El juramento
“Juro servir fielmente, lealmente y honorablemente al Sumo Pontífice (…) y sus legítimos sucesores, como dedicarme a ellos con todas las fuerzas, sacrificando cuando necesario también la vida en su defensa. Asumo similares empeños respecto al Sacro Colegio Cardenalicio durante la Sede vacante. Prometo además al capitán comandante y a los superiores respeto, fidelidad y obediencia. Lo juro. Que Dios y nuestros santos patronos me asistan”.
-El
papa Francisco se reunió este lunes 5 de mayo, en la Sala Clementina del
Palacio Apostólico Vaticano, con los reclutas de la Guardia Suiza Pontificia
que este martes harán su juramento, acompañados por sus padres, familiares y
amigos.
“Es un día especial -ha dicho el papa- porque se
conmemora el saqueo de Roma y el acto heroico de vuestros predecesores que, en
1527, dieron su vida por la defensa de la Iglesia y del Papa. Vuestra
dedicación es la confirmación de que su valor y su fidelidad han dado sus
frutos''.
''El
contexto social y eclesial ha cambiado mucho desde entonces: la sociedad es
diferente respecto a esos días. Pero el corazón del hombre, su capacidad de ser
fiel y valiente -acriter et fideliter, como dice vuestro lema- se ha mantenido
igual. Servir en la Guardia Suiza Pontificia significa vivir una experiencia
que prevé encontrarse con el tiempo y el espacio de una manera muy especial”
El
papa dijo luego que “con vuestro peculiar servicio, están llamados a dar un
testimonio cristiano, pacífico y alegre a los que vienen al Vaticano para
visitar la basílica de San Pedro y para encontrarse con el Papa. ¡Vivan
intensamente vuestros días! -les ha dicho- Sed fuertes en la fe y generosos en
la caridad hacia las personas que encuentren''.
Francisco
ha recordado que el uniforme de la Guardia Suiza este año celebra su
centenario. ''Sus colores y su forma son conocidos en todo el mundo: recuerdan
la dedicación, la seriedad y la seguridad. Identifican un servicio único y un
pasado glorioso”.
“Sin embargo, detrás de cada uniforme hay una
persona real: con una familia y un país de origen, con una personalidad y una
sensibilidad, con deseos y planes de vida. Vuestro uniforme es una
característica llamativa de la Guardia Suiza y atrae la atención de la gente.
Pero recuerden que no es el uniforme, sino quien lo lleva puesto lo que debe
impresionar a los demás con su amabilidad, con el espíritu de hospitalidad, con
la actitud de caridad hacia todos”.
“Consideren esto también en la relación entre
vosotros, dando importancia a vuestra vida comunitaria, al compartir los
momentos felices y los más difíciles, sin olvidar a los que tengan problemas y,
a veces necesiten una sonrisa y un gesto de estímulo y amistad; eviten una
distancia negativa que los separe de vuestros compañeros y que, en la vida de
todas las personas del mundo, puede generar desprecio, marginación o racismo''.
La Pontifica
Guardia Suiza el ejército más famoso y pequeño del mundo
Tiene
más de 50o años.
La
Guardia Suiza es un cuerpo militar encargado de la seguridad de la Ciudad del
Vaticano. Otro cuerpo de guardias de origen suizo se encargó también de la
seguridad del palacio de Versalles (Francia) durante el reinado de Luis XVI. En
la actualidad, se trata del ejército profesional más pequeño del mundo (con
alrededor de 110 soldados).
Fue
fundada el 21 de enero de 1505, ante la necesidad de que existiera un cuerpo
militar siempre disponible para proteger al Papa; tres años después de que el
Papa Julio II della Rovere (1503-1513), pidió a los estados pertenecientes a la
Confederatis Superioris Allemanniae que le permitiesen reclutar a jóvenes
suizos para formar una guardia para su protección,
El
22 de enero de 1506, este Pontífice dio la bienvenida y bendijo, en la plaza de
San Pedro, al primer contingente de 150 guardias suizos liderados por el
capitán Kaspar von Silenen.
La
Guardia Suiza esta comandada hoy por el coronel Daniel Rudolf Anrig, está
compuesta por 110 soldados y un capellán, monseñor Alain Guy Raemy. El comandante de la guardia tienen el rango
de coronel, el Vicecomandante y un capellán, teniente coronel, un oficial con
el grado de comandante, dos oficiales de rango capitán, 23 mandos intermedios
(suboficiales), 70 alabarderos y dos tamborileros.
Se
les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusíl suizo
SIG 550) y las pistolas SiG Sauer P220 y P226, aunque también se les enseña a
manejar la espada y la alabarda. Reciben lecciones de autodefensa, así como
instrucción básica en tácticas defensivas de guardaespaldas similares a las
utilizadas en la protección de muchos jefes de Estado.
La
tradicional ceremonia de juramento de los nuevos reclutas se celebra el 6 de
mayo de cada año, día en que se conmemora el sacrificio de 147 guardias suizos,
que durante el saqueo de Roma, en el año 1527, realizado por las tropas de
Carlos V –los lanquenenses- , defendieron
al Papa Clemente VII con sus vidas.
El juramento
“Juro servir fielmente, lealmente y
honorablemente al Sumo Pontífice (…) y sus legítimos sucesores, como dedicarme
a ellos con todas las fuerzas, sacrificando cuando necesario también la vida en
su defensa. Asumo similares empeños respecto al Sacro Colegio Cardenalicio
durante la Sede vacante. Prometo además al capitán comandante y a los
superiores respeto, fidelidad y obediencia. Lo juro. Que Dios y nuestros santos
patronos me asistan”.
Después
los nuevos reclutas, llamados por su nombre, se acercan a la bandera, la
aferran con la mano izquierda y con la derecha levantada con tres dedos en alto
como símbolo de la Trinidad confirman y juran:
“Yo…
juro observar fielmente, lealmente y honorablemente todo lo que en este momento
me fue dicho. Que Dios y sus santos me asistan”.
Aunque
la tradición dice que fue Miguel Ángel quien diseñó sus uniformes, en realidad
el actual diseño data de 1915.
Diversos
hechos de armas han inmortalizado la bravura de estos soldados, pero el más
memorable ocurrió el 6 de mayo de 1527 cuando se enfrentaron a un millar de
soldados alemanes y españoles durante el saqueo de Roma por parte de las tropas
del emperador Carlos V. Lucharon ante la basílica de San Pedro y siguieron
combatiendo mientras retrocedían hasta los escalones del altar mayor.
Sobrevivieron sólo 42 de los 150 guardias suizos; estos formaron un círculo
alrededor del Papa Clemente VII y lograron que escapara por un pasaje llamado
Passetto di Borgo que conduce al castillo de Sant'Angelo.
Rememorando
este hecho, cada 6 de mayo los nuevos alabarderos juran sus cargos ante el Papa
y los ascendidos toman posesión.
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