Cables
Kissinger La trama del “golpe a Excélsior”/ ALEJANDRO NAVARRETE,
Alejandro
Navarrete es integrante del blog www.mediosyciudadanos
Revista
Proceso
No. 1902, 14 de abril de 2013
Del
millón 707 mil 500 nuevos textos que WikiLeaks puso a la disposición pública la
semana pasada, 51 mil 642 hacen
referencia a México, enviados desde la embajada de Estados Unidos durante la
gestión de Joseph John Jova. En algunas decenas de esos reportes, el
diplomático dejó documentada, desde su perspectiva, la trama de lo que él
definió como el “golpe a Excélsior” para acabar en 1976 con aquel periódico
crítico e independiente dirigido entonces por Julio Scherer García. Orquestada desde Los Pinos en las
postrimerías del sexenio de Luis Echeverría Álvarez, en la maquinación
participaron de manera apenas embozada –de acuerdo con los cables enviados por
Jova a su jefe, Henry Kissinger– empresarios notables, personeros del gobierno
y algunos cooperativistas del diario.
En
la década de los setenta el gobierno de Estados Unidos consideraba a Excélsior
–dirigido por Julio Scherer García entre 1968 y 1976– como un diario
independiente y el de mayor influencia en México y Latinoamérica, aunque en
ocasiones le irritaba su línea editorial antiestadunidense. A través de su
embajada, Washington solía analizar la información que se publicaba en el
rotativo y daba un seguimiento al propio director, a quien reconocía como uno
de los periodistas mejor informados del país.
El
9 de julio de 1976, un día después del “golpe a Excélsior”, la legación incluso
mencionó que el presidente Luis Echeverría Álvarez podría estar buscando sacar
del escenario a ese diario crítico para
fortalecer a otros –El Sol de México y El Universal– en los que, según sus
reportes previos, el mandatario tenía intereses y en cuyas páginas buscaría
difundir su “voz pública” al término de su sexenio.
Así
lo revelan los cables diplomáticos emitidos entre 1973 y 1976 desclasificados
por el gobierno de Estados Unidos en 2006 y que desde la semana pasada pueden
ser consultados en la página web de WikiLeaks con ayuda del nuevo buscador Plus
D o Public Library of US Diplomacy.
Los
nuevos documentos se suman a los del llamado Cablegate que WikiLeaks difundió
en 2010, luego de que los obtuviera de manos del estadunidense Bradley Manning.
Los afanes de
Kissinger
Los
nuevos documentos fueron escritos cuando la política exterior estadunidense era
dirigida por el controvertido Henry Kissinger, quien fue secretario de Estado
entre 1969 y 1977, durante las administraciones de Richard M. Nixon y Gerald
Ford, por lo que WikiLeaks los bautizó como los “cables Kissinger”.
Del millón 707
mil 500 textos enviados al despacho de Kissinger entre 1973 y 1976, 51 mil 642
hacen referencia a México. Hace tres años, cuando se destapó el Cablegate y
se difundieron 251 mil 287 cables que abarcaban de 2003 a 2010, sólo 9 mil 422
aludían al país. La diferencia es notable.
En
ellos se reflejan las tensiones de la Guerra Fría, así como la proclividad de
Washington a incidir en los gobiernos latinoamericanos, sobre todo porque
entonces las palabras “comunismo” y “capitalismo” se utilizaban para
identificar a los aliados y a los adversarios políticos.
Los
documentos concernientes a México aluden a la segunda mitad del sexenio de
Echeverría e incluyen el proceso de transición que llevó a Los Pinos a José
López Portillo en 1976, etapa convulsa en la cual se desataron rumores, entre ellos el del supuesto complot
tramado por el mandatario saliente para asesinar a su sucesor antes de que
tomara posesión; incluso se habló de un “golpe de Estado”.
En
sus reportes, que eran enviados a la oficina de Kissinger, la embajada
estadunidense menciona que existía la probabilidad de una declaración de
“estado de emergencia” para que Echeverría permaneciera en el poder. Como contexto de estas observaciones se
hace referencia a los secuestros de diplomáticos estadunidenses realizados por
la guerrilla, como el del vicecónsul John Patterson, quien apareció muerto
meses después de su plagio, y de políticos mexicanos como el senador Rubén
Figueroa Figueroa, entonces candidato a la gubernatura de Guerrero.
En
los hechos referidos también se destaca el secuestro y asesinato del empresario
regiomontano Eugenio Garza Sada, las devaluaciones del peso y los ataques a la
incipiente prensa independiente, en particular a Excélsior, dirigido por
Scherer García, cuya pluralidad de colaboradores y los temas que éstos
abordaban eran monitoreados por los analistas de la embajada, encabezada por
Joseph John Jova.
En
septiembre de 1975, el diplomático envió un mensaje al vicepresidente Nelson
Rockefeller (cable 1975MEXICO00448_b) en el cual describe a Excélsior como el
más influyente de los diarios mexicanos y le recomienda conceder a Scherer
García una de las entrevistas solicitadas –la otra la pidió El Heraldo de
México– como preámbulo a una visita de Kissinger a Latinoamérica:
Excélsior
frecuentemente toma una línea anti americana pero es el periódico más
influyente de México y goza de considerable (posiblemente inmerecido) prestigio
en el hemisferio. El Heraldo es
notablemente más conservador que Excélsior pero tiene aproximadamente la misma
circulación (…). Siento que serviría a nuestro propósito si usted pudiera
conceder ambas entrevistas.
Para
Jova y sus colaboradores, el diario que dirigía Scherer García era
“independiente” y se referían a él como “influyente”, así como “izquierdista”,
“izquierdista-nacionalista” y de “centro izquierda”, según los cables
1973MEXICO06466_b, 1975MEXICO00694_b, 1974MEXICO00847_b y 1974STATE026278_b.
En
otro, el 1975MEXICO05571_b, Jova insiste en la influencia continental de
Excélsior y se refiere a su director como un periodista incisivo:
1.- Julio
Scherer García, el
director de Excélsior, el diario líder en la Ciudad de México y el único
periódico mexicano que tiene influencia en toda Latinoamérica, ha solicitado
especialmente una entrevista con usted. Estaría preparado para venir a
Washington en cualquier fecha conveniente pero le gustaría que fuera lo más
pronto posible.
2.-
Scherer es además actualmente presidente de Latin, servicio de prensa apoyado
por varios periódicos líderes en Latinoamérica.
3.-
Aunque Scherer dice que su entrevista será en un tono positivo, y aunque
creemos que ciertamente será puntual en lo referente a sus declaraciones, él es
a veces sinuoso en lo que respecta a comentarios interpretativos. Aun así, en
vista de su posición, yo recomendaría que lo reciba.
Jova.
CONFIDENCIAL.
El
14 de mayo de 1976, la embajada reportó a Washington que Excélsior había
publicado un editorial “altamente crítico” del secretario Kissinger, titulado
“El mundo de acuerdo al gusto de Kissinger” (cable 1975MEXICO04240_b).
A
pesar de sus renuencias, los diplomáticos estadunidenses reconocían el quehacer
editorial de Scherer García. En septiembre de 1975, Jova desayunó con el
director de Excélsior, quien habló de los escenarios que veía para la
candidatura presidencial. Jova envió su reporte a Washington.
En
otro cable, el 1975MEXICO05326_b, la embajada relata sus gestiones para
conseguir información a fin de convencer a Scherer García de las violaciones a
los derechos humanos en Cuba. La víspera,
Excélsior publicó un reportaje sobre las violaciones en Chile por parte
de la dictadura del general Augusto Pinochet.
Las
intromisiones de Echeverría
Semanas
antes del “golpe a Excélsior”, la embajada de Estados Unidos envió un reporte
confidencial según el cual el presidente Echeverría intentaría “meter en
cintura” (bring to heel) a Scherer García y a Excélsior.
En
el cable 1976MEXICO08735_b, redactado el mismo día del golpe –el 8 de julio de
1976–, antes de que la legación conociera de los sucesos en Reforma 18, se
mencionaba la molestia de Echeverría con el diario y su decisión de terminar
con la libertad editorial del rotativo:
De
acuerdo a un reporte confidencial de varias semanas atrás, el presidente
Echeverría, alimentado por los ataques de Excélsior (entre otras ofensas
percibidas) al gobierno y a López Portillo había determinado “meter en cintura”
al diario. El reporte sugería que el gobierno buscaría desalentar la publicidad
en Excélsior y quizás usar otros medios de presión financiera sobre el papel;
señalaba también que el gobierno buscaría desincentivar la publicidad de
empresas en el diario y tal vez usar otros medios de presión financiera.
No
obstante omite el boicot publicitario por parte del empresariado nacional que
Excélsior padeció meses antes.
Años
después, Scherer García escribió (La terca memoria, p. 119) que Juan Sánchez
Navarro, el “ideólogo” de la clase empresarial, le contó la forma en que
Echeverría orquestó el boicot publicitario:
Los
empresarios que pesaban, los del poder económico y la influencia política,
preocupados por el rumbo que tomaba Excélsior, acordaron reunirse en la casa
del fundador de la ICA, Bernardo Quintana. Invitaron al presidente Echeverría,
que concurrió puntual a la cita. Hablaron del periódico. Era peligrosa la
posición que asumía, más y más cargada a la izquierda. El director, Julio
Scherer García, no ocultaba su tendencia política y era verosímil que se trata
de un sujeto proclive al comunismo. El diario mantenía un ritmo de crecimiento
sostenido, fenómeno que se sumaba a las inquietudes de los empresarios. El
anfitrión tomó la palabra y solicitó el parecer del presidente de la República.
Echeverría
fue directo. Los hombres de la iniciativa privada rendían su cuota al auge del
periódico, la publicidad era fuente de ingresos para el diario. Así fortalecía
al enemigo común. En manos de los empresarios estaba el remedio a una situación
que ya era crítica.
Previamente
al “informe secreto” sobre las intenciones de Echeverría de nuevas agresiones a
Excélsior, la embajada ya había enviado a Washington otros reportes acerca de
las maniobras del presidente por mantener una prensa leal cuando dejara Los
Pinos.
Según uno de
esos documentos (el 1976MEXICO06463_b ), Echeverría intentaba adquirir El Sol
de México junto con sus 32 diarios regionales y la recién formada Editorial
Mexicana, S.A., EMSA (posteriormente Organización Editorial Mexicana,
OEM) a través del empresario Mario Vázquez Raña, a quien se identificaba como
muy cercano al presidente.
Echeverría,
añade el cable, también estaba interesado en comprar parte de El Universal, de
Francisco Ealy Ortiz, integrante de EMSA y presidente de la Junta de
Directores. Citó como fuente al periodista José
Pagés Llergo, director de la revista Siempre!; la embajada lo ubicaba como una
persona “confiable” por ser el “decano” del periodismo en México:
Asumiendo
que la información de arriba es cierta, parecería que EMSA es una organización
frente para el presidente y que la cadena de los Soles y El Universal le
proveerán un aparato útil para darle voz pública a sus visiones después de que
deje la presidencia, en muchos sentidos como la misma forma en que Miguel
Alemán ha utilizado a Televisa en años recientes.
El
“golpe”
En
el reporte enviado por Jova el 8 de julio de 1976 a Washington –en el sistema
aparece como recibido los primeros minutos del día 9–, la embajada expone:
Mientras
esto está siendo redactado, hemos recibido reportes de que miembros disidentes
en la reunión de la cooperativa están armados y van a buscar remover a Scherer
García y a sus principales ayudantes.
Señala también
la presión sobre Scherer García y su grupo ejercida desde otros medios,
incluido el consorcio televisivo de Chapultepec 18:
Los
miembros disidentes de Excélsior recibieron un amplio espacio la noche de este
7 de julio en el programa del popular comentarista Jacobo Zabludovsky 24 horas
para criticar a Scherer García y a otros líderes de Excélsior y este día 8, se
publicó un anuncio de plana completa en Novedades repitiendo esos ataques y
urgiendo a la cooperativa a asistir a la reunión que se celebrará hoy.
¿Por qué
querría Echeverría atacar Excélsior?
El
reporte confidencial atribuye al presidente el sentimiento de que el diario había
roto las “reglas no escritas del juego” atacando al presidente, al gobierno en
general, al PRI y al presidente electo López Portillo.
El
diplomático abonó otras probables razones del ataque al Periódico de la Vida
Nacional:
Otra
explicación podría relacionarse a las ambiciones periodísticas del propio
presidente. Se cree que ha comprado acciones de control en dos periódicos de la
Ciudad de México (El Sol y El Universal), cuya influencia combinada
probablemente no iguale la de Excélsior y así quizás estaría atacando a la
competencia mientras aún tiene el poder y el aparato de seguridad para hacerlo
(cable 1976MEXICO08783_b).
Horas después,
consumado el golpe, la legación amplió su reporte bajo el título “Liderazgo de
Excélsior destituido: solicitud para cómo responder”:
Se
resumen los eventos de este 8 de julio de la destitución del liderazgo del
influyente diario Excélsior de la Ciudad de México, junto con la renuncia de
cerca de 50 escritores y periodistas de alto nivel asociados con el periódico
(…) La destitución (tenemos buenas razones para creerlo) fue encubiertamente
organizada por altos funcionarios de seguridad del Presidente Echeverría y
puede bien resultar en una modificación sustancial de la línea editorial de
Excélsior (cable 1976MEXICO08849_b).
En
otro, más escueto y enviado un par de horas antes bajo el título “Liderazgo de
Excélsior destituido”, la embajada detalla la magnitud del éxodo de periodistas
y columnistas:
Cuarenta
y ocho escritores, académicos, periodistas e intelectuales que habían firmado
un desplegado pagado que debía haberse publicado el 8 de julio pero que bajo
amenaza no fue publicado, han dejado el periódico. Estos incluyen a Alejandro Avilés, Gastón García Cantú,
Ricardo Garibay, Miguel Ángel Granados Chapa, Jorge Hernández Campos, Juan José
Hinojosa (miembro del PAN, partido de oposición), Armando Labra, Froylán López
Narváez, Luis Medina, Carlos Monsiváis, Abel Quezada, Samuel del Villar,
Abelardo Villegas y Miguel Wionczek, entre otros (1976MEXICO08820_b).
La influencia de “Excélsior”
El
servicio diplomático de Estados Unidos y el presidente Luis Echeverría
siguieron con detalle las reacciones internacionales ante el “golpe a
Excélsior”, como la embajada denominó al operativo.
Asimismo,
el subsecretario de la Presidencia, Fausto Zapata Loredo, se reunió con el
embajador Jova para conocer su versión –“a petición del funcionario”, precisa
la embajada–. El “confidente de Echeverría” presumió cómo se impidió al
director de Excélsior ir a Estados Unidos para platicar con los medios de allá
(1976MEXICO09834_b).
En
su libro Los periodistas Vicente Leñero también aborda ese episodio. Dice que
el presidente Echeverría citó a Scherer García en Los Pinos. Cuando el
periodista iba a entrar a su oficina acompañado de sus hombres de confianza, el
presidente advirtió:
–No vayas a
Washington, Julio. Es traición a la patria.
–¿Cómo
sabe que voy a ir a Washington, señor Presidente? Todavía no lo saben mis
amigos.
Sonrió
Echeverría:
–Ya
lo ves, estoy muy bien informado.
El
teléfono (remataba Leñero, haciendo referencia al espionaje telefónico que
sufría el grupo salido de Excélsior).
En
el cable 1976MEXICO09834_b el embajador Jova comenta:
Esta
hostilidad de Echeverría hacia Scherer recuerda la observación de las memorias
de Pablo Neruda sobre que “el presidente (mexicano) era un emperador azteca,
mil veces más intocable que la familia real de Inglaterra. Ningún periódico, ni
en broma ni en serio, podía criticar al excelso funcionario sin recibir de
inmediato un golpe mortífero.
Sin
embargo, a través de Zapata, el gobierno de Echeverría difundió la versión
–incluida en el mismo cable– que se trató de un asunto entre los
cooperativistas de Excélsior y que el gobierno había sido benefactor del
diario.
Rápidamente
dio una extendida defensa de la inocencia del gobierno en el caso Excélsior,
diciendo que el gobierno en numerosas ocasiones había ayudado a Scherer García
y Excélsior a salir de dificultades económicas (comentario: que habían sido
probablemente orquestadas por el presidente) y que Scherer García estaba de
hecho sólo sufriendo las consecuencias de haber fallado en mantener sus bases
de apoyo en la cooperativa.
Asimismo,
personal de la embajada entrevistó a un miembro del grupo de Scherer García
(aunque no lo identifica) para conocer la visión de su salida del periódico:
La
fuente dice que él piensa que la destitución tiene que ver con el deseo del
presidente de retener control político después de que deje la Presidencia
(1976MEXICO08888_b).
Las
ofertas y las amenazas
Cuando
el embajador Joseph John Jova le comentó a Julio Scherer García si aceptaría
una oferta del empresario Mario Vázquez Raña para trabajar en El Sol de México,
el depuesto director de Excélsior le respondió: “Jamás haría eso. Nunca
trabajaría para esa gente. Sería una forma de prostitución”.
En
el cable 1976MEXICO10575_b, el diplomático relata que el 12 de agosto, en una
cena, buscó a Scherer García para platicar sobre ese aspecto y éste le comentó
que recibió la oferta pero la rechazó. Jova también le preguntó sobre otro rumor:
el de un posible asesinato de López Portillo por orden de Echeverría, que la
legación analizó de manera amplia en ese cable.
En
otro texto (el 1976MEXICO10067_b), la embajada elogia a la revista Plural:
Una
de las bajas del golpe de Excélsior fue Plural, una sofisticada publicación de
Excélsior sobre las artes y la política. Editada por Octavio Paz y llevada por
los mismos escritores e intelectuales que dejaron Excélsior con Scherer, que
publicó en su última edición en julio. Esto, por sí mismo, hace de la edición
un número de colección pero (destaca) un artículo póstumo escrito por Daniel
Cosío Villegas, el historiador más famoso de México…
Cosío
escribe directamente del tema que usualmente es discutido aquí sólo íntimamente
entre los amigos más cercanos: la ambición del presidente para retener el poder
político (…) Cosío concluye que Echeverría va a retener cerca de 70% de su
poder en el Congreso, después de la posesión de López Portillo. Cosío añade un
ominoso paréntesis acerca de su predicción: “siempre que algo grotesco e
imprevisto no ocurra”.
En
el encuentro con Jova, Scherer García admitió haber sido amenazado: Odio
admitirlo. Pero sí, tengo miedo y veo problemas, problemas incluso para López
Portillo; Echeverría es capaz de todo (1976MEXICO10575_b).
Leñero
contó también: Fue semanas después del golpe a Excélsior (cuando balearon las
ventanas de su casa). Todo el tiempo que estuve en Proceso sucedían cosas.
Descolgaba el teléfono y me decían majaderías o ya más directo: “Te vas a
morir, cabrón”. Una vez le conté a Julio y respondió: “A mí me llaman a cada
rato, no hagas caso, no pasa nada. Julio era muy audaz porque aquellos tiempos
distaban de ser como los de ahora, en los que nadamos en una libertad
desmedida” (Reforma, 19 junio de 2005).
El
nacimiento de “Proceso”
Washington
estuvo atento a lo que sucedió las semanas posteriores al “golpe a Excélsior”.
El 21 de julio de 1976, la embajada envió un reporte sobre los intentos de
Scherer y su grupo de formar otro medio de información, como lo había anunciado
dos días antes, el 19 de julio, en una cena para recaudar fondos.
Scherer,
según se reporta, le dijo a algunos invitados que tenía en mente organizar un
“servicio de noticias” al estilo de AP/UPI, por medio del cual su grupo pudiera
seguir proveyendo servicios a periódicos de todo México que previamente
compraban información de Excélsior. Se reporta que añadió que la agencia podría
ligarse con Latin (el servicio latinoamericano de Reuters) (cable
1976MEXICO09353_b).
El
10 de noviembre siguiente, la embajada envió a Washington el texto titulado
“Publicada la revista de noticias de Scherer García” (cable 1976MEXICO14248_b):
El
exdirector de Excélsior, Julio Scherer García, publicó la primera edición de su
revista semanal de noticias Proceso. Las copias se distribuyeron en los puestos
de revistas el 6 de noviembre y fueron vendidas en horas.
Según
Jova, las notas y los artículos de opinión de la revista eran mucho más
críticos del presidente de la República que los publicados por Excélsior
durante la gestión de Scherer García:
Es
obvio que Scherer García estaba determinado a sacar Proceso a la luz antes de
que Echeverría dejara el poder y lo logró a pesar de los esfuerzos del Gobierno
para frustrar el esfuerzo.
El
último de los “cables Kissinger” es el del 31 de diciembre de 1976, por lo que
son pocos los referentes al sexenio de López Portillo y a su posición con
respecto a los medios de comunicación y a Proceso.
Hay
un testimonio, eso sí, según el cual el mandatario comentó que reconocía la
mala imagen que había traído a México el escándalo de Excélsior. En el cable
1976STATE213926_b Jova relata un desayuno privado con López Portillo el 24 de
agosto que duró una hora y media. Dice que Kissinger personalmente le agradeció
la información que le sirvió para tratar al nuevo mandatario
(1976MEXICO10914_b):
Estaba
ansioso por tener contacto con la prensa y los medios y reconoció que el
escándalo Excélsior combinado con el problema judío/mexicano había debilitado
la imagen pública de México, cuenta el embajador en el cable “Desayuno
conversación con el presidente electo José López Portillo”.
Dieciséis días
después de tomar posesión como presidente, López Portillo despidió al
cartonista Abel Quezada, uno de los que habían salido de Excélsior y recién
nombrado director de Canal 13 (1976MEXICO15863_b):
1.
La administración de López Portillo sufrió su primera baja política cuando el
director del nuevo Canal 13, propiedad del gobierno, el caricaturista Abel
Quezada, fue obligado a renunciar por haber públicamente criticado al
expresidente Echeverría. Quezada, un talentoso cartonista del “viejo
Excélsior”, había sido un gratificante y sorpresivo nombramiento para aquellos
que salieron de Excélsior en julio. Pero los comentarios de Quezada, hechos
durante su toma de posesión, aunque ingeniosos y graciosos, fueron también
mordazmente críticos de la administración anterior.
2.
Esto aparentemente enojó al presidente López Portillo, quien había dejado saber
que no toleraría ninguna crítica pública a la administración saliente.
El periodista y
el diplomático/LA REDACCIÓN
Revista
Proceso
No. 1902, 14 de abril de 2013
La
noche del 12 de agosto de 1976 se organizó una fiesta a la que asistieron,
entre otros, Julio Scherer García y algunos de los periodistas que abandonaron
Excélsior el 8 de julio anterior tras el golpe orquestado por el presidente
Luis Echeverría contra el periódico. En el convivio estuvo presente el
embajador de Estados Unidos, Joseph John Jova, quien conocía los pormenores de ese caso.
Semanas
después, el 6 de noviembre, salió el primer número de Proceso, el nuevo
proyecto de Scherer García y su equipo. El periodista y el diplomático
platicaron en aquella ocasión. Cinco días después del encuentro Jova envió su
reporte a Washington, según el cable 1976MEXICO10575_b.
Otro
cable –el 1976MEXICO4888_b– titulado “Reportajes de Excélsior”, indica:
Julio
Scherer, quien está de visita en Uruguay, escribió una serie de cuatro
artículos altamente críticos y bien documentados acusando al gobierno del
presidente Juan Bordaberry de represivo y dictatorial.
En
el artículo, Scherer cita un documento secreto de 19 páginas, fechado el 19 de
diciembre de 1975, de Bordaberry a los generales de la junta uruguaya. Si es
auténtico, este documento demuestra la desconfianza del presidente uruguayo
hacía la democracia y los partidos políticos. Dice que los partidos pueden ser
infiltrados por los marxistas y las fuerzas armadas no deben renunciar al poder
en Uruguay.
En
los siguientes artículos Scherer revela casos de tortura de la policía militar
donde torturan y mutilan a sus víctimas. En el último artículo, Scherer critica
la quema de libros y el rechazo a la libertad política.
Las elecciones
de 1976
Otoño
de 1975. Jova y Scherer García –entonces al frente de la agencia de noticias
Latin– se reunieron en un restaurante de la Ciudad de México para conversar
acerca de la elección presidencial de 1976. El periodista criticó a varios de los candidatos y habló de sus
favoritos (cable 1975MEXICO08186_b titulado
“Conversación con Julio Scherer sobre la sucesión presidencial” y
marcado como “confidencial”):
En
el curso de nuestra conversación, Scherer hizo algunos comentarios sobre la
sucesión presidencial en México. Dijo que las elecciones estaban muy reñidas
entre Mario Moya Palencia (secretario de Gobernación), Hugo Cervantes del Río
(secretario de la Presidencia) y Augusto Gómez Villanueva (secretario de la
Reforma Agraria), donde los últimos dos son los más probables candidatos.
En
esa ocasión Scherer García se refirió a Echeverría como una persona complicada
y capaz de hacer lo que fuera por imponer a un candidato: José López Portillo,
quien no figuraba entre los favoritos.
En
el caso de Moya Palencia, Scherer García comentó a su interlocutor que el
aspirante a la Presidencia contaba con el apoyo de los conservadores y de las
grandes empresas; también habló de los intentos del funcionario por estrangular
a la prensa. De todo el gobierno, dijo, sólo Moya Palencia ha pedido por
teléfono “instrucciones especiales” a Excélsior.
Con
respecto a Cervantes del Río, Scherer García fue despectivo, según el cable
1975MEXICO08186_b: A pesar de ser miembro del gabinete, Cervantes carece de dos
ingredientes que lo harían un verdadero líder: la capacidad de dinamizar a la
gente que lo rodea y la capacidad de seleccionar a la gente apropiada.
Cervantes no es la clase de presidente que necesita México.
Y
acerca de Gómez Villanueva, según el reporte de Jova, Scherer García comentó:
Es una posibilidad porque comparte la misma filosofía que Echeverría: Hace
meses Scherer me dijo que él era una posibilidad fuerte. Según él, Gómez
Villanueva sería bueno, pero un desastre político para México, pues le falta
disciplina y la capacidad de hacer compromisos políticos.
También
Scherer dijo que su favorito era el secretario del Trabajo, Porfirio Muñoz
Ledo, pero él no tiene oportunidad.
Al final, el
diplomático comenta:
Las
opiniones en México sobre el próximo candidato del PRI a la Presidencia son
muchas y muy variadas. Sin embargo, Scherer García es uno de los más informados
periodistas en México, y su opinión, pese a las reservas de la embajada, vale
la pena señalarlas.
Jova.
Las entrevistas
imposibles
El
apellido Scherer García es mencionado en 33 de los “cables Kissinger”
difundidos hace una semana por WikiLeaks, la organización que encabeza Julian
Assange. Algunos están catalogados como oficiales, otros son confidenciales y
unos secretos. La mayoría se encuentran
firmados por Joseph John Jova, embajador de Estados Unidos en México entre 1973
y 1977, quien falleció en 1993.
En
los reportes relativos a México se encuentran dos solicitudes de entrevista de
Scherer García al Departamento de Estado: una al vicepresidente Nelson
Rockefeller y otra a Henry Kissinger, quien fue titular del Departamento de
Estado de 1973 a 1977.
En
el primer caso
(cable1975STATE111661_b) se lee:
El
vicepresidente mantiene su interés en el hemisferio y sigue creyendo que la
relación entre ambos países se seguirá reforzando en los próximos años. Lamento
la demora en responder, pero no tengo oportunidad. Como estoy seguro que usted
entiende, el vicepresidente tiene dificultad en este momento para recibir
solicitudes de entrevista. Me ha pedido expresar una disculpa, pero su agenda
está muy limitada.
Sinceramente,
Hugh Morrow.
Con
respecto a la entrevista con Kissinger, el embajador reportó al Departamento de
Estado (cable 1975MEXICO05571_b):
Julio
Scherer es director de Excélsior, un diario con influencia en toda América
Latina, ha pedido una entrevista con usted. Estaría dispuesto a venir a
Washington cuando crea conveniente. Scherer también es presidente de Latin, una
agencia que publica en varios diarios de América Latina. Scherer dice que la
entrevista sería en un tono positivo, y aunque no estamos seguros de lo que
significa eso, a veces desvía sus trabajos con comentarios interpretativos. Sin
embargo, yo recomendaría que lo recibiera.
Jova.
Ninguna
de las entrevistas se llevó a cabo.
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