Sostiene que, en caso de empate de priorización entre dos pacientes, la decisión deberá tomarse al azar y pone de ejemplo ¡lanzar una moneda al aire! ¡La vida en un volado!
Y así, en una moneda al aire, juegan a ser Dios, quién vive y quién muere.
¿Ya lo sabrá el Presidente?
RETALES
1. UNAM. El rector Enrique Graue, uno de los vocales titular del CSG, se desmarcó ayer del contenido de esta guía de bioética y también deslindó a la UNAM. Dijo que no ha sido convocado a sesión plenaria alguna para discutirlo;
2. MOSCAS. Cuando el gobernador morenista de Baja California afirmó que por falta de insumos los médicos caen como moscas en la clínica 20 del IMSS, Zoe Robledo le llamó por teléfono y le pidió tener cooperación entre ambos. Y calificó de exageradas sus declaraciones;
3. ADELANTO. El Presidente propuso a sus adversarios adelantar la fecha de la consulta de renovación de mandato para que coincida con las elecciones de junio del año que viene, lo que siempre quiso. Ya vio la debacle de Morena y sabe que solo con él en la boleta puede revertir un resultado adverso que le quite la mayoría en la Cámara de Diputados.
Nos vemos mañana, pero en privado
lopezdoriga@milenio.com
@lopezdoriga
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Mi querido Jaime Ruiz Sacristán…/ Ignacio Morales Lechuga
A Pri, Juanpa, Juanpis, Patito y Dieguito.
El Universal
Predestinado a compartir y complementar su vida con Carlos su gemelo, Jaime Ruiz Sacristán, recibió todos los dones que el amor de sus padres y hermanos podían ofrecerle. La escuela hizo el resto para forjar el carácter seguro y terso que le conocimos siempre.
Ambos hermanos eran tan parecidos que Jaime comentaba con el humor que lo caracterizó, el día que un Presidente lo confundió con su hermano Carlos. Platicaba que recibió las instrucciones, sin tiempo para expresar la confusión de identidades. Templado, se preocupó, como si nada por registrarlas con la mayor fidelidad y trasmitirlas a su hermano cuanto antes.
Jaime y Carlos, Carlos y Jaime, una cercanía jamás interrumpida sino por este desenlace terrible: su fallecimiento.
Los conocí y me costaba trabajo distinguir quién era quién. Hablaban ese lenguaje casi común que caracteriza el mundo de los gemelos. Me costaba cierto trabajo captarles incluso algunas palabras.
En la universidad y en el posgrado, ambos hermanos cursaron juntos la administración y las finanzas; Ambos brillantes observadores y detallistas no tuvieron problema en destacar profesionalmente.
Más tarde Carlos participó en el servicio público llegando a desempeñarse como secretario de Comunicaciones y Transportes; Jaime, por su parte, siguió el camino de las finanzas y la banca, su trayectoria fue tan destacada que lo eligieron presidente de la Asociación de Bancos de México, posteriormente, presidente del grupo de la Bolsa Mexicana de Valores, cargo que desempeñó hasta el 12 de abril, día en que tristemente falleció, después de luchar, como siempre fue su temperamento, contra el Covid-19.
Construyó con Maribel, la compañera de su vida, una familia sólida y unida. Sus hijas Isabel, Priscila y Valeria les dieron plenitud de vida y la alegraron aún más con seis nietos a quienes Jaime prodigaba tiempo y cariño de abuelo.
Pese a su intenso trabajo siempre buscaba a Maribel y a sus hijas, eran su mundo, siempre presente compartiendo el tiempo, sin llevar a ese espacio las preocupaciones laborales.
Disfrutaba ver a nuestros nietos jugar en el jardín cuando él comía con la familia; en la sencillez de la vida, encontraba sus momentos de solaz y alegría, la lectura era una de sus pasiones, que disfrutaba sentado frente a su ventana.
Cuántas tardes pasó platicando con nuestros nietos de futbol y la liga MX asistiendo incluso a los estadios; era tanta su cercanía que, Dieguito, el más pequeño, repite sus gestos.
Vi en Jaime al banquero prudente, dispuesto a defender la banca y fortalecerla como institución de servicio para asegurar su permanencia. Fue un banquero discreto, con bajo perfil, confiable, siempre sensato en sus decisiones, pero abierto a ver y escuchar propuestas o proyectos de cuanto asunto le presentaran.
El respeto, admiración y confianza que ganó fueron frutos de su desempeño laborioso y sus principios, tal vez los fundamentales eran dos; la ética y la economía sin ideologías.
Era enemigo de que los consumidores, deudores, cuentahabientes o inversores de la Banca, aceptaran obligaciones poco claras, confusas o abiertamente engañosas. Le molestaba la “letra chiquita” de los acuerdos y no aceptaba que la economía (cadena de complejas interdependencias y técnicas) fuese ideologizada y conducida al fracaso o la creación de abismos económicos-sociales. Muchas de sus decisiones profesionales extendieron los beneficios de la economía a productores y consumidores, inversionistas, accionistas y usuarios de servicios financieros.
Llevó a la bolsa su mesura, prudencia y sensatez, para evitar ciclones cíclicos en los mercados bursátiles para que su mano se sintiera sólo lo indispensable, como una gestión positiva que proyecta confianza para todos.
Con su trato educado y cordial tenía esa categoría de los grandes personajes: su sencillez. Lo difícil lo hacía fácil y los problemas complicados los descifraba con su inteligencia y agudo olfato.
Encontró su fortaleza en el amor de su esposa y de su familia, en su profesión y con los muchos amigos que cosechó; tuvo una vida plena.
Jaime, si nuestros nietos crecen con el ejemplo que tanto les prodigaste se convertirán en ciudadanos preocupados por crear un país más justo, más igualitario, incluyente y desarrollado; gracias también por el cariño que prodigaste a tus yernos que vieron en ti un segundo padre y por último gracias por tu amistad, siempre franca y sincera.
Notario. Exprocurador General de la República
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Alguien hace como si no entendiera | Rafael Cardona
El Cristalazo
La Crónica
Esta columna se podría titular también, “El elogio de la guajolota”; “La guajolota presidencial”, “El triunfo del carbohidrato” o “Gordos del mundo, ¡uníos!”.
Pero no, se llama como quedó escrito por encima del insólito del manifiesto presidencial por la ”guajolota” (un bolillo o telera, en cuyo interior se enchuta un tamal de dulce, de chile o de manteca; cocido o tras oleaginosa fritura), alimento banquetero ascendido de su humilde condición de manjar matutino proletario, ingerido al pie del humeante bote de lámina, o ya de prisa en el vagón del Metro, a recomendación gastronómica en el más alto nivel para quienes ya entrada la mañana quieren silenciar los gruñidos de la tripa.
Ayer, con la misma seriedad de cualquier cura cuando termina el sacramento y despide en paz a los fieles porque la misa ha terminado, así, les dijo el Señor Presidente a los asistentes a su plática matutina:
“…Que la pasen muy bien.
“¡Váyanse!, digo respetuosamente, con todo cariño, no dejen de hacer lo que hace Hugo (¿?) y algunos del sector salud, váyanse a comer una torta, una “guajolota” con atole. Adiós, adiós…”
Más allá del gusto presidencial por la tamalería mexicana, producto del maíz cuya superficie es la patria (si descontamos la importación), es notable la variedad tamalera del Palacio Nacional expresada en el “chipilín” para los empresarios del “entre”, mientras la tropa sólo amerita la torta de tamal, frito o del humeante bote, con su inevitable atole, ahora sin el dedo usualmente próvido para la ilusa ingestión de esta bebida altamente energizante, engordadora y poco proteica.
Todo esto no dejaría de ser sino una anécdota más en el estilo populachero con el cual el Señor Presidente se dirige a su bien amado pueblo, al mero pueblo, su dueño y su señor, como él mismo ha dicho, pero la sugerencia contradice los planes nacionales de salud pública, desde hace tiempo, y en particular en estos graves momentos cuando la peor epidemia de la historia moderna se nos viene encima.
Lanzar –así haya sido en son de broma–, la excitativa a la ingesta de la “guajolota”, adiposa y grasienta, se da cuando Hugo López Gatell, el gurú científico de la IV-T, acababa de lamentar cómo se juntan al Coronavirus, otras varias epidemias, una de ellas, la obesidad, condición para la cual esa dieta es poco recomendable, si decimos lo menos.
Ha dicho:
“…Lo que desafortunadamente no nos ayuda, es la importancia de las enfermedades crónicas que contribuyen a la enfermedad grave por COVID: diabetes, hipertensión, obesidad.
“Son tres enfermedades, tres condiciones de salud en las que México destaca con respecto al resto de los países del mundo por ser uno de los países más afectados.
“Tres cuartas partes de la población en México tienen sobrepeso o bien tienen obesidad; hasta 14 por ciento de las personas mayores de 20 años tienen diabetes y hasta 35 por ciento de las personas mayores de 20 años padecen hipertensión arterial.
“¿Cuál es la consecuencia de esto?
“…Que vamos a tener una epidemia en donde las personas adultas jóvenes, también tienen afección grave y eventualmente casos fatales”.
Hace mucho tiempo la obesidad dejó de ser una característica personal para convertirse en una epidemia y un asunto de “salud pública”. Lo han dicho decenas de especialistas.
Copio una reflexión de la Organización Mundial de la Salud (2017):
“…La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso.
“Aunque anteriormente se consideraba un problema confinado a los países de altos ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en los países de ingresos bajos y medianos.
“Los gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado tienen una función crucial en la prevención de la obesidad”.
Esto, junto con la siguiente advertencia nos lleva a un punto muy serio:
“…En cualquiera de los casos la fase 3 es inevitable, la epidemia no se va a parar, lo hemos dicho muy claramente, no se va a parar, es imposible detener súbitamente una epidemia con un virus trasmisible, como es el virus SARS CoV-2; lo que sí se puede hacer es más lenta la transmisión…
Pero quizá este “guajolotero” asunto no haya sido sino una ruta de distracción para el fin primordial de la conferencia de ayer: unir, tras el fracasado primer intento, el proceso electoral del próximo año, con la manipulable “revocación” (renovación) del mandato.
Twitter: @CardonaRafael
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Moralmente derrotados/Darío Celis
La Cuarta Transformación
@dariocelise
El Financiero
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha podido articular políticas públicas, ni en salud ni en lo económico, que manden una señal de certidumbre a la población.
Por lo visto el Covid-19 no solo inmovilizó la actividad productiva, sino a prácticamente todo el gabinete de la 4T. En este escenario solo hay lugar para el Presidente, Marcelo Ebrard y Hugo López-Gatell.
Más allá de los rounds de sombra que la secretaria de Energía, Rocío Nahle, se aventó con los ministros de la OPEP, los demás integrantes del primer círculo en Palacio Nacional simplemente no existen.
En ruta a la que se perfila ser la peor crisis financiera de la historia moderna del planeta, una pregunta recorre toda la geografía nacional: dónde rayos está el secretario de Hacienda, Arturo Herrera.
Ubicada en el epicentro del colapso más profundo y negro para la mano de obra mundial, otra pregunta golpea las paredes del Palacio Nacional: dónde está la secretaria de Economía, Graciela Márquez.
Y podríamos seguir preguntando dónde está la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; el secretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú, o el secretario de Salud, Jorge Alcocer.
Muchos de los miembros del gabinete legal están moralmente derrotados. Pero no ha sido el coronavirus el que los tiene cabizbajos. Es el propio estilo de gobernar de López Obrador el que los tiene postrados.
Lo agobiante en que está tornando el ambiente, y lo cuesta arriba que se está volviendo cada día seguir la esquizofrénica narrativa del tabasqueño, va llevar pronto a la deserción de colaboradores.
Esas salidas se darán en los grupos moderados, los que tras 15 meses de gobierno no pudieron hacer entrar en razón al líder de la 4T, que terminó siendo arrastrado por sus fantasmas.
Esa ala más técnica y refinada, en medio de esta crisis de la pandemia, está siendo avasallada por los más reaccionarios del gobierno que diariamente se van posicionando mejor.
Lo más trágico que nos puede pasar cuando el coronavirus haya cedido, es que lo peor de Morena y los más radicales amloístas estén instalados en los puestos de los que optaron por la retirada.
UNA PRECISIÓN: LA junta de aclaraciones de la licitación del Tren Maya que se aplazó del 8 de abril a hoy es para el Tramo 3, que va de Escárcega a Izamal. El Fonatur, de Rogelio Jiménez Pons, recibió ayer las ofertas del Tramo 2 que correrá de Palenque a Escárcega. Fueron 14 consorcios los que se presentaron. La propuesta más baja fue otra vez el conformado por las empresas tabasqueñas Grupo Vázquez del Sur, Tierra y Asfalto y CICPA con la regiomontana Maiz Mier de José Maiz y la española Rubau de Jorge Rubau con 13 mil 835.3 millones de pesos, y la más alta de GIA, la de Hipólito Gerard, con el China Railway Construction de 15 mil 985.8 millones. No pierda de vista al grupo integrado por Cocomex que lidera Andrés Álvarez que lleva como socios a la brasileña Andrade Gutiérrez y a las empresas del sureste Armadora Tabasqueña de Manuel Santandreu y Marinsa, de José Luis Zavala. Llevan como agente financiero a Banorte de Carlos Hank González y su oferta fue la segunda más baja: 14 mil 122 millones de pesos. ICA de Guadalupe Phillips, Indi de Manuel Muñozcano, La Peninsular de Carlos Hank Rohn, Prodemex de Olegario Vázquez Aldir, Caabsa de Luis Modío y Carso de Carlos Slim, son otros tiradores.
PUES NADA, QUE en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de Javier Jiménez Espriú están que no los calienta ni el sol. Y es que en medio de esta emergencia nacional por la pandemia del Covid-19 el Instituto Federal de Telecomunicaciones les arrebató la bandera. Fue el equipo de Adolfo Cuevas el que reaccionó con toda oportunidad y convocó a los operadores de telefonía como AT&T de Mónica Aspe, Telcel de Daniel Hajj y Telefónica-Movistar de Camilo Aya a los acuerdos para apoyar a la población. La subsecretaría de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico de Salma Jalife quedó prácticamente fuera.
LE DECÍA EL lunes que Rocío Nahle echó de Pemex Transformación Industrial (TRI) a las directoras de Producción y de Procura, Elizabeth Andrade y Reyna Basilio, respectivamente. A esas posiciones están llegando José Manuel Rocha, quien venía liderando un equipo encargado de la rehabilitación de las seis refinerías. A Procura llegó con 20 años en el área de compras en Pemex Silvia Jiménez. Se trata de dos que hizo personalmente la secretaria de Energía a contrapelo del director de Pemex, Octavio Romero, que a su vez ratificó como jefe de aquéllos a Jorge Luis Basaldúa, designación que Nahle no avaló.
OTRA MUJER CON la espada desenvainada es Raquel Buenrostro, la jefa del SAT. En enero había llegado a la Administración Central de Operación Aduanera Lorena Urrea, pero ni siquiera la dejó terminar de sentarse en la silla porque este lunes la relevó y puso en su lugar a Rosa María Avella, que viene de la Administración Central de Apoyo Jurídico de Aduanas. Asimismo, Francisco Ricardo Berdon Charles fue retirado de la Administración de la Aduana de la CDMX y Guillermo Calderón de la Aduana de Puerto Progreso, Yucatán. Itzel Valdez es la nueva titular de la primera y Ronald Hernán Celis de la segunda.
NO, EL CONSEJO de la Bolsa Mexicana de Valores se emplazó para el próximo 21 de abril. Ahí los socios definirán al sustituto de Jaime Ruiz Sacristán. Le comenté que tienen una fuerte ascendencia en el fideicomiso de control GBM de Diego Ramos, Inbursa de Carlos Slim, Santander que dirige Héctor Grisi, Citibanamex que comanda Manuel Romo y BBVA que dirige Eduardo Osuna. Tres días después, el viernes 24 es la asamblea en la que se votará al ungido. Marcos Martínez, presidente ejecutivo de Santander, es un candidato fuerte, pero no se descarta algún caballo negro. Muchos están levantando la mano.
A LA CALLADA la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, expidió la resolución 211.2.2-7031 para validar una modificación de estatutos en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, con lo que el organismo presuntamente se ajusta a las reformas realizadas el año pasado en la Ley General del Trabajo, consistentes en la necesidad de establecer un método de selección de dirigentes mediante voto directo, personal, libre y secreto. El documento empezó a circular en estos días entre los liderazgos seccionales de Pemex.
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Endeudados con Trump/RAYMUNDO RIVA PALACIO
El Financiero
Coloquialmente como siempre, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que le había ido “requetebién” en la negociación del fin de semana con la Organización de Países Exportadores de Petróleo y el G-20, porque se hizo su voluntad y recortó únicamente el 25% de la cuota que le habían pedido para estabilizar el mercado petrolero. La victoria, en realidad, no es de él, ni tampoco resultado de su defensa de la soberanía nacional. El triunfo es del presidente Donald Trump, que tomó una decisión soberana, para los intereses de Estados Unidos, donde López Obrador fue un instrumento, no un jugador central. Sin embargo, nos endeudó en el largo plazo.
López Obrador dijo que no negoció ningún pacto secreto con Trump, atajando las dudas sobre ello. Es cierto. Nada fue secreto; todo está al descubierto. López Obrador no ofreció nada, porque no tiene nada que ofrecer. Trump intercedió por México porque el acuerdo petrolero global, que él personalmente promovió, tenía que ver con la seguridad nacional de Estados Unidos, no con el entendimiento, como lo ha dejado entrever el gobierno mexicano, de las razones y motivos políticos de López Obrador para negarse a reducir 400 mil barriles diarios de petróleo.
Trump volvió a sentar en la mesa a Arabia Saudita y Rusia, que no se pusieron de acuerdo en marzo para recortar su producción petrolera, con lo cual los precios del crudo Brent, el referente mundial, cayeron 30%, la baja más dramática desde la Guerra del Golfo en 1991. Esa guerra de petroprecios comenzó a aniquilar a la industria estadounidense que extrae petróleo de las rocas, una técnica que le permitió que desde 2014 lo convirtiera en el principal productor de crudo en el mundo, vendiendo barriles de petróleo por arriba de los 100 dólares.
La industria de petróleo shale en Estados Unidos, que tiene uno de los costos de operación más altos del mundo, fue financiada con préstamos por unos 250 mil millones de dólares. Con precios alrededor de los 20 dólares por barril, harían quebrar a las empresas norteamericanas, como comenzó a suceder en estas semanas, y millones de trabajos en esa industria que opera en 48 estados de la Unión Americana se perderían, sumando a los casi 10 que se han perdido por la pandemia del coronavirus. La decisión de Trump no requería mucha ciencia.
Si López Obrador no quería pagar la cuota de sacrificio, como el resto de las naciones petroleras, no iba a perder el tiempo. El acuerdo necesitaba salir el domingo, antes de que abrieran los mercados, con la expectativa de que el precio del petróleo subiera. No sucedió así. Los mercados no sintieron que fue suficiente el recorte para compensar por las pérdidas económicas por el coronavirus. Pero los mexicanos, por una decisión poco analizada por el equipo energético de López Obrador, quedamos endeudados con Trump.
En el briefing del lunes en la Casa Blanca, Trump explicó que entendía el compromiso doméstico de López Obrador y sus obstáculos políticos para alejarse de él, pero que le dijo “muy fuerte”, que el problema de no participar en el pacto era que estarían vendiendo el barril de petróleo entre 5 y 10 dólares. Acordaron que Estados Unidos compensaría con 250 mil barriles diarios casi toda la cuota mexicana y que después lo rembolsara, sin especificar si sería en petróleo o en otro tipo de especie, “cuando esté preparado para hacerlo”.
No está claro cuál será el valor que le asigne Trump al rembolso. Como hipótesis de trabajo se puede plantear que si se le adjudica el valor promedio que se espera tenga este año el West Texas Intermediate, el crudo de referencia en Estados Unidos, el monto que tendría que pagar el gobierno de López Obrador sería por cinco mil 354 millones 500 mil dólares. Si se tomara la mezcla mexicana como referente, con un costo por barril de petróleo de 17 dólares, el rembolso equivaldría a tres mil 102 millones 500 mil dólares. Estos números probablemente varíen, no sólo este año sino el próximo. Lo que es incierto en estos momentos, es si al alza o a la baja.
Un análisis de la firma Wellingence Energy Analitics, citado por la prensa, estableció que únicamente el 20% de los campos petroleros mexicanos seguían siendo financieramente solventes. Si el 80% no lo es, la pregunta es porqué no cerrar los pozos que cuestan más tenerlos abiertos que cerrados, y de ahí haber juntado los 300 mil barriles diarios de petróleo que no quiso López Obrador aportar al pacto global. Haberlo hecho habría sido una decisión estratégicamente inteligente. Si se cierran pozos no productivos, que sean 300 mil barriles diarios o más, es irrelevante en este momento. En cambio, el compromiso con Trump fue reponerle 250 mil barriles diarios por los dos años que dudará el acuerdo de la OPEP y el G-20 del domingo.
Cualquier valor que se le asigne al compromiso acordado por López Obrador con Trump, nos costará dinero. Más dinero echado a la basura por la incompetencia del gobierno de procesar todas las posibilidades. Lo peor de todo es la paradoja en la que se encuentra. Si el pacto tuviera éxito, el costo del rembolso sería más elevado. Si no lo tiene y el precio del crudo mexicano permanece por debajo de los 20 dólares, la vulnerabilidad financiera de Pemex se eleva, porque su utilidad sería prácticamente nula. El año pasado el costo de producción fue de 14.20 dólares por barril, sin contar los casi 30 dólares por barril de carga fiscal, con lo que se elevaría el costo a más de 44 dólares.
Lo que estamos viendo es un perder-perder. Sin el acuerdo con Trump ya estábamos mal. Con el acuerdo, estamos peor.
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Los días de la peste roja /Héctor De Mauleón
En Tercera Persona
El Universal
Hace un siglo la gripe española mató a 60 millones de personas en dos años. Seis veces más que los muertos que dejó la Primera Guerra Mundial. La primera ola de aquel mal llegó en marzo de 1918: un soldado del fuerte Riley, en Kansas, presentó fiebre, tos y dolor de cabeza. Una semana después había más de 500 soldados enfermos.
El virus era altamente letal. Se introducía en los pulmones, atacaba los tejidos, provocando fuerte hemorragias, y provocaba la muerte dentro de las 48 horas siguientes. Las tropas enviadas a los campos de batalla europeos propagaron velozmente la enfermedad. La prensa española fue la primera en reportar aquel brote de gripe. Por eso se le bautizó como influenza española.
En octubre de ese año la enfermedad alcanzó su pico más letal. Ese mes llegó a México, en donde los diarios la nombraron “la peste roja”. Para el 23 de octubre había en el país 60 mil infectados.
Las autoridades habían visto con desprecio la epidemia. En el Departamento de Salubridad decían que la altura de la Ciudad de México “mataría rápidamente al microbio” y aseguraban que la enfermedad se curaba tomando grandes cantidades de jugo de limón. Cuando el periódico El Nacional comenzó a documentar la gravedad del caso, se le tachó de amarillista.
El 10 de octubre de 1918, en el cuartel militar de la Villa de Guadalupe, se reportó que un militar había caído enfermo. En unos días había 200 contagios en el cuartel y estaban muriendo más de 20 soldados diarios.
El 5 de noviembre, El Nacional contabilizó en la ciudad 1,097 muertos. Las investigadoras Lourdes Márquez Morfín y América Molina del Villar han revelado que las muertes, en gran parte, fueron atribuidas a “neumonías”, “bronconeumonías” y “bronquitis”.
A un mes de la aparición de la epidemia los diarios hablaban de escasez de medicamentos, falta de camas en los hospitales y enfermos abandonados a su suerte. El diario El Demócrata denunció que seguían abiertas las escuelas, las cantinas y las pulquerías; que las calles no habían sido regadas, que la basura no había sido incinerada, que a los tranvías no los estaban desinfectando y que los vendedores de frutas, verduras y fritangas no habían sido retirados de las calles.
Ni los niños ni los adultos mayores estuvieron en el grupo de riesgo. Murieron sobre todo personas de 20 a 40 años. El padre de mi abuela murió durante aquella epidemia. Un médico recomendó que lo encerraran en su habitación con un frasco de Aspiroquina, y que no se volviera a abrir la puerta hasta que el medicamento lo aliviara o la peste roja se lo llevara. Mi abuela quedó huérfana a los tres años de edad.
Se calcula que en la capital murieron más de 10 mil personas (300 mil en todo el país). Los periódicos recomendaban no saludar de mano ni de beso, caminar en vez de usar el tranvía, evitar los cines, los teatros y los lugares de reunión mal ventilados, airear las habitaciones, “hacer ejercicio tres horas a la semana para desterrar los gérmenes”, no acercar los labios a la bocina del teléfono, y desinfectar las casas con sulfito de cal líquido.
EL UNIVERSAL recomendaba alejarse de toda persona que tosiera o estornudara. En caso de presentar los síntomas era preciso “permanecer aislado y llamar al médico”. A doctores y enfermeras, que muy pronto comenzaron a enfermar, se les recomendó, acaso por primera vez en el país, el uso de “mascarillas hechas de tela compacta y empapadas de antiséptico”.
He contado antes que los abuelos de mi generación exclamaban “¡Jesús te ampare!” cuando alguna persona estornudaba. La frase era un recuerdo siniestro de la epidemia del 18. Un siglo después, algunas personas la siguen empleando.
No fue lo único que la influenza nos dejó. Uno de los remedios con que en Estados Unidos se quiso combatir la enfermedad, o por lo menos sus síntomas —aspirina mezclada con bicarbonato de sodio y ácido cítrico—, le sirvió años más tarde al presidente de los laboratorios Miles Medicine Company para lanzar el Alka-Seltzer.
En el pánico de aquellos días, también el pañuelo fue visto con desconfianza: privaba la noción de que en esta prenda se escondía la muerte —y que uno la llevaba entonces en el bolsillo. Se recomendó hervirla o tirarla luego de toser, estornudar o asearse la nariz.
Desde 1914, Kimberly Clark había creado una celulosa que fue empleada como filtro en las máscaras antigás de la Primera Guerra. Dicha celulosa dio origen un producto de higiene personal femenina: el Kotex, que no tuvo gran éxito en su origen. Para contrarrestar las bajas ventas, los creativos de la compañía comenzaron a idear un nuevo uso.
Así llegó años más tarde el Kleenex.
Ante la notable escasez de información que hubo alrededor de la influenza española durante casi todo el siglo XX, Alfred Crosby la denominó “la pandemia olvidada”. Las imágenes de 1918-1919 fueron tan dantescas, que el mundo prefirió diluirlas, prácticamente desterrarlas.
La memoria de la peste roja siguió entre nosotros, sin embargo, en forma de frases, de comprimidos efervescentes, de los pañuelos desechables cuya publicidad, en las primeras décadas del otro siglo, rogaba a la gente: “No lleves un resfriado en tu bolsillo”.
@hdemauleon
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La seguridad, el coronavirus y nuestro drama fiscal | Alejandro Hope
Plata o Plomo
El Universal
El viernes pasado, el gobierno federal tomó una decisión de enorme relevancia que, en medio de la crisis sanitaria, pasó casi inadvertida.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) anunció un cambio en las reglas para ejercer los recursos provenientes de dos fondos federales dedicados a la seguridad pública, FASP y Fortaseg.
Va algo de contexto para los no iniciados. El Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) es una bolsa de recursos que se reparte anualmente entre los gobiernos estatales para cubrir lo que se conoce como programas de prioridad nacional, los cuales van desde el desarrollo policial hasta la construcción de capacidades forenses, pasando por el equipamiento tecnológico de las policías (pueden ver aquí la lista: https://bit.ly/3bdowau).
Por su parte, el Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg) es un subsidio que se entrega a un subconjunto de gobiernos municipales (aproximadamente 260) para financiar proyectos de seguridad pública y prevención de la violencia.
Sumados, ambos fondos recibirán este año un poco más de 11 mil millones de pesos, de acuerdo a lo establecido en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020.
Pero en esta ocasión, esos recursos no irán a cubrir sus fines tradicionales, al menos no del todo. De acuerdo a la circular emitida el 10 de abril por el titular del SESNSP, Leonel Cota Montaño, los gobiernos estatales y municipales tendrán la facultad de reorientar parte de los recursos del FASP y el Fortaseg para la adquisición de equipo de protección personal (mascarillas, guantes, etc.) para los elementos de las corporaciones policiales, así como para cubrir sus gastos de operación durante la pandemia.
En específico, se van a ver afectados los programas en materia de formación inicial de policías, acreditación y certificación policial (en específico, el control de confianza), y prevención social de la violencia.
Creo que es correcto que los integrantes de las policías estatales y municipales sean dotados con equipo de protección personal y que cuenten con recursos para la operación en condiciones de emergencia. Esos servidores públicos van a estar en la primera línea de respuesta a la epidemia, casi al parejo del personal de salud. No está de más recordar también que ya van al menos dos casos de policías que han muerto de Covid-19.
El problema es que no haya más recursos que los que se dedican a otras prioridades de seguridad y justicia, que responder a la emergencia signifique cortar el financiamiento para la formación inicial de los policías o limitar los procesos de certificación policial o dejar sin dinero a los programas de prevención social de la violencia.
En materia de seguridad, esta reorientación no es determinante: en términos gruesos, esto involucra un poco menos de 1,600 millones de pesos. Eso equivale aproximadamente a 0.8% del gasto total en seguridad y justicia en los tres niveles de gobierno.
Sin embargo, esto tiene un significado más amplio. Dada la postura gubernamental de no incrementar la deuda pública, la respuesta a la emergencia se vuelve necesariamente un juego de suma cero. Solo hay mascarillas si se deja de capacitar a los policías. Solo hay guantes si se abandona por un tiempo el control de confianza. Solo hay alimentos para policías si se deja de financiar programas de atención a jóvenes en riesgo.
Lo mismo debe de estar pasando en otros sectores. Para responder a la emergencia, estamos sacrificando el futuro. Y eso, por donde se le mire, es una tragedia.
@ahope71
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Mascarillas
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
REFORMA, 15 Abr. 2020
"Todas las sociedades
terminan portando máscaras”. Jean Baudrillard
Todavía ayer el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, afirmó que no es necesario que la gente común y corriente utilice mascarillas en su vida cotidiana. Sin embargo, la alcaldía de Benito Juárez en la Ciudad de México y el gobierno del estado de Tamaulipas, entre otros, han ordenado su uso obligatorio fuera de casa. El problema es que no hay mascarillas disponibles en supermercados o farmacias. Las hay solamente en un mercado negro que crece cada vez más.
No solo el gobierno mexicano desaconseja el uso de mascarillas para la población en general. En su página de internet, la Organización Mundial de la Salud dice: "Si está usted sano, solo necesita llevar mascarilla si atiende a alguien en quien se sospeche la infección por el 2019-nCoV. Lleve también mascarilla si tiene tos o estornudos. Las mascarillas solo son eficaces si se combinan con el lavado frecuente de manos con una solución hidroalcohólica o con agua y jabón. Si necesita llevar una mascarilla, aprenda a usarla y eliminarla correctamente".
Hasta hace muy poco el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos también desaconsejaba el uso de mascarillas. El 3 de abril, sin embargo, cambió su posición. Las mascarillas -señalan las nuevas directrices- deben ser portadas por todos, menos por infantes, "en lugares públicos en donde otras medidas de distancia social son difíciles de mantener", como en supermercados y farmacias. No deja de ser relevante que el presidente Donald Trump subrayó que la medida no es obligatoria y que él no la adoptaría: "Puedes hacerlo -dijo-, pero no tienes que hacerlo. Yo he decidido no hacerlo".
Los países del Asia oriental, donde el uso de mascarillas es habitual, han tenido tasas de contagio y de muertes inferiores a las de otros países donde esta práctica no es común. No sabemos realmente, empero, si esto es consecuencia de las mascarillas o de mejores prácticas de higiene y de distancia en estas sociedades.
"Lo que más nos preocupa por las mascarillas es que se relajen las otras medidas de prevención", explica el doctor Mauricio Rodríguez Álvarez del departamento de microbiología y parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM. Debe ser una mascarilla que cubra la nariz y la boca; no debe la persona estar tocando la mascarilla para no contaminarla; además, hay que lavarlas, cosa que nadie parece hacer. El uso de la mascarilla no significa que deba uno dejar de lado el lavado frecuente de las manos. Las mascarillas no proporcionan una protección confiable.
Las mascarillas se han convertido, más que en un dispositivo de protección contra contagios, en una forma de expresión personal. Quizá sea inevitable, si consideramos que cuando se usan se convierten en lo primero que ve uno de la persona. En Asia se considera una grosería que alguien que tiene una afección respiratoria no la use. En México las órdenes de emplearlas, a pesar de que no están disponibles en los mercados formales, son una especie de desplante de rebeldía frente a un gobierno federal que se aferra a desaconsejar su uso.
En todo el mundo hay un creciente reconocimiento de que las mascarillas no otorgan una protección total, pero sí pueden disminuir la posibilidad de contagios en ciertas circunstancias. Usarlas en el transporte público y en mercados o supermercados puede ser una buena práctica. El problema es encontrarlas.
· MÁS DE LO MISMO
Ahora es el FMI el que pronostica un desplome de 6.6 por ciento de la economía mexicana en este 2020. El presidente López Obrador ha prometido anunciar medidas de recuperación este jueves, pero al parecer será más de lo mismo. El gobierno prefiere dar subsidios a sus clientelas que generar empleos, y usar el poco dinero disponible para los proyectos del Presidente y no para reactivar la economía.
@SergioSarmiento
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Liderazgos/Sergio Aguayo
REFORMA, 15 Abr. 2020
Tiempos de transformación y reajuste en los liderazgos. Según las encuestas, al Presidente se le está acabando el embrujo y el carisma. ¿Se recuperará o se acentuará la tendencia?
El Presidente ha perdido autoridad moral. Recibió 30 millones de votos en 2018, sí, pero sólo 13.2 millones eran votos "leales", el resto (16.8 millones) eran "cambiantes". Las encuestas muestran que, entre estos últimos, se ha ido debilitando la aprobación a la figura presidencial que también pierde ascendiente entre actores sociales.
Una razón para el deterioro es el desorden e ineficiencia en buena parte de la 4T. Veamos el manejo de la emergencia sanitaria. Mientras Hugo López-Gatell se esfuerza por convencer de que todas y cada una de las etapas estaban incluidas en un plan maestro, el IMSS de Zoé Robledo se distingue porque sus hospitales son focos de infección (en Baja California dice el gobernador que los médicos "caen como moscas") y Marcelo Ebrard se estrena como zar del coronavirus recurriendo a lo que parece un bomberazo: la contratación de 20 vuelos de aviones de pasajeros de Aeroméxico para traer desde China material que deberían haber tenido almacenado desde hace meses.
Después estarían los gobernadores y presidentes municipales. ¡Cuánta heterogeneidad y desorden en el manejo del coronavirus! El gobierno de Yucatán preparó una tabla comparando la integralidad de la respuesta en 32 entidades. Con base en ocho variables se concluye que los dos mejores son el de la Ciudad de México y el de Yucatán, gobernados por Claudia Sheinbaum (Morena) y Mauricio Vila Dosal (PAN) respectivamente. Los peores son Chiapas (Rutilio Escandón) y Morelos (Cuauhtémoc Blanco), ambos de Morena.
He conversado con varios presidentes municipales. Coinciden en el abandono en el que los tienen el gobierno federal y sus superdelegados. Desorientados, algunos siguen a la espera de instrucciones, mientras otros toman la iniciativa y ensayan políticas integrales para atender la emergencia sanitaria y sus consecuencias sobre el empleo y las actividades empresariales. Entre otros, Xavier Nava en San Luis Potosí (independiente al que le prestaron las siglas del PAN).
Otro frente de batalla es el económico. Cuatro gobernadores de oposición llaman a romper el pacto fiscal, hay organismos empresariales convocando a una huelga de impuestos, mientras los más institucionales crean un "Acuerdo Nacional en favor de México" para, entre otras acciones, apoyar a las pequeñas y medianas empresas amenazadas por el bajón en la actividad económica. Estarían luego los empresarios que promueven la revocación del mandato presidencial en la consulta a realizarse en junio de 2022.
Dejo para el final a las bandas criminales que buscan nuevas formas de recuperar los ingresos perdidos con la emergencia por el empobrecimiento de sus clientelas tradicionales: adictos, transeúntes, casas habitación, pequeñas empresas, etcétera. Los que piensan en el largo plazo cultivan o incrementan su base social repartiendo despensas o reduciendo a la mitad el derecho de piso, con un desparpajo hecho posible por la debilidad del Estado y la volatilidad del momento.
Por ahora, parece improbable que el Presidente recupere los niveles de autoridad moral de 2018. Erradicó de su vocabulario la autocrítica y está convencido de que su gabinete y estilo de gobernar son los adecuados. El deterioro de su liderazgo también puede verse como el final del ciclo iniciado con la construcción del presidencialismo autoritario y centralista edificado después de la Revolución Mexicana. También es cierto que no hay liderazgos retándolo; es bien reveladora la encuesta de El Financiero de esta semana. Morena se desploma pero no repuntan el PAN y el PRI.
Es imposible anticipar si el nuevo orden será mejor o peor. Ello dependerá de la madurez y claridad de los que se van y los que se quedan o llegan. Tengo décadas estudiando y escribiendo sobre el cambio. Nunca, jamás, había observado un escenario de tal complejidad, bosquejada en esta columna. Seguiré opinando desde la independencia y con hechos confiables. Continuaré poniendo como interlocutores y destinatarios a los ciudadanos que, por su parte, buscan fórmulas para hacerse escuchar por unas élites políticas en su mayoría mediocres.
Colaboró Zyanya Valeria Hernández Almaguer.
@sergioaguayo
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Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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