Guerra
fría: ¿segunda parte?/Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington.
La
Vanguardia | 21 de marzo de 2014
En
Washington, como era de esperar, se ha abierto un debate: ¿ha comenzado una
nueva guerra fría? Si es así, ¿hasta dónde llegará el conflicto? Tiene lugar en
los medios de comunicación, así como en el Gobierno. Un centro de investigación
ha pedido a 21 destacados expertos en Rusia su opinión sobre Vladímir Putin.
Las respuestas van desde que el líder ruso es un loco a la opinión de que su
actuación estaba perfectamente justificada y que todo es culpa de Occidente.
El
nivel de sofisticación de estos intercambios de pareceres no es muy alto. La
mayoría de los expertos en Rusia en Estados Unidos han desaparecido tras el
colapso de la Unión Soviética. Algunos han muerto, otros se trasladaron a
trabajar en otros campos. A las personas más jóvenes se les dijo que la
especialización en Rusia no era buena para hacer carrera ni en el Gobierno ni
en el mundo académico. Rusia ya no era importante, una fuerza gastada. Esta
estimación fue tal vez correcta en un perspectiva a largo plazo, pero no tuvo
en cuenta que por el momento Rusia está todavía en condiciones de crear muchos
problemas a Occidente. Europa depende de Rusia para su abastecimiento de
petróleo y gas hasta un nivel que alcanza lo peligroso, ya que ha sido incapaz
de adoptar una política energética común. Es cierto que esta etapa de cosas no
va a durar para siempre, el progreso tecnológico en técnicas como el fracking
acabará con el dominio ruso y existe una gran cantidad de petróleo y gas en
Europa que se utilizará en el futuro. Estados Unidos exportará petróleo y gas a
Europa. El precio bajará . Esto significa que Putin estaba bajo cierta presión
para actuar aquí y ahora y no esperar demasiado tiempo.
Si
la calidad del conocimiento occidental sobre Rusia se ha ido a pique, ¿es
realmente tan importante? ¿No es suficiente con escuchar los discursos de Putin,
como el de esta semana? Él cree que el colapso de la Unión Soviética fue un
gran desastre y que como patriota era su deber restablecer tanto como fuera
posible la grandeza del imperio ruso. No significa una restauración del sistema
comunista; ni él ni las élites políticas están muy apenadas por su
desaparición. Pero lamentan profundamente el hundimiento de Rusia como gran
potencia en 1991. De acuerdo con recientes encuestas de opinión, la mayoría de
los rusos cree que su país vuelve a ser una superpotencia y, si no, debería
serlo pronto. Y En Ucrania apareció la ocasión para corregir una de esas
pérdidas lamentables.
¿Hasta
dónde llegará? ¿Qué pasará en el este de Ucrania, con una mayoría de población
de idioma y sentimiento rusos? ¿Qué hay de Moldavia y los países bálticos, que
con la excepción de Lituania son el hogar de un número considerable de personas
de habla rusa? ¿Qué pasará con el Cáucaso y Asia Central? Putin cree que
Occidente es débil y no reaccionará con firmeza y puede que esté en lo cierto.
El ministro de Asuntos Exteriores británico hizo un discurso muy enojado pero
las fuerzas armadas británicas ya apenas existen, el ejército cuenta con 80.000
soldados después de los recientes recortes y se prevén más reducciones
adicionales. Lo mismo se puede decir de los otros países europeos. Puesto que
la guerra se ha vuelto imposible, ¿por qué gastar tanto dinero en defensa? Pero
por extraño que parezca, incluso si la guerra, salvo escaramuzas a nivel local,
se ha convertido en imposible, la capacidad para defender tu propio país
todavía tiene cierta importancia, tal vez sólo psicológicamente, pero sin
embargo es un factor político. Ucrania ha perdido la guerra de Crimea, no hay
manera de recuperarla; la pregunta ahora es hasta dónde irá ahora Rusia en sus
intentos de restaurar la gloria pasada. Putin aseguró al mundo en su discurso
que él no tiene planes por lo que se refiere al este de Ucrania. En cuanto a
Asia Central , especialmente Kazajistán, una ocupación sería una tontería
porque las relaciones entre los dos países son razonablemente buenas. Rusia ya
tiene un problema musulmán, su número está creciendo rápidamente mientras que
el número de rusos se está reduciendo. ¿Por qué agravar el problema?
Pero,
como dice el viejo proverbio, a menudo el apetito aumenta con el comer. Habrá
una creciente presión sobre los países bálticos y otros vecinos, incluyendo
Ucrania. De acuerdo con la doctrina estratégica de Rusia, pertenecen a la “zona
de intereses rusos privilegiados”. ¿Cuál podría ser la reacción de Occidente?
¿Podría la presión rusa lograr lo que no surgió en el pasado, una colaboración
europea en defensa? Es posible, pero no es muy probable en la etapa actual.
Durante
el discurso de Putin el martes, la televisión rusa mostraba con frecuencia el
rostro radiante de un anciano llamado Alexánder Projánov. Es el pensador más
importante de la extrema derecha rusa. Siendo novelista su apodo era el
ruiseñor del estado mayor del ejército. En una entrevista, dijo que durante
muchos años había estado rezando por un regreso de la guerra fría. Naturalmente
se alegraba de que el sueño se estuviera haciendo realidad. Pero, para la
mayoría de los rusos, a pesar de la satisfacción por la guerra de Crimea y el
enojo de Occidente, esto no es un sueño tan maravilloso. Los próximos meses nos
dirán cuál de las dos partes prevalecerá.
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