Revista Proceso # 1860, 24 de junio de 2012
MADRID.– El 15 de abril de 2011, el Juzgado de lo Penal 4 de Barcelona emitió una sentencia contra Roberto Gil Zuarth, entonces secretario particular del presidente Felipe Calderón, por los delitos de lesiones contra un civil, atentado contra agentes de la Guardia Urbana de Barcelona y de la policía autonómica –los Mossos d’Esquadra– y por daños y destrozos en una propiedad privada.
El juez José Antonio Lagares Morillo arguyó: “… debo condenar y condeno a Roberto Gil Zuarth como autor responsable penalmente de un delito de lesiones, de un delito de atentado a agentes de la autoridad, de una falta de maltrato de obra”, entre otros.
Por concepto de responsabilidad civil, el inculpado tuvo que indemnizar a tres policías y a un vigilante de la Sala Luz de Gas, una conocida discoteca del barrio Sant Gervasi, en la capital catalana, donde el hoy coordinador de la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota protagonizó un altercado.
Gil Zuarth, su cuñado Sergio Eduardo Humphrey Jordan y las parejas de ambos participaron en la trifulca el 28 de diciembre de 2006. Previo al juicio oral, el actual candidato a una senaduría por la vía plurinominal tuvo que indemnizar con 2 mil 900 euros a los agraviados.
Su cuñado, Sergio Eduardo Humphrey Jordan, fue condenado como “autor responsable penalmente” de una falta contra el orden público y por un delito de lesiones, concurriendo asimismo la atenuante de reparación del daño. En su caso, con anterioridad al juicio oral pagó 250 euros por el daño causado a uno de los agentes que intervinieron en su arresto.
Humphrey Jordan, hermano de Carla Astrid, la hoy esposa de Gil Zuarth, fue abogado de Pemex Exploración y Producción (PEP) en 2005. Al terminar esa gestión, continuó ejerciendo su profesión en la firma Weatherford Internacional Ltd., y Weatherford Energy Services, S. de R.L. de C.V., sociedad pública sueca controladora de empresas que ofrece “servicios avanzados” en pozos de petróleo y gas natural, y en Operadora de Campos de Poza Rica DWF, S.A. de C.V., según documentos obtenidos por Proceso.
De acuerdo con testimonios recabados por el corresponsal en esta ciudad y en la capital catalana, la embajada de México, que encabeza Jorge Zermeño, intervino para encontrar una solución, lo que evitó que los implicados pisaran la prisión.
“Hubo mucha presión de México, desde Los Pinos y desde (la Secretaría de) Relaciones Exteriores para que esto no saliera a la luz pública. Incluso, Josefina Vázquez Mota presionó a Calderón y a Zermeño para que esto tuviera el perfil más bajo posible, porque (a Gil) se le habría ‘caído’ la candidatura al Senado”, dijo uno de los entrevistados.
“La embajada logró que el tema se manejara sólo como ‘reparación de daños’, porque sí ameritaba prisión”, comentó otro.
Desde la comisión de estos delitos y el fallo del juez Lagares Morillo, Gil no ha tenido ningún tropiezo en su carrera. Del 28 de diciembre de 2006, cuando ocurrieron los hechos, Gil recién había asumido el cargo de coordinador de asesores de la Secretaría de la Función Pública (SFP), encabezada por Germán Martínez.
Tras el paso de Gil por el IFE, una diputación federal, la Subsecretaría de Gobierno de la Secretaría de Gobernación y su frustrado intento por dirigir el PAN, el presidente Felipe Calderón lo nombró su secretario particular el 7 de enero de 2011, tres meses antes de que el juez catalán emitiera su sentencia.
España no es un país desconocido para Gil Zuarth, ya que aquí cursó una maestría en derecho constitucional por la Universidad Carlos III de Madrid y es candidato a doctor en derecho por la misma institución.
Consultado por el reportero, Bernardo Graüe, consejero de prensa de la legación de México en España, aseguró que no tienen información ni conocimiento de la intervención de la embajada en el incidente, ni conocen nada respecto de dicho altercado.
La trifulca de 2006
De acuerdo con la sentencia, alrededor de las 4:30 de la madrugada del 28 de diciembre de 2006, Gil Zuarth, su entonces novia Carla Astrid Humphrey Jordan, el hermano de ésta, Sergio Eduardo, y su novia, Daniela Paola Romano Álvarez, intentaron salir del establecimiento con “vasos de cristal”. El portero de la discoteca, Roger Martínez Losada, les dijo que no podían salir con ellos y les pidió regresar a la barra a cambiarlos por unos de plástico.
Las dos parejas entraron de nuevo a la discoteca. Y cuando cruzaron la puerta de salida el portero se percató de que Carla Astrid llevaba un vaso de cristal en su bolso, por lo que se lo retiró. La aludida aseguró que él lo había colocado en el bolso. Carla Astrid estaba muy alterada. Gil Zuarth y su cuñado se encararon con los porteros y con el vigilante José Luis Visanzay Coscolín.
Martínez Losada llamó aparte a los “dos acusados”. Carla Astrid intentó acercarse a ellos, pero Visanzay la detuvo.
“Entonces Carla Astrid empezó a gritar diciendo que no la tocase y, al oírla, el acusado Roberto Gil Zuarth se acercó al vigilante y lo agredió con un puñetazo en la cara, provocándole así lesiones consistentes en contusión facial” que exigió “tratamiento médico-quirúrgico”, por lo cual “estuvo impedido de realizar su trabajo habitual” durante 10 días.
Los agentes de la Guardia Urbana Fernando Freixenet López y Fernando Mellado Gutiérrez, que realizaban controles de alcoholímetro en las inmediaciones, se percataron del altercado y se acercaron. Al comprobar que el vigilante estaba herido, trataron de aclarar las cosas, “tarea a la que se incorporaron los Mossos d’Esquadra Juan Miguel Martínez Estrems, Jesús Fanega Prat y Susana Deulofeu Morales, que patrullaban por la zona”.
Los policías autonómicos “acudieron en apoyo de los agentes de la Guardia Urbana al advertir que éstos tenían dificultades como consecuencia de la exaltada y violenta actitud de los acusados Roberto Gil Zuarth y Sergio Eduard Humphrey Jordan, especialmente el primero”.
Después, los policías separaron a Gil del resto de sus acompañantes “para proceder a su identificación”, pero “el acusado empujó violentamente al policía Fernando Freixenet”, mientras “Carla Astrid, muy alterada, se puso a gritar al tiempo que intentaba acercarse a Roberto. Al oír los gritos de Carla Astrid, Gil Zuarth empujó al Mosso d’Esquadra Juan Miguel Martínez Estrems contra el escaparate de vidrio de la tienda Calzados Viena”, en la calle Muntaner, donde se ubica la discoteca Luz de Gas.
El portero de la discoteca, Roger Martínez Losada, acudió en su auxilio. En su intento, “se cortó con un trozo de vidrio en un brazo”.
El Mosso d’Esquadra sufrió múltiples erosiones superficiales en el cuero cabelludo y dolor cervical a la palpación, pero no tuvieron mayores consecuencias.
La gresca continuó. Según el documento emitido por el juez catalán. “cuando los agentes de la autoridad procedían a la reducción y detención del acusado Roberto Gil Zuarth, el acusado Sergio Eduardo Humphrey Jordan se dirigió contra el agente de la Guardia Urbana con carnet profesional 23.129 (Fernando Mellado Gutiérrez), forcejeó con él y le produjo lesiones leves consistentes en eritema facial y contusión en el tercer dedo de la mano izquierda”.
Según los hechos probados asentados en la sentencia, el Mosso d’Esquadra Jesús Fanega Prat sufrió un esguince del tobillo izquierdo “en el transcurso de la reducción y detención de Roberto Gil Zuarth, como consecuencia de su oposición, precisando una primera instancia (de atención médica) y 10 días de impedimento para trabajar”.
Por lo que respecta a Gil, al resistirse a la detención sufrió “un hematoma en el párpado izquierdo (trauma ocular) con uveítis y edema de retina, lesiones que se produjeron en el contexto de su reducción y detención, ya que en dicha tarea los agentes de la autoridad hicieron uso legítimo de la fuerza imprescindible para vencer la fuerte resistencia que aquel ofrecía”.
En el juicio oral por este altercado violento al calor del alcohol, consignado como “procedimiento abreviado No. 602/09”, Sergio Eduardo y su hermana Carla Astrid acusaron por lesiones al policía Fernando Mellado Gutiérrez. El agente fue absuelto, pues estaba como parte acusadora a causa de las lesiones que sufrió.
En el juicio oral, el juez pormenorizó las penas con que sentenció a Gil Zuarth. Primero, “por el delito de lesiones de seis meses de prisión a sustituir por 12 meses de multa con una cuota diaria de 12 euros; por la de falta de maltrato de obra la pena de multa de 15 días con una cuota diaria de 12 euros y una responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago de un día (en prisión) por cada dos cuotas impagadas”.
Y añadió: “Por el delito de atentado, la pena de un año de prisión a sustitución por dos años multa con una cuota diaria de 12 euros; por cada una de las (otras) dos faltas de lesiones la pena de multa de 30 días con una cuota diaria de 12 euros y una responsabilidad subsidiaria de un día por cada dos cuotas impagadas, y por la falta de daños la pena de multa de 15 días con cuota diaria de 12 euros con una responsabilidad subsidiaria de un día por cada dos cuotas impagadas”.
Por la vía civil, el entonces secretario particular de Calderón tuvo que indemnizar al vigilante José Luis Visanzay con 800 euros por lesiones y su secuela; al Mosso d’Esquadra Juan Miguel Martínez Estrems le dio 500 euros por lesiones; al compañero de éste, Jesús Fanega Prat, otros 600 euros por las lesiones, mientras que al portero de la discoteca, Roger Martínez Losada, le pagó mil euros. Los dos acusados asumieron también los costos procesales de manera proporcional.
En noviembre de 2011, durante su visita a Madrid, la entonces precandidata Josefina Vázquez Mota evitó mencionar ese incidente. Durante la presentación de su libro Nuestra oportunidad. Un México para todos, en el Círculo de Bellas Artes de esta capital, sólo ensalzó la presencia de su “amigo, el embajador Jorge Zermeño y su esposa Astrid”. Lo extraño fue que el diplomático no subió al podio, algo usual en este tipo de eventos, sino que permaneció entre el público.
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