Senado de la República, noche del jueves 8 de septiembre de 2022
El Presidente Senador Eruviel Ávila Villegas:
Hace uso de la palabra la Senadora Beatriz Paredes Rangel, del grupo parlamentario del PRI, en contra del dictamen.
La Senadora Beatriz Paredes Rangel: Muy buenas noches.
Honorable Asamblea:
Compañeros integrantes de la Mesa Directiva:
Un orgullo, señor vicepresidente, en calidad de presidente.
Compañeras y compañeros legisladores:
Esta fecha, 8 de septiembre, dejará huella profunda en la biografía de cada uno de nosotros; también será una decisión que calificará en términos históricos a este régimen, espero que exista consciencia de ello.
Ciertamente nunca imaginé que este gobierno presentara esta iniciativa, no sólo porque en las propuestas de campaña el candidato de Morena planteó exactamente lo contrario, también porque en la composición de las bancadas de los partidos aliados que gobiernan y de los de Morena participan algunas personas que han vivido, desde el liderazgo social, circunstancias complejas en su relación con las Fuerzas Armadas.
La decisión de trasladar la seguridad pública a los militares no corresponde a lo que señala la Constitución; ya lo fundamentaron exhaustivamente varios de los Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra, no insistiré.
Sin embargo, no son los argumentos jurídicos los que los conmueven, tampoco lo que se supondría son principios ideológicos.
Yo no pretendo defender ninguna estrategia de seguridad anterior, también fallidas.
Por eso, deseo que los Senadores y Senadoras que tengan una genuina preocupación por el destino nacional cuando menos reflexionen en los argumentos que se han planteado.
Respeto al Ejército Mexicano como institución. En lo personal, aprecio a varios cuadros superiores castrenses y, desde luego, a las tropas de origen popular.
Valoro el papel que ha tenido en la historia patria, aunque no ignoro los momentos oscuros que también han existido y me duelen e indignan, pero lo que más aprecio de nuestras Fuerzas Armadas es su decisión de no tener injerencia en el poder civil, en asumir pacíficamente el relevo de la presencia militar en el poder político cuando en 1946 un civil asumió la Presidencia de la República. Esto se hizo en nuestro país sin un conflicto armado.
La historia enseña, esa subordinación al poder civil del Ejército Mexicano fue lo que permitió un siglo XX de estabilidad política en México conducido por civiles, no exento de deficiencias y yerros, pero hay que recordar que no fuimos el Cono Sur.
No parece sensato entonces modificar la correlación de fuerzas en existente en el aparato del Estado, es una enorme responsabilidad.
Compañeras y compañeros Senadores:
He escuchado con mucha atención las intervenciones de los colegas que han intervenido y reconozco que cuando con el valor civil que a muchos ha caracterizado a lo largo de su vida, denuncian excesos y páginas oscuras, enrojecidas de la historia reciente de México, en donde hubo excesos de algunos elementos castrenses.
De las disertaciones que escucho, la conclusión lógica sería que no podemos darle fuero militar a una corporación policiaca, no podemos darle fuero militar a una corporación policiaca.
La Guardia Nacional es una corporación policiaca o es una corporación militar. Ese es el fondo del debate. Si es una corporación policiaca, tiene que ser juzgada por el fuero común y los tribunales civiles; si es una corporación militar, va a ser juzgada por la justicia militar.
Tienen ustedes que entender qué es lo que estamos haciendo.
Sé, amigos, amigas de Morena, que actúan de buena fe, a veces la buena fe no es suficiente; aunque la experiencia aconsejaría tener una nueva estrategia de seguridad, una nuestra estrategia de seguridad verdaderamente y no reforzar con argumentos falaces la estrategia que hemos tenido en los últimos años, que de una u otra manera, por un partido u otro partido, por un titular del Poder Ejecutivo u otro, lo que ha hecho es llevar al Ejército a las calles, me parece dramático que quienes han vivido una historia progresista por actuar de buena fe, puedan cometer un error histórico.
Una nueva estrategia de seguridad federalista, esta estrategia es centralista; una nueva estrategia de seguridad con policías civiles profesionalizados, bien remunerados y con seguridad social pertinente, con el uso de alta tecnología, con recursos suficientes y responsabilidades precisas para los distintos órdenes de gobierno; con una estrategia regional focalizada para que no tengamos territorios en donde no prevalece el imperio de la ley; con una nueva definición sobre la relación con el crimen organizado.
No, no son suficientes ni las frases ni la actuación.
Y con la participación de las Fuerzas Armadas, cuando sea necesario, en casos excepcionales y en las condiciones que regule la legislación.
Cuidar a las Fuerzas Armadas también es nuestra responsabilidad; que su alta jerarquía y responsabilidad institucional de garantizar la soberanía del país, de atender de la seguridad nacional, de respaldar en circunstancias excepcionales la protección civil, de representarnos ante los ejércitos del mundo y en las tareas de seguridad del hemisférico plasmadas en los tratados, como otras tantas, son las verdaderas funciones para robustecer al Ejército Mexicano, un Ejército que es ejemplar por su subordinación al poder político.
No generemos tentaciones que en México no existían por nuestro arreglo estructural e institucional, no es conveniente desnaturalizar a nuestras Fuerzas Armadas dedicándolas a la seguridad pública, reincidiendo y formalizando por parte del gobierno una estrategia fallida.
He escuchado durante tres años y medio que la estrategia en otras administraciones fue fallida, ahora simplemente se está legalizando.
La historia nos juzgará.
Muchas gracias.
(Aplausos)
El Presidente Senador Eruviel Ávila Villegas: Gracias, Senadora Beatriz Paredes.
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