6 abr 2014

Nuevos santos..


El papa Francisco recurrió a una nueva excepción para inscribir en el libro de los santos al sacerdote jesuita José de Anchieta, el llamado “Apóstol de Brasil”, a la religiosa María de la Encarnación, conocida como la “Madre de la iglesia Católica en Canadá”, y al Obispo de Québec (Canadá), Mons. Francisco de Montmorency-Laval. 
Y es que según la Constitución Apostólica Divinus Perfectionis Magister de 1983 y las normas de la Congregación para las Causas de los Santos, para que un beato sea declarado santo se necesita la aprobación de un milagro concedido por su intercesión. Sin embargo, el papa tiene la facultad de suprimir este requisito. Puede declarar santo a un beato sin necesidad de un segundo milagro obrado por su intercesión. 
Radio Vaticano explicó que al declarar santos a estos tres beatos, el papa ha realizado una canonización llamada “equivalente”. Según esta, el pontífice, por la autoridad que le compete, “extiende a la Iglesia universal el culto y la celebración litúrgica de un santo, una vez que se comprueban ciertas condiciones precisadas por el Papa Benedicto XIV (1675-1758).
Esta praxis, señala la emisora vaticana, “ya ha sido utilizada por el papa Francisco para la canonización de la beata Ángela de Foligno el 9 de octubre de 2013, y para San Pedro Fabro, el 17 de diciembre del mismo año, así como por su predecesores Benedicto XVI, Juan Pablo II, Juan XXIII y otros”.

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